Ciclos
Septiembre 2025
Seijun Suzuki, iconoclasta y rebelde, en la Sala Lugones
Del jueves 4 al martes 16 de septiembre se llevará a cabo en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530) este ciclo integrado por diez largometrajes en copias de 35 mm enviadas especialmente desde Tokio, confirmación del estatus de Suzuki como director de culto, reconocido internacionalmente por la manera en que subvirtió desde adentro al sistema de estudios del cine japonés, cuestionando los estereotipos y utilizando los géneros como campos de experimentación visual. El ciclo está organizado por el Complejo Teatral de Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad, junto con el Centro Cultural e Informativo de la Embajada de Japón, The Japan Foundation y Fundación Cinemateca Argentina.
“Hasta que la compañía lo despidió, en 1967, y eventualmente quitó de circulación todos sus films, Seijun Suzuki dedicó su carrera a dirigir largometrajes de clase B para el estudio Nikkatsu: films de bajo presupuesto anclados en géneros preestablecidos que solían exhibirse luego de algún film más prestigioso en las salas de cine de la empresa. El vagabundo de Kanto (1963), por ejemplo, se proyectó junto al film de Shohei Imamura La mujer insecto e Historia de una prostituta (1965) acompañó en la pantalla a Intentions of Murder, del mismo realizador. Todos estos proyectos eran asignaciones del estudio y generalmente se trataba de largometrajes de identidad genérica clara y bien definida: policiales duros, comedias, films de guerra, películas de yakuzas, melodramas con prostitutas. A un promedio de tres o cuatro realizaciones al año, Suzuki comenzó a encontrar la forma de hacerlas más ‘interesantes’, lo que generalmente implicaba intensificar lo que ya estaba disponible en el guion: utilizar una puesta en escena e iluminación de origen teatral, mostrar la acción desde ángulos excéntricos, destacar los detalles más inesperados, elevar el nivel del humor absurdo”. (Tony Rayns).
“Cuenta la leyenda que Suzuki, fiel empleado del gran estudio japonés Nikkatsu, realizó entre 1956 y 1967 cerca de 40 largometrajes, a un ritmo incansable de unos tres o cuatro por año. En su mayoría, esos largometrajes de presupuesto bajo o moderado y afincados en el terreno de los géneros más populares (el cine de yakuzas, el policial, el melodrama histórico, la comedia), fueron completados en el tiempo estipulado por los gerentes de la empresa y resultaron, salvo excepciones, comercialmente exitosos. La leyenda también dice que, a partir de cierto momento en su carrera, Suzuki comenzó a juguetear con los lugares comunes narrativos y visuales, recortando y pegando ideas transgresoras, practicando dobleces y piruetas donde nadie las había realizado antes, haciendo incluso evidente el propio artificio de la historia. Y llevando a cabo, finalmente, un golpe de estado, al eliminar del trono a todos aquellos elementos que se interpusieran ante su profundo deseo de entender el cine como un juego formal. Fue entonces, siempre según ese legendario cuento, que sus jefes decidieron expulsarlo, generando la ira de sus muchos seguidores, pero logrando que ingrese a una nunca escrita –pero de todas maneras muy efectiva– lista negra, relegándolo a un ostracismo de casi una década. Por esta vez, la leyenda es genuina. Suzuki fue uno de los cineastas más renovadores del último período dorado del sistema de estudios cinematográficos nipones, un verdadero “autor” en el sentido etimológico acuñado por los muchachos cahieristas: un artista capaz de dejar su marca incluso en aquellos proyectos más rabiosamente comerciales”. (Diego Brodersen, Página/12).
La agenda completa del ciclo es la siguiente:
Jueves 4
Carmen de Kawachi
(Kawachi Karumen; Japón, 1966)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Yumiko Nogawa, Kayo Matsuo, Chikako Miyagi
La bella Tsuyuko abandona su hogar luego de haber sido violada repetidas veces durante su último año en la escuela secundaria. En Osaka la joven se transforma en una cantante de cabaret y los hombres caerán rendidos a sus pies. El film fue concebido por Suzuki como una variación libre de la ópera Carmen de Georges Bizet.
