Columnistas

Néstor Kirchner, el modelo, el estado del cine y las ideas

Por Gustavo Postiglione
El fallecimiento del ex presidente generó en el director rosarino una enorme conmoción que lo llevó al replanteo de su lugar como artista y a repensar el cine argentino.
Publicada el 31/10/2010
Como hombre de cine no puedo dejar de opinar, de hablar desde mi lugar. Hacemos películas para que la gente las vea, ponemos nuestras ideas en las películas y debatimos con nuestra obra dejándola a consideración de lo otros. Queramos o no, hacemos política: esto es una verdad de Perogrullo, pero también es cierto que muchas veces desde el mismo cine nos blindamos a discutir por fuera de lo estrictamente artístico. En algún sentido -aunque en menor medida que un actor o un músico- somos hombres y mujeres públicos. Esto -creo yo- nos obliga a no quedarnos afuera de los grandes temas que se plantean en nuestro país.

La muerte de Néstor Kirchner me obliga a reflexionar porque me modifica y también me hace replantear mi rol como hombre de cine ¿Qué significa esto? Que siento hoy una responsabilidad mayor que la que tenía ayer ¿Por qué? Porque creo que hoy, a partir de la muerte, dimensionamos un proceso histórico al que muchos miraban de reojo y con desconfianza y otros apoyábamos, pero a veces no con la contundencia que era necesaria.

Recuerdo que fui uno de los cineastas que firmó la solicitada en 2003 por Néstor Presidente. En aquel momento, no era tanto la simpatía por Kirchner sino las ganas de que desapareciera Carlos Menem de la escena política. Pero cuando Kirchner tomó el poder nos sorprendió, porque empezó a hacer lo que esperábamos que se hiciera desde hacía más de veinte años. No voy a relatar todo lo que este gobierno realizó en menos de siete años, ya lo han dicho en estos días hasta los mismos opositores. Lo que sí me parece importante es que en Argentina se volvieron a debatir ideas y esto es lo que ha invadido todo el cuerpo social, volver a poner sobre la mesa los conflictos que antes sólo se veían a través de lecturas solapadas, que se podían deducir de voces que jamás lo expresaban claramente.

Las ideas y la confrontación de las ideas estaban sumergidas y sólo asomaban a la luz cuando se ponían en juego intereses particulares y mezquinos. Hacer visible nuestras confrontaciones fue uno de los pasos que nos permitieron dejar la hipocresía de lado. No es posible el acuerdo entre los que desean dos modelos de país antagónicos. Es descabellado creer que los sectores conservadores van a acordar pacíficamente la democratización de los medios de comunicación o cualquier política de inclusión social. Por esto mismo el gobierno fue con la sinceridad aplastante de las ideas y provocó la confrontación de los pensamientos divergentes y propuso por primera vez -desde principios de los años '70- que lo que estuviera en juego fuera la discusión de un modelo y no de qué manera nos acomodábamos al modelo impuesto.

Es en este sentido en el que hay que analizar lo que llaman “volver a los '70”, porque volver a los '70 no es el folklore de la reivindicación de la lucha armada o de la revolución, hoy volver a los '70 significa rescatar la discusión que había quedado clausurada con el “Felices Pascuas” y con “la pizza y el champán”. Voté por primera vez en 1983 y no voté por Alfonsín ni por Luder, voté por Oscar Alende, pero en aquella famosa Semana Santa de 1987 deseaba profundamente que Alfonsín se transformara en el héroe que no quiso ser, como también deseé que Menem le respondiera a ese pueblo que lo votó desesperado en lugar de traicionarlo. Ni Alfonsín, ni Menem, ni De la Rúa lo hicieron. Argentina se había transformado en un país conservador y de eso daban cuenta todas sus manifestaciones políticas, sociales y culturales.

Si hoy pensamos en el Nuevo Cine Argentino, podemos asegurar que fue una respuesta a un cine raquítico y moribundo, pero se le opuso con una novedad estética y narrativa y un conservadurismo en sus contenidos en donde se trataba por todos los medios posibles de esconder las ideas que podían dar como resultado una lectura política. Era lógico, el cine viejo estaba cargado de ideología, pero vacío de arte y la reacción fue la que se podía esperar, pero viéndolo en perspectiva histórica creo que ese NCA también fue funcional al estado de las cosas que se proponía desde la clase dominante.

Pensémoslo de esta manera: luego de la crisis del 2001 y teniendo como herencia la década infame menemista, ¿cuántas películas argentinas se ocuparon de analizar ese tiempo histórico? ¿Cuántas películas argentinas abordaron las temáticas que en esos momentos eran la problemática que marcaba el pulso de la sociedad? ¿Hubo películas que tomaran la cuestión del trabajo, de la desocupación o que se adentraran en lo que fueron los primeros años de la democracia o que transcurrieran en una época inmediata anterior? ¿Hubo o hay películas que le dieran la voz a aquellos que nunca la tuvieron en la pantalla? Mis respuestas son inciertas y quizás no se le deba pedir esto al cine, quizás el cine deba darnos lo que naturalmente surja de los autores, pero me gustaría pensar que las grandes obras son el producto de un tiempo histórico y que de alguna manera el arte debería responder a ese contexto sin esconder la cabeza.

