Críticas
Jauja, de Lisandro Alonso
La otra mirada
En su quinto largometraje tras La libertad (2001), Los muertos (2004), Fantasma (2006) y Liverpool (2008), este director clave del cine argentino abandonó a los intérpretes no profesionales para trabajar con figuras de relieve internacional como Viggo Mortensen y Ghita Nørby en una fábula histórica ambientada en tiempos de la Conquista del Desierto para narrar las desventuras de un militar danés cuya hija adolescente se fuga con un soldado criollo. Ganadora del Premio FIPRESCI de la crítica en el último Festival de Cannes y presentada por estos días en la Competencia Oficial de Mar del Plata, su estreno comercial cierra un año notable para la producción nacional.
Jauja (Argentina-Estados Unidos-México-Holanda-Francia/2014). Dirección: Lisandro Alonso. Elenco: Viggo Mortensen, Ghita Nørby, Viilbjork Malling, Esteban Bigliardi, Diego Román y Adrián Fondari. Guión: Fabián Casas y Lisandro Alonso. Fotografía: Timo Salminen. Música: Viggo Mortensen. Edición: Natalia López y Gonzalo Del Val. Sonido: Catriel Vildosola. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 108 minutos.
El nuevo film de Lisandro Alonso arranca con un cartel que habla de la leyenda de Xauxa, una suerte de paraíso terrenal, un lugar mitológico que muchos han buscado desde tiempos inmemoriales.
Y precisamente de una búsqueda trata la que es su película más ambiciosa (en todo sentido) hasta la fecha. Ambiciosa porque tiene un nivel de producción varias veces más importante que en sus film anteriores, porque cuenta con una estrella de relieve internacional como Viggo Mortensen como protagonista (además de coproductor y músico), porque incursiona -con muchas libertades, es cierto- en el cine de época (con la ayuda del coguionista Fabián Casas), y porque por primera vez apuesta por lo narrativo sin por ello despegarse por completo de lo experimental.
El director de La libertad, Los muertos, Fantasma y Liverpool (película esta última con la que mantiene más de un punto en común) se traslada otra vez al Sur y, más precisamente, a los tiempos de la Conquista del Desierto (1882) para narrar las desventuras de un militar danés cuya hija adolescente se fuga con un soldado raso, petiso y criollo. En esa tierra inhóspita, en medio de trincheras y de la guerra contra el indio, el protagonista saldrá en busca de la joven quinceañera, mientras empieza a apreciar los estragos que ha causado en la región un legendario coronel llamado Zuluaga.
Si bien en el film hay un poco de todo (tiroteos, secuestros, persecuciones, torturas, cadáveres, encuentros místicos y más), Alonso nunca abandona del todo el estilo minimalista y contemplativo de sus trabajos previos. Hay, sí, elementos de género más fuertes (desde el western hasta el melodrama), pero el director no cede a la tentación de recurrir a resoluciones y golpes de efecto propios de un cine más industrial.
Puede que algunos vean a Jauja como la película más "convencional" de Alonso, pero no es mi caso. Es igual (o más) audaz que su obra anterior (con el riesgo adicional de estar hablada en buena parte en danés) y con una apuesta hasta metafísica y espiritual por demás arriesgada (con diferentes dimensiones y viajes temporales). Estamos ante un Alonso más maduro y más conciente de sus búsquedas y de las herramientas a su alcance, un realizador que apuesta al cambio sin traicionarse, que se plantea nuevos desafíos manteniéndose fiel y honesto a sus convicciones.
En Jauja -que se presenta en dos formatos distintos según la sala de exhibición (el 4:3 más angosto y el 16:9 más panorámico) y en la que trabajó por primera vez con el notable fotógrafo finlandés Timo Salminen, habitual colaborador de Aki Kaurismäki- hay algo del cine del portugués Miguel Gomes (sobre todo de Tabú) de -por qué no- La película del rey, de Carlos Sorín; de la filmografía del catalán Albert Serra (especialmente a la hora de apropiarse, revisitar y reescribir a su gusto la Historia, ya que lo más lógico hubiese sido que los protagonistas fuesen ingleses y no daneses), pero también esa capacidad para conseguir climas hipnóticos, oníricos y fascinantes.
Un director que no busca la poesía de manera premeditada, presuntuosa ni artifical, pero cuya extraña sensibilidad hace que sus imágenes posean una carga lírica y una belleza infrecuentes en el cine contemporáneo. Hay otra mirada y es para celebrar.
