Críticas
La helada negra, de Maximiliano Schonfeld
La niña santa
En la línea de la anterior Germania, el director se concentra en una pequeña comunidad de descendientes de alemanes para una historia en la que la aparición de una enigmática joven con supuestos poderes curativos le otorga una dimensión del orden de lo fantástico.
La helada negra (Argentina/2016). Guión y dirección: Maximiliano Schonfeld. Elenco: Ailín Salas, Lucas Schell, Benigno Lell, Dario Wendler y Mario Wendler. Fotografía: Soledad Rodríguez. Edición: Anita Remón. Dirección de arte: Adrián Suárez. Sonido: Nahuel Palenque. Distribuidora: Cinetren. Duración: 81 minutos. Apta para todo público.
Tras su notable ópera prima, Germania, Maximiliano Schonfeld filmó en el ámbito de Valle María, una comunidad de descendientes de alemanes del Volga ubicada en Entre Ríos. Oriundo él también de esa provincia (es de Crespo), el director se inspiró en una vivencia personal (la aparición de un “niño santo” en su pueblo natal) para esta nueva película.
La helada negra transcurre en una granja comandada por los hermanos Lell, y el título refiere a un extraño fenómeno climático que afecta a la cosecha y a los animales. Pero la aparición de una joven (la siempre enigmática y magnética Ailín Salas) comienza a mejorar las cosas ¿Ella es capaz de hacer milagros? Los dueños de la estancia y los vecinos así lo creen.
La película no sólo tiene que ver con las creencias populares, las supersticiones y el misticismo sino también con cuestiones como la dinámica rural, las carreras de perros con apuestas o el despertar (y la tensión) sexual. Además, el trabajo visual (con el aporte sofisticado de la talentosa fotógrafa Soledad Rodríguez) le imprime al relato un sesgo por momentos cercano a la fábula fantástica con una idea atemporal (hay autos y celulares, pero la historia podría transcurrir también en cualquier otra época).
Para quienes esperan una narración con fuertes revelaciones y golpes de efecto, habrá que advertirles que Schonfeld es un creador de climas, de atmósferas, de estados de ánimo. La película, elíptica y misteriosa, fluye sin prisa y sin caer en las convenciones del cine de género. Esta vez la interacción entra una actriz profesional (Salas) y varios no-actores no es del todo virtuosa, pero tampoco desmerece los múltiples atributos estéticos y narrativos de La helada negra.
(Esta crítica se publicó en el diario La Nación del 7/7/2016)
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Ví la película, el viernes pasado en el Malba, donde estaba el director y dos personas invitadas (una escritora y un filósofo) para dialogar luego de la proyección. Particularmente la película me gustó, me parece que tiene varias lecturas. Fue enriquecedora la charla posterior con el director, ya que pudimos conocer algo de su historia que obviamente hace de base del film. La película tiene un ritmo lento y sugerente y eso para mucha gente es sinónimo de aburrimiento o falta de argumento, lo cual en muchas oportunidades puede ser así. Acá no es el caso, y me parece que Schonfeld no podría haber contado su historia de otra manera. Es verdad que la figura de Ailín Salas es magnética y quizás se abusa de ese recurso, pero la película gira en torno a su personaje, por lo menos en una de sus capas. Realmente no entiendo los comentarios sin sentido que hacen algunas personas en este blog, no aportan nada, solo malestar. Si no les gustó la película, estaría bueno que den algún argumento que sostenga su opinión.
Asi como vino se fue....no se sabe de donde, para que y hacia que lugar volvió. Con ese nivel de incógnita, de laconismo supremo y parsimonia narrativa, la cuasi trama es otra vuelta de tuerca acerca de la repentina inserción de un extraño en un grupo estable y los efectos consecuentes en cada protagonista de acuerdo a propias necesidades , deseos o frustraciones. Tanta laxitud quizás confió demasiado en la misteriosa y enigmática figura de Ailin, para que el espectador sintiera un cierto interés o significado dramático o poético más allá de la belleza de las imágenes y la delicada caligrafía cinematográfica. A mi las virtudes señaladas no me terminaron de conformar respecto del todo, pero indudablemente es una obra de genuina búsqueda narrativa
No entiendo los tres comentarios agresivos que preceden al de Julia. Pero me gustaría detenerme en uno de los dos que firman con seudónimos porque representan el sentido común más estúpido y peligroso. Tapiocca primero tergiversa los datos y luego, de esos datos falsos, saca una conclusión falaz. "Debo (sic) ser un reverendo bodrio producto de un ego desmedido sin talento" Más allá del interesante fallido supone que si la película hace pocos espectadores es porque es un bodrio. Repito, la película no sólo no hizo pocos espectadores sino que hizo muchos, ubicándose como la tercera nacional más vista de la semana. Ahora, supongamos como quiere hacernos creer Tapioca (vaya a saber con que objeto), que la película tuvo pocos espectadores. Eso automáticamente ¿quiere decir que es mala? De ninguna manera. Puede haber, si queremos pensar un poquito, otros factores que entren en juego. En 2015 (de un total de 428 estrenos) las 15 películas más taquilleras se llevaron más del 50% del total de venta de entradas. Podemos pensar que esas 15 películas (14 de las cuales son norteamericanas) son joyas desmedidas de talento contra el resto de basura, o que hay algo llamado concentración del mercado que está operando. Ante esa concentración (impuesta por diversos mecanismos) el Estado tiene que oponer una política tendiente a la diversidad, pluralidad y sobre todo a la defensa de nuestro cine, en tanto patrimonio cultural. Es hora de que nos pongamos a defender el cine nacional y exigir una cuota de pantalla acorde a la madurez y relevancia internacional que tiene nuestro cine.
Hola Tapioca: la película hizo 1.100 espectadores en 4 días en el Gaumont, sin contar la función del MALBA el viernes donde hubo 200 personas (sí, 200 personas). Lamento que este espacio se transforme en un ataque de seudónimos resentidos. Saludos.
Hizo 477 (sí, cuatrocientos setenta y siete) espectadores en 3 cines. Debo ser un reverendo bodrio producto de un ego desmedido sin talento.
"Creador de climas, atmósferas, de estados de ánimo" y "elíptica y misteriosa" son eufemismos para decir que la pelicula es un aburrimiento total y un embole. ¿Por qué no decir las cosas como son?
No vi la película pero tiene el peor trailer del cine argentino en décadas. Como herramienta de venta de un film es sencillamente incomprensible.