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Crítica de “Graduación”, de Cristian Mungiu
El aclamado director rumano regresa a los cines argentinos con un film descarnado e impiadoso sobre la realidad de su país.
Graduación (Bacalaureat, Rumania-Francia/2016). Guión y dirección: Cristian Mungiu. Elenco: Adrian Titieni, Maria-Victoria Dragus, Lia Bugnar, Malina Manovici y Vlad Ivanov. Fotografía: Tudor Vladimir Panduru. Edición: Mircea Olteanu. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 127 minutos. Apta para mayores de 16 años. Salas: 19.
Premiado ya dos veces de Cannes por 4 meses, 3 semanas, 2 días (ganadora de la Palma de Oro en 2007) y Más allá de las colinas (Mejor Guión y Actriz en 2012), Mungiu ganó como Mejor Director en la edición 2016 del principal festival del mundo con este film que describe las desventuras de un médico en crisis con su esposa que está obsesionado con que su hija apruebe los últimos exámenes y pueda aprovechar así una beca para estudiar en Londres (reniega de la sociedad de su país).
Pero, al mejor estilo Después de hora, de Martin Scorsese, todo empezará a salirle mal a él y a sus seres queridos: la adolescente es agredida sexualmente, su esposa está deprimida y quiere el divorcio, su anciana madre tiene problemas de salud, al protagonista le rompen los vidrios de su casa y del auto, atropella a un perro, unos fiscales investigan un caso de corrupción que podría salpicarlo y sigue la lista...
Graduación tiene una solidez narrativa y actoral que a esta altura no sorprende en el marco del nuevo cine rumano, pero la acumulación de infortunios y miserias personales parece desmedida en el escaso tiempo en el que transcurre la historia.
Ya había quedado claro que Mungiu quería demostrar que estos tiempos modernos de la Rumania poscomunista (capitalista) no son precisamente los mejores. Con un guión demasiado calculado, forzado y recargado, termina por minimizar los hallazgos de puesta en escena y la habitual solvencia de los intérpretes. No está mal, pero podría haber estado mucho mejor.
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Mungiu centraliza el relato en su personaje principal. La presencia de su protagonista en pantalla es permanente, Su punto de vista es el punto de vista de la película. Su rigurosidad narrativa es total, basado en un guión propio que mantiene el ritmo narrativo a lo largo de todo el metraje impulsado por la calidad formal de toda la película, desde cada encuadre hasta los finos subrayados musicales. El resultado es lo que se podría decir un relato en primera persona, donde lo que vemos es el punto de vista del protagonista principal pero que por contraste, muestra un mundo en el cual el Estado ocupa un rol central cuyos comportamiento es absolutamente policial transformándose en una máquina de impedir que termina por restringir las libertades personales.
Diego, por favor felicitá a tu ex compañero de "El Ojo", Horacio Bernades, por su rol protagónico.
Años que no veía una película tan completa y atrapante, donde no te cuentan la historia completa, deja al espectador que use su mente para interpretarla. Allí se puede ver muchísimos detalles de la moral, los principios, la era postcomunista de rumsnia, etc. Es una película que a la salida del cine, nos deja un debate interesante para su interpretación, cada acción de las personas ( estimó que aproximadamente 20) se puede debatir que se interpretó. Las actuacione actuaciones de Adrián Titieni y María Victoria Dragus son excelente, la transmisión de los mensaje corporales son muy buenas. Muy bien ganado el premio en Cannes del Director Cristian Mungiu. No podría ser mejor. El director traza una línea con su narrativa y al final, te vas a cuestionar si el relato coincide con el mensaje que va dejando con las acciones de los intérpretes.
La seguí con mucho interés y me pareció una radiografía de la sociedad rumana. Muy buena.-
Excesiva, sombría y lacerante, pero por todo ello.....cautivante. Ya el cine rumano nos tiene acostumbrados a estos descensos a los infiernos de los dilemas morales de una vida cotidiana,complicadas circunstancias familiares y entornos sociales cargados de tranzas, amiguismos, coimas, corruptelas varias y hoy por vos y mañana por mi, Es evidente que para Mungiu. ello caracteriza a la Rumania de hoy, pero tengo la sensación que aún en su acumulación, tambien son características de la vida urbana en general, una requisitoria ética que a toda la condicion humana le cabe y en particular a nuestra propia condición. Es curioso que esta obra haya obtenido el premio de dirección para su autor en Cannes dado que la misma posee muchisimos diálogos -!! que diálogos¡¡- y ello se considera no muy cinematográfico en general. En este caso, las tomas sin cortes en las conversaciomes pertenecen a una lógica expresiva que inicia y acumula tensiones en toda la narración que atrapa emocionalmente al espectador.. La relación de ese padre, con vida conyugal quebrada, con su hija de la que anhela consiga las puntuaciones para una beca de estudios en Inglaterra y abandone así a una realidad degradada, es el punto más conmovedor de la historia, en donde ese anhelo parece querer tapar las frustraciones acumuladas y apostar por una esperanza dictada por el afecto que permanece a pesar de todo. Pelicula dura, pero por ello muy iluminadora.