Festivales

Reseñas de las competencias Latinoamericana + Derechos Humanos

Esta edición incorpora la Competencia Latinoamericana y realza la de Derechos Humanos con una selección independiente. A continuación, un panorama de críticas de ambas muestras.

Publicada el 12/04/2016

Competencia Latinoamericana

-Las plantas (Chile), de Roberto Doveris (Apertura / Fuera de competencia)

La cantante argentina Violeta Castillo interpreta a Florencia, una chica de 17 años que debe hacerse cargo de su hermano mayor, que está en estado vegetativo, mientras su madre permanece internada en una clínica por una enfermedad terminal. Sin demasiado sustento ni contención, ella encuentra refugio en un cómic llamado también Las plantas, mientras mantiene extraños encuentros sexuales que empiezan por Internet y luego se van tornando cada vez más cercanos. Más allá de lo extremo de la propuesta y de ciertos picos perversos, la película no genera climas demasiado inquietantes ni provocadores. Fría, distante, poco creíble y por momentos demasiado preciosista en su puesta. DB



-La última Navidad de Julius (Bolivia), de Edmundo Bejarano (Mención Especial)

Escritor, poeta, personaje, melómano, Julio Barriga es una de esas personas que parecen haber nacido para ser filmadas. Y eso es lo que el cineasta boliviano hace en este mediometraje que no es otra cosa que un retrato de este verborrágico, curioso y original hombre que ronda los 60, vive en Tarija, lee y escribe constantemente y es el fanático número uno de… Amy Winehouse. De hecho, uno de los mejores momentos de todo el film (¿de todo el festival?) es la lectura que el propio Julio hace de un texto/crítica que escribió sobre Amy: esos cinco minutos son mucho mejores que el documental sobre la cantante que ganó el Oscar.

Acá va una parte del texto: “Para ella cantar es connatural a respirar, nunca se detiene a tomar aire. Aun afónica y engripada hasta el hueso alcanza raros clímax en la canción no elevando la voz sino bajándola, hasta casi apagarla, como el susurro de un gato aplastado por un armario. Perfección en el desfallecimiento. Desgarbada y vacilante, bailando a veces fuera de compás y como si fuera a orinarse; más bella que un clipper cortando una tormenta, ilustra a la perfección el oximorón borgiano de la graciosa (¿elegante?) torpeza y se me revela como un ser de patética belleza, de sublime desamparo, alguien cuya fuerza radica en su fragilidad, su feroz inocencia, su siniestra ternura.”

El resto del tiempo el veterano pero atlético Julio comenta otros escritores, lee textos propios y ajenos, monologa frente a algunos amigos/admiradores más jóvenes y bebe con ellos. No hay una intención biográfica en la película: no se nos cuenta demasiado de la vida previa de Barriga. Es, más que nada, pasar un rato con él, conocerlo y fascinarse con el universo de este poeta lumpen de Tarija, suerte de rock starproletario de la literatura latinoamericana. DL



-El Tila: Fragmentos de un psicópata (Chile), de Alejandro Torres Contreras

Basado en un caso real y célebre que aterrorizó a Chile en 2002, esta ópera prima se centra en el “psicópata de la Dehesa”, El Tila, un temerario psicópata que violó y asesinó a varias mujeres en Santiago. La película toma como eje su estadía en la cárcel, pero se construye como una suerte de collage de memorias y recuerdos del personaje mientras trata de escribir una historia de su vida. Una periodista recuperará su historia y la irá contando: su infancia traumática, adolescencia en centros para menores, sus inicios como criminal y su paso por la cárcel.

