Críticas

Cuestión de principios, de Rodrigo Grande

Cuestión de gustos

Este segundo largometraje del director de Rosarigasinos narra los dilemas éticos y morales de un empleado veterano enfrentado a su joven jefe. Un arranque a-lo-Aristarain termina cerca del costrumbrismo y del grotesco a-la-Esperando a la carroza.
Estreno 24/09/2009
Publicada el 30/11/-0001
Cuestión de principios (Argentina/2009). Dirección: Rodrigo Grande. Con Federico Luppi, Norma Aleandro, Pablo Echarri, María Carámbula, Pepe Novoa, Oscar Núñez, Oscar Alegre y Mónica Antonópulos. Guión: Rodrigo Grande y Roberto Fontanarrosa, basado en el cuento homónimo de Fontanarrosa. Fotografía: Pablo Schverdfinger. Música: Ruy Folguera. Edición: César Custodio y Miguel Pérez. Dirección de arte: Marcelo Martín. Sonido: Federico Billordo y Martín Grignaschi. Distribuidora: Doble E. Duración: 115 minutos. Salas: 34. Apta para todo público. El título de esta crítica -más allá del "juego" con el de la propia película- tiene que ver con explicitar de antemano que la reseña se basa más que nunca en sensibilidades y preferencias personales y no tanto en objeciones formales o técnicas.

¿Por qué esta aclaración si en verdad toda crítica "está basada en sensibilidades y preferencias personales"? Porque así como tengo con este segundo largometraje del rosarino Grande múltiples reparos en cuanto a tono, climas, diálogos y actuaciones (similares a las que en su momento los tuve con su opera prima Rosarigasinos), no puedo decir que la película esté "mal". Es más: intuyo que a cierto sector del público, al que no le molestan tanto como a mi la grandilocuencia, ni el grotesco, ni el costumbrismo, ni las frases ampulosas a cargo de intérpretes que las enuncian como si se trataran de dogmas y grandes verdades reveladas, la película puede gustarle bastante.

Basada en un guión escrito a cuatro manos por Grande (uno de los directores surgidos de la segunda edición de Historias Breves) y el Negro Fontanarrosa a partir de un cuento original del querido y multifacético autor ya fallecido, Cuestión de principios combina varias líneas narrativas: por un lado, el dilema moral del protagonista (Federico Luppi), un empleado de la "vieja guardia" enfrentado a su nuevo jefe (un yuppie encarnado por Pablo Echarri) por una situación casi banal (la posesión de un ejemplar de una vieja revista); por el otro, la patética y despiadada dinámica laboral dentro de una gran compañía (en este caso, la empresa que maneja el puerto de Rosario); y, finalmente, la historia de afectos, rutinas, sueños perdidos y reproches que el anithéroe tiene con su esposa (Norma Aleandro), mientras el fantasma de la infidelidad ronda por su cabeza.

El modelo de Grande parece ser, en principio, el de Adolfo Aristarain (no por casualidad el protagonista es un Luppi enfrentado a tentaciones y cuestiones éticas en la línea del creador de Tiempo de revancha y Un lugar en el mundo), pero frente al rigor y a la austeridad de su referente, el director rosarino termina cayendo en varios pasajes en un costumbrismo que bordea el grotesco y que me remitió al cine ochentista en la línea de Esperando a la carroza.

Las actuaciones también están muy cerca del desborde (Luppi sostiene la nobleza de su personaje, pero Aleandro está muy lejos de sus mejores trabajos) y, así, la película pierde por momentos el rumbo, la eficacia y la solidez. Una solidez que, en cambio, sí se extiende a los diferentes rubros técnicos y artísticos a cargo de profesionales de primera categoría.

Las múltiples citas cinéfilas (demasiado explícitas) y los personajes secundarios poco agregan al conjunto del film que, sin ser ningún despropósito, resulta menos interesante que cada una de sus partes analizadas por separado. De todas formas, aún con sus carencias y desniveles, se trata de una película con ideas, búsquedas, propuestas y, por lo tanto, bastante atendible.

COMENTARIOS

  • 25/10/2009 21:56

    Sr. Batlle: la gente común puede ir tranquila a ver este film, lo va a disfrutar. Hay escenas comiquísimas, actores conocidos, la trama va fluyendo correctamente, en fin... ¿Quiere que le cuente que decía el gruso del público cuando terminó la Mujer sin Cabeza? Mejor no se lo digo, porque soy educado... Todo bien con esperpentos como Castro, Todos Mienten, la Mujer Sin Cabeza... Lo que me molesta es esa tendencia a escamotear la calificación de películas como ésta, que no defraudan a nadie que paga su entrada...

  • 19/10/2009 10:49

    Cristian.....muchas gracias por tu amabilidad, realmente se me pasò completamente el detalle que mencionas. Hasta pronto.

  • 18/10/2009 14:57

    Dufo ahii te ayudo ! tarde pero seguro! la verdad deberia repasar la pelicua una vez mas para encontrar alguna que otra cita cinefila. La que inmediatamente se me viene a la cabeza es la que se presenta casi de arranque. Los empleados estan tomando algo en la cocina y el cadete sino me equivoco recita la trama de Ciudadano Kane de 1941 haciendo referencia a aquello que no deja de repetir el protagonista. Despues no recuerdo. Abrazos

  • 6/10/2009 16:25

    Fui sin demasiadas expectativas y puedo decir que es muy disfrutable, como dicen arriba, y conmueve si recurrir a golpes bajos o cursilerias. Buenas actuaciones de Luppi, Aleandro, la hermosa Maria Carámbula y sobre todo Pepe Novoa (genial!). Echarri mucho mejor que en Las viudas...

  • 22/09/2009 14:07

    Me parece que al crítico la película le gustó bastante menos de lo que escribe. Pero, justamente, ese cuidado al escribir resulta un elogiable respeto al público al que sí puede gustar de esta película.<br /> Creo que la cuestión, o la disyuntiva de un crítico, que ya está generando debate, está sintetizada en las primeras líneas de la reseña: "...toda crítica está basada en sensibilidades y preferencias personales..."<br /> ¿Es así? <br /> ¿Debe ser así? <br /> ¿O la crítica es algo más que expresarle al otro esto me gusta o no me gusta?<br /> Creo que las preferencias personales deberían quedar de lado. Y eso debe ser bien difícil a la hora de opinar. <br /> Justamente la constante molestia, sino horror, que expresan un grupo nutrido de críticos ante la palabra "grotesco" concentra un punto de vista donde un genero determinado no debería realizarse porque: o al crítico no le gusta, o es demodé, etc. Podríamos decir que a alguien no le gusta el western, el policial o la comedia romántica, sin embargo son géneros reconocidos y que abundan en el mundo del cine.<br /> Lo que habría que desgranar, o explicar es: ¿qué problema hay con el grotesco? ¿Qué es un género dificil? Sin duda, entonces será si está bien o mal hecho, si funciona o no dentro del relato que plantea la película y otros etceteras.<br /> Da para largo. <br /> Para empezar a debatir.<br /> Y agradezco el respeto por el crítico por plantearlo de esta manera.

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