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Tres egresados de la carrera de Creación de la EQZE comparten sus experiencias, proyectos y analizan los desafíos profesionales

Tres alumnos sudamericanos, Luis David Esguerra Cifuentes, Celeste Rojas Mugica y Nicolás Turjanski, escriben sobre su paso por la prestigiosa Elías Querejeta Zine Eskola.

Publicada el 05/01/2024


(Nota I de III)


La Elías Querejeta Zine Eskola (EQZE) es un centro de formación de vanguardia con sede en el imponente centro cultural Tabakalera de la ciudad española de San Sebastián (País Vasco) que ofrece tres espacios de formación más un ámbito para la investigación.

A pocas semanas de que el 1º de febrero abra la inscripción para el curso 2024-2025, estos tres jóvenes que ya pasaron por la institución en la especialidad de Creación escribieron sobre sus experiencias académicas, sus proyectos y sus pensamientos respecto de su oficio.



Luis David Esguerra Cifuentes

PRESENTACIÓN PERSONAL. Al tiempo que completaba mis estudios en Comunicación Audiovisual y en Periodismo, hice mis primeras aproximaciones al cine a través de los festivales, trabajando en los equipos de programación del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias -FICCI- y el Bogota International Film Festival -BIFF-, donde actualmente me desempeño como programador. Paralelo a ello, comencé a desarrollar, bajo esquemas de producciones artesanales, proyectos de realización que se cristalizaron en los cortometrajes Lo espeso (2018) y La noche desbarata mis sombras (2020). Con el fin de consolidar estos intereses en una misma plataforma, en 2019 fundé, junto a Mateo Suárez Castiblanco, la compañía Bruma Cine, dedicada a la producción y distribución de cine experimental. En su catálogo se encuentran, entre otras, las obras más representativas del cineasta colombiano Luis Ospina, así como diferentes programas de curaduría presentados en las principales salas independientes de Colombia. El cortometraje Tú me hiciste ver el cielo (2023) fue resultado de mi paso por el máster en Creación de la Elías Querejeta Zine Eskola, en San Sebastián-Donostia.

SOBRE LA EXPERIENCIA EN EQZE. El espíritu de la EQZE, que poco tiene que ver con el afán por los resultados, la estandarización o las demandas del mercado, entiende la enseñanza como un proceso móvil, cambiante y abierto, donde no solo importa más el cine que el “hacer películas” sino que, además, se inclina permanentemente por el desarrollo del pensamiento crítico y la capacidad de renovar sus procedimientos. Su lógica no persigue un fin o un resultado específicos, contrario a la lógica longitudinal que puede imperar en la formación tradicional. Al contrario, la EQZE piensa sus tres especialidades como tiempos que van girando, mezclándose y volviendo sobre sí mismos en un permanente proceso de retroalimentación. No es casual, por ejemplo, que el calendario académico inicie con el Festival de San Sebastián y finalice con la edición del año siguiente. Esta estructura no explica únicamente el funcionamiento académico de la escuela, pues ese es también el gesto de la experiencia humana que nos procuró, el cual consistió, a mi modo de ver, de retornar al mismo punto, pero siendo otrx.

La EQZE crea las condiciones para que una transformación ocurra. Esta puede ser la conclusión que puedo adivinar con más claridad tras las numerosas y muy difíciles despedidas en las que mis compañerxs y yo constatamos el carácter evidentemente transformador de nuestra experiencia en la escuela al finalizar el curso. Este proyecto, que funciona como un laboratorio de pensamiento para las tres instituciones que la organizan -el Festival de San Sebastián, la Filmoteca Vasca y Tabakalera-, abre un espacio de autorreflexión en el cual la palabra cineasta no se refiere a ningún oficio en particular, sino que se expande y comprende las actividades que atraviesan el trabajo con el archivo, el comisariado y la creación.

Este viaje que propone la EQZE es, ante todo, una experiencia colectiva. Tiene lugar en el encuentro y el intercambio con lxs otrxs. Se lleva a cabo, claro, en sus aulas y laboratorios, pero también en los pasillos y la sala de cine, que son sus otras aulas. Está en sus excursiones y en sus rituales. Está en los faros, en las montañas y en los jardines. En la EQZE lo más importante no son las películas; es el paso por la escuela el gesto cinematográfico que ella pretende, y tras el cual no es posible ver al mundo de la misma manera.