El personaje es temerario e inteligente (una de las tesis de la película es que de no haber sido por las dificultades impuestas por el sistema para la reinserción social podía haberse convertido en un hombre talentoso) y la interpretación de Nicolás Zárate saca a la luz esos aspectos, convirtiéndose en lo mejor de una película que se vuelve un poco confusa desde lo narrativo y bordea lo morboso desde la puesta en escena, en especial en una larga escena en la que El Tila aterroriza a una familia durante largo rato. Son esos momentos en los que la cinematográfica idea de comprender qué pasa por la mente de un asesino psicópata se puede llegar a convertir en la explotación de esa misma perversidad. Un límite muy difuso, por cierto, pero desagradable cuando se traspasa. Si la película lo hace o no quedará en la mente de cada espectador… DL



-UIO: Sácame a pasear (Ecuador / Colombia / México), de Micaela Rueda

Una aparentemente simple historia de un romance adolescente entre dos chicas es el eje central de esta película ecuatoriana que logra transmitir el estado de confusión, enamoramiento, miedo e ilusión que viven estas dos chicas en el momento en el que descubren que lo que sucede entre ellas podría ser más que una amistad. La historia se centra en Sara, una adolescente un tanto solitaria que no parece tener muchos amigos en la escuela hasta que aparece una compañera nueva, Andrea, con la que se lleva bien, comparten gustos y salidas.

La trama no sale de lo habitual para este tipo de películas: las inseguridades de ambas, los momentos de felicidad, el enfrentar a padres, a compañeros y a los “rumores” de turno, pero Rueda filma todo con un notable cuidado formal, más interesada en retratar las sensaciones de esa relación que los hechos narrativos concretos que la rodean, en un estilo que puede asemejarse un poco al de Sofia Coppola.

Las dos buenas actrices hacen el resto: son las que vuelven creíble este minimalista drama romántico, uno que sabe manejarse muy sutilmente (por momentos, demasiado sutilmente) en esa zona de exploración sexual. En un cine de poca producción anual como el ecuatoriano, en constante y reciente crecimiento, la de Rueda es una película para tener muy en cuenta: una pequeña historia de amor adolescente que sabe centrarse en las emociones y en las sensaciones sin depender demasiado de extravagantes o shockeantes vuelcos narrativos. DL



-Flores silvestres (México), de Pablo Pérez Lombardini

Pese a sus breves 50 minutos de duración la película se transforma en una pesadilla interminable en la cual una mujer deprimida por algo que, al principio, no conocemos, circula por la vida sin demasiado interés en nada. Por ese devenir pasa una amiga, un hombre más joven que parece atraerla sexualmente y otras personas que no hacen más que dejar en evidencia que ese dolor es insuperable.

La trama en sí no es necesariamente problemática (películas sobre gente angustiada/deprimida hay miles y por allí no pasa el asunto), pero la estética del film no condice para nada con la historia que se pretende estar contando, con su look de producto comercial y sus bellos y cuidados planos de la naturaleza, los rostros y los cuerpos. Es como un ensayo para otra película que, es de esperar, sea más interesante que esta. DL



-WIK (Perú), de Rodrigo Moreno del Valle

El nuevo cine peruano parece haber hecho eje, en los últimos años, en las vidas de jóvenes, apostando a un recorte generacional muy específico y que va de la mano con las edades de los realizadores. WIK (que viene de“week”, semana, escrita en inglés fonético como todos los días de la semana que pasan en el film) elige a dos amigos y una chica que podrían ser representantes sudamericanos de los “slackers” del cine estadounidense: no trabajan (o hacen “changas” ocasionales), usan su tiempo en ver videos, estar online, fumar porro, dormir y otros entretenimientos casuales.

Su deseo es irse de Lima, pero no es sencillo. Los dos amigos se meten en un negocio de manipular videos porno que se complica cuando pierden el material y deben enfrentarse a una suerte de mafioso local al que conocieron circunstancialmente tras una tramposa cita online con una chica. Y esos problemas los llevan a enfrentarse entre sí y enredarse en situaciones complicadas. Pero nada los termina por “despabilar”: parece que la mayor de las complicaciones apenas les genera un mínimo fastidio.

