Críticas
Ella, de Spike Jonze
Amorosa soledad
El realizador de ¿Quieres ser John Malkovich?, El ladrón de orquídeas y Donde viven los monstruos apela al rostro de Joaquin Phoenix y a la voz de Scarlett Johansson para una mirada inteligente y divertida sobre las relaciones (y la soledad, y los celos) en la era de la tecnología omnipresente.
Ella (Her, Estados Unidos/2013). Guión y dirección: Spike Jonze. Con Joaquin Phoenix, Amy Adams, Chris Pratt, Rooney Mara y la voz de Scarlett Johansson. Fotografía: Hoyte Van Hoytema. Música: Arcade Fire. Edición: Jeff Buchanan y Eric Zumbrunnen. Diseño de producción: K.K. Barrett. Distribuidora: UIP/Sony Pictures. Duración: 126 minutos.
“Cuando amo, soy muy exclusivo”. Se supone que lo dijo Freud, o por lo menos así lo cita Barthes en Fragmentos de un discurso amoroso cuando le toca meterse con esos asuntos aguerridos de los celos y las exigencias. Pero no deja de ser conmovedor imaginarse al tipo que trabajaba de explicar a los otros siendo de pronto tan poco explicativo, tan caprichoso, dando lugar a lo irracional de reconocer que en el amor lo normal es ser un niño celoso que mataría a los hermanos con tal de no tener que compartir a la madre. Hay pocas cosas que puedan matar tanto y tan pronto al amor, o a la idea idealizada (sí, lo sé, redundancia) del amor que consiste en pensarse el enamorado en una especie de burbuja con el otro en la que el mundo y los demás se suspenden, como la aparición de un tercero. O un cuarto. O un quinto, sexto, séptimo, un batallón de mil, todo un mundo de usurpadores potenciales gracias al cual uno deja de ser LA persona, el rey del corazón del otro, el único, para pasar a ser sólo uno más entre tantos, rebajado de pronto a una mediocridad que hiere, que anula. Así es como se revienta una burbuja.
En Ella (ganadora del Oscar al mejor guión original y candidata segura a ganarse un lugar de culto en la línea de otras películas como Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, de Michel Gondry; y Perdidos en Tokio, de Sofia Coppola), Spike Jonze se mete con esa burbuja, la construye delicadamente aunque parta de un argumento insólito porque cuenta con una materia prima fundamental: la mirada de Joaquin Phoenix, la misma que le dio sustancia a esa otra gran película intensa que es Los amantes, de James Gray.
Phoenix es un hombre separado y algo retraído que en un futuro muy cercano trabaja de algo que ya está casi extinguido -escribir cartas a mano- y habita un gran departamento semivacío y vidriado que hace del confort y la posibilidad de contemplar la ciudad desde la altura, cosas que sólo resaltan la soledad del que está aislado.
Como el presente de Eterno resplandor…, el futuro de Ella es este mundo tecnológico apenas difuminado por retoques que le dan a la ciencia y a las máquinas un lugar un poco más preponderante del que tienen ahora (¿o será el mismo lugar que ya tienen?) en la vida de las personas y sus emociones. Menos interesadas en la fantasía futurista que en resaltar apenas una línea del presente, así como Eterno resplandor… planteaba la posibilidad de borrar el recuerdo de un amor doloroso, Ella da por sentado que en ese casi-no-futuro es un asunto admitido que las personas se enamoren y tengan relaciones de pareja con sus máquinas, o mejor dicho, con sistemas operativos más desarrollados que reúnen -exceptuando los cuerpos- toda esa lista de requisitos que se conoce normalmente como “personalidad”.