“Basada en una novela de Tōkō Kon –cuyos libros también proporcionaron el material para El bastardo (1963) y Nacido bajo una mala estrella (1965)–, Carmen de Kawachi adapta libremente la ópera clásica de Bizet pero irónicamente descubre un desenlace mucho más positivo para su heroína implacablemente valiente. (...) Rebosante de la alegría de vivir y la anarquía que más tarde harían famoso a Suzuki, el film permite a su heroína de corazón puro no solo triunfar sobre las fuerzas que la oprimen, ya sean hombres o simplemente el consumismo, sino subvertirlas para su beneficio". (Hayley Scanlon, Windows on Worlds).
“Tengo la creencia de que existe un dios, pero no un dios visible, como en el budismo o el cristianismo. Pienso que es más como un espíritu maligno. Por ejemplo, me gustaría hacer una película sobre un yakuza que asesina a alguien y luego es atormentado por el espíritu de la víctima. El espíritu lo sigue por todos lados. Yo quiero mostrar a ese demonio claramente. Intenté hacer algo con esta idea en Carmen de Kawachi, con el personaje del sacerdote budista. Pero el estudio Nikkatsu cortó partes del film. El viento comienza a ulular y se convierte en tormenta. Y entonces el sacerdote asesinado reaparece. La escena en que el sacerdote reaparece y luego desaparece misteriosamente, esa escena fue cortada por Nikkatsu". (Seijun Suzuki, entrevista publicada en Seijun Suzuki: The Desert under the Cherry Blossoms)
A las 15 horas (89; 35 mm).
Marcado para matar
(Koroshi no rakuin; Japón, 1967)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Jo Shishido, Mariko Ogawa, Annu Mari
Hanada Goro es el tercer mejor asesino del crimen organizado en Japón. En su deseo de superación se encontrará con Misako, una mujer misteriosa obsesionada con la muerte, quien le ordenará una misión muy particular. Lejos de la estructura tradicional del cine de yakuzas, Marcado para matar es una pesadilla surrealista de extraordinaria fuerza creativa. Los directivos del sello Nikkatsu, al asistir a la versión definitiva del film, decidieron “prescindir” de los servicios de uno de sus directores más prolíficos y fieles. Para muchos críticos e historiadores se trata de la obra maestra del realizador.
“Lo que me inspiró no fueron tanto las películas de Suzuki en su totalidad como algunos planos y su voluntad de experimentar, de tratar de conseguir imágenes cool y psicodélicas. Para mí Suzuki es un poco como Russ Meyer: es más fácil que te gusten partes de sus películas que sus películas completas. Con esto no pretendo tirarlos abajo; son simplemente directores que trabajan mejor por secuencias. En lo que respecta a Meyer, lo cierto es que su película Faster Pussycat, Kill Kill! (1966) es una absoluta obra maestra, y Suzuki hizo la suya en 1967 con Marcado para matar”. (Quentin Tarantino, entrevistado por Gerald Peary)
“No es de extrañar que muchos elijan, como Tarantino, Marcado para matar como su favorita en una filmografía de casi medio centenar de títulos; fue justamente esa película la que, ajena a las convenciones de las producciones de estudio de su época, motivó que los jefes de la productora Nikkatsu, enojados con un cine 'que no se entendía', no sólo lo despidieran sino que emprendieran un activo esfuerzo por mantener ocultas buena parte de las películas que el director había hecho para ellos hasta ese momento. Por esta razón es que los films de Suzuki se volvieron prácticamente inaccesibles durante los años ’70 y parte de los ’80, y varios de ellos siguen siendo inaccesibles incluso hasta hoy". (Mariano Kairuz, Página/12)
Se exhibirá la reciente restauración digital 4K de los estudios Nikkatsu.
A las 21 horas (91’; DCP).
Viernes 5
El vagabundo de Kanto
(Kantō Mushuku; Japón, 1963)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Akira Kobayashi, Chieko Matsubara, Hiroko Ito
Uno de los films fundamentales de la carrera de Suzuki: fiel a códigos ancestrales, un yakuza intentará llevar una vida según las viejas tradiciones, algo nada sencillo en un mundo moderno donde el honor ya no parece tener lugar.
