Columnistas

¿El boom de la redes sociales es el fin de la crítica de cine?

Por Diego Lerer
El responsable del blog Micropsia analiza cómo el auge de Twitter y Facebook está cambiando mucho la manera en que el crítico se está relacionando con sus lectores: los riesgos y los desafíos.
Publicada el 03/02/2011
Una nota de The Guardian y una serie de comentarios y respuestas que la siguieron (ver aquí) reabrieron un debate repetido que, más allá de ir girando de eje, sigue siendo el mismo desde hace ya bastante tiempo. La pregunta, reformulada ahora, es así: en la era de las redes sociales, ¿siguen teniendo importancia los críticos profesionales? La pregunta contiene su propia respuesta: teniendo a mano a cientos de seguidores en Twitter o amigos en Facebook, ¿no tiene más sentido para la gente basar sus elecciones a partir de las opiniones de sus pares y no necesariamente de críticos cuyos gustos no necesariamente coinciden con los propios?

Se trata, en principio, de una pregunta con trampa, o de una que ve sólo un lado de la ecuación. Es cierto que la socialización virtual de las opiniones (Everyone’s a Critic Now es el título de la nota de The Guardian) se acrecienta con la existencia de estas redes, pero lo que ellas hacen no es más que agregar una capa virtual al viejo y conocido “boca a boca”, en el que los espectadores comparten las opiniones respecto de un film y se alientan (o no) a verlo muchas veces desestimando las palabras de los críticos.

De hecho, la nota justifica esa postura dando ejemplos que podrían haber sido similares hace 20 o 30 años al decir que las películas más exitosas (o los libros, o los discos) no son necesariamente los que la crítica elige como los mejores del año. No hay nada nuevo en esto: en los casi 20 años que llevo trabajando siempre fue así. Las redes sociales pueden acelerar o magnificar los resultados de un “boca a boca”, pero el hecho y el efecto es el mismo.

Si se lo piensa seriamente, en realidad, el furor de las redes sociales modifica la labor del crítico y la relación entre críticos y público, pero de otra manera. En principio, posibilita la existencia de más críticos. Como se ve a diario a partir de la proliferación de blogs o comentarios en las redes sociales, mucha gente con curiosidad y buena capacidad analítica escribe, comenta y expone sus opiniones en internet.

Esta “democratización” de la crítica de cine es más que bienvenida: genera una mayor cantidad de opiniones, permite un ida y vuelta inédito entre las partes y, si bien uno se topa con algunos que a veces buscan más la confrontación que otra cosa o que poseen discutible capacidad analítica, eso también sucedía en la era pre-internet. Que nadie imagine un mundo de críticos de cine excesivamente serio, profesional y preparado antes de las redes sociales. Al contrario, uno tiene la sensación a partir de esas redes, que afuera de los ámbitos “profesionales” de la crítica hay gente que  quiere, sabe y puede tomarse el cine mucho más en serio que algunos que trabajan de eso.

Otro de los aspectos positivos, al menos para mí, de las redes sociales, es lo que yo llamaría la “humanización” de la figura del crítico. En películas como Ratatouille, por ejemplo, daba la impresión de que el crítico era una personalidad misteriosa y alejada del mundo de la que poco y nada se sabía y que parecía aplicar sus tajantes conceptos como salidos de una suerte de “más allá”, del saber crítico puro. Una especie de portador de las tablas de la ley de la crítica. De hecho, la propia película terminaba dando una vuelta de tuerca a este preconcepto.

Los blogs y las redes sociales sirven también para descubrir que detrás de cada texto escrito sobre una película por un crítico, digamos, profesional, hay una persona, con sus gustos, sus pasiones, sus preferencias, sus fastidios. Si bien este texto puede sonar algo autoreferencial, para mí es una enorme ganancia para el crítico la posibilidad de interactuar, de responder, de prenderse en debates y de sostener sus opiniones (o no) ante lectores con los que antes raramente podía entablar una conversación.

Este ida y vuelta entre críticos y espectadores, o críticos-espectadores, resulta en una enorme ganancia para el crítico, ya que le permite una reacción directa y una comunicación más personal con algunos de sus lectores, lo cual también “humaniza”, da una cara, un nombre y apellido, a esa “masa” muchas veces imposible de definir que son “los lectores”. Y, calculo, también resulta beneficiosa para el espectador, que consigue personalizar a quien emite esas opiniones, poder darse cuenta si hay o no una real conexión o entendimiento entre ambos, aún desde las diferencias, que antes parecían tajantes e insalvables.