Claro que, como contrapeso intenso de la mirada y la expresividad facial de Joaquin Phoenix, el film tiene a la voz de Scarlett Johansson como la “Ella” del título, la enamorada, una voz tan sedosa y divertida a la vez que casi no hace extrañar el cuerpo de la rubia. Con esa maravilla de casting es posible burlar toda la ridiculez potencial del asunto, y Jonze lo consigue con una película que por momentos también es lúdica y divertida, y eso le agrega inteligencia donde podría haber una solemnidad no requerida (de paso, me gusta que, junto con Cuestión de tiempo / About Time y su primer encuentro en un rebuscado restaurante para ciegos, últimamente hayan aparecido un par de películas que en el más visual de los medios tratan de recuperar esa otra dimensión del oído como detonante del amor, casi como encuentro directo con el alma del otro, si es que por alma se entiende la risa, la manera de acariciar con las inflexiones de la voz, y ese tipo de seducción que se reparte a medias entre el tono y el modo de usar las palabras).
Con el carácter fantasmático del amor -ese que no cambia mucho ya sea que amemos a una persona, al poster de una película o una maceta con su respectiva planta, porque después de todo, ¿qué es lo que amamos en el objeto amado? ¿Al cuerpo más la personalidad, o a esa sustancia esquiva que siempre está un poco más allá de nuestro conocimiento, nuestra posesión y nuestro alcance?- se mete Ella, que tiene en Amy Adams un complemento depresivo y femenino del melancólico Joaquin Phoenix. Y que además, cuando parecía que todo el conflicto iba a centrarse en la evidente y limitante falta de cuerpo de Samantha, el sistema operativo adquirido por Phoenix, se permite dar un giro mucho más interesante que es posible, también, a fuerza de tomarse en serio la bizarra relación planteada.
Creo que es el respeto y el amor por la imaginación -porque es ahí donde se alojan irremediablemente los mundos habitados en la intimidad y las personas amadas- lo que le permite a Jonze, acorazado en ese Joaquin Phoenix que hace real y bello todo lo que toca, ser consecuente con un planteo que termina por tratarse mucho más de las emociones, o de ese oxímoron que alguien enuncia como “emociones reales”, que de la relación con la tecnología. Da la sensación de que desde el principio las escasas películas del director tuvieron como asunto a esa realidad como cavada por topos -ampliada pero también atravesada, agujereada, rota- que es la realidad imaginada. Y ahí se arma una línea que conecta suavemente a Ella con Donde viven los monstruos, la adaptación del cuento de Maurice Sendak donde ese nene que se queda solo porque lo mandan a la cama sin comer se parece al protagonista de Ella después de la separación, y el niño que se abre un mundo a fuerza de pensarlo y de creer en él no se diferencia del todo del enamorado que, en el momento de sentir, se mueve casi como un loco en un mundo imaginario.
(Este texto se publicó originalmente en la columna Besos robados de este sitio)
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<p>Muy buena película, coincido con Estefanía que el futuro cercano del que habla la película ya está entre nostros. Es verdad que muchos diálogos pueden parecer cursis, pero creo que es el lenguaje llano y simple que usan las personas que están enamoradas y en proceso de conocimiento mutuo en la vida real y cotidiana. Yo no creo que Spike Jonze sea precisamente un tipo cursi, mas bien siguiendo un poco su cine creo es todo lo contrario. Una película muy disfrutable, original y con un elenco perfecto donde Joaquin Phoenix demuestra (una vez mas)lo gran actor que es.</p>
<p>Tengo un problema con esta crítica: a sabiendas de que la tal Marina no es Bazin y que una crítica en un sitio como este es más orientativa del espectador que filosófica, porque no se centra en el análisis de la película antes que en la exposición de sus opiniones y citas de cosas leídas y películas vistas? Señores lectores, la película es mil veces más interesante que el pavoneo ensayístico de la tal Marina.</p>
