Festivales

Críticas de la Sección Panorama (Nuevos directores a descubrir)

-En otra nota de esta cobertura escribimos sobre los grandes autores presentes en Panorama. Aquí les toca el turno a realizadores quizás no tan conocidos, aunque varios de ellos con carreras bastante importantes y un futuro enorme.
-Por el momento, hay 22 críticas para un recorrido que iremos ampliando en los próximos días.

Publicada el 30/11/-0001


-5 Broken Cameras (Palestina / Israel / Francia / Holanda, 94', 2012), de Emad Burnat y Guy Davidi. 

El film muestra cinco años en la vida de los habitantes de un pequeño pueblo cercano a Ramallah, que fueron quedando marginados de sus propias tierras a partir de la construcción de una valla primero y luego de un muro, que los separan de los colonos israelíes. Un “videasta” amateur, Emad, filmó y cuenta la transformación de una demostración pacífica en una mucho más violenta, con durísimas consecuencias personales y familiares, a lo largo de varios años y usando de metáfora y referencia las cámaras que se fueron rompiendo en los enfrentamientos, o alcanzadas por disparos de soldados. Un testimonio personal e íntimo de un ciclo de violencia que parece no acabar nunca y que queda clarísimo en la mirada del hijo de Emad, al que vemos nacer y, cinco años después, ya estar pensando en vengarse de los que le mataron a familiares. DIEGO LERER



-The Act of Killing (Dinamarca, 115', 2012), de Joshua Oppenheimer.

Sobre la vida y la muerte, The Act of Killing levanta la polémica nunca zanjada a propósito de la ética en el cine documental (aunque en este caso la indignación puede llegar a niveles perturbadores). Sicarios recreando impunemente las masacres que perpetraron contra ‘comunistas’ (cualquier libertario que reclame por sus derechos) durante la dictadura de Suharto entre 1967 a 1998 en Indonesia. Las terroríficas secuelas sociales de aquel larguísimo sometimiento se constatan no sólo con la impunidad de los asesinos políticos sino en la celebración de aquellas ejecuciones consideradas como purgatorias. La indonesia es una sociedad en duelo o quizás en trance mortuorio.

El documental transita sobre un terreno pedregoso pero seguro, porque apela a la muy sensata y escrupulosa consciencia pública, sino al sentido común, de la condición atroz de las masacres. (Identificado ese punto emocional que posiciona al espectador en un lugar desde dónde razonar, el conflicto puntilloso sobre el discutido punto de vista del autor queda resuelto). Ante ese conocimiento básico del derecho a la vida -que no aguanta cuestionamientos-, Oppenheimer interpela sutilmente a los ‘sobrevivientes’ de aquel periodo político, nadie menos que los torturadores y matones asalariados del régimen fascista de Suharto. Ellos se celebran a sí mismos, testimonian con orgullo la autoría de las ejecuciones y demás actos de violencia. El director consigue que cada declaración violentista dada se les devuelva en contra con la potencia de una inapelable denuncia, cual efecto inverso.  Demanda a la consciencia del espectador, como la del mismo protagonista Anwar Congo, quien siempre supo lo que hacía y por qué ¿Fue por un perturbado convencimiento político? Para nada. Las cuestiones ideológicas, por más reprochables que sean, no tuvieron injerencia en esta masacre. Fue el capitalismo sangriento funcionando a mansalva y que aún justifica su aplastante procedimiento contra todo aquello que contradiga la obtención de riqueza. No se lo reflexiona; acciona cual reflejo muscular.

El insano show del fascismo se representa en una ridícula puesta en escena alegórica interpretada por los mismos asesinos. El delirante acto de matar. Secuencia kitsch, colorida, que tapiza el infame suceso histórico que escenifica ¿Qué tan distintos podemos parecer, siendo los mismos, en diferentes etapas de nuestras vidas o historias? El contexto que nos somete, o viceversa. La respuesta de cada quien es su propia excusa. JOHN CAMPOS GÓMEZ



-Avanti popolo (Brasil, 72', 2012), de Michael Wahrmann.

