Críticas
Victoria, de Sebastian Schipper
Proeza técnica, disfrute cinéfilo
Rodada en un único plano secuencia de 140 minutos, esta película de Schipper va mucho más allá de un acierto formal. Puro vértigo y adrenalina.
Victoria (Alemania/2015). Dirección: Sebastian Schipper. Elenco: Laia Costa, Frederick Lau, Franz Rogowski, Max Mauff, Burak Yigit y Nadja Laura Mijthab. Guión: Olivia Neergaard-Holm, Sebastian Schipper y Eike Frederik Schulz. Fotografía: Sturla Brandth Grøvlen. Música: Nils Frahm. Edición: Olivia Neergaard-Holm. Distribuidora: Mirada. Duración: 140 minutos. Apta para mayores de 16 años. Salas: 11.
Las películas rodadas en una sola toma parecen estar a punto de volverse una moda. Con la capacidad del digital de filmar todo el tiempo que uno quiera, con la movilidad de las pequeñas cámaras y con las posibilidades técnicas de tapar las uniones de planos digitalmente (es decir, falsear el plano único secuencia) me da la impresión de que tras el éxito de Birdman y la buena repercusión de Victoria saldrán varios a organizar sus películas de similar manera.
El film de Schipper dura 140 minutos y, asegura su realizador, está hecho todo de un tirón: un rodaje que comenzó a las 4.30 de la madrugada y terminó cerca de las 7. Otros dicen que en realidad son al menos tres tomas diferentes y están los que aseguran que Schipper filmó tres veces la película entera y luego usó la que le salió mejor. Nunca lo sabremos bien, o tal vez sí, pero lo que importa finalmente es si con eso logra crear una buena película. Y lo cierto es que lo logra y la tensión creada por el plano secuencia ayuda bastante.
Victoria es el nombre de una chica española que vive en Berlín (Laia Costa) y que, cuando arranca el film, está bailando en un boliche de música electrónica de la ciudad. Algo borracha, sale a tomar su bicicleta e irse a su casa cuando en la entrada se topa con cuatro berlineses alcoholizados que la alientan a seguir “la noche” con ellos. Victoria no se amedrenta y los acompaña en su recorrido bardero por la calle, consiguiendo más bebidas y subiendo a una terraza a ver la ciudad.
Con uno de ellos parece haber más onda que con los otros (un grupo multiétnico, digamos) y él la acompaña al café donde ella trabaja ya que Victoria ha decidido no volver a su casa y dormir algo en el negocio para luego abrirlo. Cuando la película promedia, Victoria y Sonne están por despedirse con la idea de volverse a encontrar en algún momento (él queda especialmente fascinado por ella, más aún cuando la escucha tocar el piano de manera notable), pero allí el film dará un giro radical y se volverá un thriller.
(Si no quieren saber más de la trama dejen de leer aquí, lo que sigue puede ser considerado SPOILER. Están avisados)
Sin nunca dejar ese único plano secuencia, ahí empieza casi otra película en la que a los muchachos no les queda otra que incluir a Victoria en unos planes delictivos que están forzados a hacer. El resto del film será ya a pleno suspenso, acción y persecuciones, tornando el trabajo en un solo plano en una verdadera proeza. No conviene adelantar mucho lo que sucede después, pero la tensión es permanente y, si bien como criminales el cuarteto deja mucho que desear, las situaciones que se presentan son de alto voltaje y la cámara parece un personaje más, transpirando, temblando y teniendo ataques de pánico casi tanto como los protagonistas.
