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El increíble mundo de Prachya Pinkaew
Para los amantes del cine de género -y más precisamente de las películas asiáticas de artes marciales- los dos largometrajes del tailandés Pinkaew que ofrece esta 11ª edición del BAFICI serán, casi seguramente, la gran revelación de la programación de este año. Tom Yung Goong (foto) y Chocolate -de ellos se trata- revolucionan todo lo conocido en el arte de las coreografías de las peleas cuerpo a cuerpo y sirven para descubrir en toda su dimensión a un cineasta mayúsculo, audaz, desaforado y decididamente original.
Hasta hace unos años, Hong Kong aparecía como el faro indiscutido de las artes marciales. En la tierra de Jackie Chan, Donnie Yen y Jet Li se inventaban -y se perfeccionaban- los estilos de combate que Hollywood y el resto del mundo luego imitarían. Pero si escribo en tiempo pretérito es porque en 2003 aquel liderazgo fue puesto a prueba por Ong Bak, una película impertinente que se plantaba frente a todos jactándose de tener escenas de acción “sin dobles de riesgo, sin efectos de CGI y sin cables” y que catapultó al estrellato mundial al actor Tony Jaa, al coreógrafo Panna Rittikrai y al director Prachya Pinkaew.
Pinkaew nació en Tailandia, en 1962, y se recibió de arquitecto. Pese a aquel título, durante la década de los '90 comenzó a trabajar en publicidad como director de arte hasta terminar dirigiendo videoclips para televisión por los cuales recibiría varios premios que le darían el empujón para realizar su debut cinematográfico, The Magic Shoes (1992). A partir de entonces, no hubo género por el cual Pinkaew no transitase, ya sea como productor o como director: comedias eróticas, películas de vampiros, films experimentales y oportunos plagios al j-horror como 999.9999 (2002).
Hasta ese momento, Pinkaew era apenas otro realizador más, pero las cosas cambiaron cuando que apareció Tony Jaa, un doble de riesgo fanático del cine de artes marciales y experto en Muay Thai. Su destreza convenció a Pinkaew a escribir, producir y dirigir una película que aprovechase al máximo el talento del joven Jaa. A la dupla se le sumó el mentor de Jaa, Panna Rittikrai, realizador de clase B, coreógrafo y doble de riesgo, que diseñó las escenas de acción junto a su discípulo y Pinkaew. Ong Bak, como decíamos, fue un éxito inesperado en todo el mundo (menos acá, claro, donde todavía permanece inédita). Sólo por Ong Bak, Jaa fue comparado con Bruce Lee; no es casualidad que en gran parte del mundo se la conozca como “Enter the new Dragon”, pero pronto quedaría demostrado que Tony estaba lejos de su límite.
El éxito obligó al trío a concebir otra colaboración. El resultado, Tom Yung Goong (2005), se podrá ver en el foco que se realiza del director en el BAFICI. Vale la pena señalar que la copia de la película a exhibirse es la original y no la versión mutilada rebautizada The Protector, que preparon los Her-manos-de-tijera Harvey y Bob Weinstein para su distribución internacional. Tom Yung Goong es, para qué negarlo, una remake grandilocuente de Ong Bak; filmada con los mismos dogmas y con mayor presupuesto que permite lujos totalmente gratuitos -y hermosos- como un plano-secuencia en el cual la cámara sigue a Jaa partiéndole la crisma a medio mundo, referencia directa a los género Beat'em up de los videojuegos (Final Fight, Cadillac & Dinosaurs). La excusa de Tom Yung Goong para que Jaa se enfrente a medio mundo es el secuestro de un elefante y su cría pertenecientes a la familia del protagonista por un grupo mafioso y, si bien la película se maneja con maniqueismos y las subtramas cobran más protagonismo del que merecen, el mayor mérito de Pinkaew aparece en el manejo emocional de los cuerpos en combate. A veces Kham (Jaa) pelea dolido, otras veces confundido y en -en la durísima pelea final- completamente fuera de sus cabales; cada pelea es única, la técnica de Jaa parece infinita -de hecho, inventó nuevo estilos especialmente para el film- y Pinkaew la explota al máximo, haciéndolo pelear con un maestro de wushu, un matón especialista en capoeira y un luchador de la WFF (Nathan Jones, el mismo que enfrentaba Jet Li en El duelo).
Cada vez que Jaa pelea da un fuerte pisotón, revienta la planta del pie contra el suelo y tiembla el mundo; cada vez que lo hace parece invencible, como si de esa manera se estuviese conectando con tierra y obligandole a que, por un rato, se olvide de aplicar la ley de gravedad sobre él. Estos pisotones de Jaa son lo que viene a la mente de Zen, la protagonista de Chocolate (2008), la película más reciente de Pinkaew y la otra en exhibirse durante el festival, justo antes de empezar a combatir, con efectos similares a los de los personajes de Jaa. Mediante este híbrido entre películas de gangster, melodrama familiar y muay thai con el que Pinkaew presenta al mundo su nuevo descubrimiento, la diminuta y letal Yanin "Jeeja" Vismistananda (1984). Ella es Zen, una niña autista hija de un yakuza y una asesina de la mafia tailandesa, que enfrenta a los antiguos empleadores de su madre para poder pagarle los medicamentos para su enfermedad. Su talento para las artes marciales proviene de sus excelentes reflejos y de su capacidad para aprehender movimientos con solo observarlos. La mirada de Zen, que se fascina con el movimiento hasta lograr mimetizarlo, parece un reflejo de la tarea de Pinkaew como realizador. Ningún director ha logrado quebrar los límites del cuerpo humano -dejando un tendal de bajas en el camino, como lo demuestran los créditos de Chocolate- como él, y gracias a sus películas, el cine demuestra que es el único arte que puede capturar en toda su gloria la belleza de las artes marciales.
Eso si, después de ver Tom Yung Goong y Chocolate, no va haber forma de no sentir al menos un poco de curiosidad por lo que se decían en las clausulas del contrato que firmaron los dobles de riesgo.
Trailer de Tom Yung Goong: http://www.youtube.com/watch?v=yoV6dRws5CM
Trailer de Chocolate: http://www.youtube.com/watch?v=Axf_EXzF_qM
Funciones
Tom Yung Goong (2005):
26 de marzo a las 22 hs en la sala 8 del Hoyts Abasto
28 de marzo a las 16:15 hs en la sala 8 del Hoyts Abasto
29 de marzo a las 20 hs en el Atlas Santa Fe
4 de abril a las 21:45 hs en el Atlas Santa Fe
Chocolate (2008):
27 de marzo a las 23:00 en la sala 10 del Hoyts Abasto
28 de marzo a las 23:30 en la sala 10 del Hoyts Abasto
31 de marzo a las 23:15 en la sala 8 del Hoyts Abasto
1º de abril en el Atlas Santa Fe a las 22:30
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Vengo para corregirme. Al final, después de ver las dos películas de este maestro de la patada al pecho que es el Sr. P. Pinkaew, la que más me gusto fue Chocolate y no Tom Yung Goong, como yo creía.
Tom Yung Goong buenísima!
Muy buen artículo. Hasta anoche que vi Tom Yung Goong, no sabía nada de Prachya Pinkaew. Como gran parte del público quedé encantado con esta especie de musical de artes marciales.
Gracias Javier por el texto. Yo ya tengo las entradas para Chocolate y Tom Yung Goong. Le tengo más fe a esta última que a Chocolate, pero tengo que esperar para comprobarlo.