Galardonada en el Festival de Roma, esta austera, minimalista (transcurre en buena parte dentro de una habitación) y sensible película describe las desventuras de André (André Gatti), quien -luego de separarse de su esposa- vuelve a vivir con su padre (el mítico Carlos Reichenbach, recientemente fallecido), que parece bastante más interesado en su perro Baleia que en ver unas viejas películas en súper 8 que su hijo va revisando metódicamente. Lo que en verdad aparece en esas viejas cintas es la historia de quien las filmó: el hermano mayor del protagonista, un militante desaparecido 30 años antes, en plena dictadura. Wahrmann -también incursionando en terreno semi autobiográfico- combina con precisión el presente -a través de la distante relación padre-hijo- y el pasado, que regresa a través de esas viejas películas caseras. Luego de ver Avanti popolo y O Som ao Redor queda claro que algo bueno está pasando en el nuevo cine brasileño. DIEGO BATLLE




-Death Metal Angola (Angola / Estados Unidos. 83', 2012), de Jeremy Xido. 

Tras decadas de luchar por su independencia y de sufrir una sangrienta guerra civil, Angola es un país devastado. En ese contexto, en el que los jóvenes son principales víctimas de la falta de trabajo y perspectivas, el death metal al que alude el título (y sus diferentes variantes siempre dentro de la música más trash y extrema) se ha convertido en la banda sonora generacional. Lo que hace este documental de Xido -más interesante en su espíritu testimonial que en lo formal- es presentar a los nuevos artistas angoleños (hablando y tocando, incluso en improvisados festivales callejeros), mientras muestra en el trasfondo la desgarradora situación socioeconómica de la zona de Huambo. DIEGO BATLLE



-Doméstica (Brasil, 75', 2012), de Gabriel Mascaro.

Fascinante documental en el que varios testimonios de vida de mucamas de distintos hogares brasileños son filmados por diferentes jóvenes, dueños de las casas en las que ellas trabajan. Con sus diferentes situaciones y estilos, y a partir de una relación particular que se establece de manera diferente en cada caso, el film de Mascaro dialoga mano a mano con Santiago, de Joao Moreira Salles, que construye una situación cinematográfica similar, pero desde otro lugar. Y, desde la manera en la que entrega la palabra a los protagonistas y se mete de lleno en sus historias de vida, es imposible no trazar lazos con el cine de Eduardo Coutinho. Dos referencias altísimas para una película que está a la altura de esas comparaciones. DIEGO LERER



-Elena (Brasil 80' 2012), de Petra Costa.

Documental autobiográfico filmado por la hermana de Elena, siguiendo las vicisitudes y complicaciones de la vida de ambas. Elena es una chica brasieña, bailarina y actriz, que decidió ir a probar suerte a los Estados Unidos, pero siempre tuve que combatir con una profunda depresión. Al recorrer sus pasos, su hermana viaja por similares caminos, geográficos y emocionales, en esta muy personal película que es por momentos tocante y, en otros, un poco se regodea, estéticamente, en una suerte de “depresión cool” que no le cae demasiado bien a la historia. DIEGO LERER



-Fogo (México / Canadá, 61', 2012), de Yulene Olaizola. 

La realizadora de Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo y Paraísos artifíciales cambia por completo de estilo e incursiona en ese registro tan impreciso entre el documental y la ficción, entre lo puramente observacional y la manipulación de la acción para describir con un tono melancólico, elegíaco, los últimos días de unos habitantes de una pequeña isla canadiense. El ferry está por dejar de llegar al lugar, las condiciones de vida no son las mejores y tanto el clima como la geografía son por demás inhóspitos. Unos pocos se niegan a dejar el lugar, pero muchos están por abandonarlo de forma definitiva. El film registra en apenas una hora la belleza triste del lugar y propone un registro sobre la cotidianeidad de la zona y de su gente. Una película sobre el adiós a un lugar, a un tiempo, a una forma de vida. DIEGO BATLLE




-Il futuro (Chile / Alemania / Italia / España, 94', 2013), de Alicia Scherson. 

