Festivales
Críticas de la Sección Panorama (Grandes Maestros)
Por Diego Batlle, Diego Lerer, Josefina Sartora, Manu Yáñez Murillo, Gonzalo Maza y Juan Manuel Domínguez
-En esta primera guía del 15º Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) analizamos las nuevas películas de los directores consagrados, entre ellos Olivier Assayas, Aki Kaurimäki, Pedro Costa, Víctor Erice, Manoel de Oliveira, Naomi Kawase, Jafar Panahi, Jean-Claude Brisseau, Abbas Kiarostami, Raúl Ruiz, Apichatpong Weerasethakul, Takeshi Kitano, Carlos Reygadas y Jonas Mekas, entre muchos otros.
-Un recorrido (in progress, ya que iremos sumando más reseñas) por 23 títulos, incluido No, el film de apertura dirigida por el chileno Pablo Larraín.
-Après mai / Something in the Air (Francia, 122', 2012), de Olivier Assayas.
Luego de Carlos, Assayas estrenó en la Mostra de Venecia esta sentida película con mucho de autobiográfica sobre las experiencias de un estudiante secundario y militante de la izquierda radical en plena efervescencia post-Mayo del ’68. Ambientado en las afueras de París en 1971, el film sigue su derrotero íntimo/afectivo e intelectual/político, así como sus complicaciones con la policía, que lo obligan a emprender un viaje a Italia y más tarde a Londres. Si bien la película no es del todo lograda en cuanto al delineamiento y el espesor psicológico de los personajes, explora un tiempo y un lugar (ese “algo en el aire” que se percibía en la época) con los mejores recursos del arte cinematográfico y esa habitual maestría narrativa del gran director francés. Con elementos que remiten a Los amantes regulares, de Philippe Garrel; a Los soñadores, de Bernardo Bertolucci; y -por qué no- a la argentina El estudiante. DIEGO BATLLE
-Centro histórico (Portugal, 96', 2012), de Aki Kaurismäki, Pedro Costa, Víctor Erice y Manoel de Oliveira.
Centro histórico es el más conocido de los films hechos por la ciudad de Guimaraes, Portugal, elegida la capital de la cultura europea de 2012. En Cannes se conocerá probablemente el largometraje en 3D de Jean-Luc Godard -también parte de esta propuesta- que promete ser bastante original. El trabajo de Kaurismäki es una breve muestra de su mundo, con un solitario hombre finlandés que tiene el más mísero de los bares de Guimaraes, en el que atiende a dos viejos borrachos mientras escucha fado en la radio. Sus problemas con el menú del almuerzo (y la rivalidad de un más lujoso restaurante vecino) serán el centro de este pequeño y muy simpático corto.
Lo de Pedro Costa es, sí, bastante diferente a lo que uno está acostumbrado a ver de él. El film empieza con una serie de personas buscando a Ventura -personaje de anteriores películas de Costa-, quien finalmente aparecerá dentro de lo que parece ser un ascensor de carga manteniendo una especie de imaginaria (entre real, onírica y recordada) conversación con un soldado, encarnado por un hombre pintado de verde e inmóvil como si fuera un enorme soldadito de juguete. La charla versará sobre las luchas revolucionarias y los roles que ambos jugaron en la ocasión, y durante gran parte del tiempo, las palabras se dirán en off, como si fuera un diálogo de fantasmas… Que eso son, en definitiva.
Monólogos de fantasmas podrían ser los de Vidrios rotos, la película de Víctor Erice que se centra en los testimonios de trabajadores de una histórica fábrica de Guimaraes que cerró en 2002. En realidad, como en algunas películas de Eduardo Coutinho, los testimonios no son necesariamente de los verdaderos trabajadores sino, en muchos casos, escritos por ellos pero dichos por actores, o por otras personas. Ese juego de narraciones y el repaso, detallista y obsesivo, de una foto de las épocas de gloria de esa enorme fábrica, generan un mediometraje (dura más de media hora, es el más largo de todos) potente y poético a la vez.