<p>No me parece que hable tan del futuro, sin lo tecnológico, todo lo que muestra la película lo vengo sintiendo desde hace algunos años. Quizás parezca exagerada o solamente es que me siento algo inadaptada en esta sociedad en la que la gente se \"habla\" por un medio llamado \"social\" como Facebook (el cual no tengo) y en cada transporte público cada uno vaya en su mundo con los auriculares del celular o ipod o cualquier aparato de moda. Yo sigo prefiriendo el teléfono y escuchrle la voz y tono al que me habla.</p> <p>Sí, es deprimente, como alguien más arriba dijo. Futurista? Más o menos. SPOILER Pero en el final se puede ver un poco de esperanza para esta sociedad ensimismada en si misma, y hasta me hizo pensar en los dos policías del final de \"Truman Show\" que se miran y preguntan qué haya para hacer en la vida una vez que el reality que tenía a todos anesteciados por fin terminó.</p> <p>Muy linda película. Cierto que los diálogos pueden ser bastante melosos, pero es bueno a veces no ser cínicos y disfrutar de lo cursi. La imagen final es hermosa, y Joaquin Phoeniz es un actorazo, que ya con \"Los amantes\" demostró que es más que adecuable para este tipo de papeles, y Amy Adams, siempre perfecta por más chiquito sea su papel.</p> <p>Saludos</p>
<p>futuro cercano y deprimente, Jonze nos habla del vacío espiritual, la soledad, el desamor y la despersonalización de las relaciones humanas.</p> <p>Un relato bizarro, como una reunión de dos parejas desparejas en un dia de picnic.</p> <p>En mi opinión el guión es bueno pero no se si merecedor del Oscar; algunos pasajes en donde se desarrollan los diálogos entre Theodore y Samantha me parecieron tediosos.</p> <p>Es la soledad al cuadrado diría Fito Paez</p>
<p>Un relato interesante, por momentos increíble y en otros cautivante. No lo imagino con otro actor que Joaquín Phoenix.-</p>
<p>Perdón, sí Marina menciona a Gondry como director de \"Eterno resplandor...\"</p> <p>Y está bien que la traiga a colación porque el que brilla ahí es Kaufman, claramente. Ese es el tipo que tiene un mundo propio.</p> <p>Revisemos sus guiones y veremos que, con directores intercambiables, los temas son los mismos.</p> <p>Otra cosa, toda la línea de \"Her\" en donde el personaje de Joaquim le pide perdón a su ex... ¿Ajuste de cuentas con Sofía Coppola?</p> <p>Ell chisme me puede.</p>
<p>Estoy bastante de acuerdo con Dante. Es todo cuestión de percepción, en resumidas cuentas. Respeto la sensaciones de Marina con respecto al film, pero las mías son diametralmente opuestas. Nunca me creí al personaje de Phoenix, ni la lógica de la trama, y sinceramente, la voz de Scarlett me resultó insoportable, melosa, poco ocurrente. No se logra empatía con el personaje del sistema operativo, y lograr eso es el núcleo para que el film funcione. Nunca me creo que alguien puede enamorarse de ella.</p> <p>Por supuesto que visualmente el film tiene cosas muy buenas, pero lo que pienso es que a Jonze le faltó Charlie Kaufman atrás. Y hablando de eso, Marina cita \"Eterno resplandor...\", pero esa no la dirigió Jonze, sino Gondry. De todas formas, valga la comparación con un guión que sí realmente crea personajes entrañables y los sumerge en una trama interesante.</p>
<p>TODOS SOMOS NERDS... (menos yo). Por dios, un tipo que se enamora de su sistema operativo ¿En serio Mundo,que nos pasó? Spike Jonze era un intocable.... hasta esta película. Ni el talento de Joaquín Phoenix sostiene la credibilidad del relato. No recuerdo un guión más cursi éste. Una decepción.</p>
<p>Marina: Que linda critica - Vi HER por Internet, y seguro la volvere a ver cuando se estrene - Es una historia muy original intensa, divertida y melancolica a la vez - Si Ray Bradbury estuviese vivo, con toda seguridad habria amado este hermoso relato - Una delicia en lo visual y en lo sonoro, con una banda sonora bellisima de Arcade Fire - Merecidisimo el Oscar al mejor guion que recibió Spike Jonze.</p>
<p>Ya había leido esta columna y me interesa mucho la mirada y la escritura de Marina, más allá de que eventualmente no coincida con algunos de sus conceptos. Valiosa crítica.</p>