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Crítica de “Hija única”, de Santiago Palavecino
En su cuarto largometraje, Palavecino habla de la identidad y la memoria con recursos poco transitados por el cine argentino.
Hija única (Argentina/2016). Dirección: Santiago Palavecino. Elenco: Juan Barberini, Esmeralda Mitre, Ailín Salas, Carmela Rodriguez, Luciano Linardi, Stella Galazzi y Susana Pampín. Guión: Santiago Palavecino y Fernando Manero. Fotografía: Fernando Lockett. Edición: Andrés P. Estrada. Dirección de arte: Victoria Marotta. Sonido: Federico Esquerro y Santiago Fumagalli. Distribuidora: Energía. Duración: 110 minutos. Apta para mayores de 13 años.
El director de Otra vuelta, La vida nueva y Algunas chicas regresa al thriller psicológico, a sus enigmáticos personajes femeninos y a las fascinantes imágenes conseguidas en sociedad con el notable fotógrafo Fernando Lockett para una película que aborda -sin caer en lugares comunes, subrayados ni bajadas de línea- cuestiones como la identidad y los lazos familiares.
Ambientada en un futuro cercano, Hija única arranca con el regreso de la veinteañera Delfina (Ailín Salas) desde Nueva York a un pueblo de la provincia de Buenos Aires (otra de las constantes del cine de Palavecino). A partir de ese hecho, el realizador despliega un amplio abanico de conflictos que nos transportará al pasado y nos llevará a conocer las historias de varios personajes en distintas épocas y signadas por diferentes relaciones afectivas.
La película comienza apostando por el realismo puro para -con el correr de las casi dos horas de relato- ir derivando hacia elementos casi del orden de lo fantástico. En el centro de la escena estará Juan (Juan Barberini), un hijo de desaparecidos que ha podido construir una familia con su esposa Berenice (Esmeralda Mitre) y su hija, pero que no puede sacarse de encima los fantasmas y las tragedias del pasado, que incluyen la muerte de su novia de juventud.
Más allá de que no todas las piezas de este ambicioso y complejo rompecabezas encajan a la perfección, se trata de una película inquietante y provocadora, que se anima a cuestionar las nociones más arraigadas y reivindica el valor de ciertas relaciones afectivas incluso por sobre las familiares. El amor, a veces, pesa más que la sangre.
(Esta reseña fue publicada en el diario La Nación del 10/11/2016)
Aquí una crítica más amplia del film por Diego Lerer en nuestro blog Micropsia
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Bellisimo film, muy elaborado e inteligente. La musica de Prokofiev y Mozart ensambla con el desarrollo de la trama. Nada mejor que Romeo y Julieta para el amor primaveral de Juan y Julia. Esmaralda Mitre excepcional y Aylin Salas sugestiva como siempre. La niña una revelación y la trama apasionante. Me gustó mucho la lectura del cuento de Borges. Felicitaciones a todo el equipo por un trabajo que enorgullese al cine nacional
El guión central se dispersa en dos tramas temporo-espaciales que si bien como observadores nos exige el trabajar las interpretaciones , se pierde la tematización o hacia dónde va..
Acabo de verla, y siento que el guión tiene algunos problemas. Hay un espacio para la reflexion,la espiritualidad y lo mistico. Pero se caen los dialogos y la tensión se disuelve. Encuadres y planos muy bellos. Paisajes y tratamiento de color bien exquisitos. Mucha cámara en mano, en principio me disgustaba, despues entendi que los saltos y los movimientos tenian una logica.
Un bodrio, pesada y cuesta un horror entender algo. Mezclar identidad con hijo de desaparecidos, en ese contexto no tiene nada que ver
Un verdadero rollo !
Hay un error en la crítica de Diego lerer, la música que acompaña la obra es la Flauta Mágica, ópera de Shikaneder y Mozart, y no de Prokofiev .
Fabricio......creo que en Google hay una página que la descarga gratis...suerte...
Qué es lo que aporta que sea hijo de desaparecidos? Por momentos los diálogos me parecen desfasados, no aportan nada, es como si aspirara a una pose la película. Algo en mi sospechaba (después de ver Algunas Chicas, que me encantó) que Palavecino estaba cerca del "acartonamiento", de cierto cine medio pretencioso/preciosista/falto de contenido, que ahora se lo llama "buscador de atmósferas". Exprecionista, irracional, también insustancial, posmoderno, que intenta sondear el "misterio" del universo apelando a una sensiblería holística, medio new age, presentes en Malick obviamente y en otro (excelente) director llamado Shane Carruth, que a mi parecer, logra llevar este cine hacia mejores puertos. La voy a ver de nuevo obviamente, y claro que no es una película desechable, mi evaluación parte de la admiración hacia este realizador que me conmovió con otra vuelta, algunas chicas, (no puedo conseguir su segunda película, ayudas son bienvenidas) pero que con esta película parece querer pegarsele a los dos directores mencionados anteriormente y no sé si lo ayuda a conformar una identidad propia. Es probable también que esté intentando calar en otros lares, no sé por donde giró o girará esta película. En cuanto a la estética, esas pequeñas elipsis malickeanas (y vistas, por mi obvio, en Von Trier por ejemplo) crean un ambiente onírico pero que no llega a tener la fuerza envolvente y significadora de Algunas Chicas, donde todo el espacio parecía estar cargado de la acción creadora del sueño y la literatura. Saludos!
Compleja pero entretenida, una mirada distinta y para estar muy compenetrado toda la película, grandes actuaciones individuales, destaco la actuación de Carmela Rodríguez que en su debut cinematográfico no paro de transmitir sensaciones con sus gestos y miradas.
Esteban....parece que te escucharon: la media página de hoy en la Nación en la sección espectáculos -y en la de ayer reportaje a Delfina Mitre- quien las vea no van a dejar de ver a esta pelicula. Es más...deberia instituirse un rubro en los premios anuales del cine que reconozcan los méritos de los que seleccionan, ensamblan y compaginan las publicidades con fragmentos de comentarios críticos.....como dije, no se podrán resistir a ver la película que pase por esas manos.
Eta película me ganó por nocaut.........quedé como el equipo del Paton la noche del jueves. Entiendo y valoro la búsqueda de la creatividad en el desarrollo de un guión, pero el grado disruptivo de este relato, en donde cuesta enhebrar una línea de sentido entre los distintos personajes, épocas y reflexiones sobre identidad y afectos o desafectos en situaciones sociales alteradas, confieso que me pudo...y me agotó. Hay momentos de belleza cinematográfica por fotografía y música y especialmente, la siempre sugestiva presencia de Ailyn Salas, pero no alcanza para dar una completud en toda la historia. Realmente es una empresa compleja y arriesgada y en ese sentido es muy valiosa....mi impresión es absolutamente personal y seguramente habrá otras miradas divergentes a la mia que Hija única provoque.
Dicen que ya está vendida a Netflix. Quizás sea por ese motivo que el estreno en cine sea en pocas pantallas
¿De donde salió esta película? Sin festivales, casi sin prensa, 3 o 4 cines... Si esta buena como dicen es una lástima que salga tan abandonada.