Críticas
Luces al atardecer, de Aki Kaurismäki
El gran maestro de la tragicomedia agridulce
El excepcional director de El hombre sin pasado, Juha y Nubes pasajeras cierra su "trilogía de los perdedores" con otra mirada lírica, mélancólica, cruda y desoladora a la vez sobre un nuevo antihéroe de la clase trabajadora que va perdiendo (le van quitando) de manera progresiva lo poco que tiene. Entre tangos de Carlos Gardel, elementos propios del cine negro, su humor lacónico y el habitual virtuosismo formal del artista finlandés estamos ante una pequeña (78 minutos) gran película.
Impecable conclusión de de la denominada "trilogía de los perdedores" que Kaurismäki había iniciado con otros dos excepcionales trabajos como Nubes pasajeras y El hombre sin pasado, Luces al atardecer se abre con la voz de Carlos Gardel cantando Volver (el mismo tango elegido por Pedro Almodóvar para su film homónimo) y se cierra con la también versión original de El día que me quieras.
Entre ambos extremos gardelianos hay una profundización de la mirada cruda, sórdida, melancólica y por momentos desoladora sobre la clase trabajadora de ese gran maestro de la tragicomedia agridulce que es Kaurismäki. Con elementos típicos del policial negro (parece la historia de un personaje de Charles Chaplin, pero contado por Fritz Lang o Nicholas Ray), Luces al atardecer tiene como contraparte a una extraña femme-fatale que trabaja para el mafioso local y que debe seducir y engañar al crédulo protagonista.
Llena de esos subyugantes climas visuales (con dimensiones líricas) que sólo el director de Juha, Ariel, La vida bohemia y La chica de la fábrica de fósforos puede conseguir, de observaciones sociales y momentos de humor negro que jamás caen en lo obvio ni en el subrayado, Luces al atardecer es un Kaurismäki en estado puro. Lo que es lo mismo que decir el Gran Cine en una de sus máximas expresiones contemporáneas.
COMENTARIOS
-
SIN COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO



CRÍTICAS ANTERIORES
Esta secuela funciona mejor como comedia negra que como advertencia sobre los abusos de la Inteligencia Artificial. El problema es que tiene bastante más de denuncia que de humor.
El realizador de la exitosa La culpa regresa con otro intenso e inquietante film sobre dilemas éticos y morales.
Tras su paso por la muestra Contracampo en Mar del Plata 2024 y por los festivales de Jeonju, Gotemburgo y Cosquín (FICIC), se estrena en salas de Buenos Aires, Córdoba y Río Cuarto este nuevo film del director de Un cuerpo estalló en mil pedazos (2020).
Estrenado en el Festival de Sundance 2025 y premiado en los recientes Gotham TV Awards, este retrato en dos partes sobre el actor Paul Reubens (1952-2023) resulta fascinante, emotivo y desgarrador a la vez.