Esa actitud entre apática y resignada acerca de sus vidas en la ciudad está muy bien pintada en el film de Moreno, que apuesta por el realismo (y un slang que ameritaría subtítulos aquí) y consigue imprimir eso en cada plano de su película. Otro reciente filme peruano que intenta recuperar las calles, el mundo de los jóvenes, el pulso de la vida cotidiana en Lima. Y lo logra… DL



-Territorio (Ecuador), de Alexandra Cuesta

Radicada desde hace años en los Estados Unidos, la ecuatoriana Alexandra Cuesta es dueña de una elogiada producción de cortos. En su debut en el largometraje (65 minutos), regresa a su país natal para recorrerlo de norte a sur filmando a gente común (en su mayoría negra) en barrios populares, pequeños pueblos y zonas rurales. En la línea de sus trabajos anteriores (hay muchos largos planos fijos, varios de ellos bellos y significativos), se trata de un recorrido intenso, pero sin pintoresquismos ni demagogias, por un entramado social que la directora observa en su doble condición de local y de extranjera. DB



-Romántico italiano
 (Argentina), de Adriano Salgado

La excusa de este segundo largometraje de Adriano Salgado (ganador de la Competencia Argentina de Mar del Plata 2013 con La utilidad de un revistero) es una entrevista que una periodista venezolana le hace a la actriz Camila Toker para un especial televisivo en el marco del festival marplatense de 2015. La intérprete se va de la charla con el micrófono inalámbrico encima (propiedad del director, que está ayudando a la cronista extranjera) y él empieza a seguirla por las calles. En vez de pedirle el dispositivo, se obsesiona con sus pequeñas historias cotidianas (va a proyecciones, habla por celular sobre fiestas y descubrimos hasta un affaire). Es que cuando Salgado se ubica cerca de ella, podemos oir sus charlas telefónicas y sus encuentros callejeros (muy buena la escena en una heladería). Mientras tanto, el realizador recorre la Rambla (sí, la zona del monumento a los lobos marinos) y empieza a filmar a los personajes que por ahí cantan, bailan y venden. El recurso del micrófono en poder de la actriz (y el seguimiento voyeurista a una vida privada) funciona razonablemente bien y el documental sobre la ciudad está siempre al borde del patetismo, pero termina siendo incluso querible en sus retratos humanos. En definitiva, una película que resulta bastante más ambiciosa, inteligente y lograda de lo que parecía en la propuesta inicial. Un director para seguir de cerca. DB



-Inmortal (Colombia / España), de Homer Etminani (Mejor Película)

A veces ocurre que una película de la cual no sabemos nada -esta era su première mundial- nos toma por asalto, en una hermosa sorpresa, entregándonos un espléndido regalo de significado, luz y color. Amo en la misma medida las películas oscuras, pero en este caso me pasó con una luminosa. Inmortal es otra de esas -ahora muchas- películas que escapan a toda clasificación, más allá de determinar si es ficción o documental, o en todo caso se trataría de un documental con puesta en escena, con una historia poderosa que vamos desentrañando paulatinamente. Casi sin diálogos en gran parte del film, vemos a una joven que habita en la selva, inquirir por el paradero de un hombre. Nada se ha sabido de él, las luchas armadas se cobran muchas víctimas, y estas suelen y a parar a los ríos, que desembocan en el mar. Hacia allí se dirige la joven, en un peregrinaje a pie por la selva, fotografiada gloriosamente. Por el otro lado, frente al mar está Cosme, un misterioso personaje que vive en actitud contemplativa, observando las olas. Sabremos al final que hace años se ocupa de rescatar los cadáveres que llegan al mar, que cada collar que lleva en su pecho corresponde al alma de algún rescatado. Hacia él va la joven, atravesando selvas y poblados. A Etminani no e interesa ni brindar demasiada información -y se lo agradecemos- ni ajustarse a ninguna pauta preestablecida -lo que celebramos. Sus tomas de la gente del lugar, su colorida vida cotidiana, sus actividades, constituyen postales locales de una frescura y autenticidad absolutas, que también por supuesto podrían ser consideradas cuadros costumbristas o etnológicos. La película es tan contemplativa como su protagonista, y resulta una de las mejores sorpresas de este BAFICI. JS