¿A dónde quiero llegar con esto? Quizás a una autocrítica, yo también formo parte de ese cine pero el pensamiento del cineasta no sólo se da en las películas, el cineasta puede opinar desde otros ámbitos, desde lo personal o también puede hacerlo desde lo gremial o sectorial. Pero como yo no pertenezco a ninguna entidad gremial, hoy lo hago desde la soledad, desde lo individual, porque creo que son tiempos en donde hay que expresar lo que se siente y se piensa. Siempre entendí al cineasta como un intelectual, pero en nuestro país el director de cine está confinado al mundo del entretenimiento y el espectáculo. En cambio, la opinión intelectual -dentro de la producción artística- está reservada para los escritores, los dramaturgos, los directores de teatro y algunos músicos.

El miércoles, cuando me enteré de la muerte de Kirchner, sentí la angustia que jamás había sentido ante la muerte de una personalidad pública. Tuve que rastrear mucho en mi memoria hasta que me encontré en diciembre de 1980 con el asesinato de John Lennon, ese fue un día muy triste para mi: la muerte de un Beatle. Y con lo de Kirchner me sucedió lo mismo, pero con más intensidad, porque no era sólo el líder admirado de la banda de rock más grande de la historia, sino que era el tipo que le había devuelto a la gente, a la gente de mi país, la dignidad perdida, algo insólito en estos tiempos. Me encontré conmovido frente al televisor, con lágrimas que no pude contener y traté de buscarle la respuesta y la respuesta estaba en la calle. Y esto lo fui corroborando con el paso de las horas, con la cantidad de jóvenes y personas humildes que desfilaban por la casa Rosada: jóvenes y humildes: los eternos excluidos de los últimos veinte años.

Luego de la primavera alfonsinista la participación de los jóvenes desapareció y los pobres siguieron siendo cada vez más pobres. La movilización popular es otro de los hechos que se habían perdido en esta Argentina: la gente en la calle había sido reemplazada por la mediatización televisiva. Los políticos renegaron de la gente en la calle, porque sabían que a la movilización popular hay que darle respuestas y soluciones. Por otro lado, la movilización popular nos devuelve el sentido de la acción política, de que el pueblo en la calle puede ser protagonista de un cambio real y esto acentúa las contradicciones en una sociedad.

Kirchner acentuó las contradicciones hasta con sus propias contradicciones. Sus flancos débiles han servido para que lo critiquen con más fuerza ya que los aciertos tienen una dimensión que no es posible atacarla desde la lógica racional. Y creo que esto lo humaniza aún más, lo transforma en un personaje con luces y sombras y eso nos permite reflejarnos en el mismo espejo y la identificación es mayor y nos impide colocarlo en el bronce que pretenden colocar a otros supuestamente impolutos, como lo hacen los peronistas ortodoxos con Perón o los radicales con Yrigoyen, Illia o el mismo Alfonsín.

Llamarlos por sus nombres (Néstor y Cristina) los acercan a Evita -otro personaje netamente humano- en la consideración del pueblo, palabra que estaba guardada en los cajones de la dirigencia política. Pero vuelvo a pensarme como hombre de cine en este nuevo escenario político en donde ya se escuchan las voces de los buitres que quieren hacer una fiesta macabra de la muerte, en donde están agazapados los que se atragantaron con el champagne al ver una manifestación auténticamente popular. Creo que a partir de hoy se hace cada vez más difícil hacerse el gil, mirar para otro lado o esquivar el compromiso, sea cual fuere.

El cine, repito, no es ajeno a todo esto, los directores del NCA consolidaron sus carreras desde 2003 hasta hoy, se transformaron en los rostros visibles del Cine Argentino y no ya del Nuevo Cine. Claro que no fue Kirchner el que manejó las cámaras ni el que dirigió a los actores, pero fue en este país y en este tiempo histórico en donde estuvieron dadas las condiciones para que la producción creciera año tras año con una impensada multiplicidad de miradas. No sé cual será el pensamiento de mis colegas, quisiera pensar que muchos están dolidos al igual que yo, pocas veces he podido discutir de política con otros directores, tal vez por el hecho de vivir a 300 km de Buenos Aires esa práctica sea más difícil de sostener que si viviera en la Capital.

Hace unos meses, tuve a mi cargo la realización de uno de los 25 cortos que 25 directores hicimos para el Bicentenario. Yo intenté que esa pequeña película fuera un pequeño aporte a la discusión del país que queremos, un aporte en donde esté expuesto mi pensamiento, mis dudas y contradicciones sobre la Argentina que nos ha tocado vivir, porque como director de cine me siento un hombre político con la obligación de no esconder mi ideología y la necesidad de poner el cuerpo a través de mi obra.

Me gustaría que ese debate apasionado de ideas que ha instalado Néstor Kirchner se pueda dar también en el ámbito del cine, aunque signifique profundizar nuestras diferencias, porque creo que de ese debate saldrían mejores películas que con seguridad serían un aporte más a la construcción del país que soñamos. Y si este proyecto de país -como supongo- se profundiza, mi cámara estará, ahora más que nunca, acompañando este modelo.

COMENTARIOS

  • 3/12/2010 23:40

    Un intelectual, como vos te llamas, no necesita ser tan obsecuente... pero bueno, cuando no hay talento hay que ser servil y genuflexo... tal vez asi podes seguir consiguiendo subsidios.<br /> No me imagino a Fellini, ni a Monicelli, ni a Dino Ricci haciendo estos comentarios. Pero bueno, por eso fueron lo que fueron y vos...

