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Crítica de “Suzanna Andler”, de Benoît Jacquot, con Charlotte Gainsbourg (sección Limelight) - #IFFR2021
El prolífico director de El séptimo cielo, La escuela de la carne, À tout de suite, Pas de scandale, 3 corazones, Journal d'une femme de chambre, El adiós a la reina y Eva escribió y dirigió esta transposición de la obra teatral homónima de Marguerite Duras, que tuvo su estreno mundial en Rotterdam.
Suzanna Andler (Francia/2021). Guion y dirección: Benoît Jacquot. Elenco: Charlotte Gainsbourg, Niels Schneider, Nathan Willcocks y Julia Roy. Fotografía: Christophe Beaucarne. Edición:Julia Grégory. Duración: 88 minutos. En la sección Limeligh del Festival de Rotterdam.
Es como Malcolm & Marie, pero -en vez de la Los Angeles actual en blanco y negro- en la colorida Costa Azul francesa a fines de los años '60. Si en aquel film de Sam Levinson con Zendaya y John David Washington para Netflix todo es cool, en esta película de Jacquot que tuvo su première mundial en Rotterdam todo es menos intenso y más apesadumbrado.
Afecto a trabajar sobre autores ilustres (desde Don DeLillo hasta Giacomo Casanova), Jacquot recuperó una obra escrita por Duras en 1968 y la rodó con algunos movimientos de cámara y ciertas bucólicas imágenes de las playas y las aguas del Mediterráneo, pero sin esforzarse demasiado para evitar que estemos ante un ejercicio de teatro filmado.
Ambientada durante una única y larga jornada, la película tiene todo el tiempo en pantalla al personaje del título (interpretado por Charlotte Gainsbourg), una esposa y madre de unos 40 años que mantiene una relación fría y distante con su muy adinerado marido y al parecer también con sus hijos, que se han quedado en París. Tanto él como ella parecen más interesados en sus amantes que en alimentar (o terminar) con un matrimonio que tiene todos los síntomas del agotamiento burgués.
Suzanna, vestida con largas botas de cuero y una mini pollera de Yves Saint Laurent, llega a la mañana a una hermosa e inmensa villa con vista al mar que está pensando en alquilar para el verano, pese a su enorme costo. Queda en contestarle esa misma tarde al responsable de la inmobiliaria (Nathan Willcocks)) y poco después recibe ahí mismo la visita de Michel (Niels Schneider), su joven y bastante desagradable amante. Hay una tensión evidente entre ellos. Es como que la protagonista nunca se ha terminado de definir respecto de continuar con la farsa de su matrimonio o jugársela por una nueva y superadora vida.
Con solo cuatro personajes (en determinado momento aparece Monique, una conocida que vive en la zona interpretada por Julia Roy) y media docena de largas escenas, Suzanna Andler no alcanza a generar demasiada empatía, intriga ni interés. Es un film prolijo y académico, pero que tanto en el conflicto que aborda (bastanta trivial a esta altura del mundo) como en su puesta en escena luce demasiado recatado, contenido y escaso de sorpresas.
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