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Festival de Tribeca 2021: Crítica de “A-ha: The Movie”, documental de Thomas Robsahm
Tuvo su estreno mundial en la muestra neoyorquina esta película que muestra la grandeza pero también las miserias internas de la banda noruega que conquistó al mundo con Take on Me.
A-ha: The Movie (Noruega-Alemania/2021). Guion y dirección: Thomas Robsahm. Con Morten Harket, Magne Furuholmen y Pål Waaktaar-Savoy. Fotografía: Aslaug Holm. Edición: Hilde Bjørnstad. Duración: 109 minutos. En la sección Spotlight Documentary del Festival de Tribeca.
Las últimas imágenes de este documental de Thomas Robsahm son de 2020 y por entonces -más allá de sucesivas separaciones y regresos- A-ha llevaba casi 40 años como banda (se formó en 1982 cuando eran apenas unos veinteañeros). Es cierto que el trío noruego integrado por Morten Harket, Magne Furuholmen y Pål Waaktaar-Savoy tuvo su momento de gloria en los '80, pero no son muchos los grupos que pueden ostentar semejante longevidad.
Sin embargo, lejos de celebrar (solo) el éxito y la vigencia, el film los muestra algo así como unidos por conveniencia, soportándose porque no queda otra. De hecho, viven en distintas ciudades, graban muchas veces por separado, tienen camarines individuales y solo se reencuentran sobre el escenario. Es cierto que sobre el final regalan algunos testimonios (cada uno por su lado, claro) que reivindican cierto respeto por los compañeros, pero hay algo extrañamente ligado a la “mala onda” que hace fascinante y morboso este “anti”-rockumental.
Por supuesto, las casi dos horas de A-ha: The Movie cuentan que la banda lleva vendidos más de 50 millones de discos, que Take on Me es uno de los temas más escuchados de la historia, que tocaron dos veces en Rock in Rio, que hicieron una canción para una película de la saga Bond (The Living Daylights), que giraron varias veces por todo el mundo y conciertos como el que dieron en Berlín en 2005 convocaron a 200.000 personas, pero el documental expone también una saga de celos, resentimientos, miserias y -últimamente- problemas de salud.
Tras reconstruir las infancias y adolescencias (es excelente el material de archivo que incluye muchos videos caseros y hasta hay varios pasajes de animación), Robsahm cuenta sus primeros viajes a Londres en 1981, las múltiples influencias (The Doors, Uriah Heep, Queen, Jimi Hendrix, Beatles, Velvet Underground, Joy Division), el descubrimiento en clubes de Camden de bandas como Soft Cell, Echo and The Bunnymen o The Human League hasta llegar al segmento Take on Me.
Si bien es cierto que A-ha tendría varios otros éxitos (The Sun Always Shines on TV, Hunting High and Low, Crying in the Rain, I've Been Losing You, Stay on These Roads, You Are the One), no es del todo descabellado definir a A-ha como una one-hit wonder. Es que el furor por ese tema fue tal (número uno en casi todo el mundo cuando la nueva versión se relanzó en 1985 apoyado en un brillante videoclip dirigido por Steve Barron que hoy es considerado un clásico de clásicos) que fue como si tocaran el techo al inicio de sus carrera y luego todo pareciese cuesta abajo.
Como en el reciente documental sobre los Bee Gees, Robsahm y los propios protagonistas dejan en claro las envidias (el cantante Morten Harket se convirtió en un sex-symbol a escala planetaria), la feroz competencia interna, las fricciones y disputas por créditos en la composición de las canciones
A-ha, con sus chicos rubios, sus sintetizadores y sus falsetes, fue un boom entre las adolescentes de Noruega primero y del resto del mundo poco después, pero hoy (cuando llevan años y años sin conseguir un éxito) es de consumo exclusivo en radios de oldies. Su público son veteranos que los siguen en plan nostáligo y hay que admitir que ellos sobrellevan este recorrido con más dignidad y nobleza que patetismo (aunque algo de eso hay inevitablemente). Son como esos jugadores al borde de los 40 que, con unos kilos de más y mucha menos velocidad, todavía meten algunos pases de calidad.
Considerados por la prensa especializada como integrantes de una banda grasa, estos tres artistas noruegos fueron reconocidos luego como una influencia importante por artistas tan disímiles como U2, Coldplay, Kanye West y The Weeknd. A-ha: The Movie deja en claro su legado y lo hace con una honestidad brutal.
Más de la cobertura del Festival de Tribeca 2021:
Crítica de El perfecto David, del argentino Felipe Gómez Aparicio
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Isaac tiene razón, la banda es excelente, tiene temas impecables, aún ahora, estuve en su show del 25 de marzo en Buenos Aires, e incluyeron temas nuevos, que fueron muy bien recibidos. El documental es excelente, la crítica es muy destructiva y con mala onda.
Pelearé contra todo y contra todos cada vez que mencionan, siquiera con cierta sutileza como aquí, a A-ha como una one hit wonder.