Críticas
Entre mujeres, de Jonathan Kasdan
En el nombre del padre
El hijo de Lawrence Kasdan intenta, en su debut como guionista y director, imitar la intensidad y el virtuosismo del creador de Reencuentro, pero termina abordando demasiados géneros sin profundizar demasiado en ninguno. Se luce el joven Adam Brody, mientras que Meg Ryan es sólo un triste recuerdo de lo que fue alguna vez.
En principio, la película apuesta por un digno relato sobre el difícil proceso de paso de la adolescencia a la madurez. Carter Webb (convincente trabajo del galán Adam Brody), es un aspirante a escritor que se gana la vida armando "guiones" de películas porno. En la primera escena, vemos cómo es abandonado por su novia (una actriz de creciente popularidad) con el típico pretexto de "necesito espacio" y con el infaltable "no quiero herirte".
Nuestro antihéroe, previa visita a su madre, decide viajar desde Los Angeles a Michigan e instalarse en la casa de su abuela (Olimpia Dukakis), una anciana que está obsesionada con su muerte. Pero ese intento por conseguir un lugar apacible para la reflexión y la recuperación se ve súbitamente conmovido cuando conoce a una familia vecina. Carter despertará el interés de la madre (Meg Ryan, la ex reina de la comedia romántica arruinada por dosis descomunales de Botox) y de las dos hijas, mientras que semejante presencia femenina también generará un fuerte impacto en el joven.
Pero es aquí donde empiezan los problemas del relato. La película deriva hacia el melodrama familiar (infidelidad, cáncer de mama), el romance prohibido a-la-El graduado y la comedia adolescente con obvias y explícitas referencias al cine ochentista de John Hughes (El club de los cinco), sin profundizar demasiado en ninguno de esos terrenos y haciendo, por lo tanto, cada vez más caótico y menos disfrutable el desarrollo.
Que quede claro: no es Entre mujeres un film desdeñable. Incluso, tiene varias situaciones, observaciones y diálogos muy atendibles. El problema es que al resultado final extraña una mayor cohesión, concentración e intensidad. Al joven Jonathan, evidentemente, le falta revisar mejor Reencuentro, Un tropiezo llamado amor, Quiero decirte que te amo, El corazón de la ciudad u otras gemas de papá Lawrence.
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