Victoria es una película que parece pedir por una remake hollywoodense: pura adrenalina, acción y suspenso, con algunos interesantes comentarios sociales y de género en el medio, que pintan a una Berlín multicultural y moderna tal como es en la realidad. Tal vez le falte complejidad a los personajes (el cuarteto de muchachos “berlineses de verdad” están al borde ser tremendos imbéciles) y cuesta creerse algunas de las cosas que terminan pasando, pero aún con sus defectos se trata de un policial (o de un drama que se vuelve policial) impactante y que lleva al espectador de las narices. Sí, es cierto que el plano secuencia por momentos distrae –ya que uno muchas veces chequea que se mantenga–, pero no hay dudas de que hace funcionar a la película y que le da una energía y un nervio que tal vez sin eso no tendría. El problema, claro, es que ahora todos lo van a querer imitar…
(Esta crítica se publicó originalmente en nuestro blog Micropsia)
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Qué buena noticia que alguien se atreva a algo distinto. Una sola cámara, filmar todo "de una" (según dicen) El resultado es muy bueno. La actuación de la protagonista es muy buena, su exposición con la cámara sobre su rostro, sus gestos: esa manera de rascarse la nariz, comerse las uñas, hasta los más pequeños gestos son importantes. En algún punto me hizo acordar a "Carancho" de Trapero. Tuve la misma sensación de ir cayendo en un abismo. Pero Victoria es atrapante y no queda otra que fracasar junto con los personajes. Es una alegría que esta clase de propuestas lleguen a Buenos Aires, ojalá quede mucho tiempo en cartelera
Excelente por donde se la juzgue. El trabajo de Laia Costa es deslumbrante.-
Luego de ver esta pelicula uno se pregunta quien habrà quedado màs destruìdo, luego de las tres versiones grabadas, si la chica o el cameraman. El càmara pudo haber tenido algun auxilio detras de èl, pero la chica tiene un mèrito enorme,, màs de dos horas interpretando sin que la càmara se aleje de ella y de manera formidable. Es notable como transita, en corto tiempo,desde la inicial y alucinante versiòn de ingenuidad y benevolencia, hasta la utilizaciòn de recursos de avezada delincuente y con una capacidad de contenciòn envidiable. En la primera hora cuesta bastante aceptar a los imbancables berlineses, pero luego de una hora y cuarto la historia entra en una contundente tensiòn fìsica y dramàtica de la que es imposible despegarse. Pelicula ideal para los amantes de los aspectos trècnicos de las filmaciones, tambien para el publico jòven de las funciones nocturnas de los fines de semana y porque no, a cualquier otro espectador degustador de adrenalinas. La chica Laia Costa se merece el mejor de los futuros como intèrprete....su trabajo ha sido realmente conmovedor...y perfecto
la vi ayer. Todo lo buena e intensa (y épica desde un punto de vista técnico) que es la puesta en escena y cuadro, se pierde un poco en un guión que me pareció muy forzado, que le quita mucha verosimilitud a una película que aspira al verosímil en todo sentido -cámara en mano, tiempo real, etc.-. Como si al director lo que le importaba era hacer una película como la que hizo, y en el medio metió la historia como pudo. el lecho de procusto, que le dicen... Igual, más allá de eso que me descolocó un pco, la peli recontra vale la pena
una pregunta....hasta hace dos o tres dias estaba tambien la critica de VICTORIA de Villegas. Es que no se estrena mañana?
Qué genial la frase para no espoilear! Frené ahí. Cuando la vea les cuento
Doy fe que Schipper hizo 3 "One Take". Filmó toda la película entera 3 veces y eligió la mejor. Gracias por la critica.
Como sinceramente me interesa tu opinión, Diego, te pregunto: Para vos ¿Está realmente filmada en un solo plano?¿Notaste algún corte en algún momento por más que lo hayan querido disimular en la sala de edición? Tengo muchas ganas de verla, pero no quiero llevarme otra desilusión como me llevé con Bidman. Muchas gracias y excelente tu crítica, como siempre.
Sin saber lo del "plano secuencia" (casi nunca me gusta saber antes de la exhibiciòn, detalles de lo que voy a ver en festivales) la vì y es realmente -no solo parece- fascinante... Debo reconocer que alguna leve "trampita" debe haber, si no serìa magia. Pero es deslumbrante, y no es una aburrida secuencia de hechos que desfilan frente a la càmara ... Hay mucha acciòn, hay enganche con la historia, y hasta nos (me) enganchamos con el destino de esa muchacha española en la noche berlinesa...
Dicho asi, esto parece fascinante...