Críticas
Streaming
Crítica de “Uppercase Print”, de Radu Jude (MUBI)
Tras su paso por festivales como los de Berlín, Viena, Gijón, FICValdivia y el FestiFreak de La Plata, se lanzó en la plataforma de streaming MUBI este nuevo trabajo del siempre provocador e inteligente director rumano.
Uppercase Print (Tipografic Majuscul, Rumania/2020). Dirección: Radu Jude. Elenco: Serban Pavlu, Alexandru Potocean, Ioana Iacob y Doru Catanescu. Guion: Gianina Carbunariu y Radu Jude. Fotografía: Marius Panduru. Edición: Catalin Cristutiu. Duración: 128 minutos. Disponible en MUBI.
El prolífico Radu Jude estrenó en el Forum de Berlín 2020 dos films de largo aliento: The Exit of the Trains (Ieşirea trenurilor din gară), de 175 minutos, y Uppercase Print (Tipografic Majuscul), de 128. Este segundo es el que acaba de desembarcar en MUBI.
El director de Everybody in Our Family, Aferim!, Corazones cicatrizados (Scarred Hearts), The Dead Nation e I Do Not Care If We Go Down in History as Barbarians reconstruye con un híbrido entre el teatro filmado y el documental basado en material de archivo la historia de Mugur Calinescu (Şerban Lazarovici), un adolescente de 16 años que en 1981 se atrevió a desafiar al régimen de Nicolae Ceaușescu con una serie de pintadas callejeras demandando libertad y protestando contra el racionamiento de comida y de diversos servicios básicos.
Con un brillante uso de imágenes de la televisión pública rumana de esos años '80 (varios fragmentos son tan ridículos en su espíritu propagandístico que parecen concebidos para los ciclos satíricos de Peter Capusotto) nos sumergimos en ese espíritu de época con la veneración (obligada) al dictador, mientras que los desgarradores detalles del caso de Calinescu se exploran a partir de la obra homónima de Gianina Cărbunariu.
En un operativo sin precedentes por parte de los servicios secretos rumanos se analizaron tras las pintadas más de 30.000 registros tipográficos hasta llegar al responsable, un muchacho que escuchaba de forma clandestina Radio Free Europe y estaba atento al movimiento polaco Solidaridad, de Lech Walesa. La forma en que ese Estado autocrático reaccionó para someter por completo al joven y a todos quienes lo rodeaban para que no se expandiera ese gen rebelde está descripto por Jude con una impecable mixtura entre bronca e inteligencia.
Visceral e intelectual, provocador y riguroso, el cine de este director rumano ha descripto como pocos el grado de burocracia, uniformidad y represión que vivió su país en las épocas más oscuras de su historia. Y Uppercase Print es, parafraseando a su título, un aporte mayúsculo.
Hacete soci@ de OtrosCines/Club por un aporte de apenas 250 pesos por mes y accedé a los beneficios y a la nueva newsletter con información, recomendaciones y análisis de tendencias solo para suscriptores
COMENTARIOS
-
SIN COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO

CRÍTICAS ANTERIORES
El prolífico director de películas como 8 citas (2008), Estocolomo (2013), Que Dios nos perdone (2016), El reino (2018), Madre (2019) y la aclamada As bestas (2022) regresó al universo de las series, donde ya había incursionado con proyectos como Impares (2008), La pecera de Eva (2010-2011), Frágiles (2012-2013) y Antidisturbios (2020), con una intensa, tragicómica, entrañable y por momentos emotiva historia de amor que transcurre a lo largo de una década para la que unió fuerzas como showrunners con Sara Cano y Paula Fabra.
Tras la controvertida Beau tiene miedo (2023), el director de El legado del diablo (2018) y Midsommar: El terror no espera la noche (2019) redobló la apuesta con un western contemporáneo de 148 minutos ambientado en tiempos del COVID. Un film que generó una polémica desbordada en el Festival de Cannes, pero que luego fue un fracaso comercial (recaudó apenas 14 millones de dólares en todo el mundo) y aquí llega directamente para el alquiler hogareño.
Tras salir de su segundo período en prisión en 2023 y de ser autorizado por las autoridades de su país a viajar fuera de Irán, el notable director de El globo blanco, Offside, Crimson Gold, Esto no es un film, Tres rostros y No hay osos ganó el máximo galardón de Cannes y luego arrasó en decenas de otros festivales y premios anuales con esta intensa, política y provocadora historia que lo consagra como un realizador que no solo obtuvo la Palma de Oro sino también el Leopardo de Oro en Locarno 1997 por El espejo, el León de Oro en Venecia 2000 por El círculo y el Oso de Oro de la Berlinale 2015 por Taxi. Póquer cinéfilo.
Cuatro episodios estrenados para el fin de semana de Acción de Gracias que se celebra en los Estados Unidos, otros tres previstos Navidad y el final que llegará con el Año Nuevo. Así es el algo caótico cronograma de lanzamientos de la quinta y última entrega de una de las series más populares en la historia de la N Roja. Los cuatro capítulos ya disponibles potencian una tendencia que ya se venía percibiendo: una historia más ampulosa, recargada, estirada y con una apuesta al impacto constante como para sostener la atención dentro de un relato menos fluido y articulado.
