Críticas
El príncipe de Persia: Las arenas del tiempo, de Mike Newell
El príncipe que quería ser pirata
El videojuego sobre príncipes valientes, bellas princesas, dagas mágicas, saltos, peleas y regresos al pasado que sigue teniendo millones de fans luego de más de dos décadas de existencia, llega al cine con un tanque de 150 millones de dólares y dirección del inglés Newell (Cuatro bodas y un funeral, Donnie Brasco, Harry Potter y el Cáliz de Fuego). Se trata de un intento del poderoso productor Jerry Bruckheimer por iniciar otra franquicia a-la-Piratas del Caribe, aunque esta vez el negocio luce menos prometedor.
La verdad sea dicha, esta película se basa más bien en la segunda saga de las aventuras del Príncipe, aquella que comenzó en el 2003 con Prince of Persia: The Sands of Times y poco y nada en los juegos de 1989, 1994 y 1999. Sin embargo, en aquel nuevo comienzo se mantenía a uno de los elementos que hizo del Prince una novedad: la habilidad del personaje, que tenía que pasar saltando de aquí para allá, esquivando todo tipo de trampas para rescatar a la princesa. Además, el Sands of Times introdujo un nuevo elemento a la saga: la daga de los tiempos, un arma que podía volver el tiempo atrás y resultaba muy útil a la hora de repetir algunas de las acrobacias imposibles que tenía que lograr el príncipe y que no siempre salían bien.
En la versión cinematográfica, la daga de los tiempos es el McGuffin que funciona como motor a la trama. El punto de partida es similar al del juego: el príncipe roba la daga y se desata el caos. A eso, la película se le agrega un guiño -algo tardío- a la invasión a Irak, curioso en un amigo de la política de los halcones como Bruckheimer: los persas invaden una ciudad vecina porque se supone que le venden armas al enemigo. La película empieza con un flashback en el que se relata cómo el príncipe fue adoptado de las calles por el rey debido a su valentía, oportunidad que el relato aprovecha para mostrar las habilidades de parkour del futuro príncipe a través de los toldos y techos del reino de Persia.
Por desgracia, de poco y nada sirven los esfuerzos de los dobles de riesgo y de los modelos creados con CGI, porque detrás de las cámaras está Mike Newell, en su nueva faceta de artesano de blockbusters (¡Gracias Harry Potter!).
El inglés Newell, quien fuera en algún momento un director de comedias románticas con cierta gracia, demuestra a lo largo de las dos horas de metraje que no sabe cómo filmar una escena de acción. Niega el movimiento coreográfico de sus actores y abusa de la cantidad de planos: como resultado ni siquiera ¡tres! editores pudieron lograr que las escenas de acción tengan un mínimo de cohesión. La imperecia de Newell termina saboteando lo que hace a la marca registrada de las producciones de Bruckheimer: el brillo y el trabajo millonario del diseño de producción queda relegado a ser el fondo de lujo de unas secuencias en las que apenas se distingue a los personajes.
Además de la del director, hay otra pésima elección en El Príncipe de Persia: Las arenas del tiempo: la del protagonista. Jake Gyllenhaal es un excelente actor (véase Donnie Darko, una de las mejores películas de la década que pasó), pero no funciona como héroe de acción y mucho menos uno fanfarrón y confidente como Dastan. Mucho gimnasio, pero nada de carisma. Por ahí andan, entre el desierto y los palacios, Gemma Arterton haciendo lo mismo que en Furia de Titanes, Alfred Molina canalizando al Sallah de John Rhys-Davies y Ben Kingsley como Nizam, el malo-malísimo detrás de todo.
Tampoco ayuda un guión trillado y desprolijo que, como si fuera poco, se encarga de explicar todo lo que pasa. Un buen ejemplo de esto es la secuencia en la que Dastan descubre que la daga puede llavarlo al pasado inmediato, primero se lo narra de manera visual. Enseguida, sin que haga falta, dos personajes explican lo que uno acaba de ver.
Para ver una buena de aventuras mejor volver, por millonésima vez, a Indiana Jones (las primeras tres, claro). O, por qué no, a El ladrón de Bagdad. O, mejor aún, ir a las fuentes y ayudar al príncipe a rescatar a la princesa.