“Si un gánster es un fuera de la ley, lo mismo puede decirse de la heroína de un melodrama, que también va más allá de las convenciones morales para vivir una historia de amor imposible. La figura del fuera de la ley en las películas de gánsteres está allí para la audiencia masculina, mientras que en los melodramas está para el público femenino; esa es la única diferencia, en mi opinión. Yo aprendí a dirigir melodramas en los estudios Shochiku, y creo que he logrado dominar todos los trucos del género. Lo mismo que con las películas de yakuzas. Los yakuzas son un grupo de hombres violentos que viven según sus propias reglas: por ejemplo, el líder y sus discípulos que beben del mismo vaso como rito de iniciación, o la cortadura de un dedo al regresar a la sociedad. Esas son reglas de los yakuzas. En los melodramas, tenemos el ritual de los votos matrimoniales y el intercambio de la copa nupcial. Por eso mismo, podemos decir que un melodrama es, aún más que las películas de yakuzas, una historia de personajes fuera de la ley". (Seijun Suzuki, The Days of Kantō Mushuku. Texto publicado en Seijun Suzuki: The Desert under the Cherry Blossoms).
A las 15 y 21 horas (92'; 35 mm)
Carmen de Kawachi
(Kawachi Karumen; Japón, 1966)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Yumiko Nogawa, Kayo Matsuo, Chikako Miyagi
A las 18 horas (89; 35 mm).
Sábado 6
Carmen de Kawachi
(Kawachi Karumen; 1966)
Con Yumiko Nogawa, Kayo Matsuo, Chikako Miyagi
A las 15 horas (89; 35 mm).
El vagabundo de Kanto
(Kanto Mushuku; Japón, 1963)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Akira Kobayashi, Chieko Matsubara, Hiroko Ito
A las 18 horas (92'; 35 mm)
El vagabundo de Tokio
(Tokyo nagaremono; Japón, 1966)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Tetsuya Watari, Chieko Matsubara, Ryuji Kita
El asesino reformado Tetsuya, alias "El Fénix", recorre sin rumbo las ciudades de Japón, esperando su propia ejecución. Hasta que un día es llamado por su antiguo jefe para ayudarlo a luchar contra una banda rival.
“El vagabundo de Tokio es una invitación a la fiesta permanente de los 60, la contracara de los asesinatos, el napalm y la angustia, más indulgente con su amor pop por superficies y artefactos que con las ansiedades freudianas y los imperativos marxistas de su tiempo; nutrida no sólo del arte sino de la gramática de la publicidad; el nexo de libertad y manipulación que volvió tan seductora e inestable a su época”. (Howard Hampton)
“El film empieza en blanco y negro, y no precisamente del modo más esperable para una película de gánsteres (un yakuza le pide a su rival que lo mate), y de pronto el protagonista mira hacia abajo y ve algo de color rojo. A partir de ese momento, la película es en colores. Y qué colores: el matón protagonista jamás se saca su traje celeste cielo ni sus zapatos blancos (¡ni siquiera en medio de paisajes nevados!), un boliche de música à go-go está bañado en una luz fucsia, un cabaret parece una pecera de tonos dorados y, en el momento en que se comete un crimen, el fondo puede pasar de rojo a blanco. Pero no es sólo cuestión de color: durante los títulos se oye una melancólica canción de acentos flamencos, canción que el protagonista se pondrá a cantar más adelante, en medio de una escena de acción. (...) Todo esto hizo Seijun Suzuki, sin haber visto jamás ni un plano de Pierrot, el loco” (Horacio Bernades, Página/12).
A las 21 horas (83’; 35 mm).
Domingo 7
El vagabundo de Tokio
(Tokyo nagaremono; Japón, 1966)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Tetsuya Watari, Chieko Matsubara, Ryuji Kita
A las 15 y 21 horas (83’; 35 mm).
Marcado para matar
(Koroshi no rakuin; Japón, 1967)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Jo Shishido, Mariko Ogawa, Annu Mari
Se exhibirá la reciente restauración digital 4K de los estudios Nikkatsu.