  • 22/11/2010 15:46

    "Admiro y respeto profundamente a quien pone en riesgo militante lo más preciado, en el caso de Gustavo, la cámara.<br /> La muerte de Kirchner y toda la pasión que ha despertado, ver al pueblo movilizado, volver a ver tanta juventud con la firmeza del cambio, me emociona y me despierta nuevamente el deseo y la esperanza que alguna tuve en mis tiempos de militancia.<br /> Soy parte de los que festejaron muchas acciones de este gobierno...pero sí, los miraba de reojo. <br /> Pero si este proceso de cambio intenta abrir un camino para desenterrar nuestros viejos sueños, yo también, de alguna manera, quisiera estar presente.<br /> Por eso hoy, tengo la cabeza y el corazón revuelto, con una adrenalina que aún no se bien como canalizarla. Por lo pronto, tengo ganas de soplarle el polvo a ciertos libros de política que tenía abandonados.<br /> Y de leer también otros que nunca he leído. <br /> Tengo nuevos deseos de saber"<br /> <br /> Estas palabras son parte de un mensaje personal que le había escrito a Gustavo cuando leí por primera vez su nota. <br /> Hoy lo comparto en este sitio. <br /> No conozco a quienes escribieron algunos tristes comentarios. Tristes digo, porque más que intentar reflexionar un poco sobre lo propuesto, se han tomado el tiempo en atacar a quien propuso abrir el camino de un franco debate.<br /> Discúlpenme si me equivoco, pero leo dichos comentarios y lamentablemente sólo percibo resentimiento y envidia. Penoso.<br /> En mi caso, estoy muy agradecida por haberme cruzado en el camino con Gustavo. No sólo por los proyectos compartidos. No solo por lo que aprendo a su lado. Sino porque conocí en Gustavo a una buena persona. Y eso para mí, es muy importante.<br /> Podrán gustar o no sus realizaciones, cada cual con su satisfacción sobre el cine.<br /> Pero nadie puede negar, por ejemplo, y no es poca cosa, que Gustavo nunca ha dejado de producir, (y más allá de los gobiernos de turno). <br /> Y lo más valioso, al menos para mí, en un camino de riesgo. Él pone en juego sus ideas, renovándose a sí mismo cada vez. No cualquiera lo hace.<br /> <br /> Yo agradezco a quien trabaja e investiga.<br /> <br /> Me rebela la mediocridad. Y es mediocre aquel que ante sus propias imposibilidades, persigue a quien logra hacer su deseo posible.

  • 11/11/2010 7:29

    Coincido con Larsen. Postiglione es inepto de donde lo mires.<br /> Yo fui alumno de el y ni yo ni mis compañeros aprendimos absolutamente nada de esa materia gracias a el.<br /> Ademas, sus realizaciones carecen de profundidad.

  • 10/11/2010 17:14

    Diego:<br /> Confundís "íntimo y visceral" con mediocridad y falta de reflexión. El "texto" de Postiglione es paurpérrimo. Imposible armar cualquier polémica o debate a partir de algo tan mediocre e irreflexivo como esto. <br /> Otra inepcia de Postiglione.<br /> L.<br />

  • 10/11/2010 13:16

    Muchos llegamos desde otros sitios, el hecho de buscar lo que se dice sobre Nestor hace que algunos nos encontremos devorando lo que sucede en nuestro país cuando estamos lejos y más cuando alguien de tu ciudad -como Gustavo- escribe esto que a mi particularmente me logró emocionar. Me hubiera gustado mucho estar en esa plaza y aportar con mi presencia un poco más de ese calor que se veía o se leía por los sitios de internet y que deformaba grotescamente un diario conservador y reaccionario como El Pais que seguramente tendrá los intereses cercando a Clarin y su banda. Trabajo free lance como productor en una pequeña empresa audiovisual y sigo con atención toda la producción de cine argentina, me gusta el cine argentino, al estar lejos me gusta más y tal vez pierda la objetividad, pero coincido plenamente con Postiglione (de quien aprendí mucho en la facultad, aunque me di cuenta tarde) en que es necesario que el cine se involucre también en la discusion del país que queremos. No sé si tengo mucha autoridad para hablar, ya que desde 12.000 kilómetros de distancia las palabras cobran un sentido diferente.

  • 10/11/2010 12:51

    Yo también llego aquí a traves del boletín de Mario Piazza. Me gustó mucho lo que escribió Gustavo, creo que es muy claro y lúcido en su reflexión, aunque tengo mis dudas en relación a como seguirá ahora el rumbo del país. En relación a lo que comenta Mauricio Gasparini, creo que NK hizo con Clarin lo mismo que con Duhalde, los usó para consolidar su poder político y después avanzó sobre los cambios más profundos, que sin ser revolucionarios, han sido mucho más de fondo que los de los gobiernos anteriores. Coincido con Lalo que está bueno que dentro del cine o la industria nadie esconda nada, pero no comparto el hecho de pensar el cine solo desde el entretenimiento, las dos vías son válidas y el cine de un país es la suma de todo. El cine de Gugliotta, como el de Carri, Martel, Trapero o Postiglione son tan válidos como cualquier otro de los que se hace sin especulaciones.

