Columnistas
Mundial Rusia 2018 (6): El periodismo deportivo también perdió por goleada
Por Diego Batlle
La debacle de Argentina potenció la peor cara de los medios: sensacionalismo y operaciones.
No es difícil encontrar buenos periodistas deportivos. Y no es porque sean tantos, sino porque se destacan de forma muy nítida en medio de una marea de colegas mediocres, que hablan a los gritos (y nunca escuchan al prójimo), siempre atentos a un posible escándalo (que luego se encargarán de magnificar), a la frase con impacto, al golpe de efecto, pero que a la larga terminan siendo sumisos ante el poder de turno o directamente operando en favor de quien más les conviene.
En los últimos días, mientras el equipo de Sampaoli se hundía en la cancha, el periodismo deportivo mostraba su peor faceta. No es que me dedique a ver horas y horas de panelismo efímero e intrascendente (tengo mejores cosas en la vida para hacer), pero por suerte estos tiempos de redes sociales nos permiten apreciar con mucha facilidad los “grandes éxitos” de los comunicadores vernáculos. Como siempre, es TyC Sports la peor cloaca dentro de este estilo amarillista, efectista y gritón, pero lamentablemente otras señales que solían tener un tono más amable y analítico como ESPN se mimetizaron y sumaron a lo peor del medio (léase los Ricardo Caruso Lombardi o los Humbertito Grondona). Hasta la TV Pública puso en el centro de la escena a un provocador nato como Oscar Ruggeri, que termina eclipsando con sus excesos a un ser pensante como Diego Latorre.
Pero ya no es solo cuestión de panelismo exacerbado. Desde la derrota vergonzosa ante Croacia comenzaron las operaciones de todo tipo y color, en muchos casos vinculadas a ex jugadores de la Selección. El audio “casual” de Diego Simeone, las “participaciones especiales” de Jorge Burruchaga y Ricardo Giusti, el video “pirata” de Caruso Lombardi y un largo etcétera. TyC Sports hablando de “golpe de estado” en la Selección (justo en nuestro país), versiones antojadizas, contradictorias, desmentidas luego incluso por otros integrantes de la misma señal. Un show patético y penoso, donde la investigación o la fuente propia han sido reemplazadas por el mensaje de WhatsApp que -oh casualidad- se “viraliza” en el momento justo y en el lugar indicado.
Que haya sigo Jorge Rial quien salió a denunciar en su Twitter personal distintas operaciones no parece casualidad. El periodismo deportivo renunció a su esencia (informar con profesionalismo, analizar el juego) para apelar a las mismas herramientas de aquellos que cubren la farándula: la foto de Instagram, el video o el audio fltrado, la versión nunca confIrmada lanzada por algún impresentable tipo Caruso Lombardi (“parece que X cagó a piñas a Z”) no hacen sino sepultar cada vez más a un periodismo deportivo que ya venía desacreditado.
La Selección tiene el próximo martes una vida extra ante Nigeria. Parece difícil que en el actual contexto de una AFA corrupta (la del 38 a 38 con 75 votantes), un DT sin brújula ni predicamento, un grupo sin cohesión, un líder desenfocado como Messi y unos dirigentes sin aval moral ni político Argentina se pueda clasificar a Octavos de Final, pero en el futbol los partidos hay que jugarlos y ya hemos visto no pocas sorpresas en nuestra vida.
El otro día escribía en Twitter que si la eliminación temprana sirve para terminar con una etapa nefasta del fútbol argentino bienvenida sea, pero ni siquiera una catástrofe deportiva garantiza que se produzca ese necesario recambio dirigencial y generacional (más que recambio hablaría de refundación).
Algo similar pasa con el periodismo. Los jóvenes que se incorporaron en los últimos tiempos a los principales medios mantienen las mañas, los vicios y las miserias de sus maestros (ahí están si no los “pichones” de Fernando Niembro para demostrarlo). Si uno se deja llevar por el corazón, volveremos a sentarnos el martes frente al televisor para rogar por alguna inspiración de esta devaluada versión de Messi. Volverán entonces el exitismo y pocos se acordarán de los audios y los videos de tantos mercenarios y operadores. Argentina habrá llegado a Octavos, pero este periodismo deportivo no solo no pasa la primera ronda: su destino inevitable es el descenso.