-Las calles 
(Argentina), de María Aparicio (Mejor Dirección)

¿Una película cordobesa filmada en Puerto Pirámides? Sí, así como suena. Porque las productoras, la directora Marcia Aparicio y las protagonistas (Eva Bianco y Mara Santucho) son de ese origen, aunque en este caso se trata de una combinación entre ficción y documental ambientada en ese hermoso enclave que es la Península de Valdés. Ocurre que allí muchas de las calles no tienen nombre y uno de los proyectos impulsados por la maestra de la única escuela del lugar consiste en que los alumnos logren que sea la propia comunidad la que elija cómo denominarlas. Para ello, los chicos entrevistan a los vecinos más representativos del lugar, mientras la cámara sigue también las actividades productivas de la zona (como la recolección de mariscos, por ejemplo). La apuesta narrativa remite por momentos a la de Los labios, de Santiago Loza e Iván Fund, pero este primer largometraje de Aparicio tiene vuelo y sensibilidad propia en su aproximación a las diferencias generacionales, la tradición, la memoria y la identidad de un lugar y su gente. DB



-Carregador 1118 (Brasil), de Eduardo Consonni y Rodrigo Marques

Tony es un hombre veterano que trabaja como “cargador” (de ahí el título) en CEAGESP, el depósito/mercado más grande no sólo de San Pablo sino de toda América Latina. Con sus piernas chuecas, su rostro curtido y su cuerpo con evidentes huellas por levantar pesados cajones a toda hora, se trata de un tipo golpeado por la vida, y más aun en momentos en que se está divorciando de su mujer (de lo que nos enteramos por varias conversaciones vía celular). Tony ríe, pero en esa sonrisa esconde todo su sufrimiento, su dolor. La cámara lo sigue en su cotidianeidad (del trabajo al bar para el encuentro con sus amigos y la posibilidad de celebrar aunque más no sea mínimamente) mientras suenan hermosas y melancólicas canciones románticas sobre amores perdidos. Documental básicamente observacional (sobre el protagonista y el impresionante ámbito donde trabaja, al que se registra hoy, pero también a partir del uso de materiales de archivo), aunque con algunas situaciones evidentemente armadas para la ocasión. Un retrato agridulce sobre un hombre común de ese Brasil anónimo y popular que no suele tener demasiada visibilidad en el cine. DB


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Competencia de Derechos Humanos



-Homeland (Iraq Year Zero) (Irak / Francia), de Abbas Fahdel (Fuera de competencia)

Ganadora del prestigioso festival suizo Visions du Reel de Nyon, Homeland -que nada tiene que ver con la popular serie homónima- es un documental estremecedor, que cambia por completo la perspectiva sobre el conflicto de Irak.

Abbas Fahdel filmó con su precaria camarita durante 17 meses, a partir de febrero de 2002, a su familia, a su barrio y a Bagdad en general antes y después de la invasión estadounidense a Irak. Con todo ese material construyó lo que en definitva es una pequeña obra maestra del cinéma-verité, un registro de una intensidad, una potencia y una crudeza desgarradora como pocas veces se vio incluso dentro de los documentales de guerra. 

El resultado de tantos meses de filmar tanto en la casa familiar como en las calles (el viejo recurso de salir con un auto para rodar y tomar testimonios adquiere aquí unas dimensiones inusitadas) es una película de casi 6 horas divididas en dos partes: Before the Fall (que muestra los preparativos de la población ante la ya inminente invasión norteamericana en medio del aparato propagandístico de Saddam Hussein) y After the Battle (que expone las consecuencias del ataque, el caos social incluso con el control estadounidense que incluye saqueos y secuestros por parte de bandas criminales). 

