Críticas

BAFICI 2010: El Rati Horror Show, de Enrique Piñeyro (Competencia Argentina)

Un modelo de documental judicial (y político)

Tras Whisky, Romeo, Zulu y Fuerza Aérea SA, Enrique Piñeyro continúa desnudando la corrupción, la hipocresía, el encubrimiento y la falta de justicia en la sociedad argentina con una potente, demoledora investigación que desnuda en toda su dimensión una mentira orquestada que condenó (injustamente) a un joven comerciante llamado Fernando Ariel Carrera (foto) como único culpable de la denominada "Masacre de Pompeya".
Estreno 15/04/2010
Publicada el 30/11/-0001
El Rati Horror Show (Argentina/2010). Guión y dirección: Enrique Piñeyro. Codirección: Pablo Tesoriere. Con Enrique Piñeyro, Germán Cantore, Cecilia Rossetto. Duración: 86 minutos. Luego de Whisky, Romeo, Zulu y Fuerza Aérea SA, Enrique Piñeyro continúa con su cruzada de denuncia sobre la corrupción, el encubrimiento, la hipocresía y la falta de justicia en la sociedad argentina y consigue un potente, demoledor, modélico documental de investigación que desnuda la falta de escrúpulos, la impunidad y connvivencia entre la policía y el aparato judicial.

Esta vez, el realizador de Bye Bye Life no se ocupa de la seguridad aérea (tema en el que es un reconocido experto) sino del caso de Fernando Ariel Carrera, un comerciante de 30 años y padre de tres hijos que en enero de 2005 manejaba por la Avenida Sáenz y -en medio de un tiroteo- quedó como único condenado (primero por los medios de comunicación y luego por la justicia) de la denominada "Masacre de Pompeya".

Con un notable uso de las nuevas tecnologías audiovisuales (más allá del regodeo en ciertos gadgets que posee), Piñeyro presenta primero el caso (cobertura mediática y juicio) en el que, en principio, no cabe ninguna duda de que Carrera es un delincuente que merece los 30 años de cárcel que le dan (los vecinos, incluso, piden que lo linchen cuando lo suben a una ambulancia luego de recibir ocho balazos).

Pero en los contundentes, conmovedores (e indignantes por lo que expone) 86 minutos de El Rati Horror Show, Piñeyro demuestra -con un impecable didactismo y enorme claridad- que todo ha sido fruto de la mentira, del engaño. El director (que aparece todo el tiempo en pantalla junto a sus colaboradores) desarma una por una las supuestas pruebas utilizadas para inculpar a Carrera, que ofrece también un puñado de atinados argumentos en los testimonios que dan cuenta de la condena mediática y pública.

El director expone también con enorme rigor la larga historia de excesos y atropellos de la comisaría 34 de Pompeya -ligada a tristes casos de gatillo fácil como el de Ezequiel Demonti- y cómo se movió con total impunidad en este caso para dar vuelta el caso y presentar a Carrera como un psicópata y asesino serial.

Como a muchos, a mí Piñeyro no me gusta cuando "actúa" de sí mismo en pantalla: luce soberbio, sobrador, canchero, cínico y autoindulgente (reconozco que tiene un buen manejo de la ironía), pero como en los trabajos anteriores hay que dejar de lado su arrogancia (y los estúpidos lugares comunes que intentan minimizar su accionar por su condición de multimillonario) y sacarse el sombrero por la valentía de sus posturas públicas y la solvencia de su tarea artística.

Ojalá esta película sirva para que un tipo que se está pudriendo injustamente en la cárcel recupere su libertad y vayan presos quienes realmente lo merecen. Será justicia. Y será, también, mérito de ese personaje extraño, contradictorio pero finalmente reivindicable que se llama Enrique Piñeyro, una suerte de Michael Moore autóctono pero sin tanto marketing y con mucho más huevos.

COMENTARIOS

  • 1/06/2010 18:42

    Me gustaría saber si saben donde puedo conseguir para ver este documental. Tenía muchísimas ganas de verlo y ningún horario me quedaba bien. Además de ser un tema muy interesante la critica es muy buena y Piñeyro, un genio.<br /> Gracias!

