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Crítica de “Stranger Things 3” con spoilers (Netflix)
La serie más popular del gigante del streaming estuvo a la altura de las expectativas con sus no pocos hallazgos, su fastuoso despliegue de recursos, sus reciclajes lúdicos y también con sus limitaciones.

Stranger Things 3 (2019). Showrunners: los hermanos Duffer. 8 episodios. Duración total: 443 minutos.
Chapter One: Suzie, Do You Copy Me? (50'). Dirección: Matt Duffer y Ross Duffer
Chapter Two: The Mall Rats (50'). Dirección: Matt Duffer y Ross Duffer
Chapter Three: The Case of the Missing Lifeguard (49'). Dirección: Shawn Levy
Chapter Four: The Sauna Test (52'). Dirección: Shawn Levy
Chapter Five: The Flayed (51'). Dirección: Uta Briesewitz
Chapter Six: E Pluribus Unum (59'). Dirección: Uta Briesewitz
Chapter Seven: The Bite (55'). Dirección: Matt Duffer y Ross Duffer
Chapter Eight: The Battle of Starcourt (77'). Dirección: Matt Duffer y Ross Duffer
Tras la Temporada 1 (8 episodios lanzados en julio de 2016) y la 2 (9 capítulos presentados en octubre de 2017), Netflix finalmente estrenó en el muy patriótico (para Estados Unidos) 4 de Julio las 8 entregas de Stranger Things 3, el esperado regreso de su serie-emblema que, según se encargaron de difundir en sus redes con bombos y platillos, fue vista por 40,7 millones de cuentas solo en sus primeros 4 días.
A un costo que superó con holgura los 10 millones de dólares por episodio y salarios que se multiplicaron hasta por 12 de la primera a la tercera temporada (Winona Ryder, David Harbour y Millie Bobby Brown cobraron 350.000 dólares por episodio y el resto de los protagonistas embolsó entre 150.000 y 250.000 por capítulo), Stranger Things 3 se convirtió -en sintonía con la trama- en un shopping, un supermercado mayorista. Todo es gigantesco como el Desuellamentes que se alimenta de cuerpos derretidos, la acumulación de referencias, homenajes y reciclajes es casi infinita, así como una banda sonora que se acerca al centenar de temas (debajo de este texto hay una Playlist de Spotify bastante completa). También es una inmensa máquina de generar dinero vía product placement, que -aseguran los expertos del negocio- cubrió buena parte de los costos de producción. Pocas veces se ha visto semejante nivel de publicidad no convencional (léase aparición de marcas) por minuto en la historia del audiovisual.
Lo de la patriótica 4 de Julio como fecha de lanzamiento también tiene que ver con la trama, que esta vez tiene a los cienfíticos y militares rusos (o soviéticos, ya que estamos en el verano de 1985, antes de la caída del Muro) como malvadísimos de turno y con una torpeza tal que en la comparación dejan a la organización KAOS del Superagente 86 como un dechado de inteligencia y sutileza. Un regreso de la Guerra Fría al que -como casi todo en Stranger Things- no hay que tomárselo muy en serio porque forma parte también del espíritu melancólico y lúdico de la serie.
Los que se han enganchado con la propuesta de Stranger Things tienen varios divertimentos: no solo seguir las desventuras de los otrora niños ya convertidos en adolescentes como Mike (Finn Wolfhard), Dustin (Gaten Matarazzo), Lucas (Caleb McLaughlin) y Will (Noah Schnapp), las apoteósicas luchas emprendidas por Eleven (Millie Bobby Brown) y sus a esta altura litros de sangre perdidos por la nariz, los aportes no menores de los jóvenes que han ido ganando más y más protagonismo como Steve (Joe Keery) y la recién llegada Robin (Maya Hawke); y de los adultos liderados por la Joyce Byers de Winona Ryder y el sheriff Jim Hopper de David Harbour (demasiado estirada y poco sutil la tensión sexual entre ambos que parecen estar dentro de una sitcom independiente) sino descubrir también los 1.001 guiños cinéfilos, seriófilos, melómanos, de consumo y estéticos respecto de los tan mentados años '80.
En ese sentido, el sitio IndieWire elaboró una minuciosa lista de referencias capítulo por capítulo que van desde los más obvias (Alien, Tiburón, Karate Kid, Rambo, Volver al futuro, El enigma de otro mundo / The Thing, de John Carpenter; la saga de The Evil Dead, de Sam Raimi; buena parte de la filmografía de George A. Romero y series como Magnum y Cheers) hasta algunas bastante más sutiles.
Los hermanos Matt y Ross Duffer dirigieron esta vez 4 de los 8 episodios, pero la serie mantuvo no solo su interés sino que consiguió un in crescendo que derivó en una segunda mitad incluso más atrapante que la primera y un desenlace que soprendió con una muerte (¿realmente murió Jim o es “el americano” que está en la cárcel de los rusos en la escena post-títulos del último capítulo?).
La estructura coral se torna por momentos demasiado derivativa y algo caótica, el uso del montaje paralelo resulta en ciertos pasajes un poco torpe y ciertos personajes lucen demasiado estereotipados y poco (o mal) desarrollados -están los típicos secundarios que funcionan como comic relief (tipo el Murray Bauman de Brett Gelman) y los antagonistas que van desde el guardavidas poseído Billy (Dacre Montgomery) hasta Grigori (Andrey Ivchenko), un indestructible mercenario al servicio de los rusos que parece salido de Terminator- pero como quedó dicho la acumulación, el delirio, el desenfreno, el bombardeo de estímulos y el juego de las referencias es parte esencial de este auténtico parque de diversiones, de esa montaña rusa que es Stranger Things, cuya tercera temporada -podemos concluir- vive para hacerle honor al hype y a la sana expectativa creada entres sus millones de fans.
PLAYLIST SPOTIFY
TRAILER FINAL
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