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Lo primero que deberia decir, es que tu critoca esta un poco pasada de moda, si muy bien los films que nombraste fuero baratos es por que en ese tiempo no habia la tecnologia que hay ahora, si los vuelves a ver, veras que tienen algunos errores de edición y cae en lo lento.... dices que el actor Jake Gyllenhaal carece de carisma, y me parece desde mi punto de vista FEMENINO que es lo que le sobra, mas bien en la pelicula su personaje es un poco picaro y a la vez misterioso, que a diferencia del videojuego el principe Dastan era mas que misterioso, oscuro, y con aires de impaciencia... la trama tenia un parecido mas bien con aladina, el mismo actor lo tiene... que puedo decir el despliegue de efectos especiales desde que comienza la pelicula hasta que termina es evidente, si bien piratas del caribe no ha sido criticada por MALA, creo que al publico a quien van dirigidas estas peliculas se deleitan con todo eso tu criticas, cabe destacar que en el film del principe de persia no se desglosa una segunda parte como piratas del caribe que deja abierta una ventana.<br /> el principe de persia: las arenas del tiempo, no puede ser comparada con furia de titanes, ya que ese film tiene una tama un poco aburrida y exageran en efectos especiales, ni siquiera por la actuacion de Gemma Arteton que posee una arrogancia de pincesa, no tiene nada que ver una con la otra... en el principe de parsia gracia a dios no hubo monstruos ridiculos, ademas la pelicula seguia su secuencia. <br /> la actuacion de Alfred Molina me cautivo me parece que es una de las que matiene al espectador viendo la pelicula. <br /> El pricipe de persia: las arenas del tiempo, es una pelicula que me hubiese gustado que tubiese una segunda parte pero lastimosamente no podra ser asi. <br /> <br /> fin
Porque pudo haber sido peor,o porque pudo<br /> haber sido mejor,es cierto lo que dice Juan<br /> Francisco sobre Newell el director,no es el<br /> director indicado para este tipo de películas;<br /> porque la película entretiene es verdad,pero<br /> hay momentos de sus excesivas 2 horas <br /> que aburren. A diferencia de un monton de<br /> criticas que mataron a Jake Gyllenhaal <br /> diciendo que aqui tenia una desprolija<br /> actuación,para nada,a mi la actuación de<br /> Jake Gyllenhaal junto a la de Ben Kingsley<br /> y Alfred Molina son lo mejor de la película.<br /> No se puede decir lo mismo de la femenina<br /> actuación de Gemma Arterton,que es <br /> hermosa para que negarlo,esta casi tan<br /> buena como el mondongo a la española<br /> que hizo el otro día mi vieja;porque la<br /> Gemma es muy bonita pero el mondongo<br /> a la española estaba mejor. Gemma<br /> Arteton es la joya de la pelí,porque es<br /> una Gemma,channnn. El problema de<br /> Gemma Arteton es su sobreactuación<br /> que bordea el ridiculo.Otro punto en <br /> contra de la pelí son los efectos especiales<br /> son demasiados artificiales. El principe de<br /> Persia es una película que tenia todas las<br /> armas para ser una película mejor,es un<br /> buen entretenimiento pero se desaprovecho<br /> una muy buena idea.
La peli entretiene, pero tiene como principal contra su director. Dónde está Paul Greengrass o Martin Campbell cuando se los necesita!! Newell arruina la mayoría de las escenas de acción, con el príncipe corriendo por los techos al mejor estilo Bourne, por su clara impericia para el género. A mi me gustó bastante la HARRY POTTER de Newell pero allí había más efectos y poca acción y acrobacias "a lo macho" como acá. Hay incluso un par de escenas que se nota el doble de Gyllenhaal y una sobre el final donde están bajo tierra y de golpe en un salto del príncipe aparece una tremenda luz arriba que no cuadra. También algunas escenas parecen editadas a las apuradas. Una lástima porque ante tantos bodrios de piratas venía bien un héroe de aventuras nuevo. Y viendo sus pobres resultados en USA esta claro que este príncipe se queda en su primer y fallido intento.
Y bue, no hay mal que por bien no venga. Esto nos obliga a desenpolvar la vieja videocasetera y recuperar pelis como "Los bárbaros" (Ruggero Deodato), "Conan el destructor" (con Grace Jones), "El señor de las bestias" (con Marc Singer) y Thor, el conquistador (Anthony Richmond) que ahora se reivindican como obras cumbres del género al lado de artificialidades como esta. Encima costaban dos mangos. Eran baratas pero al menos proponían aventura hecha y derecha. Pensar que ese cine no volverá...