Festivales
Críticas de las distintas secciones
Por Diego Batlle y Diego Lerer
-En este panorama de la notable programación de la 13ª edición del festival de documentales (con sus cada vez más constantes cruces con la ficción) se comentan los más recientes trabajos de directores de la talla de Claude Lanzmann (foto), Avi Mograbi, la dupla Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi, Thomas Heise, J.P. Sniadecki e Ignacio Agüero, entre otros.
-La cobertura se irá actualizando día a día en este mismo espacio.
Las sedes son:
-Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530)
-Cine Arte Multiplex (Cabildo 2829)
-Alianza Francesa de Buenos Aires (Av. Córdoba 946)
-Fundación PROA (Av. Don Pedro de Mendoza 1929)
-Universidad del Museo Social Argentino (Av. Corrientes 1723).
El precio de las entradas en todas las sedes es de 25 pesos, con dos excepciones: en la Sala Lugones los estudiantes y jubilados acreditados abonarán 15 pesos; y las funciones de los sábados y domingos en el Arte Multiplex costarán 35 pesos.
Más info: www.docbsas.com.ar
-El último de los injustos (Le dernier des injustes, Francia-Austria, 220’), de Claude Lanzmann (Domingo 20, a las 14:30 / Sábado 26, a las 14:30, ambas en el Arte Multiplex).
A los 87 años, Claude Lanzmann es un mito viviente del cine. Su monumental Shoah, estrenado en 1985, ya es un clásico del documental. Precisamente, mientras trabajaba en ese film ineludible a la hora de analizar el Holocausto (le dedicó doce años a su realización), el director francés entrevistó durante dos semanas enteras de 1975 en Roma a Benjamin Murmelstein, el último presidente del Consejo Judío en el gueto de Theresienstadt. Ese material no fue incluido en aquella película, pero sí en la extraordinaria El último de los injustos, uno de los hitos del último Festival de Cannes.
Héroe o villano (o ambas cosas a la vez), Murmelstein -un rabino de Viena- lideró desde 1944 y hasta el fin de la guerra ese inmenso gueto ubicado a 60 kilómetros de Praga, que fue lugar de paso para miles de judíos que luego fueron enviados a los campos de concentración y a la muerte. Pero, también es cierto, gracias a sus negociaciones diarias que llevó durante siete años con los nazis (y particularmente con Adolf Eichmann), “el último de los injustos” logró que unos 121.000 judíos abandonaran el país y que nunca se cerraran las puertas de Theresienstadt.
Un incansable Lanzmann viaja hasta los distintos lugares en los que transcurrieron los hechos, recupera los mejores momentos de su charla con Murmelstein, incluye imágenes de archivo (incluido un film de propaganda sobre el gueto hecho por los alemanes) y expone en toda su dimensión al personaje (un hombre brillante, sin dudas), a la época y a la génesis de lo que se conoció como Solución Final. Cuando en este tema tan delicado todo es blanco o negro (Murmelstein fue encarcelado, enjuiciado por colaboracionista y finalmente absuelto, pero nunca pudo viajar a Israel), Lanzmann nos muestra los grises, los matices, las contradicciones de la historia personal y de la Historia de la humanidad. DIEGO BATLLE
-Una vez entré a un jardín (Nichnasti pa’am lagan, Israel-Francia-Suiza, 97’), de Avi Mograbi (Viernes 18, a las 17, en la Sala Leopoldo Lugones / Miércoles 23, a las 21, en el Arte Multiplex).
Excepcional documental en el que el director de Z-32 se une a su profesor de árabe para repasar e investigar cómo se relacionaban judíos y palestinos en los años ‘30, previo a la creación del Estado de Israel, en una convivencia bastante armoniosa que sería imposible de pensar hoy, y menos por estas fechas. Es triste y doloroso encontrar materiales (fotografías, textos) de esos tiempos y compararlos con cómo se vive ahora. Un viaje hacia una zona fronteriza, con el protagonista y su hija (de padre palestino y madre israelí) acompañando al realizador dejará aún más en evidencia los conflictos permanentes (y asumidos como normales) que deben afrontar. DIEGO LERER
-Pays barbare (Francia, 65'), de Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi (Jueves 17, a las 17 / Lunes 21, a las 17, ambas en la Sala Leopoldo Lugones).