  • 10/11/2010 5:28

    Llego hasta aquí gracias al boletín de Mario Piazza. Debo decir antes que nada que comparto que la muerte de N K motivó una repercusión emotiva e ideológica que creo que, ni en el centro del gobierno ni la oposición imaginaron en la magnitud con que se dió. Pero, así mismo, no estoy tan seguro de que este momento en especial sea el propulsor del actvismo político en los jóvenes ni que los mismos o gran parte del conjunto de la sociedad haya estado inactiva en todos estos años. Si aplaudo una gran cantidad de hechos concretados a traves de NK, así como discrepo con otras tantas cosas y sobre todo en conceptos de llegada a la sociedad. En muchísimos casos, simplemente se llega por ruptura y esto genera extremos hacia un lado y otro neciamente reconciliables en absolutamente ningún punto en común.<br /> Tampoco creo en eso del Nuevo Cine Argentino. Creo que hay Un Cine Argentino, con momentos más o menos memorables, con autores más o menos interesantes o perdurables en el tiempo. Me saco el sombrero ante realizadores desde Demare, Favio, Olivera, Aristarain o Mignona, como así tambien frente a la obra de otros más noveles como Sorín, Campanela, Caetano o Zifron. No creo que el concepto de "comercial" o no, le dé validez o trascendencia a una película. En todo caso, me quedo con el concepto Americano de bajar línea a través de una historia "entretenida" y que llene de gente un cine al del concepto de "autor intimista" que regocija a un pequeño número de adeptos y cierta crítica refinada y aleja al común de la gente de las butacas. No he visto mucho de la obra de Gustavo pero, lo poco que ví, al igual de realizadores como Trapero, Giugliotta, Martel, no me seduce demasiado. <br /> Esta bueno que nadie deba esconder nada y mucho menos la ideología. Y que más allá de cada pensamiento haya una comunión de visión y realización de una "industria cinematográfica nacional", una verdadera deuda pendiente aún hoy.

  • 8/11/2010 15:32

    Porque la muerte ennoblece a la gente al extremo de la canonizacion ?? - Por supuesto que celebro que el kircnerismo haya profundizado el tema Derechos Humanos, asi como me parecio impecable la renovacion de los integrantes de la Corte Suprema - Tambien me encanto que se implantara lo del matrimonio igualitario y la Asignacion universal por Hijo - Pero considero que los partidarios de los "K" tienen una gran miopia con respecto a algunas zonas oscuras del matrimonio, entre otras: el crecimiento desmedido de sus riquezas (multiplicaron su patrimonio 7 veces desde el 2003 al 2010), la descalificacion continua hacia el que no piensa como ellos, el regodeo por la humillacion al otro - No estoy para nada a favor del Grupo Clarin, pero me parece que los K quieren quitarle el monopolio a Magnetto para crear otro "monopolio entre amigos", donde me temo que puedan haber mas ciclos propagandisticos del estilo de "6-7-8" - Igualar a Magdalena Ruis Guiñazu, J. Lanata, E. Tenembaum o M. Zlotogwiazda con Videla me parece un desproposito delirante - Porque en el 2007, siendo presidente NK, les renovo a las licenciatarias de TV y Cable las licencias ?? - Porque el Grupo "Clarin" paso a ser enemigo a partir del 2008 con el conflicto del campo ? - Porque Magneto fue reiteradas veces invitado a cenar a la residencia de Olivos ?? - Porque NK paso de la prometida transversalidad a aliarse con lo mas derechista y reaccionario del peronismo ?