Otro de los temores o cuestiones que parece expresar la nota de The Guardian es la posibilidad de que los críticos, para satisfacer a sus lectores, elijan “seguir la corriente”, apoyar lo que la mayoría apoya, tratar de no tener opiniones poco populares, propias y personales que podrían ser muy distintas a las de sus followers. Tampoco veo aquí la diferencia con la era pre-Internet: existirán siempre críticos más cercanos a un pensamiento, si se quiere, “medio”, y los que también se interesan por formas cinematográficas no necesariamente populares. Cambiar eso sólo para contentar a los followers, como si eso fuera a asegurarle a uno mayor cantidad en una carrera absurda, sería absolutamente imbécil. Lo que marca y destaca a un crítico es su línea de pensamiento y la capacidad de expresarla y/o defenderla, más allá de que su opinión sea o no compartida por la mayoría.

Me da la impresión de que, más allá de que existen algunos “peligros” posibles en relación al avance de las redes sociales (tal vez el peor para mí sea la banalización de los conceptos críticos al tratar de apretarlos en unos pocos caracteres), su existencia es un empuje para la discusión y el debate cinematográfico, genera una experiencia compartida que no sólo se limita al círculo cerrado de los críticos y permite una pluralidad de voces que antes era imposible imaginar. Si eso va a causar la pérdida de trabajos, es imposible saberlo del todo. Es cierto que algunos editores piensan que esta democratización y el uso de las redes sociales tornan innecesaria la crítica cinematográfica tradicional. Pero me parece una mirada muy simplista. Creo que, por el contrario, estas mismas redes son las que hacen circular más esas mismas críticas, las ponen en funcionamiento, dejan de estar “congeladas” en el papel. Si hay un cambio que hacer, llegado el caso, tendrá que ver con las formas y/o formatos. Pero creo que la necesidad de la crítica de cine es más que evidente. Tal vez ya no tanto como palabra concluyente sobre un tema, pero como el disparador de una discusión que abre cada vez más y más puertas.

Este texto se publicó originalmente en el blog Micropsia de OtrosCines.com


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COMENTARIOS

  • 16/03/2011 13:38

    Esto se llama hacer crítica de la crítica...<br /> <br /> http://elcinedelaspalabras.blogspot.com/2011/01/critica-de-la-critica-polemica-2.html<br />

  • 8/02/2011 17:47

    touche, d'espósito!<br /> memoria, diría chiche<br /> y memoría, vos<br /> jua!

  • 8/02/2011 12:47

    Leonardo: si de mirar hacia abajo se trata, te agradezco el consejo, pero supongo que tu nota sobre los "boboespectadores" te ubica en una galaxia mucho más lejana que mi campanario. De todos modos, concibo a la crítica desde el lugar de conocimiento que involucra los aspectos mencionados en mi comentario y en ningùn momento me meto con el público en general, que por otra parte es una categorìa bastante abstracta.

  • 7/02/2011 14:23

    Vértigo, cuidado con mirar abajo desde el campanario.<br /> Hay un concepto que está mal en los medios masivos y es éste que dejás explícito:<br /> <br /> "¿no tiene más sentido para la gente basar sus elecciones a partir de las opiniones de sus pares y no necesariamente de críticos cuyos gustos no necesariamente coinciden con los propios?"<br /> <br /> El hecho de que el público cinematográfico base su elección a partir de la crítica. Justamente, no debería ser así: uno debería leer la crítica después de ver un film para discutir ambas cosas (crítica y film). La crítica de cine, como cualquier crítica estética, no es un foro de inversores sino un texto que propone una mirada a ser discutida sobre algo. No es otra cosa, aunque en los diarios y la televisión (me tocan las generales de la ley y lo vivo discutiendo desde hace 10 años con editores y secretarios de redacción) pidan que uno sea el control de calidad. Lo único que debe ser profesional en una crítica -en el sentido de cumplir con ciertos estándares- es la calidad de la escritura y el conocimiento sobre el tema (no se puede decir que Conocerás al hombre de tus sueños es un paso original en la carrera de Woody Allen, digamos para ser absurdos). Después nuestra tarea es generar una discusión. Por cierto, todos tenemos un parámetro propio respecto de qué es el cine -para cada uno- y solemos coincidir y disentir por oleadas. Es parte del asunto. Las redes sociales más bien amplifican esas discusiones y les otorgan nuevos actores, lo que -ante la falta de sentido crítico (y común) que impera en casi todos los campos del hacer humano hoy- no deja de ser alentador.