Haber incluido en la Competencia Internacional de Locarno al nuevo trabajo de los creadores de Notes sur nos voyages en Russie, Film perduto y Ghiro ghiro tondo fue toda una audacia del nuevo director artístico Carlo Chatrian y sus programadores. Por más de 40 años, el matrimonio ha venido trabajando con materiales de archivo, pero sin limitarse al mero ejercicio del found footage ha conseguido films de una potencia política que los ha convertido en herederos de otra dupla aclamada por los cinéfilos: Straub-Huillet. En esta oportunidad, vuelven a viajar al pasado para entender el presente, remontándose al colonialismo y el fascismo italiano para comprender los excesos e hipocresías de los tiempos berlusconianos. A partir de imágenes tomadas en Etiopía, Libia e Italia durante los años '20, '30 y '40, más un trabajo con cartas, música incidental y voz en off, los realizadores muestran masacres, racismo, deportaciones y abusos contra la mujer para construir, en definitiva, un relato/ensayo fascinante, impiadoso y demoledor. DIEGO BATLLE
-Consecuencia (Gegenwart, Alemania, 65’), de Thomas Heise (Domingo 20, a las 14.30 / Viernes 25, a las 19:30, ambas en la Sala Leopoldo Lugones).
El film apunta indirectamente al pasado alemán y a la Segunda Guerra, pero sólo en la referencia del espectador, que no puede evitar pensar en el nazismo y en los campos de exterminio en este seco retrato de un crematorio altamente tecnologizado en la zona cercana al Rhin, en la Alemania actual. El largometraje describe, paso a paso, los procedimientos y sistemas que se utilizan en estos lugares (la película se centra en una larga jornada de trabajo entre Nochebuena y Año Nuevo), procesos y sistemas que son retratados como cualquier aparato de alta tecnología, sin tenerse nunca la sensación (salvo por muy pequeños apuntes) que por ahí pasan personas que recién fallecieron ni sus dolientes familiares. Una metáfora clínica de una historia más que compleja. DIEGO LERER
-El parque de la gente (People's Park, Estados Unidos-China, 78'), de Libbie D. Cohn y J.P. Sniadecki (Sábado 19, a las 17 / Sábado 26, a las 17:00, ambas en Fundación PROA).
Luego de codirigir la notable Foreign Parts, Sniadecki cambió de compañera y filmó con Cohn (experta en China) un documental construido en un solo plano-secuencia (prodigioso trabajo con la steadycam) en el inmenso (allí todo es inmenso) parque urbano de Chengdu, en la provincia de Sichuan, en el que aparecen niños, adultos y ancianos haciendo gimnasia, bailando, cantando, imitando, charlando o haciendo nada. No sé si es una gran película (por momentos puede abrumar un poco), pero soy un apasionado por lo que ocurre en el gigante asiático, así que agradecí el registro. DIEGO BATLLE
-Yumen (Estados Unidos-China, 65’), de J.P. Sniadecki, Xu Ruotao y Huang Xiang (Sábado 19, a las 19 / Sábado 26, a las 19, ambas en Fundación PROA).
El mismo Sniadecki presenta también otro documental hecho en China, pero más que centrarse en la vitalidad de El parque de la gente aquí hay una suerte de lamento acerca de la desaparición de ciudades enteras, más allá que ambas compartan esa fascinación que los chinos tienen por el pop bailable (y, en este caso, con un uso notable de la canción de Bruce Springsteen, My Hometown). La película muestra a una serie de personajes y cuenta algunas historias míticas ligadas a una ciudad casi fantasma, llena de edificios semi abandonados, que fue en algún momento un gran centro petrolero de ese país. Imágenes en 16mm, en pedazos dañados de material fílmico (así como la ciudad, el celuloide desaparecerá también, es la idea que subyace), sirven para mostrar el lugar y jugar, en cierto modo, con sus habitantes, que hacen del espacio un asombroso playground. DIEGO LERER
-El otro día (Chile, 120’), de Ignacio Agüero (Miércoles 23, a las 20, en la Alianza Francesa).
