Críticas
Estreno en cines
Crítica de “Destino final: Lazos de sangre” (“Final Destination: Bloodlines”), película de Zach Lipovsky y Adam B. Stein
La sexta entrega de una de las más populares sagas de terror redobla la apuesta por el gore.
Destino final: Lazos de sangre (Final Destination: Bloodlines, Estados Unidos/2025). Dirección: Zach Lipovsky y Adam B. Stein. Guion: Guy Busick y Lori Evans Taylor, sobre una historia de Jon Watts. Elenco: Tony Todd, Brec Bassinger, Richard Harmon, Teo Briones, Kaitlyn Santa Juana, Owen Joyner, April Telek y Rya Kihlstedt. Música: Tim Wynn. Fotografía: Christian Sebaldt. Distribuidora: Warner Bros. Duración: 110 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas.
Hay poco en común entre un piano, un camión de basura, una cortadora de pasto, una veleta y un tomógrafo. En el universo ultra sangriento y perverso de Destino final, sin embargo, todos esos elementos –y otros tantos más– son aptos para convertirse en armas mortales. La manera en que cualquier cosa puede deparar una muerte horrible es el único atractivo de la sexta entrega de la saga iniciada un cuarto de siglo atrás.
Destino final: Lazos de sangre es la consumación del viraje iniciado por la saga varias películas atrás, cuando dejó definitivamente atrás la búsqueda de suspenso para centrarse en imaginar las mil y un formas de morir. En ese sentido, casi ningún personaje importa demasiado, más allá de la manera hilarante en que muera. Que Lazos de sangre navegue por las aguas de la comedia gore antes que por las de una película más tradicional de terror psicológico habla también de cómo ha ido cambiando el gusto de un público descreído de casi todo lo que alguna vez asustaba en la pantalla grande.
Todo comienza en la década de 1950, cuando una joven pareja llega a un flamante restaurante ubicado en la cima de una torre de varios cientos de metros de altura. Como ocurre desde la entrega inicial, una visión catastrófica, que incluye una “lluvia de cuerpos” y decenas, quizás cientos de muertes de todo tipo, enciende la mecha del relato, ya que nos reencontraremos con los descendientes de aquella pareja, salvada junto al resto de los comensales y empleados gracias a la premonición fatal.
La película presentará los denodados intentos de la familia (es la nieta de aquella mujer la que ve en sus sueños la misma premonición) por sobrevivir a una muerte que espera el más mínimo descuido para pegar sus zarpazos, cada cual más absurdo e imposible que el anterior. Revelada la mecánica reiterativa y circular de la trama, sólo queda ver qué nueva jugarreta mortal espera a la vuelta de la esquina. Dependerá de cada espectador determinar si eso alcanza para una buena película.
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qué mala onda que son. Es un festin la peli, es destino final, no vas a ir a ver el padrino. disfruten un poco más las pelis, una vez que sale algo entretenido de terror en cine.