El film de Manoel de Oliveira que cierra el compilado, para mi gusto, es menor: un chiste breve a partir de filmar a un guía que conduce a un grupo de turistas recorriendo Guimaraes y “conquistando” con sus cámaras a los “conquistadores” que fundaron Portugal. Simpático, pero no mucho más que eso. DIEGO LERER
-Chiri/Trace (Japón, 45', 2012), de Naomi Kawase.
He seguido la obra de Naomi Kawase con atención desde el principio. En ella no cesa de ocuparse del tema familiar, de los partos y la maternidad, de la familia ausente y de la memoria, tal vez motivada por su propia historia. Habiendo crecido sin sus padres, una pareja de familiares se ocupó de criarla. Uno Kawase, su madre adoptiva -a quien Naomi llama abuela- había sido la estrella de un documental anterior, Tarachime. Ya muy anciana, Kawase vuelve a filmarla a los 95 años en su más reciente documental. Otra vez, retrata su cuerpo con las marcas de la vejez -aunque aquí parece más benévola- y su enfermedad en su estado final. Kawase también hace explícito el hecho fílmico, el rodaje y la proyección en abismo de registros anteriores. Pero, sobre todo, es este un retrato emocionado del amor incondicional que ambas mujeres se profesan. JOSEFINA SARTORA
-Closed Curtain (Irán, 106', 2013), de Jafar Panahi y Kamboziya Partovi.
El director iraní -que está en prisión en su país- volvió a filmar otra película, clandestinamente, en lo que parece ser su casa de verano, frente al mar. El film toca similares tópicos al anterior, This is Not a Film, pero es más ambicioso y no tan logrado en su complejidad de capas sobre capas narrativas.
La cámara nunca sale de la casa, por lo que todo lo que sucede afuera se ve desde allí, empezando por el arribo de un hombre que entra al lugar con su perro. El simpatiquísimo can está allí porque, según se escucha en la tele, los perros se han vuelto animales prohibidos y hay que esconderlos. El hombre cierra puertas y ventanas, pero en un momento logra colarse en la casa una pareja con motivos sospechosos. Dicen estar fugándose, pero no se sabe si dicen la verdad o mienten. La relación y confusiones entre el protagonista y la mujer, con tendencias suicidas, dará paso promediando el film a la aparición del propio Panahi y de sus cámaras. Como ya es clásico en el realizador, la realidad y la ficción se confundirán, espejadas. La cámara de la película, las cámaras de teléfono que se usan y las cámaras que filman a las cámaras generarán varios niveles de relatos cruzados en un todo atrapante aunque bastante confuso.
Como en su anterior película, Closed Courtain es un retrato de un artista perseguido, en soledad, con tendencias suicidas y fantasmas que lo persiguen todo el tiempo. La sensación de encierro y de que afuera hay una suerte de estado totalitario tipo película de ciencia ficción es muy fuerte y lograda. Si se quiere, la aparición de la primera persona resulta un poco reiterativa, pero se entiende tomando en cuenta la necesidad de expresión del realizador iraní. DIEGO LERER
-Dreileben - Beats Being Dead (Alemania, 88', 2011), de Christian Petzold.
-Dreileben - Don't Follow Me Around (Alemania, 88', 2011), de Dominik Graf.
-Dreileben - One Minute of Darkness (Alemania, 90', 2011), de Christoph Hochhäusler.
Antes de analizarlo, vale explicar brevemente el origen de este tríptico. Petzold, Graf y Hochhäusler, tres de los más interesantes directores alemanes en actividad, intercambiaron vía e-mail opiniones sobre los géneros, las posibilidades estéticas y la situación de la Escuela de Berlín (el movimiento más importante del cine germano de los últimos tiempos). Ese apasionado diálogo fue luego recopilado y publicado por la revista Revolver y resultó el germen, el disparador de Dreileben, tres films de 90 minutos cada uno realizados para la TV de su país y estrenados en la Berlinale 2011.
Las películas tienen un elemento en común (un asesino condenado a cadena perpetua se escapa de un hospital cuando es llevado allí a visitar a su madre moribunda), pero esa situación policial sólo aparece de manera lateral, muy tangencial, en los tres relatos (sobre todo en los dos primeros). Tampoco hay demasiados cruces. Sólo el tercero, que de alguna manera "explica" el caso, tiene breves pasajes y personajes vistos en los dos anteriores.