La película está llena de situaciones extremas (que incluyen el asesinato de Haidar, el querible sobrino de 12 años del director) y de otras no menos conmovedoras como recorrer lo que quedó (escombros) de la radio o del archivo fílmico de los Baghdad Cinema Studios, pero con recorrer las calles desoladas, las viviendas arrasadas o un mercado popular alcanza para comprender que sobre Irak hasta ahora sólo habíamos conocido una de las campanas, la de los “vencedores”. Es tiempo, con este magnífico trabajo -épico y artesanal a la vez- de apreciar la otra mirada: la de los vencidos, la de las víctimas, la de los invisibles. DB



-Writing on the City (Irán), de Keywan Karimi (Fuera de competencia / Inauguración)

Desde hace cien años los muros de Teherán han sido la primera fuente de información para sus habitantes. Esa falta de confianza en los medios de comunicación provocó que a finales de los años 70 los muros conformaran las páginas en blanco desde las que llamar (y hacer) la revolución contra el Sha. Sin embargo, neutralizados los muros como herramienta subversiva y desactivada la memoria de los ciudadanos a base de eslóganes publicitarios y murales “que esconden las inmundicias” de Teherán, la única arma capaz de poner en jaque el autoritarismo del gobierno iraní es el cine. Lo demuestra el tratamiento de las fotografías y archivos audiovisuales rescatados del archivo nacional y su choque con la realidad actual de la ciudad, cuya fatal consecuencia ha sido la sentencia a seis años de cárcel y a 223 latigazos que recae sobre Karimi por realizar esta película. “Las imágenes mienten”, afirma el cineasta de origen kurdo, de ahí que obligue al espectador a observar el detalle, lo inadvertido, a través del reencuadre. La cámara se detendrá así en el espacio de la imagen que desea mostrar, en un brillante ejercicio de revisión histórica, pero también forzará a confrontar el pasado y la realidad del presente. Writing on the City reivindica el derecho a la ciudad que instauró Lefebvre –no es de extrañar que la cita que cierra el film sea suya– pero sobre todo reclama la necesidad del espacio oscuro, de lo clandestino, porque sólo allí se revela la verdadera democracia y pueden relucir las luciérnagas. AAF



-Belle de nuit - Grisélidis Réal autoportraits (Bélgica), de Marie-Eve de Grave

Este creativo documental se centra en la vida de Griselidis Réal, una mujer que ejerció muchos años como prostituta y que publicó, entre otras cosas, algunos libros sobre sus experiencias en función de sus diarios y correspondencias recopilados a lo largo de sus años de trabajo. Pero también tuvo su miilitancia política y artística en un todo bastante complejo que la directora resuelve usando apenas unas pocas entrevistas, mucho material de audio de la protagonista y la lectura de algunos de sus textos, a los que le suma algunos apuntes audiovisuales a modo de collage fotográficos, material de la época e imágenes poéticas.

La inclasificable obra, la curiosa personalidad y los fascinantes textos de Griselidis sobre sus experiencias son lo suficientemente radicales y poderosos para darle al film un sostén firme sobre el que apoyarse. No todos los recursos audiovisuales puestos en juego como ilustración de sus textos funcionan de la misma manera y por momentos se vuelve un tanto confusa la cronología de los hechos de su vida, pero eso resulta un tema menor dentro de una película que ofrece riquísimas zonas para el análisis. DL



-Juanicas (Canadá / México), de Karina García Casanova

Las historias de familia en la que los propios miembros filman sus experiencias –teniendo o no experiencia previa como cineastas– se han vuelto moneda corriente en el documental contemporáneo, una suerte de diario de vida que termina conformándose como una película. Juanicas es uno de esos casos, aunque la historia que cuenta seguramente sea mucho más fuerte que la mayoría, ya que la directora creció con una madre y un hermano bipolares. Es dable pensar que la intención original de filmar sus experiencias con ambos a lo largo de años puede haber sido casi terapéutica, pero lo cierto es que el resultado final excede ese motivo.

