Críticas

Shara, de Naomi Kawase

De aquí a la Eternidad

Este tercer y penúltimo largometraje de ficción de la muy talentosa directora de Suzaku, Hotaru y El secreto del bosque ratifica la gran belleza, sensibilidad y profundidad de su cine. Kawase regresa a su ciudad natal, Nara, se reserva para sí misma el papel de una madre embarazada y narra una historia sobre la vida y la muerte, el dolor y la alegría, el baile y la vida familiar. Sin dudas, una pequeña obra maestra que, por suerte, se estrena en el circuito comercial con impecables copias en fílmico.
Estreno 30/10/2008
Publicada el 30/11/-0001
Calificación: ***** (Máximo: *****)

Shara (Sharasojyu, Japón/2003). Guión y dirección: Naomi Kawase. Con Kohei Fukungaga, Yuka Hyyoudo, Naomi Kawase, Katsuhisa Namase y Kanako Higuchi. Fotografía: Yutaka Yamasaki. Música: UA. Edición: Shotaru Anraku, Naomi Kawase y Tomoh Sanjo.  Distribuidora: Zeta Films. Duración: 100 minutos. Apta para todo público: Salas: 7 (Village Recoleta, Arteplex Centro, Belgrano y Caballito, Showcase Belgrano y Norte, Cinema Paradiso La Plata). Luz. Sombra. Dos ideogramas que representan sendas ideas antitéticas -concretas en las horas que anteceden y suceden al mediodía, cuando el Sol enciende y oscurece según su posición; abstractas en sus acepciones filosóficas y espirituales- son trazados con paciencia vehemente por uno de los personajes de Shara en un momento de radical significación. Esos dos polos guían la narración del film y el devenir de los personajes, pero son también los motores vertebrales de toda la obra de Naomi Kawase.

El dolor, la muerte, el duelo; la vida, el espacio familiar, la relación entre los seres humanos y de éstos con la naturaleza son nortes temáticos que gobiernan sus cuatro largometrajes de ficción, como así también su extensa obra documental. Por momentos al límite del diario confesional, con el cuerpo en la primera línea del desasosiego y la esperanza y la cámara tan cerca de él como sea posible, Kawase ha logrado construir una de las miradas más sensibles del cine contemporáneo de cualquier latitud.

Para el rodaje de Shara, la realizadora (quien se reserva un papel como la madre embarazada de la familia protagonista, a pocos meses de dar a luz a su primer hijo en la vida real) volvió a su pueblo natal, Nara. Quizás se trate de otro intento por entrelazar realidades y ficciones en un film que, como ocurría con la recientemente estrenada El secreto del bosque (ver crítica aquí), posee ciertas cualidades de exorcismo personal. Para Kawase el cine no es posible, no tiene chances de existir, si no es personal, visceral, sentido con cada fibra del cuerpo, replicado por ese algo intangible que solemos llamar alma.

Confirmando de plano la belleza formal de su cine, la primera escena del film está conformada por una serie de planos-secuencia en febril movimiento, una carrera por las calles del pueblo de los hermanos Shun y Kei. Esa alegría ligada a la infancia y sus libertades es alterada, abortada, eliminada de golpe: Kei desaparece, literalmente, para siempre. El salto temporal hacia el futuro es terminante y nunca sabremos qué fue lo que ocurrió con ese niño. Su ausencia, sin embargo, no dejará de perseguir la memoria de los miembros de la familia, particularmente la de su hermano Shun, ahora un adolescente de 17 años.

Shara es, entonces, la historia de un duelo que parece no tener fin. Pero también es la historia de Yuka, la vecina que monta en bicicleta y corre junto a Shun por las mismas calles de Nara. Y la de Taku, el padre empecinado en hacer del desfile anual un evento que, más allá de su atractivo turístico, reúna, una, fusione a los habitantes del lugar. Y de Reiko, la madre, quien cerrará el film con sus piernas abiertas para recibir a un nuevo hijo. Y de sus relaciones cotidianas, de sus pasados (un secreto es revelado de la forma más inesperada, menos melodramática posible)-, de sus futuros en conjunto.

Luego de una hora de vida junto a las criaturas, diversas circunstancias permiten que los personajes y el espectador abandonen las zonas más oscuras de la sombra para acercarse un poco hacia a la luz. Un baile ritual bajo la más torrencial de las lluvias se transforma en una de las escenas más escandalosamente bellas y liberadoras del cine reciente –su registro semi-documental no hace más que aumentar la sensación de vértigo- y se convierte, al mismo tiempo, en una catarsis personal y colectiva, necesaria para que tanto ellos como la película misma continúen caminando (o corriendo).

Se ha dicho y no es gratuito volver a repetirlo: aunque formalmente el cine de Kawase no tenga demasiados puntos de contacto con el de Yasujiro Ozu, el aire que respiran parece ser el mismo. La sensibilidad con la cual se entrelazan los múltiples relatos de los personajes, sus emociones, miedos y ansias es deudora de la del viejo maestro y demuestra que las historias más sencillas pueden ser las más misteriosas y emocionantes, las que quedan grabadas en el espectador con la fuerza de una revelación.