Toda una rareza. Este nuevo trabajo de la chilena Alicia Scherson (PlayTuristas) se basa en Una novelita lumpen, uno de los últimos trabajos del gran escritor Roberto Bolaño. Manuela Martelli -una de las actrices-fetiche del nuevo cine trasandino- enfrenta múltiples y complejos desafíos: un personaje que atraviesa de comienzo a fin circunstancias extremas en medio de una trama bastante perversa y perturbadora en la que debe afrontar numerosos desnudos y hablar en italiano e inglés.

Martelli es Bianca, una joven de 19 años que debe sobrellevar la inesperada muerte de sus padres en un accidente automovilístico y hacerse cargo de su hermano menor ante la presión de la asistencia social. La llegada a su casa de Roma de dos jóvenes bastante turbios que le ofrecen participar en un engaño/estafa (seducir para luego robarle a un veterano ex actor ya ciego que interpreta Rutger Hauer) no hace más que acrecentar su confusión, sus contradicciones, su angustia íntima y su descontención.

Los elementos más literarios (como la voz en off de ella) y los puramente cinematográficos no siempre conviven de la mejor manera en una película despareja, pero con buenos climas y unos cuantos pasajes atrapantes y provocativos. La presencia de Hauer en la segunda mitad (con un link a sus viejas películas incluido) hacen crecer el atractivo de un film bastante arriesgado y ambicioso, aunque con logros parciales. DIEGO BATLLE



-Inori (Japón, 72', 2012), de Pedro González-Rubio.

No es muy inspirado el relato que hace el mexicano Pedro González-Rubio (Alamar) de los pocos campesinos que viven en una comunidad rural de Japón llamada Kannogawa (el proyecto nació en un festival que lidera Naomi Kawase). Los jóvenes se han ido a la ciudad, una anciana va seguido a la clínica a hacerse masajes, un hombre recuerda a su madre muerta. Es todo muy simplón, a excepción de un bello plano de un ciruelo en flor cuyos pétalos blancos son arrebatados por un viento muy fuerte. El plano es muy bello, pero no hay nada más en la película a la altura de ese momento, que por lo demás está medio arruinado porque la vemos reforzada con una música innecesaria que da cuenta de la pobreza de recursos. Para saltársela y esperar la siguiente antes de tener un juicio más definitivo sobre González-Rubio. El jurado fue más benevolente: le dio el premio más importante de la competencia Cineastas del presente en el último Festival de Locarno. GONZALO MAZA



-The Lebanese Rocket Society (Francia / Líbano / Qatar, 95', 2012), de Joana Hadjithomas y Khalil Joreige.

Un documental al que podría definir como simpático más que cualquier otra cosa, la nueva película de esta dupla de directores se centra en, digamos, los inicios del programa espacial libanés. Es que esta olvidada historia empezó en 1960 a partir del trabajo de un profesor universitario y un grupo de estudiantes que fabricaban pequeños cohetes que fracasaban en su intento de sostenerse más de unos segundos en el aire. Esos mismos estudiantes y sus cohetes se convertirían, unos años después, en una causa nacional y un problema para las naciones vecinas y las superpotencias, que terminaron por anular el programa al punto que casi nadie lo recuerda hoy allí. Los directores encuentran al profesor y la mayoría de los encargados de ese proyecto y, a partir de entrevistas, filmaciones y fotos de archivo reconstruyen la simpática historia y los problemas que fueron llevando a su final: los errores, la división entre “científicos” y “militares” y la propia historia difícil del país a fines de los ’60. Lo que no me convence demasiado del film es su forma, con los directores contando la historia en voz en off y reflexionando sobre casi todo lo que se cruza por su camino a la manera de “¿qué nos pasa a los libaneses?”. La curiosa última media hora -de la que no conviene revelar mucho- ofrece más del mismo sistema: una situación absurda y simpática analizada por dos voces que parecen ser las de panelistas de la televisión que se toman demasiado en serio algo que podría estar tratado con más ironía. Es cierto: la realidad del país y los sueños rotos de toda una generación tal vez no sean motivo de comedia, pero en ese caso lo mejor es dejar que las imágenes sean las que hablen sin necesidad de excesivas explicaciones. DIEGO LERER



-Mai morire (México, 84', 2012), de Enrique Rivero.

