Festivales
Reseñas y premios de la Competencia Oficial Latinaomericana
Por Diego Batlle, desde Cartagena
-Con el triunfo de la colombiana Tierra en la lengua, de Rubén Mendoza, el Premio Especial del Jurado para Celina Murga por La tercera orilla y el de dirección para Alejandro Fernández Almendras por Matar a un hombre finalizó la 54ª edición del FICCI.
-Tres películas argentinas (además de La tercera orilla, Ciencias Naturales y El cerrajero), dos chilenas (Raíz y Matar a un hombre), dos locales (Mateo y Tierra en la lengua), dos mexicanas (Somos Mari Pepa y Club Sándwich), una brasileña (Hoje eu quero voltar sozinho), una venezolana (Pelo malo) y una peruana (El mudo) conformaron una excelente selección de 12 largometrajes.
-La tercera orilla (Argentina), de Celina Murga ★★★★✩ PREMIO ESPECIAL DEL JURADO (aquí la crítica completa)
-Pelo malo (Venezuela), de Mariana Rondón ★★★★✩
Si a uno le dicen “película venezolana sobre una joven madre soltera (viuda en verdad), sin trabajo fijo, con un hijo de 9 años y un bebé, que vive en un monoblock de mala muerte” el prejuicio nos llevaría a pensar en lo peor (patetismo, porno-miseria) del cine latinoamericano más rancio. Nada de eso. Esta potente, sensible, demoledora historia tiene a Junior (un notable Samuel Lange) como el verdadero protagonista, un niño que -en medio del desamparo y de la curiosidad de todo período de iniciación- está obsesionado con alisarse su “pelo malo”, mientras su mamá trata de recuperar su trabajo como guardia de seguridad y se disputa la tenencia del muchacho con la manipuladora abuela. Rondón es durísima en su retrato de una sociedad fragmentada (la tensión, la sordidez, la hostilidad, la violencia contenida en Caracas son casi insoportables) dominada además por el machismo y la intolerancia (la “desviación” sexual del pequeño es reprimida y corregida). Ganadora -con méritos propios- de la Concha de Oro en San Sebastián y multipremiada en Mar del Plata, La Habana y Torino, entre varios otros festivales.
-Matar a un hombre (Chile), de Alejandro Fernández Almendras ★★★½ PREMIO A MEJOR DIRECCION Y PREMIO FIPRESCI
El realizador de Huacho y Sentados frente al fuego aborda en su tercer largometraje -basado en un caso real- varios temas polémicos: la espiral de violencia, la venganza (el ojo por ojo), el proceso por el cual un hombre común, un poco gris, se va transformando en un monstruo hasta llegar a lo que el propio título indica (hay algo de Breaking Bad y del cine de Michael Haneke en la propuesta). En principio, conocemos a Jorge (Daniel Candia), un guardabosque diabético que vive con su esposa Marta (Alexandra Yáñez) y su hijo Jorgito (Daniel Antivilo). Pero la previsible, rutinaria existencia de la familia se ve amenazada por unos vecinos malechores liderados por el temible Kalule (Daniel Antivilo). Basado en un caso real, el film construye una acumulación de tensión (por momentos insoportable) que termina explotando como casi siempre de la peor manera. El miedo, el odio, el resentimiento, el ánimo revanchista van minando y destruyendo la humanidad, los códigos morales, de un hombre común. La película -ganadora de la Competencia Internacional del reciente Festival de Sundance- generará de manera casi inevitable polémicas más de índole ideológicas que cinematográficas (a mí me generó debates internos, me inquietó, me perturbó, me angustió). Es que el largometraje en sí es de una solidez y potencia notables, empezando por la impecable puesta en escena, el notable aporte de los actores y el trabajo del DF Inti Briones. Sólo el uso ampuloso de la música de Jorge Vergara resulta contraproducente. Para apreciar y -claro- discutir.
-Somos Mari Pepa (México), de Samuel Kishi Leopo ★★★½
Alex es un típico adolescente introvertido. Está en pleno despertar sexual, tiene un grupo de amigos y toca la guitarra en un grupo de punk-rock que ha compuesto UNA canción y aspira a participar en una "guerra de bandas". Con un padre prácticamente ausente, convive con su abuela con quien mantiene no sólo diferencias generacionales sino también... musicales. A partir de su corto Mari Pepa (2011), Samuel Kishi Leopo construye una ópera prima que -más allá de ciertos códigos o lugares comunes del relato de "iniciación", de paso a la adultez- resulta casi siempre convincente y en varios pasajes conmovedora (sin golpes bajos) por la sensibilidad y convicción con que aborda estas pequeñas pinceladas de vida de fuerte sesgo autobiográfico. Un director a seguir.
-Hoje eu quero voltar sozinho (Brasil), de Daniel Ribeiro ★★★½
Multipremiada en la reciente Berlinale (Teddy, FIPRESCI), esta ópera prima de Ribeiro que amplifica su aclamado corto Eu nâo quero voltar sozinho (2010) describe las desventuras de Leonardo, un adolescente gay y no vidente que es objeto de burlas por parte de varios compañeros de colegio. Nuestro héroe está enamorado de Gabriel y afronta sus temores, contradicciones y múltiples dificultades con enorme entereza, pero también con su inevitable dosis de angustia. Su única amiga y confidente es Giovanna, que empieza a tener celos cuando Leonardo centra su interés en y pasa la mayor parte del tiempo con Gabriel. Un "triángulo" perfecto para una tragicomedia (con más humor que melodrama) que fluye con gracia, emoción y desparpajo. No sé si es una gran película (tiene varios aspectos un poco demagógicos), pero si en una escuela de cine se enseñara cómo construir un "crowd-pleaser" este debería ser el ejemplo a mostrar. Película que combina elementos de los subgéneros "high school", "coming of age" y "out of the closet", resultó una fresca fábula en favor de la libertad y la identidad sexual saludada aquí con aplausos incluso durante la proyección y con una apoteósica ovación final.