A las 18 horas (91’; DCP).
Martes 9
Senos jóvenes
(Aoi Chibusa; Japón, 1958)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Akira Kobayashi, Mihoko Inagaki, Misako Watanabe
El cantante pop Akira Kobayashi interpreta a Hiroshi, un adolescente alienado que se enamora de la joven asistente social encargada de seguir su caso. El muchacho se ve involucrado en un siniestro plan que incluye el chantaje de su sensual madrastra Yoko y la explotación de su novia en películas pornográficas. Según el especialista en cine japonés Will Carroll, este extraño melodrama es el mejor de los films del primer período de Seijun Suzuki (1956-1963). El cineasta dirigió una secuela el año siguiente, Senos jóvenes II.
“Senos jóvenes afronta la contundente temática del registro y la circulación de imágenes eróticas de cuerpos de mujeres, así como su relación ante la violencia y el trauma sexuales. A lo largo del film, Suzuki articula este tema a través de un motivo visual recurrente, que consiste en colocar otras imágenes dentro de la composición del cuadro. En la primera cita de Hiroshi y Setsuko, la joven pareja se va de cuadro mientras la cámara se acerca a una hilera de afiches de películas románticas. Suzuki muestra a las parejas abrazándose en las imágenes en vez de mostrar a Hiroshi y Setsuko; el cineasta bromea así acerca del lugar de su propia película dentro del género del melodrama romántico y del uso que hace de los clichés del género. Y en el clímax final (la confrontación entre Yoko y su violador/pintor), los dos personajes se encuentran rodeados de las imágenes de ella pintadas por él”. (William Carroll, Suzuki Seijun and Postwar Japanese Cinema)
A las 15 y 21 horas (90'; 35 mm).
Nacido bajo una mala estrella
(Akutarô-den: Waruihoshi no shita demo; Japón, 1965)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Yumiko Nogawa, Ken Yamauchi, Masako Izumi
Jukichi, joven estudiante y trabajador a tiempo parcial como repartidor de leche en su pueblo, empieza a rechazar la dura disciplina y las éticas maneras del instituto para seguir su propia filosofía de vida, y todo ello sucederá mientras debate sus sentimientos entre dos muchachas, la tímida y tradicional Suzuko y la impulsiva y descarada Taneko. Adaptación de la novela de Tōkō Kon.
“Después de su gran éxito de 1963, El bastardo, Seijun Suzuki vuelve a adaptar la literatura de Tōkō Kon para otra película de confusión adolescente en un ambiente rural, Nacido bajo una mala estrella. El título original japonés vincula el film más estrechamente con la adaptación anterior de Kon al agregar el prefacio 'Historias de bastardos', y una vez más está protagonizada por Ken Yamauchi y Masako Izumi en los papeles principales (...) Nacido bajo una mala estrella es otra historia anárquica sobre la mayoría de edad en la que un joven 'incorregible' aprende a encontrarse a sí mismo, pero es socavado por los tiempos en los que vive, y su triunfo final es tanto una victoria como un símbolo de la tragedia entrante. Nacido bajo una mala estrella ofrece a Suzuki amplias oportunidades para abrazar su gusto por lo extraño, especialmente en su inicio con un mono bebé, pero también con escarabajos en cuerdas, bollos manju envenenados y visiones ilusorias. A pesar de usar principalmente una cámara estática, Suzuki demuestra su gusto por la composición y la edición inusuales, utilizando rápidos desenfoques, barridos laterales y fundidos para representar el paso del tiempo". (Hayley Scanlon, Windows on Worlds).
A las 18 horas (98'; 35 mm).
Miércoles 10
Nacido bajo una mala estrella
(Akutarô-den: Waruihoshi no shita demo; Japón, 1965)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Yumiko Nogawa, Ken Yamauchi, Masako Izumi
A las 15 y 21 horas (98'; 35 mm).
Senos jóvenes
(Aoi Chibusa; Japón, 1958)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Akira Kobayashi, Mihoko Inagaki, Misako Watanabe
A las 18 horas (90'; 35 mm).
