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El mundo de Andy (Samberg)
El éxito de la serie Brooklyn Nine-Nine es la excusa perfecta para repasar la carrera de este notable referente de la nueva comedia (norte)americana, que descolló con las canciones y videos del grupo The Lonely Island y fue clave en la renovación del Saturday Night Live.
Publicado el 1º/6/2014
“Recién tuve sexo y se sintió tan bien, una chica me dejó poner mi pene adentro de ella”, cantan los chicos re emocionados, y después aparecen las chicas recién salidas de la cama y con cara de decepción. Ellas son Jessica Alba y Blake Lively; ellos son Andy Samberg, Jorma Taccone y Akiva Schaffer y juntos escriben, interpretan -acá con el rapero Akon que hace los coros- y actúan las canciones y videos de The Lonely Island, un proyecto de guerrilla paródico-pop que no deja títere con cabeza cuando se trata de hacer reír con todo lo mucho que hay de tonto en la cultura norteamericana cotidiana. “Fueron los 30 mejores segundos de mi vida”, sigue la canción, y después aparece un avión a chorro que escribe “ACABO DE COGER” en el cielo. Si ventilar que uno logró llevar una chica a la cama es el trofeo de cualquier macho que se cree más macho en la conquista, The Lonely Island da vuelta la cuestión y devuelve una manga de losers, queribles, sin duda, muy conmovidos por la posibilidad, que por fin se les dio, de ver desnuda a una chica, verle “las boobies y todo lo demás”, como dicen los tres con una alegría que dan ganas de compartir.
Y lo demás es casi milagroso: “Chicas, gracias por dejarnos cogerlas”, reza la letra de I Just Had Sex como si se tratara de un manifiesto de la sensibilidad nerdie que comparte toda una generación de comediantes, de Adam Sandler, Will Ferrell y Jack Black a los apenas más jóvenes de The Lonely Island y todos sus compañeros -y compañeras, por qué no- del Saturday Night Live. La banda de los chicos que pusieron los pitos en una caja para ofrecerlos como regalo con moño y papel de colores debe acumular la mayor cantidad de chistes sobre penes por minuto de video en los canales de YouTube, pero hay mucho más que eso: en Motherlover, Justin Timberlake y Andy Samberg son dos amigos que, como se olvidaron del día de la madre, proponen improvisar el regalo de encargarse cada uno de la madre del otro (las madres, obviamente muy MILFs, son Susan Sarandon y Patricia Clarkson); I'm on a Boat, que estuvo nominado al Grammy, es simplemente la cáscara sin contenido de tantos videos de tomas aéreas sobre un tipo que canta en un barco, con una mirada extraterrestre sobre las convenciones cliperas más absurdas; en Great Day, Andy Samberg es un Gene Kelly con merca en la nariz mostrando el lado duro de la euforia musical, y Like a Boss es una parodia cantada frente a Seth Rogen del mandoneo hiper canchero de los losers que se sienten jefes.
Si hay que escribir la mitad en inglés cuando se habla de Andy Samberg y The Lonely Island es porque se trata de un humor tan incrustado en los modos y el habla de un universo particular que por momentos es intraducible (“Yolo”, por ejemplo, lleva al extremo la consigna You Only Live Once que se popularizó en Twitter y otros espacios para indicar un vivir día a día, o a veces para rematar cualquier cosa), pero fue como miembro de The Lonely Island y gracias a ese casting infinito y autogestionado que es YouTube, que Samberg llegó a participar en Saturday Night Live por varias temporadas a partir de 2005. El actor usó SNL para convertirse en comediante y SNL aprovechó a Samberg para poner un pie firme en el mundo del video, promoviendo en formato digital todas estas canciones que The Lonely Island creó bajo el ala del semillero de comediantes más feliz de la historia. A su vez, el trío de amigos eventualmente tuvo su película debut con Hot Rod (2007), la historia de una especie de Jackass con pretensiones de doble de riesgo interpretada por un Andy Samberg que no vacila en lucir una misma sonrisa cargada de dientes antes de tirarse en moto a una pileta, prenderse fuego o hacerse golpear por una heladera colgada de una grúa.