-El cerrajero (Argentina), de Natalia Smirnoff ★★★½
Tras su notable debut con Rompecabezas, Smirnoff sigue interesada en retratar personajes con un rico universo propio, pero al mismo tiempo bastante desconectados del mundo real. En este caso, el portagonista es Sebastián (Esteban Lamothe), el cerrajero del título, que vive solo porque nunca ha querido (o podido) sostener una relación afectiva con sus múltiples conquistas amorosas. Cuando su última y más intensa pareja (la notable Erica Rivas) le informa que ha quedado embarazada (que además el bebé podría ser suyo) y aparece en su existencia una misteriosa y algo excéntrica inmigrante peruana su previsible existencia -su mayor obsesión son las cajas musicales- comienza a complejizarse. Más aún cuando empieza a tener revelaciones, visiones incontrolables sobre los distintos clientes a los que visita para cambiarles o arreglarles las cerraduras. Si bien no siempre la mixtura entre tragicomedia romántica, elementos absurdos (¿sobrenaturales?) y paranoia urbana (potenciado por una extraña humareda que invadió Buenos Aires en 2008) funciona a la perfección, se trata de una película entrañable, por momento fascinante, con lúcidas observaciones y sostenida por dos talentosos intérpretes que son capaces de transmitir todas las contradicciones y matices (desde la contención a los quiebres emocionales) de sus atribuladas criaturas.
-Ciencias naturales (Argentina), de Matías Lucchesi ★★★½
Ganadora de la sección Generation en la reciente Berlinale, esta ópera prima del cordobés Matías Lucchesi describe las desventuras de Lila (Paula Hertzog, la revelación de El premio, ya definitivamente consolidada como actriz), una conflictiva chica de 12 años que no conoce a su padre y está dispuesta a cualquier cosa para encontrarlo. Ante los reiterados intentos de fuga y la pasividad de la madre de la niña, su maestra en una aislada escuela rural (Paola Barrientos) decide ayudarla en su empresa detectivesca y juntas iniciarán un largo viaje lleno de contratiempos y derivaciones. Se trata de una sensible y cuidada fábula sobre la perserverancia y la búsqueda de la identidad en condiciones -en todo sentido- hostiles, desde una mirada bastante pura y despojada propia de cierta inocencia infantil.
-Raíz (Chile), de Matías Rojas ★★★½
En una línea muy similar a la de la anterior Ciencias Naturales (estamos ante una suerte de subgénero del Nuevo Cine Latinoamericano), esta más que auspiciosa ópera prima realizada como trabajo de graduación de una escuela de cine describe la relación que se establece entre una joven que regresa por un tiempo a su casa familiar en el sur chileno y un niño humilde que pierde a su madre. Ambos emprenden un viaje lleno de peripecias, descubrimientos (y decepciones) en busca del padre del chico. Un retrato de enorme belleza (sobre todo por el aprovechamiento de las locaciones naturales) y momentos de lograda intensidad y sensibilidad. Ganadora de la Competencia Chilena del último Festival de Valdivia.
-Club sándwich (México), de Fernando Eimbcke ★★★✩✩
El realizador de Temporada de patos y Lake Tahoe continúa con la exploración del universo adolescente con su estilo austero, despojado, minimalista. Esta vez, lo hace a partir de las vivencias de Héctor, un quinceañero gordito que viaja con su madre de treintaypico a un resort playero semivacío. Entre ambos hay una relación (¿demasiado?) cercana e intensa (tranquilos: no hay incesto), pero esa intimidad -códigos comunes que han construido- empieza a resquebrajarse cuando el muchacho -que está en pleno estallido hormonal- conoce en el lugar a Jazmín, una chica algo mayor que él. Eimbcke describe con recato e inteligencia la tensión y las contradicciones de madre e hijo, pero la película se queda en la superficie, sin ahondar ni profundizar demasiado en los conflictos. Para mi gusto, el cine coming-of-age del cineasta mexicano (ganador del premio al Mejor Director en San Sebastián) está mostrando ciertos signos de agotamiento. Su talento y convicción están exigiendo probar nuevos caminos.
COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO



FESTIVALES ANTERIORES
Críticas breves de tres valiosos films distinguidos por los jurados de sus respectivas secciones.
-Este sábado 12 de abril se entregaron en La Usina del Arte las distinciones de la vigésima sexta edición del festival porteño.
-LS83 obtuvo el Premio Ciudad de Buenos Aires al mejor largometraje nacional en todas las competencias.
-La virgen de la Tosquera logró el Gran Premio del Jurado de la Competencia Internacional; y Bajo las banderas, el sol, el de la Competencia Internacional.
Cierre de la trilogía iniciada con 36 horas (2021) y Cuando oscurece (2022).
El nuevo film de Seles ganó el Premio Especial del Jurado de la competencia dedicada a lo nuevo del cine nacional.
<p>Hola Diego, parece que hubo un buen nivel en la competencia oficial. ¿Que tal esta la Colombiana Tierra en la lengua?</p>
<p>Qué buen festival, bah visto desde acá a la distancia. Vi una foto del teatro-cine donde se pasan las películas de la competencia y es fantástico, me hizo acordar al Grand Splendid, una vergüenza que sea hoy una sucursal de una librería de best-sellers.</p>