  • 2/11/2010 16:02

    Gustavo.<br /> <br /> La temprana muerte de Nestor Kirchner me sorprendió en Mexico en el Morelia Lab formando a jóvenes productores independientes iberoamericanos. <br /> <br /> Me desperté haciendo zapping y la noticia me estalló en la cara en la CNN en español....<br /> <br /> Lloraba, sólo podía llorar internamente, descarnadamente, inconsolablemente.<br /> <br /> Y me indignaba como los hispanos gringos de la CNN al unísono con los rosendofraguistas argentinos hablaban de fin de época (HDPs)....<br /> <br /> Justo estaba leyendo un libro de historia que profundizaba en las diferencias entre Moreno, Castelli, Monteagudo, Belgrano, Artigas y los Rivadavias, Alveares, Saavedras, etc...<br /> <br /> Solo hallé un mínimo consuelo, luego, en esta nota de JPF:<br /> <br /> Un flaco como cualquier otro<br /> <br /> La nota que se publica a continuación fue escrita a los diez días de la llegada de Néstor Kirchner al poder. A él lo emocionó mucho. Cristina Fernández, siempre que me ve, me la recuerda. Era la simple expresión de un tipo (de un ex militante intelectual de la “generación diezmada”) que expresaba su agrado por el modo en que el nuevo presidente había asumido. Yo no sabía nada de Néstor Kirchner. Con Cristina habíamos presentado el libro de Bonasso Diario de un clandestino. Me senté a su lado y sentí (lo juro) esa tensa pero agradable sensación que se posesiona de uno cuando está cerca de una mujer bonita. Para qué macanear. El miércoles cuando, pálida, con anteojos negros, erguida y digna en su dolor, se plantó ante el féretro de Kirchner la vi todavía más hermosa: parecía una troyana trágica, una figura extraída de Esquilo o de Sófocles.<br /> <br /> El Flaco se llama Néstor, como el Presidente. También podría decirse –sin faltar a la verdad– que el Flaco es el Presidente, porque el Flaco, desde el domingo 25 de mayo de 2003, es el Presidente de este país en que todos estamos y también él; nosotros como ciudadanos, él como Presidente. Pero cuando amaneció el 25 el Flaco todavía no era el Presidente. Le tenían que poner la banda, tenía que jurar, saludar a los granaderos, advertirles a los ministros que Dios y la Patria les iban a demandar algo que jamás le demandaron a nadie, así estamos. Entonces, volvemos: empieza el 25 y el Flaco todavía no es Presidente. Para colmo, le hicieron una trampa muy fea, tan fea como podía hacerla el Gran Tramposo, que se bajó del ballottage y lo bajó al Flaco del 70 por ciento al que, cómodo, llegaba. Porque el Flaco, además de Flaco, es alto, de modo que puede llegar al 70 por ciento y hubiera llegado si no fuera porque el Gran Tramposo, que, entre otras calamidades, es muy petiso, no se hubiera bajado, pero se bajó y no hay quién no sepa por qué, el Gran Tramposo se bajó porque cuando sus Amos le dicen “Suba”, él sube, y cuando le dicen “Baje”, él baja, y esta vez le tocó bajar. Tanto, que ya ni petiso es. Tanto, que lo enterraron. Porque de un petiso podrá decirse cualquier maldad menos una: que no ocupa algún espacio en la realidad, que un cacho del ser no le pertenece, por menguado que sea. Al Gran Tramposo, en cambio, nada, tanto lo bajaron que ya no se lo ve. Y creo que somos muchos los que queremos que siga así: ausente de la realidad durante algún tiempo. De aquí a la eternidad, digamos.<br /> <br /> Volvemos al Flaco. Que, la sinceridad ante todo, no se había lucido durante la campaña electoral. Le decían mucho lo de Chirolita. Que Duhalde lo chiroleaba. Que era el Chirolita de Duhalde. Cosas así. Y el Flaco hablaba aquí, hablaba allá, hablaba donde podía, pero no lo escuchaban mucho. Para qué lo voy a escuchar al Flaco –pensaban todos–, si abre la boca y habla Duhalde, para eso lo escucho a Duhalde, que, por suerte, habla poco, ya que la juega de Prócer Prescindente o de Presidente en Tránsito. Y uno no escuchaba a nadie, ni a Duhalde ni al Flaco. Sin embargo, el Flaco lo necesitaba a Duhalde (y seguramente lo sigue necesitando, pero ésta es otra cuestión) porque el Gran Jefe Bonaerense tenía lo único que restaba de un país que se llamaba Argentina, tan hecho polvo, tan amainado que sólo le restaba un aparato, el duhaldista. Y ahí se montó el Flaco, ahí puso el pie, encontró un pedazo de la realidad. Lo menos que se le puede pedir a la realidad –se dijo– es que exista, y aquí ya no existe nada. Están los piqueteros y los asambleístas, de acuerdo. Pero los asambleístas existen porque les dejaron de existir los ahorros, no bien vuelvan los ahorros se van los asambleístas. Y los piqueteros existen pero como pura negación, existen como expulsión, marginación, desechos de un podrido sistema que no puede integrarlos. Hacen lo que pueden y lo hacen bien, pero yo, piensa el Flaco, quiero ser Presidente y ver si desde ahí puedo hacer algo por traerlos de nuevo a ese viejo y venerable circuito que ya no existe, el de la producción. De modo que el Flaco se pregunta qué tiene y tiene dos cosas: el frío patagónico y el aparato de Duhalde. Llega con esas dos cosas. Se banca lo de Chirolita y empuja. Por fin, gana. Pero por descarte. Gana porque el Otro, el Gran Embaucador, se va. O sea, el Flaco, que llegó como Chirolita, que llegó por medio de Otro, del Gran