En Dreileben 1: Beats Being Dead (el mejor de la serie), el siempre notable Petzold (Fantasmas, Yella, Jerichow) narra un triángulo amoroso (su especialidad) entre un joven residente de un hospital que estudia para recibirse y viajar con una beca a Los Angeles, la hija de su jefe y una muchacha bastante inestable y manipuladora. El film es intenso, imprevisible y seductor, con el sello de un extraordinario narrador.
En Dreileben 2: Don’t Follow Me Around (el más "flojo", pero igualmente muy logrado) Graf (A Map of the Heart, The Red Cockatoo) se concentra en la relación entre una psicóloga y madre soltera que llega para asistir en la investigación para atrapar al criminal fugado, una vieja amiga con la que se reencuentra y el marido escritor de ésta. Un film más intimista, intelectual y dialogado, pero también de una gran solidez.
En Dreileben 3: One Minute of Darkness, Hochhäusler (The City Below) se ocupa del caso a través de profundos retratos psicológicos tanto del asesino que escapa por el bosque como del obsesivo jefe policial que se encarga de coordinar la búsqueda. A puro suspenso y tensión, con sorpresas y climas fascinantes, se trata de un cierre perfecto para una experiencia inigualable. DIEGO BATLLE
-The City Below / Unter dir die Stadt (Alemania, 110', 2010), de Christoph Hochhäusler.
Los manejos internos dentro de una corporación multinacional dedicada a agresivas adquisiciones y las relaciones laborales, amorosas (y de poder) entre los distintos personajes son el eje principal de este estilizado drama psicológico sobre la manipulación, que remite por momentos a la notable La cuestión humana, de Nicholas Klotz. Interesante, ambiciosa y, para mi gusto, demasiado fría y por momentos explícita. DIEGO BATLLE
-La Fille de nulle part (Francia, 92', 2012), de Jean-Claude Brisseau.
El propio Brisseau protagoniza esta historia de un viudo solitario y ya casi retirado (de la vida), cuya existencia cambia por completo cuando encuentra en la puerta de su departamento a una joven abusada por su ex pareja. Este ex profesor de matemáticas la cura, la cuida, la protege y la toma como consultora y musa inspiradora en un viejo proyecto de investigación sobre los orígenes de la Biblia. Entre lo paródico y lo grave, entre lo costumbrista y lo fantástico/onírico, entre el romanticismo trágico y las no pocas pretensiones intelectuales, este film -ganador del Leopardo de Oro en Locarno 2012- nos devuelve al mejor Brisseau: artesanal, desaforado, sorprendente y provocador. DIEGO BATLLE
-Gebo et l'ombre (Portugal / Francia, 91', 2012), de Manoel de Oliveira.
Podrá ser lenta, estática, demasiado teatral y hablada, con una estética demodé, pero… ¡qué placer ver la nueva película del “interminable” maestro portugués! Basada en la obra escrita por Raul Brandão en 1923, hablada en francés y construida con un puñado de largos planos fijos, nos regala además las actuaciones de los no menos legendarios Michael Lonsdale, Claudia Cardinale y Jeanne Moreau. Muchos años y talentos sumados. DIEGO BATLLE
-Gold (Alemania, 113', 2013), de Thomas Arslan.
Conociendo el interés de Arslan por versionar géneros esperaba más de este western sobre un grupo de alemanes que emprende un difícil viaje a través de Canadá tratando de llegar a un perdido paraje en el que, en apariencia, hay oro para repartir. La película narra bastante metódicamente el viaje en cuestión, empezando por la llegada de una mujer (Nina Hoss) a un pueblo para unirse a otros alemanes en la caravana. La travesía se va volviendo más y más peligrosa y complicada y, como en la argentina Los salvajes, cada vez quedan menos en el grupo que avanza y avanza, entre peleas, persecuciones, territorios inhóspitos y otras yerbas. La película no está del todo mal, sólo que es plana, chata y le falta algún elemento creativo (o narrativo) que la despegue de la rutina. Arslan no se atreve a hacer género puro y duro ni tampoco se arriesga al antiwestern más radical a la manera de Kelly Reichardt. Gold está a mitad de camino, demasiado autoconciente de su propia condición de ejercicio, pero intentando que no se note demasiado y que el espectador la vea como “una del Oeste”. No es ninguna de las dos cosas. DIEGO LERER
-Like Someone in Love (Francia / Japón, 109', 2012), de Abbas Kiarostami.
