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Crítica de “All or Nothing: Manchester City” (Amazon)
La adictiva serie de Prime Video nos sumerge en la intimidad de la campaña 2017-2018 del campeón de la Premier League.
Si bien en Netflix existen numerosos documentales sobre fútbol, como -por ejemplo- Les Blues: Una historia de Francia, 1996-2016, es difícil encontrar alguno con la profundidad, la gracia, el ritmo y la capacidad de seducción que tiene All or Nothing: Manchester City, serie de ocho episodios de algo menos de 50 minutos cada uno que se puede ver por Prime Video (o buscando un poco en otros ámbitos de Internet).
All or Nothing no es un proyecto nuevo, ya que se ha acercado previamente a la historia de los All Blacks (la arrasadora selección de rugby de Nueva Zelanda) y de equipos de fútbol americano, pero esta serie producida por Mediapro con dirección del prolífico realizador catalán Manuel Huerga es una oportunidad única.
La conexión catalán-londinense no es casualidad. Pep Guardiola -otrora brillante conductor del multicampeón Barcelona y uno de los máximos impulsores de la independencia catalana- es desde hace tres temporadas el DT del City y llevó a varios de sus viejos colaboradores a la parte administrativa, directiva y médica de su nuevo club, que de todas maneras basa su poderío económico en los multimillonarios aportes de sus dueños de Abu Dhabi.
La serie tuvo la “suerte” de que (atención: spoiler) el City saliera campeón de la Premier League 2017/2018 batiendo casi todos los récords existentes, pero que también sufriera eliminaciones dolorosas en la Champions y en las copas nacionales. O sea, todo servido para una épica de derrotas catastróficas redimidas luego por logros gloriosos.
Lo que en otras series deportivas irrita (léase pomposa música sinfónica, edición videoclipera, abuso de la cámara lenta), en este caso alimenta una tensión, un suspenso y una fascinación incluso para aquellos que, como quien esto escribe, han visto buena parte de los partidos y saben cuáles fueron los resultados. Porque ni siquiera las bellísimas imágenes de los goles (no hay equipo que mueva mejor la pelota en el fútbol contemporáneo) son lo más valioso de esta propuesta.
El “caviar” futbolero pasa por permitirnos acceder a la intimidad del vestuario, de la concentración, de las charlas tácticas, de los entrenamientos, de los festejos, del trabajo con los lesionados; es decir, la cara B, lo que no suele verse en las decenas de señales que cubren durante las 24 horas el deporte.
Ver al capitán, el belga Vincent Kompany, celebrar el campeonato en familia (con su suegro hincha del Manchester United), a Sergio Kun Agüero mostrándonos la habitación que reserva para las ocasionales visitas de su hijo Benjamín, al encargado de “ablandar” los botines toda la noche para que el día siguiente estén tal como lo requieren los jugadores; o el orgullo de media ciudad con este City que hasta hace pocos años era humillado por el poderoso United son solo algunos de los muchísimos momentos irresistibles de All or Nothing.
Pero -más allá de mostrar la dinámica deportiva, empresarial y organizativa de un club que hoy tiene las instalaciones más modernas del mundo- lo que convierte a la serie en algo extraordinario es la presencia como protagonista de Pep Guardiola, un huracán de energía, un genio de la táctica, un obsesivo del trabajo. Con un inglés rudimentario (por momentos inentendible) es capaz de contagiar, convencer, despertar, estimular a sus jugadores en las circunstancias más difíciles. Se sabe que la calidad técnica y el despliegue físico son los ejes para el éxito de un plantel, pero el aspecto psicológico nunca es menor y, en ese sentido, la capacidad de liderazgo y motivación de Pep ha sido fundamental para sus éxitos deportivos en Barcelona, Bayern Munich y ahora en el City.
Para los futboleros, entonces, All or Nothing: Manchester City es un evento insoslayable, pero me animaría a invitar incluso a quienes no son fanáticos de la Premier (la mejor liga del mundo, por escándalo) a que vean al menos un rato de la serie. Es una invitación a conocer los aspectos más desconocidos del más conocido (y popular) de los deportes.
BONUS TRACK: Tras el éxito de la propuesta de All or Nothing, Netflix adquirió una serie de estructura similar (6 episodios) que siguió la última campaña de la Juventus, multicampeón italiano (siete torneos consecutivos). Menos lograda que la del City (y prematuramente vieja tras la contratación de Cristiano Ronaldo y las partidas de Pipita Higuaín al Milan y del arquero Gianluigi Buffon al PSG), First Team: Juventus demuestra que este subgénero de narrar la trastienda y la épica deportiva de un club poderoso y popular ha llegado para quedarse.
BONUS TRACK 2. No es serie, pero sí un notable documental futbolero y está en Netflix. Se llama I Believe in Miracles y narra la épica historia a fines de los años '70 y comienzos de los '80 del modesto equipo Nottingham Forest, que pasó de jugar en la Segunda Divsión a consagrarse a los pocos meses campeón de Inglaterra y luego bicampeón de Europa bajo la batuta de la mítica dupla técnica de Brian Clough-Peter Taylor. Todo en el film (archivo, testimonios, musicalización, edición) es impecable.
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