SOBRE "TU ME HICISTE VER EL CIELO", PROYECTO DESARROLLADO EN LA ESCUELA. Es un cortometraje experimental que pretende reflexionar sobre los cruces entre la botánica, las identidades disidentes y la posibilidad de otros tipos de comunidad. En este proceso creativo, el cual se construyó a partir de diferentes ejercicios de improvisación y puestas en escena, poco a poco se fue labrando una ficción que sirve como premisa narrativa, la cual imagina a un grupo de amigxs que decide viajar a un bosque ubicado a las afueras de la ciudad, a pesar de las advertencias y restricciones por un extraño musgo que recientemente ha infestado la zona. En este lugar, donde los personajes juegan, cantan y exhiben sus cuerpos con libertad, la realidad poco a poco se disloca y acaba entremezclándose con sus relatos, sueños y fantasías.

Este proyecto, si bien tuvo su etapa principal de rodaje antes de mi llegada a la escuela, atravesó grandes transformaciones y encontró su forma final en el marco de la EQZE gracias a la asignatura Avant-Garden, en la cual, muy en sintonía con el espíritu de la escuela, fue posible llevar esas imágenes a lugares insospechados. Al tiempo que fueron contaminadas por el trabajo y el apoyo de compañerxs y docentes de la escuela.

Haber trabajado este proyecto en la EQZE abrió también la posibilidad de imaginar otras vidas posibles para estas imágenes que, por el momento, se están consolidando en diferentes líneas de trabajo aún en desarrollo.




Celeste Rojas Mugica

PRESENTACIÓN PERSONAL. Soy chilena/argentina y mi formación está ligada a las artes visuales y la fotografía. Aprendí a revelar cuando era niña, en un pequeño cuarto oscuro improvisado en el baño de mi casa. Desde entonces, el amor por las imágenes -y sus apariciones- no me abandona. Mi contacto con el cine surge, entonces, desde relaciones algo imbricadas, pero siempre afectivas con las imágenes. Nunca, hasta llegar a la Zine Eskola, había estudiado formalmente cine, por lo que avanzar en esta dirección y con este impulso de cruzar el océano tenía mucho de arrojo e incertidumbre. Al cine me gusta imaginarlo como un territorio infinitamente vasto donde es posible reunirnos y reunir mundos, y creo que algo de esto fue también lo que me llevó a imaginar y confiar en la posibilidad de pasar un año y medio acompañada de otras personas, en principio, desconocidas.

Hace años combino la labor alrededor de mi obra con otros trabajos informales y el ejercicio de la docencia. En el último tiempo, gracias a becas y apoyos estatales a la cultura, he logrado hacerle más espacio a mis propias investigaciones artísticas, desarrollando diversas obras de largo aliento en las que busco reflexionar sobre ciertas experiencias políticas y sociales en torno a la violencia en el territorio donde nací. Me interesa pensar cómo las imágenes y los imaginarios son configurados, empleados, levantados, destruidos, proyectados. Trabajo con las imágenes y los archivos desde una aproximación material-experimental como también conceptual, con la intención de elaborar reflexiones alrededor de sus usos sociales y las disputas visuales que acontecen en la construcción de relatos históricos e imaginarios identitarios. Me interesa pensar en la potencia de las imágenes, en su capacidad performativa y elaboro obras que se materializan en instalaciones, publicaciones, fotografías y videos, principalmente.