Tras haber filmado Copia certificada en la Toscana italiana con Juliette Binoche; el director de El sabor de las cerezas (Palma de Oro en Cannes 1997) viajó a Japón para rodar allí, en las calles de una Tokio casi siempre nocturna, Like Someone in Love, con intérpretes de ese origen.
Director extraordinario, humanista consumado, pero -sobre todo- hombre sabio, Kiarostami narra la extraña relación que se establece entre un viejo escritor y una joven y hermosa estudiante que se gana la vida como prostituta a partir de que ella llega a su departamento. No habrá sexo entre ellos, sino unas cuantas horas en las que de a poco irán compartiendo parte de su intimidad, dejarán aflorar esos golpes de la vida que han dejado su huella. Vecinos y amigos creerán que él es su abuelo y que la nieta está de visita, pero a ellos poco les importa lo que los demás digan y sientan porque están absorbidos por esa extraña conexión que han conseguido. El novio de ella es el único que no parece estar muy de acuerdo con lo que ocurre.
Película de una gran belleza formal (pero también de una gran belleza en la exploración de los sentimientos), Like Someone in Love resulta quizás más árida y compleja que Copia certificada, pero no por eso menos profunda. Kiarostami sigue haciendo grandes películas en Irán, Italia o Japón. El talento no tiene fronteras. DIEGO BATLLE
-La Nuit d'en face / La noche de enfrente (Francia / Chile, 110', 2012), de Raúl Ruiz.
No es una película “emotiva”, pero al final de la función de estreno en el último Festival de Cannes mucha gente lloraba. Es que la ausencia de Ruiz ya se empieza a sentir. No creo que La noche de enfrente se ubique entre los mejores trabajos de su carrera, pero este film póstumo tiene algo de testamentario con su acumulación de las múltiples obsesiones e intereses (cinematográficos, literarios, musicales, filosóficos, etc.) del gran director chileno. La vida de una persona (de niño, de adulto y de anciano) y la vida más allá de la muerte, las fábulas, los grandes personajes de la historia, los sueños, los mitos, el humor absurdo, el thriller, el artificio… Todo eso (y mucho más) está condensado en este film-despedida ¡Adiós, maestro! DIEGO BATLLE
-Japan's Tragedy (Japón, 101', 2012), de Masahiro Kobayashi.
Favorito del BAFICI (que le dedicó una retrospectiva y luego exhibió Where Are You? y Haru’s Journey), Kobayashi regresa con una película desoladora, incómoda, casi fúnebre. El film está dedicado a las decenas de miles de víctimas de los terremotos y tsunamis, pero también a todos aquellos que se suicidaron. El mítico actor Nadakai Tatsuya (Kagemusha, Ran) interpreta a un jubilado viudo al que le diagnostican un cáncer de pulmón. No quiere ser tratado, se encierra en su habitación con las cenizas de su esposa y se niega a comer y beber, esperando la llegada de la muerte, pese a los ruegos de su insistente hijo, un hombre desempleado y depresivo que ha perdido a su mujer y su hija en el tsunami. Rodada casi íntegramente en blanco y negro, con largas tomas y algunos flashbacks, se trata de una austera, dura e impiadosa exploración de la soledad, la angustia y la descontención tanto a nivel individual como social. - DIEGO BATLLE
-Mekong Hotel (Tailandia, 57', 2012), de Apichatpong Weerasethakul.