Viviendo gran parte del tiempo en Quebec, esta familia de origen mexicano atraviesa un sinnúmero de difíciles experiencias, algunas de las cuales son contadas por los protagonistas (la infancia de los niños con padre ausente y madre con severos ataques de depresión) y otras experimentadas en tiempo presente, si bien la directora tiene el cuidado de no mostrarlos en sus momentos de manía o depresión y nos las cuenta, en su mayoría, a través de intertítulos. Pero sí sentimos las consecuencias emocionales de la experiencia, especialmente en el caso del hermano –que da título al film–, quien siempre rechazó la medicación que le recetaron.

Por momentos uno siente estar espiando una zona familiar íntima y personal que debería quedar en el mundo de lo privado, pero quienes no sientan ese pudor (a mí, lo admito, me incomodó/molestó bastante por momentos) podrán adentrarse en la vida de una familia emocionalmente devastada que intenta reponerse, una y otra vez, a la adversidad, sin poder realmente hacerlo. Es que hay heridas que no se cierran nunca, ni siquiera filmándolas a lo largo de años. DL





-Las letras (México), de Pedro Chavarría

La nueva película del mexicano Pablo Chavarría Gutiérrez, uno de los nombres más sugerentes del panorama cinematográfico internacional, invoca en sus imágenes un buen número de tensiones. Por un lado, las que atraviesan gran parte del cine latinoamericano, como la problemática de la autorrepresentación y la validación cultural por parte de poderes europeos. Por otro lado, tensiones mundiales, como la re-definición de un nuevo cine político y activista por caminos no necesariamente panfletarios. Y, finalmente, una refutación del potencial estimulante de la producción industrial mexicana, así como una validación de un panorama que está fuera, mental, física, económica y artísticamente, de los centros de poder del DF. De formación absolutamente autodidacta, Pablo Chavarría (biólogo de profesión) vive y trabaja en San Cristobal de las Casas junto a un sólido grupo de compañeros como Diego Amando Moreno, que, sin llegar a formar un colectivo, sí están consolidando un “otro” cine mexicano que se piensa desde lugares insólitos. Su último trabajo, que fue estrenado en la sección oficial del prestigioso CPH:DOX (Copenhague, Dinamarca) es, sobre el papel, la historia de Alberto Patishtán, profesor y activista indígena que fue condenado de forma injusta, y sin prueba, a 60 años de cárcel por el asesinato de varios policías.

Tras 13 años en prisión, Patishtán fue indultado por el gobierno mexicano, asumiendo que había sido condenado de forma injusta, sin pruebas, y violando sus derechos humanos. Sin embargo, nada más lejos de la clásica película de denuncia que Las letras: no hay biografía, no hay descripción, no hay denuncia explícita, no hay maniqueísmo ni subrayado, porque el trabajo de Chavarría discurre por las sendas de la experimentación formal para alcanzar un objetivo político: tremendos travellings flotantes recorren la Sierra Madre Oriental, en una combinación deperformance, documental, puesta en escena y viaje ensoñador, creando una representación imposible de un espíritu libre en contraposición al Patishtán encarcelado. La forma visual, como en toda buena película, es el vehículo de las ideas, y lo que Chavarría sugiere, sin enunciarlo, es una liberación conectada a la tierra, una conexión invisible con aquello que “emana de las entrañas y late sin ser oído porque no tiene palabra”, como afirma la película al comenzar. El intento de Chavarría, que construye una película tan hipnótica como liberadora, es construir esas imágenes que dan voz a lo invisible, a aquello que no tiene palabra. Letras e imágenes para quien no es escuchado. GdPA



-En otra casa (España / Francia), de Vanessa Rousselot

Este documental (como el siguiente en esta lista) se centra en el universo de las mucamas. Pero el recorte es diferente: en A Maid For Each las mucamas no aparecen y los protagonistas son las “empresas” que las “ponen en el mercado” y los patrones que las buscan, mientras que aquí las protagonistas son ellas mismas y los que no figuran son los patrones. Ellas son varias mucamas latinoamericanas que trabajan en España, a las que vemos con los niños que cuidan, comunicándose o mandando dinero  a sus países y hablando, en off, a la directora.