SOBRE LA EXPERIENCIA EN EQZE Y EL PROYECTO "UNA SOMBRA OSCILANTE". Llegué a la escuela a la modalidad de Creación con Una sombra oscilante, mi proyecto de hipótesis, que es también mi primer largometraje. A través de diversos elementos de carácter documental, ficcional y ensayístico la película se aproxima a las fotografías de archivo que mi padre tomó en un momento específico de la historia de Chile –la última dictadura cívico-militar– y de su vida –mientras era parte de la organización de izquierda revolucionaria MIR, en Chile y durante su exilio–. Estas imágenes que hacen parte de su biografía y la mía, nos sirven para emprender un diálogo, y desde aquello que nos decimos y también no nos decimos, la película quiere habilitar un lugar donde hacer aparecer otras imágenes: las que revelamos literalmente en un cuarto oscuro a lo largo de la película, pero también las que imaginamos a oscuras, las que proyectamos hacia atrás y hacia adelante, las que nos rodean y nos rodearon, las que no fueron, las que podrían llegar a ser a nuestro alrededor. Es una película que ha sido también un experimento para mí: matérico con el fotoquímico y las propiedades de la luz; visual y reflexivo, sobre nuestras formas de mirar; y especulativo, sobre las posibilidades y la potencia de un archivo.

Este proyecto llegó a la escuela en un momento de “recién revelado” y en este año y medio me dediqué a montarlo, intensamente. Yo siento que la película tiene la forma, también, de lo que fue este tiempo junto a mis compañerxs, este tiempo en el que tomé distancia de mi cotidiano conocido y me abrí al asombro y la incertidumbre; significa, de alguna manera, la decantación de un proceso muy singular como es pasar por esta escuela. Con mis amigues, profesores y tutores en este año y medio discutí sobre el dispositivo de esta película, sobre sus posibilidades, sus límites, sus derivas. Con ellxs, en definitiva, encontré una película, pues probablemente esta existiría de alguna otra manera sin mi paso por la escuela, pero sin duda sería una muy diferente a la que es. Hoy, la peli está en etapa final de postproducción y proyecta un estreno en 2024.

Para mi, el tiempo en la escuela fue también revelar muchas horas, muchos días, muchas noches. Aprendí a usar artefactos y químicos a los que quienes venimos del sur, no tenemos acceso fácilmente y aproveché, entonces, el espacio y el tiempo que tenía a disposición para abrazar fuertemente ese quehacer que tanto disfruto y añoraba. Este deseo, afortunadamente, fue compartido por muchxs otrxs compañerxs. Así, ese laboratorio fue también una suerte de espacio alquímico de juegos y aventuras para nosotrxs, un sitio que se expandió hacia otras formas de hacer imagen, hacia proyectos que subvirtieron el uso convencional de ciertas máquinas y procesos; ser testigo de todo ello es uno de los mayores tesoros que me llevo del paso por aquí. Y el tiempo en la EQZE fue también uno en el cual colaborar y conspirar con varixs amigxs sobre sus propios proyectos: filmando, revelando y experimentando con ellxs; aprendiendo de y siendo parte de sus mundos, algunos de los cuales hasta entonces me eran muy lejanos y desconocidos (y que incluso, por medio de nuestro contacto en este lugar, se proyectan como futuras películas: películas-diálogos sobre territorios-montañas que se hablan a la distancia).

La Zine Eskola es un sitio extraño e indefinido, difícil de describir. Para mí, es un gesto utópico que se erige y despliega sus fuerzas y sus resonancias mucho más allá de lo que ocurre en este espacio y tiempo específicos. Es un proyecto que se propone de forma desafiante, abrir un sitio para que 45 personas de diversos orígenes y trayectorias se reúnan a pensar, cuidar y hacer cine colectivamente...un proyecto que, tal vez a su manera, sigue confiando mucho en la humanidad, con esta suerte de escuela-declaración de principios que entiende al tiempo de forma circular y múltiple; que busca hacerse y disponer de herramientas para pensar y hacer cine críticamente; y que en un compromiso y una responsabilidad con la historia, el presente y el futuro busca rescatar cine, diversos cines. Para quienes no habíamos hallado un espacio híbrido donde volcar nuestras inquietudes, este lugar es un paraíso, pues esa serie de condiciones heterogéneas que hacen a su comunidad múltiple, se replica también en la forma de sus itinerarios internos, en la expansión hacia donde fluyen sus grupos de investigación, en el contacto que establece con instituciones y comunidades de tan diversa índole, en la diversidad de las películas que proyectamos y sobre las que hablamos.