Este bello, melancólico y climático relato del ganador de la Palma de Oro por El hombre que podía recordar sus vidas pasadas (Tío Boonmee) está ambientado en un viejo hotel cerca de la frontera entre Tailandia y Laos y combina anécdotas del lugar, ensayos del propio elenco, una historia de amor y escenas entre una madre (que regresa como fantasma) y su hija en tiempos de fuertes inundaciones que sacudieron la región y con un permanente fondo musical -algo cansador- con un amigo del director tocando bellas melodías de blues con su guitarra acústica (por momentos, aparece en pantalla el propio Apichatpong escuchando). La mezcla resulta bastante convincente en buena parte de sus 61 minutos, aunque para mi gusto se trata de un film de transición hacia lo que será la nueva película de “Joe”. DIEGO BATLLE
-Much Ado About Nothing (Estados Unidos, 109', 2012), de Joss Whedon.
Deidad geek, jugador número 10 (después de su reciente The Avengers: Los Vengadores) de la industria mainstream, maldito televisivo tan cancelado como idolatrado (Buffy, Dollhouse, Firefly), Whedon pasa del Equipo de las Estrellas Marvel a una cosita pequeña, en blanco y negro, con aspecto de publicidad americana, con rostros reconocibles del whedonverse. Plana, sí, a la hora de lo visual, pero despega un poco cuando los carismas se sueltan. Hay que ser sinceros: sabiendo, y disfrutando, la forma en que Matías Piñeiro procesa a Shakespeare en Viola, lo de Whedon se acerca a un feliz capricho, a veces bidimensional, otras simpático, pero sigue siendo un gesto libertino, aunque lo es en un sentido vital. Ni los que respiramos whedonverse imaginábamos este crossover. Bienvenidas entonces las limitaciones de Whedon, el vengador oculto. JUAN MANUEL DOMINGUEZ
-Museum Hours (Austria / Estados Unidos, 106', 2012), de Jem Cohen.
Cohen es un director del cual existe un verdadero culto en Chile (se le hizo una retrospectiva en SANFIC 2009), pero de quien no había tenido oportunidad de ver ninguna de sus películas hasta ahora. Museum Hours transcurre en Viena y es fantástica. Es la historia de un guardia de museo que traba amistad con Anne, una mujer de unos 50 años que acaba de llegar a Viena a "cuidar" (si cabe la palabra) a Janet, una amiga de su infancia que yace en estado de coma en un hospital de la ciudad. Anne -que viene de Montreal- casi no tiene dinero y menos amigos en Viena, por lo que la amistad que traba con el guardia es inevitable. Cohen la filma evitando todos los clichés esperables (por ejemplo, el romance entre ellos, que Cohen elude con mucha fineza), pero sin hacerle el quite ni por un minuto a la emoción genuina de dos personas necesitadas. Como si fuera poco, la película se permite además reflexiones muy lúcidas (casi como de contrabando) sobre el museismo, la historia del arte y el sentido del cine. Una gran película. (Post data: No será raro encontrar críticas que hagan paralelos con Antes del amanecer, de Richard Linklater. No los culpo: es Viena y es una pareja que conversa mucho y disfruta del gentil arte de conocer a otra persona). GONZALO MAZA
-No (Chile / EE.UU. / México, 108’, 2012 ), de Pablo Larraín (Película de apertura).
No soy fan de la obra previa de Larraín y había zonas de Tony Manero y Post Mortem que me incomodaron mucho. Por eso, una película como No -que poco tiene que ver con aquellas más allá de revisar el pasado reciente de Chile a partir de personajes "secundarios"- me parece un muy interesante vuelco en su filmografía y me permite reconciliarme con un director de indudable inteligencia y talento.
Este cuarto film de su carrera reconstruye el armado de la campaña por el "No" para el plebiscito que en 1988 convocó -ante la presión internacional- Augusto Pinochet con la idea de perpetuarse en el poder con un aval "democrático". El protagonista es René Saavedra (Gael García Bernal, en uno de sus mejores trabajos), un creativo que regresa al país y convence a la oposición de hacer publicidades "jóvenes, modernas, optimistas, alegres", con un jingle pegadizo, en vez potenciar las denuncias que los grupos de izquierda quieren hacer luego de tantos años de represión y silencio.