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Ya tenia que salir la k chavista a apoyar a Víctor Hugo y a Maradona en el pasquÍn televisivo Telesur bastante bien pagados por una dictadura mientras la gente se muere de hambre. Que TyC Sports sea lamentable no implica que los nombrados no sean otros impresentables. Pero claro se puso como seudónimo "Isabel Duarte" sus patéticas ídolas.
Coincido con Ricardo que hay un problema con todo el periodismo. La pelea farandulera es lo que vende porque entretiene y aleja a los consumidores de los graves problemas del mundo real. Así, con estos métodos que incluyen descalificar a quienes piensan diferente, se marcha hacia el pensamiento religioso totalitario más fanático, donde la verdad absoluta se impone sobre la mentira y nadie escucha al otro En este contexto nefasto rescato el artículo en La Nación que publicó Juan Pablo Varsky donde, con mucha lucidez, se plantea que lo que está pasando viene de lejos, más exactamente desde que se abandonó el trabajo serio que en los juveniles hicieron técnicos de la calidad de Pékerman Tocalli y Ferraro.
Excelente. Lo mejor que lei junto a la columna de Caparrós. El análisis es extensivo al periodismo / panelismo político también. Ganó el periodismo chimentero. Rial (y sus vídeos en vhs), un precursor.
En un todo de acuerdo, pero el periodismo deportivo no es una isla. Podríamos hacer extensiva esta crítica al periodismo político, al de Espectáculos, etc. Solo que ahora está concentrado en un Mundial y con mucha basura acumulada. El periodismo de WhatsApp es una escala más en el hundimiento de esta profesión. No dejen de cuestionar y cuestionarse. Todavía confiamos en los periodistas profesionales y honestos que quedan y siguen luchando. Adelante amigos.
Una pena todo lo que está pasando con el periodismo deportivo en la Argentina. Es increíble como se aprovechan de los malos momentos, sin embargo, cuando las cosas van bien son los primeros en jactarse de la gloria y decir: "Yo lo adelante hace tiempo". Como estudiante de periodismo deportivo me da tristeza ver a esos personajes deshonrado a una profesión tan bonita y, más aún, cuando a muchos nos encantaría poder tener la oportunidad de contar con el espacio para hacer lo que tanto soñamos y por lo que nos preparamos.
Digámoslo en criollo: vean Telesur, está el astro Victor Hugo Morales y el más astro Maradona... Por suerte, no sólo no tengo TV desde el 2006, sino que esto que es la selección de la AFA me importa tres belines. ¿Había necesidad de dar el nombre de Niembro? Sí. "por algo será".
"Me calmé un poco, y con eso vino mi raciocinio. Ahora estoy resignado. Apagué la tele y todos los charlatanes y lamec.. panqueques que hay en el periodismo deportivo" Es lo que escribí después del partido con Islandia. Sentía verguenza ajena por lo que estaba escuchando. Triplicalo por 20 en este momento. "No quiero ser tremendista, pero yo ya ni siquiera pienso en pasar de ronda sino no sufrir una derrota fulera frente a los croatas. Que tienen un mediocampo bastante más holgado que le nuestro y arriba no son negados. No veo por dónde. Sin conceptos y sin rendimientos no hay de dónde agarrase. Y ya lo pienso tranquilo, no con bronca. Sí con aflicción por Messi. Esto va a doler mucho a los que lo queremos" Es lo que puse después del partido con Islandia. Crónica de una muerte anunciada. El contagio del virus del "todo mal" se desparrama a todos, desde la cabeza de AFA (que no da la cara y sólo alimento la usina de puterío) hasta el último jugador que hoy por hoy con las redes sociales no escapan de esto. Lo de ESPN también te lo dije. Lo de Grondona Jr. y el opinador Caruso sólo es la frutilla del postre. Nos merecemos irnos con Nigeria. Lo de Ruggeri en la TV pública es lamentable. Debería comentar con Maradona. Rescato a Latorre (TV pública) Gustavo Lombardi (en la cloaca TyC) y no mucho más.
¿Qué opinas de Flavio Azzaro y Esteban Edul? ¿Qué periodistas deportivos recomiendas ver o leer? Saludos desde Venezuela.