Caudillo Bonaerense, gana por defección de Otro, del Gran Embaucador. No soy yo, se dice. Soy un resultado. Llegué por Otro y gané por Otro. Llegué porque Otro me hizo llegar y gané porque Otro decidió perder. Entonces, en esta feroz encrucijada, el Flaco toma la decisión de su vida. Decide inventarse. Sabe, como el hombre sartreano, que es nada. Pero sabe que esa nada le abre el infinito, la tarea vertiginosa de ser sus posibilidades, de elegirse, de darse el ser. El Flaco, entonces, inventa al Flaco. (Que nadie crea, en este punto, que la referencia a la ontología de Sartre es casual, que surgió porque sí. No, el Flaco es sartreano. Lo es, ante todo, porque tiene que inventarse, elegir, y, eligiéndose, darse el ser. Y también es, el Flaco, sartreano, porque como el Gran Virola francés, el Flaco es el Gran Virola argentino. Se le pianta un ojo. El mismo que al autor de la Crítica de la razón dialéctica, el derecho. Suele creerse que esto es un defecto, una carencia. Pero no, el Virola ve más que el pobre tipo que tiene los dos ojos para el mismo lado. El Virola, con un ojo, ve el Todo. Y con el Otro ve lo que el Todo tiene al Costado. O sea, ve el Todo y su Costado. Que alguien diga si puede ver tanto. Privilegio de pocos ver todo eso, ver el Todo y el Costado. Privilegio de grandes. Como Sartre. Como el Flaco.)<br /> <br /> ¿En qué momento empieza a inventarse, a crearse, a darse el ser el Flaco? Cuando el Gran Embaucador renuncia. Ahí se pone frente a un micrófono y dice: “Sólo este rostro nos faltaba conocerle: el de la cobardía”. Caramba, qué frase. Algo así no sale del aparato duhaldista. Los aparatos dan muchas cosas. Poder, por ejemplo. Pero no inteligencia, que es, siempre, más que el poder, ya que es su creación y no su mera acumulación burocrática. Después el Flaco va al programa de la Señora que Almuerza. Y la Señora que Almuerza le dice eso tan feo, lo del zurdaje que se viene. Y el Flaco le dice “Señora, por esa frase, murieron treinta mil personas en este país”. Y todos empiezan a decir El Flaco es Zurdo, qué Zurdo es el Flaco, qué Zurdaje se viene, cuánta razón tiene la Señora. Pero el Flaco sigue. Es posible conjeturar, aquí, que el Flaco está acostumbrado a que le digan zurdo.<br /> <br /> Ahora es el 25. Y el Flaco hizo venir a cada gente, vea. Gente que, pongamos por caso, si ganaba López Murphy, no venía. Pero ganó el Flaco y vinieron. Fidel, Chávez, Lula, un horror. Una verdadera acumulación de zurdaje. Pero el Flaco los quería tener porque es afecto a los buenos recuerdos y dijo, después, en el discurso, que tenía algunos, algunos buenos recuerdos, el de la plaza del 25 de mayo de 1973, por ejemplo, la de Cámpora, Allende y Dorticós. Y dijo pertenezco a una generación diezmada. Y ahí –los que todavía no se habían dado cuenta, se dieron cuenta para siempre– ¡el Flaco es un Flaco de la Jotapé! El Flaco es un Flaco del setenta. Un Flaco de la izquierda peronista. Y si no, vean esa foto que aparece en los diarios: el Flaco, más flaco que ahora, como declinando en una silla, los brazos cruzados, escucha a dos o tres barbudos, circa 1972, en Río Gallegos, y los dos o tres barbudos son la imagen de la “subversión”, son perucas de izquierda de los más bravos, y por ahí el único que queda de esa foto es el Flaco, que los mira y aprende, y cree que del peronismo puede salir algo así como el socialismo, mirá vos las cosas en que creía el Flaco, si habrá sido joven, si habrá sido gil, creer eso, creer eso en lo que creyó la generación más revolucionaria de la historia de este país, la más castigada, la diezmada, como dijo el Flaco. Creer eso, creer que de un movimiento político con un general nazi a su frente podía salir la lucha de clases y la liberación nacional. Pero hay que comprender: el Flaco, en esos años, no leía a Uki Goñi sino a Fanon, a Cooke, a Jauretche, a Hernández Arregui. Y hasta, me juego, el Flaco leía la revista Envido, la única revista teórica que hizo la izquierda peronista, escrita, desde adentro, por flacos de la misma edad que el flaco, que eran, en ese entonces, tan flacos como él, y tan jóvenes y tan apasionados. Que eran, sin más, la izquierda peronista. Reducida después –por el canallismo ideológico de tantos canallas– a la mera historia de los Montoneros, y luego a la mera historia de Firmenich y Galimberti. Y luego al desprestigio y a la despolitización. Porque todos lloran por los desaparecidos pero olvidan en qué creyeron y por qué.<br /> <br /> Y por fin, el domingo, el Flaco gana por goleada. Se come la cancha. Se mete a la gente en el bolsillo. Se hace querer. Se crea sí mismo. Es un flaco como cualquier otro. Cruza hacia el Congreso. Un periodista lo hiere. El Flaco llega al Congreso medio ensangrentado. Jura. Juega con el bastón. Tiene el saco desabrochado. Y ahí está Lula. Y Castro. Y Chávez. Y el Flaco está feliz. Y con un ojo los mira a todos. Y con el otro, con el sartreano, de costadito la mira a Cristina.<br /> <br /> <br /> Y luego en un cartel anónimo, popular, que pude visualizar en la Plaza de Mayo, en él pude leer... ..."Nestor tuvo que irse junto a Evita, nosotros nos quedamos junto a Cristina"... <br /> <br /> Pucha que dolor... aunque la lucha continúe...