Este nuevo largometraje del mexicano Enrique Rivero (Parque Vía) reincide en el minimalismo y la austeridad de una parte importante del cine de la región para narrar la historia de Chayo, una mujer de mediana edad que deja su trabajo como empleada doméstica para regresar a su casa familiar (tiene un marido bastante ausente y dos hijos) en una zona de deltas para cuidar a su madre moribunda. Más allá de que el film trabaja sobre elementos conocidos (la vida rural, las contradicciones entre el campo y la ciudad, las tradiciones y la religiosidad, el poderío matriarcal), Rivero maneja los tiempos y los espacios con ductilidad y convicción, aprovechando también al máximo la potencia de su protagonista, Margarita Saldaña. DIEGO BATLLE



-Mapa (España, 85', 2012), de León Siminiani.

Diario personal y de viaje(s) del director a lo largo de varios años, Mapa revela a un realizador en busca de un estilo que tiene a Marker y a Mekas como referencias, entre otros. Cuando se separa de su novia y lo echan de su trabajo en una teleserie, León emprende un viaje a la India para superar la situación y buscar una nueva vida y nuevas experiencias allí. Con su cámara a cuestas, filma y se cuestiona lo que filma, busca y no encuentra, o cuando encuentra algo no está seguro si está filmando lo que debería. Se da cuenta, en su viaje, que sigue obsesionado por encontrar una compañera de aventuras. Cuando la encuentra (o la reencuentra) y la pierde, ya en España, deberá tratar de resolver cómo seguir con su documental y con su vida, que parecen ir de la mano. Original y simpática, por momentos un poco enamorada de sí misma aunque  también algo “woodyallenesca” en las contradicciones y autocríticas del personaje, MAPA es una película más que atendible dentro del panorama del nuevo cine español. DIEGO LERER




-Materia oscura (Italia, 80', 2013), de Massimo D'Anolfi y Martina Parenti.

Este documental rodado en la Cerdeña italiana narra a través de imágenes capturadas en la actualidad y material de archivo las consecuencias de los tests nucleares que se hacen en una zona entre paradisíaca y tenebrosa de Cerdeña. Paradisíaca, de lejos, cuando uno ve el Mediterráneo azul bañar las costas de esta zona rural, con pocos habitantes y muchos animales. Pero cuando uno se acerca -o cuando se ven las imágenes de archivo- nota que este lugar es usado para pruebas de misiles y otros armamentos,  y que las consecuencias son enormes para quienes viven allí. El film no tiene casi diálogos y lo poco que se escucha son mínimos comentarios al pasar o lo que se comenta en un programa radial. Lo demás queda claro en el material de archivo, con lanzamientos explosivos haciéndose desde áreas cerradas de ese mismo lugar y carteles con todo tipo de restricciones. Y está presente, también, en la vida cotidiana, infectada de materiales altamente radioactivos que investiga un geólogo y con consecuencias evidentes en los animales muertos o deformes que nacen en el lugar, en algunas escenas que hasta hacen recordar, pero en otro tono, la película de Michelangelo Frammartino, Le quattro volte. Sin golpes bajos pero con algunas escenas fuertes y contundentes, este paso por el Poligono Sperimentale del Salto di Quirra es un terrible recordatorio de que las guerras están presentes y dejan sus marcas aún donde parece nunca haber pasado nada. DIEGO LERER



-Mold (Turquía / Alemania, 94', 2012), de Ali Aydin.

