Críticas
Pelo malo, de Mariana Rondón
Crónica de un niño solo
Una película noble y contundente sobre la homofobia, el machismo, la descontención infantil y la violencia contenida en la sociedad venezolana.
Pelo malo (Venezuela-Alemania-Perú-Argentina/2013). Guión y dirección: Mariana Rondón. Elenco: Samuel Lange Zambrano, Samantha Castillo, Nelly Ramos, Beto Benites y María Emilia Sulbarán. Fotografía: Micaela Cajahuaringa. Música: Camilo Froideval. Edición: Marité Ugas. Diseño de producción: Matías Tikas. Distribuidora: Obra Cine. Duración: 93 minutos
Apta para mayores de 13 años con reservas. Salas: 3 (Cinemark Palermo, BAMA Cine Arte y Arte Multiplex Belgrano).
Si alguien nos contara que Pelo malo es “una película venezolana sobre una joven madre soltera, sin trabajo fijo, con un hijo de 9 años y un bebé, que vive en un decadente monoblock” muy probablemente el prejuicio nos llevaría a pensar en lo peores males (patetismo, pintoresquismo, porno-miseria) del cine latinoamericano más rancio. Por suerte, nada de eso ocurre en este nuevo trabajo de Mariana Rondón (Postales de Leningrado). Este film multipremiado en festivales como los de San Sebastián y Mar del Plata va eludiendo a fuerza de talento, recato e inteligencia todas y cada una de las trampas en las que podría haber caído para erigirse como un film noble e implacable sobre el estado de las cosas en una Caracas que parece estar siempre al borde del estallido.
La película tiene a Junior (un notable Samuel Lange Zambrano) como el verdadero protagonista, un niño que -en medio de un contexto de múltiples carencias y desamparo emocional, y de las inseguridades, contradicciones y curiosidades propias de toda etapa de iniciación- está obsesionado con alisarse su “pelo malo” (enrulado) e imitar a sus cantantes favoritos, mientras su mamá (Samantha Castillo), que trata de recuperar su trabajo como guardia de seguridad, y su manipuladora abuela (Nelly Ramos) se disputan su tenencia y se preocupan del qué dirán porque lo notan demasiado “amanerado” y “afeminado” (la “desviación” sexual del pequeño debe ser reprimida y corregida).
Rondón es durísima en su retrato de una sociedad polarizada y fragmentada (la tensión, la hostilidad, la violencia contenida en la ciudad se perciben a cada instante), pero jamás cae en la denuncia desde la corrección política más obvia y escandalizada. Pelo malo es, sí, un film sobre los prejuicios y la intolerancia, sobre lo difícil que es construir una identidad desde las diferencias, pero la directora evita el trazo grueso, la frase altisonante o a la bajada de línea y prefiere concentrarse en la violencia de la mirada, del gesto, en esos detalles aparentemente banales que luego adquieren una significación y un alcance insospechado.
En medio de una sociedad patriarcal (ante la ausencia de los hombres son las propias mujeres quienes se despojan de toda femineidad para repetir los comportamientos machistas y, así, la violencia doméstica pasa a estar completamente naturalizada), Pelo malo nos ofrece una mirada impiadosa, asfixiante por momentos, pero también cargada de humor y con una sensibilidad, un humanismo y un corazón enormes. Otra película latinoamericana para no dejar pasar.
(Esta crítica fue publicada en el diario La Nación del 30/10/2014)
Aquí una entrevista a la directora Mariana Rondón
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<p>Para aquellos que intentan bajar la imputabilidad de los menores deberían ver películas como esta.</p> <p>Coincido plenamente con Dufo, la escena de la automutilación es el punto máximo de una gran película que, como siempre, muy pocos verán.</p>
<p>Brillante la crítica. Sorprende la pelicula por la forma que asume el relato sin concesiones ni estereotipos de ninguna clase.</p> <p>Creo que hay una deliberada dureza y sequedad en el tratamiento de una relacion filial perturbada, pero que de a poco consigue en el espectador una profunda comprensión y piedad por el niño pero también por el cuadro altamente crispado de la cotidianeidad de digamos, esa familia, que lucha a su modo, por un mejor estar.</p> <p>Esa automutilación el pelo malo quedará como una de los mas conmovedores momentos del cine latinoamericano, donde el niño ofrece su cabeza pera luchar por su razón de ser querido.</p>