La escuela es un regalo que nos damos al venir este año y medio, pero es también uno que podemos llevarnos para ofrecer a otrxs, agenciando nuestros propios ensayos hacia donde vamos luego de pasar por aquí. De este último gesto activo y colaborativo siento que también la escuela depende para trascender esta pequeña ciudad privilegiada de Europa y tocarse así con otros territorios, otras formas del hacer, otras urgencias, y tejer entonces un entramado de espejismos y reverberaciones que nos permitan revelar y proyectar juntxs nuevas imágenes futuras.




Nicolás Turjanski

PRESENTACIÓN PERSONAL.
 Nací en Buenos Aires, Argentina. Me formé en Realización Cinematográfica en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), en el Programa de Cine de la Universidad Di Tella, la escuela de Cine-Ensayo de la Universidad de Lodz. Durante 2023 realicé el itinerario de Creación en Elías Querejeta Zine Eskola (EQZE). Trabajé tanto en el departamento de dirección como en el de edición en cortometrajes, videoclips, publicidades y series. Dirigí los cortometrajes El gráfico (2017), Máquina de Café (2018), Esta herida cuando no cicatriza se vuelve piedra (2019), ¡El Archiduque debe morir! (2020), Letters to Kuno (2020) y Los Confidentes (2021). Actualmente desarrollo mi primer largometraje llamado Tres enigmas para Luis Morla, un híbrido entre documental y ficción en el que se cruzan tres historias detectivescas compuestas de material de archivo.

SOBRE LA EXPERIENCIA EN EQZE. La experiencia en EQZE no se parece a ninguna otra que haya conocido. El programa tiene una propuesta interdisciplinaria, no sólo entre las tres aristas del cine en que se divide su formación sino también con otras áreas del conocimiento. Como alumno del itinerario de Creación tuve la oportunidad de asistir a clases, seminarios, charlas y talleres impartidos por cineastas y pensadores del cine que admiro; de desarrollar proyectos con un acompañamiento heterodoxo, flexible, orientado a una forma libre de crear infrecuente en las escuelas de cine; de ponerme en contacto directo con personas, colectivos y líneas de pensamiento que antes me resultaban remotas; de entablar una relación con la materia audiovisual radicalmente distinta, a fuerza de trabajar con material fílmico pero también por las formas que la EQZE propone, que no incluyen solo la mirada sino también las manos; de formar grupos de trabajo, zonas de debate; de ser influido por colegas, acompañar sus procesos de trabajo y aprender de ellos de manera conjunta; de forjar lazos y amistades indelebles.

SOBRE "TRES ENIGMAS PARA LUIS MORLA", PROYECTO DESARROLLADO EN LA ESCUELA. Es un proyecto de largometraje híbrido que parte del estudio de una serie de materiales de archivo y a partir de ellos teje una ficción paranoica entre ellos. La película necesitaba de un trabajo con archivos digitales, magnéticos, fotográficos y, la parte más dificultosa, fotoquímicos. Para esto, tanto por sus instalaciones como por su aproximación teórica, la EQZE fue el espacio ideal. Allí trabajé en paralelo con el proceso material de recuperar y escanear esos materiales mientras desarrollaba la narrativa del largometraje. Al mismo tiempo, busqué la asociación con productores afines con los que estoy en este momento colaborando en pos de conseguir financiamiento para los siguientes pasos de la producción y la postproducción, postulando el proyecto a fondos, laboratorios y subsidios. Como la EQZE es un espacio de mucha libertad, fue ideal para poder alojar en paralelo y entremezclados los procesos que normalmente se asocian a la escritura, el desarrollo, la producción y el rodaje de la película, que en este caso, debido a la naturaleza del trabajo, perdieron su cronología y separación habitual. Durante los 15 meses de duración del programa, Tres enigmas para Luis Morla pasó de ser un conjunto de ideas difusas unidas apenas por una intuición a ser un proyecto dotado de imágenes y sonidos, una propuesta narrativa y estética y un horizonte productivo: dio pasos muy grandes para acercarse a ser, en un futuro que esperemos no sea muy lejano, una película estrenada.

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