Premiada en la sección Semana de la Crítica del pasado Festival de Venecia esta opera prima se centra en la vida de Basri, un hombre que trabaja en el ferrocarril -su misión es recorrer kilómetros y kilómetros al lado de las vías para ver si nota algo extraño y reportarlo- y que está a punto de retirarse. Solitario y callado, su misión en la vida es saber qué pasó con su hijo, que desapareció en los ’90 en apariencia tras ser detenido por las autoridades por manifestarse políticamente. En una gran escena al principio del filme, Basri es convocado por el nuevo jefe de policía que lo cuestiona acerca de sus insistentes reclamos por saber qué fue de su hijo y deja en claro que a las autoridades no le cae nada bien el pedido. El filme seguirá a Basri en su vida cotidiana y en su complicada relación con un compañero de trabajo, violento y alcohólico, con el que nadie se lleva bien. Ese segmento de la película es el menos interesante y más remanido, pero es el que disparará las resoluciones narrativas que sí valen la pena de analizar en un filme de ritmo pausado y puesta en escena rigurosa, cercana al cine de Nuri Bilge Ceylan pero sin la riqueza dramática de sus mejores películas. MOLD es un retrato medianamente interesante pero algo reiterativo sobre un hombre pequeño que carga con una causa y una deuda sobre sus espaldas con la que algunos podrán sentirse identificados: la culpa y el dolor de sobrevivir a sus propios hijos. DIEGO LERER



-La plaga (España, 85', 2013), de Neus Ballús.

Este documental de observación se centra en un diverso grupo de personas que vive en un pueblo catalán cercano a Barcelona, pero con una vida casi campestre casi, completamente alejada de los ritmos de una gran ciudad. Está Iurie, que trabaja en el campo pero su mayor interés está en la práctica y la competencia de lucha libre. Raúl es su jefe en el campo, que atraviesa la invasión de una plaga que podría hacerle perder todo. De cualquier modo, su madre parece más preocupada en que Raúl coma bien y vea a sus hijos, no como hizo su padre. María, en tanto, es una mujer muy anciana y encorvada que vive en un asilo de ancianos donde la cuida Rosemarie, una inmigrante filipina que trabaja allí con las personas mayores de edad y se pelea y se encariña (a veces las dos cosas al mismo tiempo) con la simpática pero también quejosa y caprichosa anciana. Un quinto personaje de esta sencilla y entradora propuesta es Maribel, una mujer de más de 50 años a la que la falta de trabajo la obliga a prostituirse. La opera prima de Ballús describe el pueblo a través de estos personajes, cada uno conectado con el otro de maneras directas o indirectas. La película es episódica y el interés crece o decae en función de cada momento. Esa estructura es a veces problemática, ya que nunca profundiza del todo en un personaje y, al ir y venir entre varios, parece no hacer del todo pie nunca en ninguno. Ese es un problema casi inevitable en un filme que intenta ser coral y descriptivo: muchas veces los personajes no terminan de marcar huella y son secundarios a ese todo que es la vida en el lugar. Y eso, sin dudas, Ballús lo capta de manera perfecta. LA PLAGA es un retrato de un verano cadencioso en ese pueblo que esconde, en su aparente calma y tranquilidad, historias complejas de un país en crisis. DIEGO LERER



-Romance Joe (Corea del Sur, 115', 2011), de Kwang-kuk Lee.

