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Crítica de “Coco”, de Lee Unkrich y Adrian Molina (Pixar)
Los creadores de Toy Story, Monsters Inc. y WALL-E desembarcan en México y lo hacen con creatividad, respeto y sensibilidad en una encantadora historia ligada con el Día de los Muertos.
Coco (Estados Unidos/2017). Dirección: Lee Unkrich y Adrian Molina. Guión: Adrian Molina y Matthew Aldrich. Fotografía: Danielle Feinberg. Música: Michael Giacchino. Edición: Steve Bloom y Lee Unkrich. Distribuidora: Disney. Duración: 105 minutos. Apta para todo público.
Más allá del respeto que Pixar exhibe en cada uno de sus proyectos, el acercamiento a la tradición mexicana y en particular a la celebración del Día de los Muertos podía generar cierta desconfianza. Y, más allá de alguna simplificación o de cierto inevitable pintoresquismo, cabe indicar que Coco resulta una bella y querible mirada a ese pueblo, que contó con la participación de Adrian Molina, un estadounidense de padres mexicanos, como coguionista y codirector junto a Lee Unrich (responsable de Toy Story 3). No extraña entonces que el film haya sido muy bien recibido en ese país -donde se estrenó mucho antes que en el resto del mundo- al punto de convertirse allí en el más taquillero de la historia.
Pese a lidiar con el universo de los muertos y de apelar a ciertos elementos fantásticos que pueden resultar un poco aterradores para los más pequeños, Coco es siempre una película luminosa, lúdica y colorida, casi el reverso perfecto de los films animados de Tim Burton que también proponen viajes al más allá.
El protagonista es un niño de 12 años que vive en la aldea de Santa Cecilia y con el que no es difícil identificarse. Criado sobre todo por mujeres (la presencia de la abuela es fundamental), Miguel Rivera es obligado desde pequeño a trabajar en el taller de calzados de la familia y su pasión por la guitarra es reprimida a cada instante (aunque la sigue cultivando de forma obsesiva a escondidas), ya que la música está prohibida en ese ámbito por un trauma que se remonta a varias generaciones anteriores. Hasta que, fruto de una combinación de casualidades, llegará la visita al universo paralelo de los muertos, donde no sólo encontrará exóticos personajes sino que además irá desentrañando cuestiones ocultas ligadas a sus ancestros.
La factoría Pixar vuelve a hacer gala de toda su creatividad (ya no quedan adjetivos para elogiar la maestría de la animación) a la hora de reconstruir la iconografía pueblerina de México (y hasta homenajear la estétia de Frida Kahlo) e imaginar cómo podría funcionar el tragicómico y fantasmal universo de los que ya no están (pero están). Para completar la más latina de sus producciones contrató para las voces de los personajes a reconocidas figuras con esas raíces como Gael García Bernal, Benjamin Bratt, Alfonso Arau y Edward James Olmos, entre otros. Cartón lleno.
(Esta reseña se publicó en el diario La Nación del 11/1/2017)
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El domingo de los Oscar me zambullí a ver esta película de la que había recibido muy elogiosos comentarios y confieso que me sorprendió. El planteo naif inicial del niño con vocación de música luchando contra la tradición de una familia mexicana donde, a partir de un hecho traumático ocurrido hace varias décadas, detesta la música y cualquier aproximación a ella, de a poco va dando paso a la polarización social que existe en México entre quienes siguen aferrados a sus raíces y quienes quieren amasar fortunas en los EE. UU hasta desembocar en la aparición de un villano inesperado que cambia buena parte del sentido de la historia. La película es hermosa porque tiene buen humor, bellas canciones y por el respeto a la cultura mexicana que ha sido tan bastardeada por el cine norteamericano pero por sobre todo esto está el tema de la identidad, la búsqueda de la verdad y el repudio a cualquier forma para ser exitoso. Coincido con Diego que es una película de 8 puntos
Buenas! Corrijanme si me equivoco pero puede ser que no esté disponible una version en ingles de la pelicula? Busqué en varias salas de BsAs y la encontré únicamente doblada al castellano. Saludos!