Con un look y una estética concientemente "avejentada" (fue rodada en el ya arcaico U-Matic), con la idea de trasladarnos a fines de los '80 y "empatar" las imágenes de la película con las publicidades y los fragmentos de archivo de la época, No se sigue con interés y, por momentos, con fascinación. Tiene humor, tiene tensión, tiene drama y tiene suspenso. Quizás es un poco obvia y forzada la confrontación entre el personaje de Saavedra y el de su jefe en la agencia (que trabaja para la campaña del "Sí") y el conflicto de pareja del protagonista queda demasiado en segundo plano, pero son reparos menores frente a una película inteligente y provocativa, sin los caprichos ni los golpes bajos de la obra previa de Larrain. DIEGO BATLLE
-Outrage Beyond (Japón, 110', 2012), de Takeshi Kitano.
El director japonés se va refinando en sus historias de yakuzas. En esta continuación de Outrage ha intelectualizado el género, ya que en la primera hora pone en escena una complicada red de enfrentamientos entre familias mafiosas que compiten por el poder unas con otras en la mesa de negociaciones. Si al principio resulta confusa la profusión de nombres, grupos y personajes, detrás de los cuales se mueve cual Machiavelo un policía tan mafioso como ellos, cuando por fin aparece Takeshi la situación se despeja y comienza el baile. Ya no hay lugar para el enredo. El saca a la luz las traiciones ocultas. Tan elegantes los yakuzas con sus trajes negros y grises, y en sus coches también oscuros, constituirán un buen fondo para el baño de sangre que desata su aparición. No olvidemos que Kitano es pintor y cada color tiene su razón de ser. Toda la tensión generada en la primera parte tiene su descarga en la segunda. Tampoco podía faltar la nota de humor en los toques irónicos y satíricos en la pintura de mafiosos y policías. Las mujeres, ausentes. Aunque no propone nada nuevo, Kitano está allí para deleite de los amantes del género. JOSEFINA SARTORA
-Post Tenebras Lux (México / Francia / Alemania / Holanda, 155', 2012), de Carlos Reygadas.
El siempre polémico director de Japón, Batalla en el cielo y Luz silenciosa se arriesgó con elementos personales (sus dos hijos en la vida real tienen papeles centrales y una de las locaciones principales es su propia casa) para una ambiciosa (tanto desde lo visual como de la puesta en escena) descripción de las profundas diferencias económicas y culturales, y las luchas de clase que subyacen en México y que suelen explotar de la peor manera.
Reygadas no se ahorra situaciones extremas: luego de un hermosísimo plano secuencia inicial, aparece -literalmente- el Diablo (en precaria versión fluorescente) y poco después mostrará desde una orgía hasta asesinatos a sangre fría, pasando por un final a puro rugby. El film -trabajado en varios pasajes con lentes que deforman los bordes de la imagen- va de lo más íntimo al retrato coral, de la austeridad a lo grandilocuente, de lo familiar a lo social, con resultados que por momentos subyugan y en otros, irritan.
Cineasta virtuoso, radical y creativo, Reygadas parece demasiado tentado por la provocación. Esa compulsión por impactar, por demostrar su talento cae por momentos en el regodeo y el capricho, y termina fagocitándose así muchas veces las buenas ideas que tiene. DIEGO BATLLE
-Sleepless Nights Stories (Estados Unidos 114', 2011), de Jonas Mekas.
Con 90 años, el legendario director lituano -sobreviviente del Holocausto, de la invasión soviética y radicado en Nueva York desde 1949- no puede dormir y, entonces, agarra su camarita y sale a filmar sus caminatas, los encuentros nocturnos con amigos borrachines en bares, las fiestas intelectuales (se lo ve cantando, bailando y charlando con, por ejemplo, Yoko Ono, Patti Smith, Louis Garrel, Ken Jacobs, Björk, Marina Abramovic, Lee Stringer y Harmony Korine) y, en ese proceso, busca y encuentra historias (retazos) de vida en una serie de 25 conversaciones, monólogos, confesiones fascinantes. Un trabajo urgente, visceral, tragicómico, existencialista, vital. Con el sello de un grande. DIEGO BATLLE
-Three Sisters (Francia / Hong Kong, 153', 2012), de Wang Bing.