Asistente de dirección de un par de películas de Hong Sang-soo, cuya influencia en el film es evidente, Lee cuenta una serie de historias encadenadas, en las que realidad y ficción (o ficción y metaficción) parecen mezclarse. El esquema de la película es que un hombre y una mujer se encuentran y uno le cuenta a otro una historia. Luego, lo mismo hacen los personajes de esa historia, encadenándose en varias más y volviendo a las anteriores, ya que varias de ellas están interconectadas. Toma un tiempo desentrañar el mapa de historias “en abismo” (el “overplotting” excesivo atenta contra el interés de cada historia: más que escuchar lo que dicen estás buscando pistas de conexiones entre ellas), pero cuando se logra hacer (si es que se logra hacer) lo que Lee consigue es una “hongsangsooniana” historia de amores perdidos y encontrados, relaciones circulares, mucho alcohol (soju, claro), pero con una puesta en escena más prolija y cuidada que la de su maestro. Me gustó la película, pero prefiero la desprolijidad y frescura de Hong, donde a veces todo se conecta entre sí forzadamente, pero de manera lúdica y juguetona. DIEGO LERER



-The Shine of Day / Der Glanz des Tages (Austria, 90', 2012), de Tizza Covi y Rainer Frimmel.

Tras la extraordinaria La Pivellina, el matrimonio Covi-Frimmel construye otra más que interesante película que tiene como uno de sus dos protagonistas a Walter (Walter Saabel), precisamente uno de los personajes centrales de aquel film sobre artistas circenses. El veterano Walter llega a Hamburgo para conocer a su sobrino Philipp (Philipp Hochmair), un reconocido actor teatral con el que nunca se ha visto (ambos son algo así como las ovejas negras de la familia). Más allá del desconcierto inicial (Philipp es un artista famoso y bastante neurótico), nacerá entre ambos una sincera y genuina amistad con Hamburgo y Viena como hermosos contextos. Y hay más: la historia de unos inmigrantes ilegales de Moldavia y un plan entre absurdo y épico para traer de incógnito a la madre de unos niños desde allí. Todo con ese realismo, ese encanto, ese humanismo que los convierte en dignos herederos de los hermanos Dardenne, aunque con un universo menos impiadoso, menos cruel, más querible. Multipremiada en el Festival de Locarno. DIEGO BATLLE



-Sofia's Last Ambulance (Bulgaria / Croacia / Alemania, 76', 2012), de Ilian Metev.

Los films sobre ambulancias conforman un subgénero con entidad y vuelo propios y, aquí, el recuerdo de Vidas al límite / Bringing Out the Dead, de Martin Scorsese, es inevitable, aunque el tono y la búsqueda aquí está más cerca del espíritu tragicómico y al mismo tiempo riguroso del cine rumano (La noche del señor Lazarescu y Bucarest 12:08) serían referentes posibles). El director dedica buena parte del film a mostrar en primeros planos a los tres integrantes del equipo de paramédicos que recorre Sofía, de día y de noche, intentando llegar a tiempo para salvar vidas y llevar los pacientes al hospital. El estrés permanente, el agotamiento (son sólo 13 ambulancias para cubrir toda la ciudad), la tensión con los afectados, la degradación del sistema de salud, la burocracia imperante… Todo eso se percibe en el fuera de campo, en el contexto de un film impecable e impiadoso, sostenido por grandes actores y actrices. Una pequeña joyita. DIEGO BATLLE



-O som ao redor (Brasil, 131', 2012), de Kleber Mendonça Filho.

Esta película del ex crítico de cine Kleber Mendonça Filho premiada en Rotterdam 2012 narra con una impecable estructura coral las vivencias de varios vecinos de una zona residencial de clase media en la ciudad de Recife. La llegada de unos guardias de seguridad privada dará, en una primera instancia, una sensación de mayor orden y control al barrio, pero los muchas veces angustiados personajes empezarán muy pronto a experimentar otras sensaciones. Un director con un mundo y un estilo muy propios, que incluye desde citas cinéfilas hasta un gran rigor formal, pasando por un minucioso trabajo del sonido para a la alienación urbana. Todo un descubrimiento. DIEGO BATLLE




-Starlet (Estados Unidos, 104', 2012), de Sean Baker.

