Críticas
Desafío, de Edward Zwick
Ahora… es personal
Este film de Zwick coquetea peligrosamente con los lugares comunes y con las convenciones de la corrección política a la hora de retratar las atrocidades del nazismo, pero finalmente evita caer en la manipulación emocional y en el sentimentalismo.
Edward Zwick (un correcto y a veces no tanto director industrial funcional a distintos proyectos y sin un universo propio o definido) ha encontrado en Desafío otro de sus característicos proyectos de reconstrucción histórica. Y logra -sin muchos aspavientos- un relato errático sostenido por el carácter moral de film “importante” que ostentan con cierta prepotencia las películas históricas testimoniales. Sin embargo, al centrar sus preocupaciones en la narración en sí menos que en la denuncia, el asunto se aleja de toda manipulación. Esto, que parece un elogio menor por sustracción (“la película es buena porque no hace N procedimiento”) es precisamemente lo que habilita que la película no caiga en sentimentalismos, tendencia con la que coquetea permanentemente. Elige narrar en un contexto que pedía mostrar.
Es entendible que una película de estas características tenga que poner al asador la carne que la historia le provee (de ahí que a veces los puristas sostienen que una película de reconstrucción histórica tiene que ser lo más fiel posible a la época y su espíritu). También es entendible que la traición a la reconstrucción fidedigna no implique soslayar los hechos.
Desafío no los soslaya cuando ingresa en el terreno de una película de aventuras y supervivencia. Por el contrario, parece soslayar los hechos cuando decide (culposamente) mostrar el costado más naturalista de la pequeña colectividad de supervivientes judíos de las masacres ¿Por qué no de una forma y si de otra? Básicamente porque al optar por la visión de la resistencia y el enfrentamiento logra ser una película política y de género a la vez. Habla sobre un momento histórico, una circunstancia extraordinaria y una ética, algo que podríamos ver en un director como el Adrián Caetano de Crónica de una fuga o el Paul Verhoeven de Black Book: El libro negro. Es decir: la película, cuando opta por un costado no transitado por el cine, accede a nuevos territorios. Y, aunque la puesta en escena de Zwick no sea memorable, no desentona nunca y puede verse como un thriller hecho y derecho.
Por el contrario, cuando la película opta por sus enseñanzas de vida, por los conflictos familiares, por el fresco de época y de colectividad, es decir, cuando resigna la sequedad de sus personajes más clásicos por un costumbrismo un tanto más psicologista, adquiere el carácter de metáfora y “tema importante”. Y la parábola del “film de contenido humano” nos vuelve al cauce de partida.
Paradoja la de Zwick, entonces, tensionado entre dos mundos: el de la sequedad de los géneros, su mitología y su lenguaje de señas e imágenes puras contra el mundo de “los documentos”, de la ideología entendida por corrección política, de los diálogos sesudos y “lealtad” (palabra de peso muerto que condiciona lecturas) a los hechos, del diseño de producción, de los rubros técnicos, de el vestuario, la escenografía y la fotografía.
Cuando muy kantianamente puede resolver entre ambos, es donde aparece el director mediocre que conocimos en sus películas anteriores. Cuando toma los riesgos de no ser políticamente correcto, Desafío se aleja de ser una película más sobre el exterminio judío a manos de los nazis: es un cine que es visto por la historia y no un cine que se limita a representarla.
COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO



CRÍTICAS ANTERIORES
Dos años después del estreno de la primera temporada, la N roja lanza los 6 episodios de esta segunda y muy esperada entrega con incorporaciones como Martín Piroyansky, Juan Minujín y Alejandra Flechner.
La directora de Al filo de la democracia (2019) indaga en la creciente influencia de los pastores evangélicos en la política brasileña y, en especial, en la figura de Silas Malafaia, ideólogo e impulsor del fenómeno de Jair Bolsonaro. Tras su estreno en Venecia y su paso por otros prestigiosos festivales como los de Telluride, San Sebastián y Nueva York, llega este lunes 14 de julio a Netflix.
Esta producción creada por Nils-Antonine Sambuc (guionista de En thérapie) se ubicó poco tiempo después de su lanzamiento como la segunda serie más vista en la plataforma de la N roja.
A 15 años de su película Tiny Forniture y a 13 del estreno de la muy influyente Girls, Lena Dunham creó junto a su marido, el músico inglés Luis Felber, otra serie que ya no la tiene como protagonista (aunque aparece en un papel secundario) sobre una neoyorquina radicada en Londres. Una comedia romántica con todas las de la ley.
Excelente película.
Viéndola como una peli de acción, más que como "pelicula importante sobre el holocausto", me gustó bastante DESAFIO. Me gustó más que VALQUIRIA por ejemplo, que era muy hablada y la acción tardaba en llegar (alguien puede argumentar que no son "pelis de acción" propiamente dichas, pero habiendo tanto CGI berreta hoy, me quedo con estas pelis de acción clásicas). Las épicas de Zwick suelen ser siempre más o menos parecidas, EL ÚLTIMO SAMURAI sigue siendo mi favorita. Igual una buena peli de acción y suspenso con buenos actores que paga la entrada.
La vi en "Nucleo" el martes 4/8, y si bien es cierto que Zwick no es un director creativo, aqui demuestra una gran solidez narrativa al contar un tema al menos para mi desconocido (la resistencia y el modus operandi orquestado por los hermanos Bielski para escapar de las fauces de los nazis y de gran parte del ejercito sovietico) - Tiene escenas dramaticas muy bien resueltas en esos inhospitos bosques de Bielorrusia, y tambien hay actuaciones notables (ademas de Craig y Schreiber se destaca un muy inspirado Jamie Bell)