Mientras pasaban las temporadas de SNL, Samberg sumó dos o tres papeles secundarios de esos que valen en I Love You, Man / Te amo, hermano (2009), como el hermano gay de Paul Rudd, o That's My Boy (2012) como hijo largamente desconocido de un precoz Adam Sandler que lo concibió por un affaire con una maestra de primaria. El furcio vino con Celeste and Jesse Forever / Esposos, amantes y amigos (2012) pero apenas importa porque el fuerte de este comediante de tele y video por ahora no está, ni tiene por qué estar, en el cine. De hecho una de las performances más brillantes de Samberg fue como presentador de los Independent Spirit Awards en un monólogo brillante que -por fin- no hace extrañar para nada a Billy Crystal, y donde después de una perorata que echa litros de ácido sobre lo snob hablando a favor del verdadero cine, el del sufrimiento, el bajo presupuesto y el nulo público, invita a todos los asistentes a gritar junto con él “Fuck you Hollywood!!”.
La última de Samberg, que acaba de dejar Saturday Night Live, es el protagónico de la serie Brooklyn Nine-Nine, que también produce. La serie va por la segunda temporada en Fox y, sí, es igual a The Office, que a su vez era igual a la The Office británica pero con una igualdad mucho más igual que el simple parecido, como para despejar la única crítica de “parecerse a” que es de rigor hacerle a la serie de Samberg. Claro que los trajes de policía que lucen los personajes de Brooklyn Nine-Nine no van a engañarnos: si además vimos mil discusiones en Seinfeld sobre cuál es la mejor pizza del barrio o conocemos de memoria los vericuetos oficinísticos que arman mundos y debates interminables alrededor de una abrochadora, frente a esta nueva serie podemos estar por momentos en un estado de déja vu sostenido. ¿Razones para ver Brooklyn Nine-Nine, entonces? ¡Que te guste Andy Samberg! Mucho menos saturado y saturante que Steve Carrell, Will Ferrell, Adam Sandler o cualquier comediante que quieran nombrar, Andy Samberg (que el año pasado ganó un Globo de Oro como mejor actor de comedia por esta serie) es lo verdaderamente nuevo, junto con un casting de actores relativamente desconocidos.
En ese elenco -que es, también, el personal de la seccional 99 de la NYPD, con sede en Brooklyn- hay una fascinante doble femenina de Danny Trejo, la detective Rosa Díaz (y no sólo es igual sino que actúa igual a Trejo, claro que con las mejillas más enteras), una chica de origen cubano estirada y perfeccionista que no deja de competir con Jake Peralta (Samberg) para ver quién resuelve más casos, un ñoño sin remedio interpretado por Joe Lo Truglio, una escéptica de lengua afilada y un par de viejos oficinistas cansados. No será Duro de matar, pero el imaginario policial-cinematográfico está ahí como música de fondo para los casos algo más pedestres que deben resolver Peralta y compañía. Comandados por un jefe de policía negro, excesivamente serio y gay, los detectives del precinto 99 tienen mucho de papeleo y poca calle, aunque el delirio marca Saturday Night Live está ahí para llevar a su punto de absurdo las convenciones del género. Así fue cuando se incendió la pizzería de Sal y todo llevó a una pelea de bomberos contra policías por ver a quién le correspondía el caso, o cuando Jake Peralta se levantó a la forense para descubrir que el fetiche de la chica eran las situaciones de autopsia y no vaciló en tirarse al piso en calzoncillos y con una pierna doblada sobre la espalda para parecer más muerto: punto para Andy Samberg, fuck The Office.
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<p>Celeste & Jesse Forever no es ningun furcio, excelente comedia agridulce y cruda sobre el amor, donde Andy se luce junto a otra genia Rashida Jones.</p>
<p>Queremos MUCHO a Andy... Lástima que acá sus películas llegan con suerte al DVD y las terminamos bajando. Ver sus trabajos en TV y YouTube también es un placer. Bien Marina por esta exaltación de Samberg</p>