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Festival de Cannes 2025: crítica de “O Agente Secreto”, película del brasileño Kleber Mendonça Filho con Wagner Moura (Competencia Oficial)
El realizador de Sonidos vecinos / O Som ao Redor (2012), Aquarius (2016), Bacurau (2019) y Retratos fantasmas (2023) regresó al festival francés con un thriller político ambientado en 1977, plena dictadura militar, en su Recife natal.
O Agente Secreto / The Secret Agent (Brasil, Francia, Alemania, Países Bajos/2025). Guion y dirección: Kleber Mendonça Filho. Elenco: Wagner Moura, Maria Fernanda Candido, Gabriel Leone, Carlos Francisco, Alice Carvalho, Roberio Diogenes, Hermila Guedes, Igor De Araujo, Italo Martins, Laura Lufesi, Udo Kier, Roney Villela e Isabél Zuaa. Fotografía: Evgenia Alexandrova. Edición: Eduardo Serrano y Matheus Farias. Música: Tomaz Alves Souza y Mateus Alves. Duración: 158 minutos. Estreno mundial en la Competencia Oficial.
Marcelo (Wagner Moura) huye de San Pablo y regresa en un Volkswagen "escarabajo" amarillo a la calurosa Recife en plena época de Carnaval con la intención de reencontrarse con su pequeño hijo Fernando, que está al cuidado de su padrino. Sabremos que este cuarentón es un investigador universitario y experto en tecnología, que su joven esposa ha muerto y que pronto consigue un puesto en una agencia gubernamental dedicada a la identificación de personas (él además está buscando información sobre su madre). Pero su vuelta al pago está lejos de ser la soñada: a Marcelo lo persiguen unos “pesados” contratados para asesinarlo y su único refugio será una red de contraespionaje de la resistencia que supuestamente lo ayudará a salir del país junto al chico con pasaportes falsos (figura en una lista de quienes tienen prohibida la salida del país).
Si esta sinopsis resulta un poco extensa y derivativa es porque en las más de dos horas y media de O Agente Secreto pasan muchas (¿demasiadas?) cosas: hay un presente que transcurre en el ominoso Brasil de 1977, pero habrá también flashbacks hacia un pasado no menos tenebroso (allí conoceremos a quien fue su pareja y madre de su hijo) y flashforwards que llegan hasta la actualidad, donde unas jóvenes estudiantes investigan esos oscuros y poco conocidos hechos de la dictadura militar (hay algunas conexiones con la oscarizada Aún estoy aquí, de Walter Salles, en ciertas búsquedas).
¿Quieren más? Hay varias escenas ambientadas en el viejo Cine Sâo Luiz (que ya aparecía en películas previas del director), muchas citas cinéfilas, y una permanente presencia de tiburones (reales y en referencia a la película Tiburón, de Steven Spielberg). Y, si bien hay algo de terror en el asunto (veremos muchos cuerpos desmembrados), la película remite más al espíritu de los thrillers políticos y psicológicos setentistas, con sus climas enrarecidos y su tono paranoico, y algo de cine clase B y del primer Brian De Palma.
El Marcelo (aunque usará también otros nombres) que interpreta el siempre contenido y enigmático Wagner Moura es el protagonista y dueño del punto de vista, pero en O Agente Secreto hay lugar para secundarios muy queribles (todos los vecinos, amigos y colaboradores de Recife) y otros siniestros: grupos de tarea, mercenarios, mano de obra desocupada, militares dados de baja por sus excesos pero que ahora los cometen a puro sadismo en el ámbito privado.
Más que las escenas de acción (que las hay), a Kleber Mendonça Filho le interesan los efectos psicológicos, la dinámica social, las negaciones de muchos y las formas de resistencia de unos pocos en tiempos tenebrosos en los que el poder estaba en manos de los militares (la dictadura se extendió entre 1964 y 1984 y la gestión del general Ernesto Geisel fue entre 1974 y 1979), pero con el apoyo, la connivencia y el aprovechamiento por parte de distintos sectores políticos y empresarios.
Puede que la película se resienta un poco por la multitud de capas, por su estructura caleidoscópica y espiralizada, pero pocos cineastas son capaces hoy de transportarnos a una época, un lugar y unas historias que generan fascinación (tanto desde la empatía humana como por la degradación social). Así, pendulando, cabalgando entre el cine de género(s), el ensayo político y el drama familiar, Kleber Mendonça Filho se consolida como uno de los directores brasileños (y no solo brasileños) más importantes de los últimos años.
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