  • 16/04/2010 20:10

    En el apuro, me olvidé de mencionar un momento verdaderamente sublime de la película (y por extensión del Bafici). Piñeyro, rifle en mano, va en busca del sonido que hace una bala al impactar en un cuerpo. El resultado es tan sorprendente como doloroso. Nos genera una sensación como de niños que esperan ansiosos ver cómo explota un cohete. En ese plano recargado de sentidos, no se escapa el estético. Más allá de la curiosidad previa, y del miedo y la excitación, es un momento de una carga estética tremenda. Sin ánimos de comparar, me remite (en otra escala, obvio) a las imágenes del ataque a Vietnam que Herzog muestra en Little Dieter Needs to Fly. La belleza de la destrucción. Sólo vemos (y oímos, he aquí lo fundamental) el impacto una sola vez. Volviendo a los niños, el más vivo del grado tiene la revista porno, pero sólo te muestra la imagen una sola vez. De esa forma lo que acabas de ver se queda flotando en tu cabeza por horas y no te abandona. Se vuelve poderoso. Es una de las cosas que sabe Piñeyro, y por eso ese sonido es por única vez. Después sigue con su trabajo. Larga el rifle y empuña su cámara como una bazuca, y vaya si tiene puntería.

  • 16/04/2010 14:55

    Por lo inabarcable de la oferta que hay en el BAFICI me perdi de ver pelicula - Se estrenara en los cines ?? - Mas alla del narcisimo de Piñeyro, el tipo tiene unos huevos enormes, ya que encara temas super urticantes con suma valentia -

  • 16/04/2010 11:00

    Diego: Vi esta película ayer en su primera proyección en el BAFICI. Con Piñeyro me viene sucediendo algo particular, vi todas las películas de él y, si mal no recuerdo, todas con su presencia en el cine, por lo que uno siempre se termina topando con dos eventos sorprendentes, la película misma y el debate posterior. <br /> <br /> Los méritos de la película son muchísimos, y la presencia en pantalla de Piñeyro, si bien no tiene la naturalidad que le aportaba en las anteriores el estar involucrado de lleno con lo que narra, sorprende por su perfil de valiente expositor de las miserias de algunas empresas e instituciones, un personaje que se va consolidando película tras película (salvo, claro, en Bye Bye Life, un documental desgarrador que transita otros caminos). Los artilugios que emplea Piñeyro para dilucidar las mentiras del caso son sencillamente brillantes (hay que tener huevos no sólo para denunciar todo lo que denuncia la película, sino para calzarse un arma y probar el nivel de impacto de una bala, como lo hace Piñeyro), y el caudal de información que arroja hace que uno desee volverla a ver las veces que sea necesario. El material de archivo de Tato Bores que se ha utilizado, brilla de igual manera por su demoledora síntesis en clave cómica y su eterna vigencia.<br /> <br /> Sin embargo, más allá de la película, lo que hizo inolvidable la proyección de ayer fue el posterior debate, extenso y nutrido (gracias, Bafici, por regalarnos ese tiempo), que incluyó la presencia de dos familiares de víctimas del gatillo fácil (una de ellas, la hermana de Luciano Arruga), y del abogado y la mujer de Carrera. Los testimonios de todos ellos fueron terriblemente desgarradores, y el silencio del público que acompañó esas palabras, la prueba fehaciente de que documentales con este nivel de compromiso y de coraje hacen demasiada falta en el país que nos toca vivir.

  • 15/04/2010 20:02

    Nada más que agregar. Coincido de punta a punta con el texto. Es una película súper potente, explosiva. Piñéyro porta un tono soberbio cuando habla, y por momentos se pasa de rosca. Pero, si va a seguir haciendo películas como ésta, poco importa si cancherea delante de cámara. No hay con qué darle.

  • 15/04/2010 18:57

    Diego: por tu comentario dan ganas de ver ya este documental de Piñeyro. Este realizador que injustamente todavia no es tomado con seriedad, merece ya un reconocimento por sus arriesgados y jugados documentales.

  • 15/04/2010 18:20

    Terminenla con que es heredero de una gran fortuna, con que lo unico que sabe es de aviación, con que no cae simpático, con que le gusta figurar en los medios (todo eso puede ser cierto): ENRIQUE PIÑEYRO ES UN SEÑOR DIRECTOR, CON UNOS HUEVOS ENORMES COMO DICE LA CRITICA. Saludos

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