El nuevo y soberbio documental del chino Wang Bing -el director de la monumental West of the Tracks- opta por la observación y la contemplación. Es la historia de tres hermanas que viven en una aldea pequeña en el sur de China la mayor del parte del tiempo casi solas, si bien un abuelo las cuida. La madre desapareció del mapa y el padre, que trabaja en un pueblo cercano, las visita muy poco. En una de esas visitas, el padre se lleva consigo a las dos hermanas más chicas, dejando a la mayor (de 10 años) viviendo y trabajando casi sola, como si fuera un campesino más, cargando pesadísimas bolsas de papas y acarreando animales. Con un ojo único para los detalles y momentos que hacen conmovedora la experiencia, Wang vuelve a pintar el otro lado del crecimiento económico chino. Muy cerca, se dice en el film, las ciudades crecen vertiginosamente. Aquí, salvo por una televisión y algún celular descolgado- parece que el tiempo no hubiera pasado desde la Edad Media. Ganadora de la sección Orizzonti del Festival de Venecia 2012. DIEGO LERER
-Vic+Flo ont vu un ours (Canadá, 95', 2013), de Denis Côté.
Un gran hallazgo poner al canadiense (quebecois) Coté en la competencia de Berlín. Su película sin duda fue de lo más original e intrigante de esa sección, con la extraña historia de Victoria, una mujer de 60 años que sale de la cárcel y se va a vivir a una cabaña en medio de un paraje desolado, donde se reúne con Flo, su pareja, una mujer bastante más joven. Su complicada relación se enrarece aún más por la aparición de otra mujer -que quiere vengarse de Flo por una deuda del pasado- y por la presencia de un oficial de libertad condicional que las controla. Todo esto está contado de una forma cercana al absurdo, pero sin exagerarlo del todo hacia la comedia. Es una relación curiosa atravesando una situación nada usual en una película que no se parece a muchas otras. Fría y un poco cínica, pasa de la tensión sexual al absurdo y su narración es episódica y muy original. Generará amores y odios, pero no dejará a nadie indiferente. DIEGO LERER
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FESTIVALES ANTERIORES
-La sección oficial de la 78ª edición a realizarse entre el martes 13 y el sábado 24 de mayo consta de 69 largometrajes, a los que hay que sumarles los títulos de Cannes Classics (clásicos restaurados y documentales sobre cine) y Cinéma de la Plage (proyecciones públicas al aire libre).
-Además, se proyectarán los 39 largos de las tres secciones paralelas e independientes: Quincena de Cineastas, Semana de la Crítica y ACID.
-La oferta se completa con las distintas competencias y programas de cortos que hay en todos los apartados.
-En este espacio iremos sumando links a todas las reseñas publicadas durante la cobertura del festival.
Críticas breves de tres valiosos films distinguidos por los jurados de sus respectivas secciones.
-Este sábado 12 de abril se entregaron en La Usina del Arte las distinciones de la vigésima sexta edición del festival porteño.
-LS83 obtuvo el Premio Ciudad de Buenos Aires al mejor largometraje nacional en todas las competencias.
-La virgen de la Tosquera logró el Gran Premio del Jurado de la Competencia Internacional; y Bajo las banderas, el sol, el de la Competencia Internacional.
Cierre de la trilogía iniciada con 36 horas (2021) y Cuando oscurece (2022).
<p>Outrage Beyond , las 3 funciones agotadas, me imagino salas llenas de integrantes de los supermercados chinos.</p>
<p>consulta: muchas películas están agotadas en la venta anticipada. ¿se pondrán nuevamente a la venta el día de la exhibición? Sería bueno saberlo para intentar ver algunas de la recomendadas. gracias Mirta</p>
<p>Gracias por las reseñas, es una gran herramienta para empezar a elegir las películas.</p>
<p>Gracias Diego y equipo por las guias, ayudas fundamentales para disfrutar del BAFICI. Espero también las recomendaciones de películas no tan conocidas, de las argentinas que ya hayan visto, de las competencias, porque allí hay mucho cine del que no tenemos la menor idea. Abrazos</p>