El director de Take Out y Prince of Broadway -ambas vistas en ediciones previas del BAFICI- se vuelve un poco más mainstream y convencional con esta historia sobre una atractiva chica veinteañera (Dree Hemingway, de la dinastía iniciada por Ernest) que vive en Los Angeles y se gana la vida como actriz porno. Ella vive con una amiga/colega drogona y con un muchacho también bastante inestable. Su vida cambia por completo cuando le compra a una anciana un termo que en su interior tiene 10.000 dólares que pertenecían a su marido muerto. La joven empieza a frecuentar cada vez más a la tiránica vieja y, entre desayunos y juegos de bingo, irá surgiendo entre ellas una particular relación. El film se sigue con interés (es divertida la mirada al negocio del porno hoy) y no hay nada que desentone demasiado, aunque Baker se pone aquí -sobre todo al final- más sentimental y trascendente. DIEGO BATLLE



-TPB AFK: The Pirate Bay Away From Keyboard (Suecia / Dinamarca / Noruega, 85', 2013), de Simon Klose.

El juicio que Hollywood le hizo a The Pirate Bay, la compañía de intercambio de archivos (via Torrent) de origen sueco, es el centro de este intenso y bastante frenético documental que opone a tres jóvenes tecnohackers suecos frente al poder político, económico y cultural sueco y de los Estados Unidos. Poniéndose de su lado pero también dejando entrever su confusión y contradicciones, Klose logra poner en juego los conflictos ligados a la piratería dándoles un rostro humano. Veremos las idas y vueltas, las acusaciones, las defensas, las peleas y separaciones entre los miembros del grupo, su defensa de la internet libre y la inevitable caída en desgracia. Los “torrents” siguen funcionando, pero por momentos da la sensación de que algo cambió en los últimos años, al menos en el Hemisferio Norte, con el crecimiento de los streamings y las descargas legales. Para nuestros países, ver cómo los tres amigos suecos operaban este “imperio de la piratería” con unos aparatos del tamaño que entrarían en un canasto no sorprende. Sólo hay que irse a La Salada y chusmear un poco. De cualquier modo, la historia que cuenta TPB: AWK -como se conoce a la película, que pueden ver gratis en la web- vale la pena para seguir discutiendo el rol de Internet, de los derechos de autor y de la circulación de bienes culturales. Como bien dice uno de ellos, para saber si no es hora de aceptar lo que Internet permite y encontrar un nuevo modelo de negocios. DIEGO LERER



-Winter, Go Away! (Rusia, 79', 2012), de directores varios.

Que este documental de escuela, hecho por 10 estudiantes rusos, todos anotados como directores, haya llegado a la competencia de Locarno da cuenta de que lo que filmaron los muchachos en dos meses debe ser un material muy bueno. Y vaya que lo es: se trata de captar el descontento que produce en un grupo de activistas políticos y ciudadanos la campaña presidencial y que por tercera vez Vladimir Putin intente apernarse al poder (después de una temporada como presidente y otra como primer ministro). La urgencia del relato la da que todos quienes osen a criticar a Putin en público son acusados de inmediato de traidores a la patria y amedrentados por la policía. Esta falsa sensación de democracia parece ser común en países con su institucionalidad traumatizada, y esa debe ser una de las razones de su universalidad y contingencia. Sin ir más lejos, México y Argentina. Ojo, que entre las protestas que filman los estudiantes está la polémica performace del grupo punk feminista Pussy Riot en una iglesia, cuyas integrantes hoy esperan condenas de cárcel por lo que vemos en la película. GONZALO MAZA

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-La sección oficial de la 78ª edición a realizarse entre el martes 13 y el sábado 24 de mayo consta de 73 largometrajes, a los que hay que sumarles los títulos de Cannes Classics (clásicos restaurados y documentales sobre cine) y Cinéma de la Plage (proyecciones públicas al aire libre).
-Además, se proyectarán los 39 largos de las tres secciones paralelas e independientes: Quincena de Cineastas, Semana de la Crítica y ACID.
-La oferta se completa con las distintas competencias y programas de cortos que hay en todos los apartados.
-En este espacio iremos sumando links a todas las reseñas publicadas durante la cobertura del festival. Ya hay 21 disponibles.

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