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Crítica de la serie “Sweet Tooth” (Netflix)
A tono con estos tiempos pandémicos, esta serie producida por Robert Downey Jr. y con Jim Mickle (Mulberry St, Stake Land, Ritual sangriento, Cold in July, Ocultos por la Luna) como uno de sus principales ideólogos ofrece una lograda mixtura entre lo fantástico, el cuento infantil, la road movie y el relato de iniciación que pocas horas después de su estreno se ubicó como el contenido más visto de Netflix.
Sweet Tooth (Estados Unidos/2021). Creadores / Showrunners: Jim Mickle y Beth Schwartz. Dirección: Toa Fraser, Jim Mickle y Robyn Grace. Guion: Jim Mickle, Beth Schwartz y Christina Ham, basado en el cómic de Jeff Lemire. Elenco: Nonso Anozie, Christian Convery, Stefania Owen, Aliza Vellani, James Brolin, Naledi Murray, Adeel Akhtar, Nixon Bingley, Ava Diakhaby, Seth Flynn y Will Forte. Música: Jeff Grace y Russell Pollack. Fotografía: Aaron Morton. Duración: 8 episodios de una hora. Disponible en Netflix.
El contexto hace que, inevitablemente, cada serie o película que empieza con la aparición de un virus desconocido sea comparada con lo viene ocurriendo desde marzo de 2020. En ese sentido, la narrativa de Sweet Tooth plantea un mundo aún peor que el que nos toca, con una pandemia ocurrida hace diez años, en paralelo a una ola de nacimientos de los llamados “niños híbridos”: chicos y chicas mitad humanos y mitad animales.
Si bien no se sabe si los híbridos generaron el virus o al revés, los humanos no dudan en cazarlos por el potencial peligro que, creen ellos, conllevan. Entre estas criaturas está Gus (Christian Convery), un niño con cuernos y orejas peludas de venado, que en el primero de los 8 episodios de esta serie –basada en el cómic de Jeff Lemire y escrita y dirigida mayormente por Jim Mickle– es criado por su padre en un lugar alejado de las grandes ciudades.
Con Robert Downey Jr. y su esposa Susan Downey entre los productores, Sweet Tooth continúa con Gus en libertad, pero igualmente en peligro. Es así que conocerá a un misterioso hombre errante llamado Jepperd (Nonso Anozie, de Game of Thrones), con quien inicia un viaje por tierras ruinosas para conocer, entre otras cosas, los orígenes de la criatura como algún atisbo que permita apaciguar los ánimos de una sociedad violenta y desesperada, temerosa y atemorizante. Todo mientras el relato pendula entre ese presente oscuro y varias situaciones traumáticas del pasado de los personajes adultos.
El resultado es una aproximación a lo fantástico mucho más depurada que las ensayadas por The Umbrella Academy o Sombra y hueso, con una estructura que mezcla –el 98 por ciento de las producciones originales de Netflix son mezclas– el cuento infantil, la road movie y el relato de iniciación. Lejos del tono lúgubre y mayormente oscuro de aquéllas, Sweet Tooth presenta una situación aterradora y desesperante sin que esto clausure la posibilidad de un futuro luminoso. ¿Qué no es fiel al cómic? Esa, al menos en este caso, es otra cuestión.
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