Casi todos los casos aparentan ser “funcionales”: las mujeres están en general (salvo excepciones) aparentemente contentas con sus empleos, con los niños que cuidan (con quienes, en muchos casos, forman relaciones cariñosas y de muchos años) y con las familias para los que trabajan, pero no dejan de estar todo el tiempo pendientes de sus verdaderas familias y países. Situación que tranquilamente podría darse en la Argentina, donde la situación no es muy distinta.

Las voces, historias y emociones de las mujeres son el verdadero centro y corazón de una historia que muchos conocemos –de más cerca o más lejos– y Rousselot hace muy bien en ponerlas en el centro de la escena al punto de sacar por completo de cuadro a los patrones, a quienes apenas vemos en fotos o fugazmente. Ese reverso de la trama –visibilizar a los invisibles y viceversa– es el verdadero y profundo acto político de la película. DL



-A Maid for Each (Líbano), de Maher Abi Samra (Mejor Película)

Una agencia de mucamas es el centro narrativo de este documental libanés en el que se narra cómo funciona el sistema de “importación” de chicas de otros países de Oriente Medio y de Africa hacia Beirut y se las coloca en casas de familia de clase media o alta. Es un sistema instalado en ese país hace muchas décadas y que funciona, según el propio dueño de la agencia, como un ente autónomo casi no regulado por el Gobierno. Esta suerte de sistema casi de esclavitud auspiciada por el propio Estado –cuys miembros tambén usufructúan el sstema– está narrado con total naturalidad por el dueño del local y la gente que trabaja ahí, sin ningun pudor ante la cámara, como si fuera lo mas normal del mundo y sin jamas notar las tremendas implicancias del sistema.

Es cierto que, segun su mirada, funcionan casi como una agencia humanitaria, sacando gente de situaciones complicadas y llevándolas seguramente a vidas un tanto mas tranquila como mucamas en Beirut, pero la forma en la que se refieren a estas mujeres (niñas, en algunos casos) puede ser espeluznante, casi como si se tratara de mercancias, con precios especificos por país. La escena en la que el dueño de la agencia dibuja un mapa con los precios y trámites que implica traer a chicas de cada país y cuenta el sistema casi carcelario en el que las tienen es impactante. Y, encima, con las familias “contratistas” siendo parte igualmente brutal de un sistema que implica otras marginaciones una vez que consiguen su trabajo.

Con su puesta en escena discreta y efectiva (las únicas escenas que no están a la altura son las que tienen voz en off y subrayan lo que ya es evidente), la pelicula de Maher Abi Samra deja que sean los protagonistas los que, sin quererlo, muestren las curiosas maneras en las que las personas tienden a justificar sus trabajos, por mas moralmente complicados que sean. No creo que aquí ni el sistema ni su “justificación” sea demasiado diferente… DL