-Aquí una entrevista a Lisandro Alonso en OtrosCines.com antes de su participación en Cannes
-Aquí otra nota de Diego Batlle al director en La Nación
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<p>Siempre encarar un proyecto creativo necesita ideas inversión equipo y un destinatario. A este último es a quien no puedo imaginar salvo para la crítica. Película aburrida, pretenciosa, críptica y salvo Mortensen malas actuaciones. Uno sale de la sala preguntándose cual fue el sentido de semejante proyecto y que me impulso a venir a ver esto, tal vez alguna crítica</p>
<p>Perfecto Silvia. ¿Pero que tiene que ver esta pelicula con Relatos Salvajes? Lo que le decias a Karen estaba perfecto, eso de que tiene que existir un cine para un publico minoritario. Hasta ahí, genial. Pero no entiendo la necesidad que tienen los que ven este tipo de peliculas de decir \"A mi no me gusto Relatos Salvajes\". Te falta decir \"Ah, y no veo Tinelli\". Para que quede bien en claro que sos superior a la media. Podes defender lo tuyo, sin criticar lo demas. Maduremos por favor</p>
<p>Entiendo tu punto de vista Fabio y lo respeto, pero te recomiendo que vayas al blog Micropsia y leas lo que escribió Diego Lerer en cuanto al debate sobre esta película, yo opino exactamente lo mismo que él.-</p>
<p>Soporté 15 minutos la película Jauja de Alonso. Menos mal que la conseguí en internet y no tuve que pagar una entrada al cine.</p> <p>Dicho esto, respeto el cine de Alonso aunque a mi no me guste. Tiene su público y está todo bien. Ahora, no es necesario defenderlo comparándolo con el cine de Szifron, porque es una comparación absurda. Violencia gratuita y lenguaje soez, dice Silvia, como si en Argentina se respirara un clima de respeto hacia el otro, de tolerancia. Lo que muestra Szifrón es lo que somos como sociedad Silvia, mal que nos pese.</p>
<p>Karen: quedate tranquila que el Incaa solo apoyó, la plata la puso sobre todo Mantarraya y Viggo.-¿ Por qué atacan tan mal a este tipo de cine? ¿por qué tanta agresión me pregunto?- Aunque sea para un público minoritario, ¿no tiene derecho a existir este cine? Además atacan sin ver la pelicula.- Yo sentí lo que dice Esteban viendo Relatos Salvajes, pelicula con violencia gratuita, lenguaje soez, pero bueno para todos es una gran pelicula, para mi de lo peor que vi en el año.-</p>
<p>¿Quien puso el dinero para filmar esto? ¿Los sufridos espectadores con los impuestos que nos endilgan para el INCAA? No hay más que ver la respuesta del público: a la semana bajó de cartel en todos los cines que la estrenaron. No fue nadie a verla. Huele a bodriazo desde lejos.</p> <p>Este tipo de film hecho solo para snobs que son carne de festivales. Puede ser que viendola gratis se aguante mejor, pero pagando 70 pesos y perdiendo 2 horas una se lamenta de por vida.</p>
<p>Bodriazo inentendible. No esperaba menos. La historia ya se encargará de desenmascarar estos ladris.</p>
<p>Esta película es de una belleza extraordinaria, es como ver una pintura o asistir a un concierto, no importa interpretarla, lo importante es la magia que genera y lo que el espectador se permita sentir, al tener tan poco diálogo y escuchar solo el sonido del viento, o el rumor de un arroyo, si uno se lo permite como espectador , pasa a deambular por ese desierto y ver ese cielo estrellado o brumoso en esa escena magistral.-</p> <p>Pelicula sensorial como pocas, gran director y gran pelicula.-</p>
<p>Esta pelicula me ha generado sentimientos encontrados.</p> <p>Me recuerda mi curiosa relaciòn con la obra de Alonso: rnvaloro su obstinaciòn por hacer un cine realmente diferente, su bùsqueda de climas y tempos muy personales y momentos de genuina fascinaciòn.</p> <p>Pero confieso que no consigo ubicar mi afectividad en los relatos. Los veo con una distancia emocional que finalmente me producen una incomodidad conmigo mismo.</p> <p>Con JAUJA vuelvo a sentir un poco lo mismo: su primera mitad me llega a resultar un poco tediosa, pero a conyinuaciòn, me parece, cuando el personaje entra en esa obsesiòn a lo Fitzcarraldo y en esa lunàtica bùsqueda imposible, la hsitoria levanta en interes.</p> <p>Luego curiosamente los diàlogos y textos insinuan cierta trascendencia y ya en el final, cuando legaliza la atemporalidad del relato, el espectador puede imaginar el sentido -o no sentido- de tanto encantamiento.</p>
<p>La Conquista del desierto, tiene mala prensa en la Argentina, la interpretación y re interpretación de un mismo hecho histórico, o una serie de hechos vinculados a los que los historiadores llamaron segunda conquista del desierto o conquista definitiva del desierto, va desde una epopeya nacional durante el siglo XIX a una matanza de indios o pueblos originarios como se la ve en el siglo XXI. Lo cierto es que pocos realizadores cinematográficos argentinos se atrevieron a encarar esta temática tan cinematográfica que se puede encuadrar en el género del wester del sur. Pampa Bárbara y su secuela Pampa salvaje, Vidalita, Viento norte, Huella, El último Perro, Fortín Quieto, etc son realizaciones que tocan el tema con mejor o peor suerte. Aquí Lisandro Alonso y Vigo Mortensen (un casi argentino) encuentran una vuelta poética al asunto. Y tal vez dan en el clavo. La Conquista del Sur fue una empresa de locos para locos protagonizada por personajes delirantes y los indígenas sombras que se sabían vencidos por el \"progreso\" de antemano. Muy buena película.</p>
<p>No habiendo visto ninguna de sus películas anteriores, celebro haber visto Jauja por la magia que transmite, la maravillosa fotografía y una suerte de encantamiento con que uno sale del cine.-</p>
<p>¿Tiene argumento la película? ¿Se cuenta alguna historia concreta?</p>