  • 2/11/2010 15:53

    Gustavo, me parece fantástica la nota y la reflexión final. Realmente yo soy Kirchnerista sin ser peronista (cosa rara, puede ser que sea un tibio, también) y sentí otra cosa, no sé como explicarlo. Creo que los que opinan distinto a nosotros no pudieron vencer al "Hombre" que fue Néstor Kirchner. Es como si supiera que tampoco van a poder contra la "Leyenda" que empezó esa misma noche, cuando... bueno, vos bien lo contás, cuando vivimos lo que vimos en esa plaza. Quiero a agradecer también a Diego porque brindó la oportunidad de conocer la opinión de personas que, como yo, tratamos de formar parte del Cine Argentino y, aunque nos cueste aceptarlo, por lo menos a mí, formamos parte del NCA (yo estrené una ópera prima y sé muy bien que no estuvo ni al alcance de la sombra de los talones de las buenas películas de ese movimiento). En fin. Gracias a los dos. De verdad.

  • 2/11/2010 0:38

    Gustavo, de por más interesante tu reflexión. Me quedo pensando que quienes hacemos cine tenemos que, aparte de lidiar con nuestra creación y con las dificultades intrínsecas de filmar, nos debemos siempre tener en mente el alcance de las obras. Nosotros tenemos muy pocas oportunidades públicas para decir, mientras nuestra obra tiene la posibilidad de seguir contando por muchas más décadas de las que podríamos llegar a vivir. Creo que debemos expresarnos con responsabilidad más allá de lo visceral, porque estamos construyendo una porción de la historia argentina, más allá de que en la charla sin distancia, esto suene a pura vanidad.<br /> Te veo pronto.

  • 1/11/2010 23:05

    Llegué a este comentario a través del blog La espada vengadora, que leo habitualmente y creo que lo que dice Postiglione me llega y me sensibiliza, creo que es indudablemente el comentario de un artista sensible que se siente conmocionado por la realidad. Respeto mucho a las personas que se juegan con sus ideas de esa manera. Yo nunca fui peronista y sin embargo fui a la plaza y sentí que algo distinto estaba pasando, no sé lo que vendrá pero la energia de la gente en la calle creo que esta cambiando un poco las cosas para bien-

  • 1/11/2010 22:58

    Gustavo<br /> Acompaño tu pensamiento sobre los momentos que vive el país, también fui estudiante y me siento con unas ganas terribles de participar, recién etoy dando mis primeros pasos en eso de hacer cine, para mi sos un referente y lo que decís me hace pensar en que debemos dejar de lado las pavadas y las miserias (como bien dice Diego Batlle) y darnos cuenta que tenemos por delante la posibilidad de participar en la construcción de un país diferente

  • 1/11/2010 22:08

    Diego, gracias por parar la pelota (esto no hace falta que lo publiques) pero si de algo puedo jactarme es de mi conducta pública, aprovecho para recordarte que una de las primeras voces que le pegó a Maharbiz públicamente fui yo en una nota que vos me hiciste en la revista La Maga hace ya muchos años y también fui pionero de criticarlo a Menem, lo podés corroborar en la revista Fierro de diciembre de 1989, nota hecha por Claudio Minghetti, cuando no hacía un año que Carlos Saúl había asumido.<br /> Un abrazo<br /> <br /> Gustavo

  • 1/11/2010 21:54

    Estimados lectores: a partir de ahora, dejo de subir comments a favor o en contra de Postiglione como docente, si fue bueno, malo, honesto o corrupto.<br /> <br /> Si alguien quiere opinar sobre lo que él escribió, sobre el legado de Kirchner o la forma de (re)pensar el lugar del cineasta, adelante. No es éste un ámbito para miserias personales. Busquen otros blogs o sitios. Espero sepan entender, gracias, saludos a tod@s

  • 1/11/2010 21:36

    A mediados de la década del noventa, Gustavo Postiglione como otros tantos profesores de la Escuela de cine guardaban absoluto silencio sobre el modelo menemista y defendian públicamente a Maharbiz y su siniestro paso por el Instituto de Cine. Es cierto que pocos recuerdan a Postiglione dando clases en la Escuela (Escuela a la que ahora critica pero bien que se benefició de sus equipos, apareciendo por otro lado muy ocasionalmente a dar clases), y menos en Comunicación Social. Puede negarlo todo lo que quiera, pero hay cientos de estudiantes de ese entonces que conocen la verdad.

  • 1/11/2010 18:15

    Gracias Gustavo por tu columna. Coincido plenamente con tu postura.Yo también voté por Alende en el '83. Tampoco era kirchnerista, pero me fui identificando poco a poco con las medidas de este gobierno, y pensaba votarlo a Néstor en el 2011. Por suerte nos quedan la clarividencia y lucidez de Cristina, que, sumadas a su fortaleza, harán sin duda menos pesada la trágica pérdida de este auténtico líder del pueblo.

  • 1/11/2010 17:54

    Me parece coherente que Postiglione apoye a Kirchner, ya que el peronismo ha sido siempre para él, y para algunos de sus amigos ("buenos muchachos" peronistas), un buen medio para abrirse espacio en la Facultad de Comunicación Social, en la Escuela de Cine y en Arteón, en Rosario, lugares para los cuales sólo existen los amigos que formaron parte del asado que filmó en el año 2000.

  • 1/11/2010 16:13

    Gustavo,<br /> Me encantó tu nota, pienso lo mismo.<br /> Marcelo Ledesma,<br /> ¿Qué te hizo Postiglione? Fui alumna de Gustavo en dos oportunidades y he aprendido mucho y recuerdo también las horas que nos ha dedicado a los trabajos practicos muchas veces colaborando tanto él como sus ayudantes con mucho tiempo más que el que hubiera indicado las horas de clases que nos correspondían.

  • 1/11/2010 16:07

    Marcelo Ledesma; Estoy orgulloso de trabajar muchas horas de mi vida en la universidad pública, si querés saber como usufructo de sus bienes podés tomarte el trabajo de averiguarlo por vos mismo, Como toda universidad pública todo lo que se hace no se oculta. Pero lo importante es que coincidimos en la valoración de estos años de gobierno y creo que de eso se trata este debate.