En un texto centrado en otra extraordinaria película de Kawase, quien esto firma -por si no quedaba claro, admirador incondicional de su obra- afirmaba que “Hotaru es un film que toca la esencia de la Eternidad con la punta de los dedos, dejando luego que se desvanezca hasta su próxima, fulgurante aparición”. Lo mismo puede afirmarse de Shara, sin dudas uno de los estrenos más profundos, hermosos e iluminadores del año.

COMENTARIOS

  • 26/03/2014 23:38

    <p>hola &iquest;me cuentan en donde puedo cursar ciclos de cine los d&iacute;as mi&eacute;rcoles? gracias Amalia</p>

  • 21/11/2008 16:55

    Creo que lo que más me sorprendió de Shara es su simpleza. Y la forma radical en que es revelada. Paradójicamente, no es la escena del baile-ritual y la lluvia la que más me conmovió, sino la secuencia inicial, que quedará perdurablemente en mi memoria, sin dudas. Algo tan simple como la Luz y la Sombra es un mango caliente que sólo pueden sostener aquellos que redoblan con simpleza la simpleza. Admiro a los/as directores/as como Kawase que inteligentemente distingue entre lo obvio y lo simple. Y que en esa plataforma inician un vuelo (como al final del film) hacia cierta genialidad.

  • 3/11/2008 3:05

    salvo la parte del baile, la verdad que no me movió un pelo.

  • 31/10/2008 19:09

    Disiento con la mayoria. Tras un comienzo prometedor Kawase se inclina por subrayar cada una de las situaciones sin dejar demasiado a la imaginación, ya que abundan los diálogos y las situaciones con emociones fuertes. No obstante la película está dirigida (quizá en su cámara en mano este su punto a favor) y actuada eficientemente. Se extraña la sutileza de un Lee Chang-dong en "Milyang" o un Hirokazu Kore-eda en "Maborosi". Kawase es la más occidental de los directores orientales.

  • 29/10/2008 21:59

    Sr Brodersen, muchas gracias por su critica. <br /> No la voy a leer todavia porque no quiero que me cuenten nada, es que me queme con leche, un critico conto el final de "tierra de los muertos" en la radio hace unos años y es el dia de hoy que si lo veo en la calle no se que le hago, asi que no leo criticas de peliculas que quiero ver, pero si no era por ud capaz entre tanto estreno se me escapaba, y eso no me lo podria haber perdonado. <br /> Me pregunto si sera para eso que todavia algunos criticos le ponen puntaje o calificacion a una pelicula. Para que no haga falta leerla, digo, al menos hasta que tenga opinion propia.

  • 29/10/2008 12:22

    Vi SHARA ayer 28/10 en "Nucleo" y despues de la bellisima critica de Diego Brodersen en este sitio solo queda decir que es un film exquisito, embriagador y entrañable, hecho con un pudor y una contencion emocional tipicamente orientales. Tiene unos travellings maravillosos y un manejo del sonido excepcional. Lo notable de esta directora es la cautela con la cual maneja un tema tan doloroso como es la desaparicion de un ser querido. Es una peli absolutamente sensorial.

  • 29/10/2008 10:46

    Después de la escena del desfile quedé magnetizado, es demoledora. También la vi en Núcleo justo cuando sobre Av de Mayo había una marcha, por una rato daban ganas de pedir prestadas las pancartas y bailar como en esta una pequeña rave de pueblo, sin dudas unas de las escenas más conmovedoras del año. Con respecto a lo que dice Pedro acerca de una sensibilidad especial de la mirada oriental, no creo que así sea. Esta semana se presentan dos filmes de distintas latitudes para analizar ese punto: éste, Shara, y Liverpool, de Alonso. Es interesante analizar dónde mira cada uno (Kawase y Alonso).

  • 29/10/2008 1:11

    Vengo de verla en el nucleo, ¡UNA MARAVILLA!. LA PELICULA ES BELLISIMA REALMENTE. De todas maneras hay una duda que me acecha cuando veo una bella y buena peli oriental. Es si las diferencias culturales que nos separan ayudan a dotar a estas pelis de un misterio y una sensibilidad especial ante nuestra mirada. Se me hace muy dificil pensar en una escena como la del baile hecha aqui con una musica autoctona y que genere una potencia y a la vez una sensibilidad como se ve en Shara.

  • 28/10/2008 20:19

    Que un mismo jueves se estrenen SHARA, LIVERPOOL y se reestrene EL EXTRAÑO MUNDO DE JACK es una feliz coincidencia. Todavía hay posibilidades de ver gran cine en el cine.

  • 24/10/2008 13:35

    La vi en el BAFICI 2004, creo, y fue para mi la mejor película de esa edición. Es hermosa y conmovedora. La recomiendo para todos aquellos que sintonicen con este tipo de cine, con cierta mirada "oriental" de la vida. Yo, por mi parte, pienso ir a verla de nuevo en cine. Muy bien por la distribuidora que se arriesga a estrenarla en fílmico, cuando casi todo el cine asiático y el que apuesta al riesgo se lanza en DVD. Excelente crítica de Brodersen, para leer y releer.

  • 24/10/2008 13:28

    Para aquellos que disfruten del cine de Naomi Kawase recomiendo muy especialmente el último número de El Amante/Cine, que tiene un amplio, cuidado e interesante dossier sobre la directora japonesa.

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