El notable director chileno de Aquí se construye decidió filmar a todo aquel que golpeara a su puerta (carteros, barrenderos, vendedores ambulantes, etc.) y luego visitar a esos “visitantes” en sus propias casas. El resultado es un trabajo que remite por momentos al cine del José Luis Guerín de Tren de sombras (sobre todo cuando muestra su propio hogar), mientras que en otros consigue intensos retratos humanos, en una suerte de ensayos minimalistas, pero de interesantes alcances sociológicos. Una hermosa propuesta tanto estética como narrativa. DIEGO BATLLE
-Gare du Nord (Francia-Canadá, 119’), de Claire Simon (Viernes 18, a las 19:30 / Domingo 20, a las 19:30, ambas en la Sala Leopoldo Lugones).
Film de ficción hecho en el mismo lugar y con varios de los mismos personajes de Geografía humana, como si ese documental hubiera sido la investigación filmada para esta ficción, más que nada a la hora de capturar el ambiente, el tono y algunas de las personas que viven o circulan por la estación. Por sobre eso, en esta película Simon ha montado un relato (rodado íntegramente en la estación) que arranca como la historia de dos personas, un estudiante de sociología y una profesora de la Sorbona, que se topan en la estación y comienzan una relación amorosa pero en apariencia platónica mientras él entrevista a los habitantes de la estación para su tesis. La relación -similar a la del documental- sirve como excusa para conocer personas y situaciones, pero pronto Simon gira, riesgosamente, el timón hacia una ficción más pura, hasta absurda si se quiere, que incorpora más personajes (un hombre que busca a su hija y una mujer que va y viene entre ciudades por negocios inmobiliarios) y acumula cada vez más delirantes viñetas. La apuesta no es del todo feliz y la segunda parte del film se vuelve algo reiterativa (los personajes del principio casi desaparecen), pero a lo largo del relato queda claro lo más interesante sigue siendo el lugar y las personas que -más cerca o más lejos de la cámara, con mayor o menor tiempo para expresarse- lo recorren, día a día. DIEGO LERER
-Geografía humana (Géographie humaine, Francia, 101’), de Claire Simon (Jueves 17, a las 19:30 / Domingo 20, a las 17, ambas en la Sala Leopoldo Lugones).
La cineasta francesa se apostó durante un buen tiempo en la Gare du Nord, una de las enormes estaciones de trenes de París, para hablar con la gente que va y viene (o la que trabaja, vive o pasea por ahí) en un intento por hacer una pintura de los cambios sociales y culturales de Francia. Los personajes son en algunos casos muy ricos y Simon (y su compañero de aventuras argelino, un exiliado también) sabe cómo generar su confianza, otorgándole frescura y amabilidad a cada relato, aún los que se intuyen más amargos de lo que se ven. La película es bastante desprolija y casi casual -tiene un aire de video hogareño por momentos-, pero esa desprolija naturalidad es también la que la conecta con los personajes, miembros de una nueva Francia multicultural que, como dice uno de los personajes, ya no será como era antes. Y eso, analiza Simon, es lo mejor que les podría pasar. DIEGO LERER
-Hasta que la locura nos separe (Feng ai, Hong Kong-Francia-Japón, 228’), de Wang Bing (Sábado 19, a las 17 / Sábado 26, a las 17, ambas en la Sala Leopoldo Lugones).
Pocos directores se han acercado con tanto rigor, profundidad e inteligencia (y con la libertad que les permite el régimen) a la contracara más oscura de la sociedad china, esa de los desplazados, los marginados, los que se han quedado fuera del boom económico del ahora opulento gigante asiático, como Wang Bing. Cineasta de largo aliento, el realizador luchó durante años para poder filmar dentro de un neuropsiquiátrico. Luego de insistir frente a los constantes "no" de las autoridades, consiguió la autorización para ingresar su cámara en una suerte de hospital/cárcel de mala muerte, donde viven (se degradan) medio centenar de internos, mezcla de locos y delincuentes al que ni sus familiares ni los empleados del lugar parecen prestarles demasiada atención. Lo que el creador de las notables Tie Xi Qu: Al oeste de las vías; Fengming, una memoria china; Petróleo crudo y Tres hermanas descubre en las casi cuatro horas de narración (áridas y fascinantes a la vez) son los códigos y las relaciones íntimas que se establecen entre los propios personajes en medio del desamparo y las condiciones infrahumanas en las que subsisten. Un retrato agobiante y descarnado, con la sensibilidad y la capacidad de observación de ese gran referente del documental contemporáneo que es Wang Bing. DIEGO BATLLE
Aquí una columna del director de programación del DocBuenosAires, Luciano Monteagudo, sobre la sección Perspectiva Suiza.
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