  • 1/11/2010 16:05

    Marcelo Ledesma,<br /> <br /> Con que facilidad se critica a alguien que evidentemente no conocés. Si pasás por los pasillos de la Facultad (en Comunicación Social) lo vas a encontrar a Gustavo varios días de la semana y no solo dando clases. Pocos lo saben pero él desde hace unos años está impulsando el desarrollo de una de las primeras experiencias de canales púbiicos universitarios. Experiencia que desarrolla con alumnos y docentes, como también sé, porque lo he visto, que hasta ha llevado a la facultad sus propios equipos para trabajar con los alumnos, desde un dvd (cuando no había) hasta su propia cámara de video. Pero repito es muy fácil hablar por el solo hecho de querer ensuciar a alguien.

  • 1/11/2010 15:33

    Coincidir con vos en la visión sobre el gobierno no es algo que me llene de orgullo.<br /> Tenés desde siempre el discurso progre, pero todo aquel que te conozca sabe que usufructuás los recursos de la educación pública para tu beneficio personal. Desde siempre. Así fuiste subiendo.<br /> Lo hiciste en la Escuela de Cine y en Comunicación Social. Encanutaste becas, equipos y recursos.<br /> ¿Por qué no contás cuánto ganás en Comunicación y cuántas veces aparecés por mes? ¿Por qué no contás qué uso se le da a esos equipos y quién los usa para beneficio personal?

  • 1/11/2010 14:49

    Excelente Gustavo tu nota o articulo. Yo también vote por primera vez en el 83 y por Alende. Me encantó la nota. Será un gusto concerte el Viernes en Rosario, ya que ambos somos Gleyzers.<br /> <br /> recibe un abrazo.<br /> Marcelo.

  • 1/11/2010 11:48

    Marianela,<br /> <br /> Podés no coincidir conmigo y lo respeto, lo que te puedo asegurar es que desde hace mucho tiempo analizo y estudio la historia porque realmente me interesa, lo que sucede es que en los análisis históricos no se puede ser objetivo y en ese sentido siempre tomamos parte y es por eso que aceptar las diferencias.

  • 1/11/2010 7:41

    Gustavo, no coincido con vos en lo que decís acerca del gobierno, creo que te falta mucho de historia para revisar y analizar.<br /> saludos

  • 31/10/2010 21:32

    Diego,<br /> conincido con vos, Pizza, Birra y Faso, Mundo Grúa y otras son obras fundamentales, pero quizás se haya entendido mal, lo que yo planteo es que más allá del valor innegable de esas obras, lo que planteo es una crítica (en la que me incluyo) ya que creo que si bien fueron reflejo de una época, quizás hayan faltado films más críticos a esa misma época (sin ser declamativos ni panfletarios) pero seguramente es un debate para dar en otro contexto, Desde ya te agradezco tu apertura a que las ideas se puedan expresar de esta manera en tu sitio<br /> Un abrazo<br /> <br /> Gustavo

  • 31/10/2010 21:31

    Gustavo.<br /> Me parece buenísimo lo que escribís y lo que proponés.<br /> Yo también soy, o intento serlo, un cineasta. Joven, terminando mis estudios y encima también afuera de buenos aires. No se si me atrevo a llamarme cineasta en realidad, pero hagámoslo por ahora.<br /> <br /> Al igual que Diego, tampoco soy Kirchnerista. La verdad que nunca le creí, pero dada la situación, no viene al caso. Sí se reconocer y me parece maravilloso lo que este hombre disparó en ustedes. El símbolo en el que ha devenido este hombre es más grande de lo que cualquier presidente pudo haber sido.<br /> Y me parece importante que el arte se pronuncie en cuanto a esto. Los artistas populares cumplen, justamente, un rol muy necesario en una sociedad para la generación de símbolos. Es en gran parte nuestro laburo mantener este momento latente.<br /> No me refiero a que nuestras películas sean explícitamente políticas, pero sí a que las hagamos con seriedad, dedicación y, por sobre todas las cosas, pensando. De ese modo, inevitablemente se verán bañadas de su época y la cultura de su momento.<br /> Soy de los que creen que, por poner un ejemplo simple y conocido, "Before Sunset / Sunrise" es políticamente mucho mas interesante, y dice mucho mas, que "Fast Food Nation", en el caso de las dos películas de Linklater.<br /> <br /> Por otro lado, también al igual que Diego, creo que el NCA está bañado de su momento. Las películas de Rejtman, Martel, Pizza, birra, faso, ¿no crees que reflejan la época y que quizás por eso las mas explícitas han quedado un poco viejas?<br /> <br /> Bueno, celebro que los artistas populares se pronuncien sobre estos temas y abran la discusión. Saludos.

  • 31/10/2010 20:23

    Gustavo, me gustó el tono íntimo, visceral de la columna que nos enviaste y la publiqué de inmediato, más allá de que no soy un kirchnerista a ultranza (podés encasillarme como "progre tibio" si querés, yo también milité en el PI).<br /> <br /> Lo que no estoy tan de acuerdo es en tu mirada algo despectiva sobre el Nuevo Cine Argentino. Películas como Mundo Grúa, Bolivia, Pizza, Birra, Faso y hasta muchas de esas sobre adolescentes bucólicos y abúlicos que tanto les gusta denostar a quienes odian el NCA para mi reflejaron muy bien aquellos tiempos. <br /> <br /> Pero lo importante aquí no es ese debate (que igual será interesante plantear en otro ámbito y contexto), sino lo que vos decís sobre tu lugar de director y cómo este hecho te cambia la cabeza. Gracias. Abrazo

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