-A Man Returned (Reino Unido / Palestina / Líbano / Holanda), de Mahdi Fleifel

El director de A World Not Ours vuelve con este mediometraje, otra exploración sobre el mundo de los campos de refugiados palestinos. En este caso el protagonista es Reda, un palestino que se va de ese campo a vivir a Grecia, pero tras sus malas experiencias allí decide regresar. Tiene, además, otro objetivo: casarse con su prometida. Reda no es lo que se dice un tipo sencillo y simpático: adicto a las drogas, anda cargando un arma y tambien trafica, pero su preocupación principal parece estar en su inminente boda, lo cual lo humaniza un poco. En el medio de todo esto la situación política en Palestina recrudece lo cual lo lleva a agregarle otro eje de preocupación a su intensa vida de diaria. De todos modos, Fleifer maneja un tono por momentos liviano, casi cómico, hasta que la situación personal y política lo van llevando a vivir las cosas de otra manera. El documental es casual, cercano, íntimo al punto de mostar a Reda inyectándose como si tal cosa, y lo que pone en discusión son las distintas y complicadas situaciones que el personaje atraviesa sin perder jamás del todo el humor y el sueño de concretar su ansiado casamiento. Las ilusiones parecen sobrevivirlo a todo. O, ¿quién sabe?, quizás no sea tan sencillo. DL



-Ever the Land (Nueva Zelanda), de Sarah Grohnert

Un parque nacional. Una comunidad de varios siglos de antigüedad. Una disputa que lleva 150 años. Y una directora, alemana, llamada Sarah Grohnert, que a partir de una mirada especial toma el acuerdo entre la comunidad Maorí Tuhoe y el gobierno neozelandés, para reparar el daño al parque nacional Te Urewera. A partir de ese convenio humano y económico, se debate en la comunidad si aceptar ese dinero para construir casas o hacer un gran centro comunitario. Finalmente prevalece este ultimo, y el film cuenta el desarrollo del proyecto, construido por ellos mismos de manera sustentable, con los elementos de su propia tierra: adobe, madera, etc. Un documental que trata sobre el amor a la tierra, sobre el futuro de una comunidad y la manera que ésta se adapta a los cambios. Aunque la película no innova en nada en particular y se ciñe a los cánones del documental tradicional, cierta timidez en los modos de aproximarse, el paisaje de un verde intenso y su clima en constante lluvia, gana la batalla y termina encantando al espectador. El clímax de Ever the Land es la propia inauguración del centro, cuyo anfiteatro es testigo de las danzas y cantos maoríes (tan reconocidos en el mundo por el equipo nacional de rugby All Blacks) que despliegan todo su arte y gracia, ante el capital, representado por un hombre con sombrero y atuendo bien british que la cámara apenas muestra. Un detalle más de la potencia de la comunidad Tuhoe. NK



-Ombre della sera (Italia), de Valentina Esposito (Mención Especial)

La joven directora debutante Valentina Esposito -de visita en este BAFICI- trabaja hace mas de una década con los reclusos de la cárcel romana de Rebibbia. Su labor social incluye montar obras y dictar talleres de teatro para los presos. Ese es el disparador de esta película, que en vez de realizarse a manera documental, logra explorar por el lado de la ficción la vida de cinco presos en sus salidas definitivas o transitorias luego de cumplir diversas condenas -algunos de pocos años, otros de mas de treinta-. No sólo los integrantes son los verdaderos protagonistas de la película, sino que además actúan su propia historia junto a su familia verdadera.

Sin bajadas de línea ni sentimentalismos forzados el film logra conectar a través de esa incertidumbre y la pesada carga de estas difíciles historias de vida. En una de ellas, hasta logra vincular a través del humor a una pareja de mas de cuarenta años, despedazada primero por la muerte de la hija y luego por la malas decisiones de él. Ombre della sera remite inmediatamente a César debe morir (2012), de los hermanos Taviani, y no por nada la directora fue la encargada de toda la parte teatral de esa película; es decir, su núcleo central. Esposito logra un film tan áspero como bello. Uno de los presos con salidas transitorias, el más vivaz y casi el protagonista, relata cómo su abuela en la playa instruía al perro Nerone para que los cuidara de los peligros del agua cuando eran pequeños: "Ojalá me hubiese cuidado toda la vida", remata a pura nostalgia. NK



Crítica de La memoria de los huesos (Argentina), de Facundo Beraudi



También compiten en esta sección:

-FtWTF – Female to What The Fuck (Austria), de Katharina Lampert y Cordula Thym

-L'Humour à mort (Francia), de Daniel Leconte y Emmanuel Leconte



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