  • 5/02/2011 19:03

    La crítica de cine, en general, tuvo su fin desde el momento que escribe gente que no pasa de Jackass, que no ve cine, que desconoce de historia del cine y que confunde un comentario de red social con análisis de algo.

  • 4/02/2011 18:12

    excelente nota, yo creo que la crisis es en la critica de diarios, que antes eran dueños del "saber", eran dioses que decian qué era bueno y qué no, y no había competencia. Ahora es todo mucho más democrática (tambie´n caótico), pero hay miles de bloggers opinando antes, y alguna gente en Internet incluso que escribe mejor que ciertos dinosaurios de los medios impresos.

  • 4/02/2011 13:33

    Franco: ¿Qué pasó en El Amante con El secreto de sus ojos? A mí, como editor de la revista, me parece que fue a tapa y tuvo más notas a favor que en contra, pero no sé, quizás vos sepas más.

  • Santiago Mateo says: 02/02/2011 at 12:36 pm <br /> <br /> Muy buena nota, y tenes razon. (Mi Blog es clara prueba jaja).<br /> Totalmente de acuerdo con que humaniza a el critico, llegue a “conocer” a muchos de ustedes a traves de Twitter y sus respectivos blogs o paginas y me da una idea mas redonda de la persona, no solo lo que opina de ciertos films.<br /> <br /> <br /> <br /> Ana says: 02/02/2011 at 12:43 pm <br /> <br /> Una vez en la facultad vino el secretario de redacción de uno de los diarios más antiguos y prestigiosos de BsAs y qué nos dijo a nosotros estudiantes de periodismo? Que cualquiera podía hacer periodismo, que no se necesitaba estudiar, que un médico o un electricista o un ingeniero, cualquiera, podía escribir en un diario. Terrible!<br /> No creo que los críticos profesionales sientan o deban pensar que su trabajo está en peligro. Como muchos otros, voy a seguir leyendo a los críticos y tomando opiniones de otros como yo (no críticos profesionales pero sí aficionados de la crítica) como eso, simples opiniones de otro como yo.<br /> Escribir una reseña en un blog no me hace crítica de cine. Así como tampoco creo que sea periodismo una nota en un diario escrita por un médico o un electricista. <br /> Sí me agrada poder tener estos intercambios con ustedes. Releo algunas de las críticas que archivé de Lerer o Battle y no puedo creer que a veces respondan personalmente los mensajes que dejo acá. Ese fanatismo pavote de estrella de rock/fan. Me gusta.<br /> <br /> <br /> <br /> Nicasio says: 02/02/2011 at 12:47 pm<br /> <br /> Muy buen análisis Diego. Estoy de acuerdo en que las redes sociales ayudan al feed-back con la gente, incluso yo pude “conocerte” mucho más al seguirte en TW y leerte en Micropsia, que en tus críticas para Clarin.<br /> Otro aspecto positivo, ya no de las redes sociales sino más que nada de internet, es el aumento considerable de webs o blogs “críticas” de cine. En mi opinión la diversidad jamás representa algo negativo, sino todo lo contrario. Cuantas más opiniones haya -más allá de las “calidades analíticas”- va a favorecer y enriquecer el debate.<br /> Un abrazo!<br /> <br /> <br /> <br /> María Bertoni says: 02/02/2011 at 4:52 pm<br /> <br /> Creo que el auge de Internet aceleró (por no decir “provocó”) la des-sacralización del ejercicio periodístico y, de rebote, de la crítica cinematográfica profesional. Para mí, este fenómeno es más saludable que nocivo, no tanto porque ahora todos podamos ser críticos (como sugiere el artículo de The Guardian) sino porque -como bien señalás- fuera del ámbito “profesional” descubrimos gente que quiere, sabe y se toma el cine más en serio.<br /> En cambio, lo que sí me “preocupa” de la relación entre cine y redes sociales es cierto fenómeno de evangelización que básicamente remite a una nueva estrategia de prensa/difusión/promoción, a mi juicio contraproducente.<br /> Pero éste es otro tema de discusión, ¿no? <br /> Saludos.<br /> <br /> <br /> <br /> Franco says: 02/02/2011 at 9:22 pm<br /> <br /> En realidad nunca tuve muy en claro la labor de un critica,esa cosa de juzgar una pelicula respetando un parametro establecido(por quien???)para al final darle mayor importancia al gusto personal,como simples espectadores.<br /> Lo que si noto y realmente me aborrece es que muchos criticos defenestran una pelicula solo por ser taquillera(por ej los del amante con campanella)

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