Críticas
Actividad paranormal 3, de Henry Joost y Ariel Schulman
Creer o reventar
La tercera entrega de la saga repite con muy pocas variantes los esquemas de las dos anteriores y, así, el efecto terrorífico resulta menos eficaz.
Esta tercera entrega no es una mala película, pero tiene un gran problema: repite con muy escasas variantes la fórmula explotada por sus dos antecesoras. Así, la experiencia se parece bastante a escuchar un chiste por enésima vez: ya no tiene el mismo efecto, la fluidez ni la capacidad de sorpresa que en aquella primera oportunidad.
En un rapto de nostalgia, la historia se traslada a fines de los años ‘80 y las dos cámaras que tomarán las imágenes (a veces fija, a veces en mano) son en el viejo y ya casi extinto formato VHS. Las protagonistas de las dos primeras entregas (Katie Featherston y Sprague Grayden) aparecen sólo en la primera escena, un prólogo que transcurre en 2005, pero luego las veremos de pequeñas (ya interpretadas por Chloe Csengery y Jessica Tyler Brown) en la casa familiar californiana que comparten con su madre (Lauren Bittner) y con su nuevo padrastro (Christopher Nicholas Smith), que se gana la vida filmando bodas y es un adicto de la imagen.
Poco a poco, con el estilo pausado y progresivo de la saga (casi minimalista frente al terror sádico de, por ejemplo, la franquicia de El juego del miedo) los directores Henry Joost and Ariel Schulman (cuyo principal antecedente era el documental Catfish) irán mostrando las presencias fantasmales (¿demoníacas?) hasta llegar a un final bastante más explícito que apuesta por el impacto.
El guión de Christopher B. Landon (quien ya había participado en la creación de la segunda entrega) apuesta por la contradicción entre las personalidades de una madre escéptica frente a cualquier hecho anormal y su pareja, siempre dispuesto a descubrir en cada fotograma la presencia de algo extraño. Porque de eso se trata Actividad paranormal 3: de creer o -literalmente- reventar.
(Esta crítica se publicó en el diario La Nación del 20/10/2011)
___________________________________
Seguinos en
Facebook aquí
Seguinos en
Twitter aquí
Suscribite a nuestro
RSS (feeds) aquí
Visitá nuestra página en
YouTube aquí
Visitá nuestro blog
Micropsia aquí
Visitá nuestro blog
OtrosCines/TV aquí
COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO



CRÍTICAS ANTERIORES
Una historia de terror contada íntegramente desde la perspectiva de un perro es todo un desafío narrativo que Leonberg sortea con muchos más hallazgos que carencias en un film que le debe casi todo a Indy, ganador del premio Howl of Fame a la mejor actuación perruna en el SXSW de Austin, Texas. Directo al Festival de “Canes”.
Estrenada en la Competencia Oficial de la Mostra de Venecia y exhibida luego en otros festivales como Toronto, San Sebastián, Londres y ahora Sitges, esta nueva versión del clásico relato de Mary Shelley a cargo del director mexicano de films como Cronos, Mimic, El espinazo del diablo, Hellboy, El laberinto del fauno, Titanes del Pacífico, La cumbre escarlata, La forma del agua, El callejón de las almas perdidas y Pinocho se estrena en algunas salas argentinas el jueves 23 de octubre y llegará al servicio de streaming de la N roja el viernes 7 de noviembre.
Tras un amplio recorrido por prestigiosos festivales como Venecia, Toronto (donde ganó el premio del público), Busan, Nueva York y Londres, se presentó en Sitges el más reciente y notable film del talentoso director de JSA: Zona de riesgo, Sympathy for Mr. Vengeance, Oldboy: Cinco días para vengarse, Lady Vengeance, Thirst, Lazos perversos, The Handmaiden y Decision to Leave. En América Latina esta nueva transposición de la novela The Ax, de Donald E. Westlake, será distribuida en cines y luego en streaming por MUBI.
Ganadora del Premio del Jurado en la competencia Un Certain Regard del Festival de Cannes 2016 y nominada al Oscar 2017 al Mejor Largometraje de Animación, esta película del neerlandés Michael Dudok De Wit fue además el primer proyecto coproducido por los estudios Ghibli fuera de Japón. A casi una década de su estreno internacional, llega a las salas argentinas convertido a esta altura en poco menos que un clásico.
Catfish no es un documental, sino una ficción filmada como si fuera un documental según lo que tengo entendido que tuvo muy buenas críticas en Estados Unidos. Por eso los eligieron para esta tercera parte. Por lo menos siguen el patrón de la segunda y ponen verdaderos directores a cargo. La primera parte era nefasta en ese sentido.