Jueves 11
La bella del submundo
(Ankokugai no bijo; Japón, 1958)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Michitaro Mizushima, Shinsuke Ashida, Kaku Takashina
El honorable gánster Miyamoto sale de prisión y recupera unos diamantes robados que le permitirán reiniciar su vida. Pero las traiciones están a la hora del día y una familia de mafiosos se dispondrá a pisarle los talones en pos de las joyas. La presencia de una joven, hermana de un compañero asesinado, complicará aún más la situación. Rodada en furioso blanco y negro, en formato de pantalla ancha e influenciada por la estética del film noir, La bella del submundo es un verdadero festín visual y la demostración cabal del talento temprano de Suzuki.
"Una de las primeras subversiones de Seijun Suzuki ocurrió en el rodaje de Ocho horas de terror (1957), film de acción –centrado en un autobús secuestrado por criminales– en la que el cineasta transformó el melodrama del guion original en comedia, lo que impulsó a los productores a quitar ciertas escenas humorísticas. El éxito de la oferta –logro iluminado siempre en relación a su bajo presupuesto– le permitió dirigir La bella del submundo (1958), película en blanco y negro construida sobre un clásico motivo noir: el gánster que sale de la cárcel para reiniciar su vida. Afuera, las deudas no saldadas y las mujeres –sí, con mirada grave podemos calificar como misógina la amplia galería de prostitutas y traicioneras femmes fatales que ofrece Suzuki– complican sus planes. Es la primera muestra de un nihilismo que se extiende a través de toda su filmografía". (Andrés Nazarala, Marcado para filmar: El cine rebelde de Seijun Suzuki).
A las 15 y 21 horas (87’; 35 mm.)
El sueño de la bestia
(Kemono no nemuri; Japón, 1960)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Hiroyuki Nagato, Kazuko Yoshiyuki, Shinsuke Ashida
Ueki, respetable hombre de negocios, regresa a su ciudad natal en Japón tras mucho tiempo trabajando en Hong Kong. De repente una noche, desaparecerá sin dejar rastro, lo que lleva a su hija Keiko y a su novio Kasai, un sagaz e intrépido periodista, a iniciar una ardua investigación e inmiscuirse en una intriga de corrupción, tráfico de drogas y asesinatos.
“A pesar de la crudeza del principio subyacente de que a los hombres honestos no les cuesta mucho abandonar su sentido de la moral, Suzuki mantiene su característica ironía mientras Kasai y Keiko se dedican a su investigación como dos niños molestos persiguiendo a un villano de dibujos animados. Aunque la historia es bastante sencilla, el cineasta introduce una buena dosis de experimentación con dos innovadoras secuencias de flashback en las que el propio flashback se presenta como una superposición: el narrador aparece flotando en los bordes de la imagen, como si se refiriera a una diapositiva. La bestia es sofocada con un disparo en el corazón, pero no antes de causar estragos en la vida de la gente común, en particular en el propio Ueki, quien se ve obligado a enfrentarse a en qué se ha convertido y a quién estaba dispuesto a sacrificar para alimentar al demonio hambriento que lleva dentro”. (Hayley Scanlon, Windows on Worlds).
A las 18 horas (86’; 35 mm).
Viernes 12
El sueño de la bestia
(Kemono no nemuri; Japón, 1960)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Hiroyuki Nagato, Kazuko Yoshiyuki, Shinsuke Ashida
A las 15 y 21 horas (86’; 35 mm).
La bella del submundo
(Ankokugai no bijo; Japón, 1958)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Michitaro Mizushima, Shinsuke Ashida, Kaku Takashina
A las 18 horas (87’; 35 mm.)
Sábado 13
Pistol opera
(Pisutoru opera; Japón, 2001)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Makiko Esumi, Sayoko Yamaguchi, Hanae Kan
Como ocurría en Marcado para matar, con un protagonista masculino, aquí una asesina a sueldo se ve enfrentada a sus colegas en una lucha por mantenerse en el primer puesto de su particular profesión. Compendio visual de su obra, Pistol Opera mantiene y potencia todas las constantes de estilo de Suzuki. Lejos del cine narrativo tradicional, el director se entrega a los ritmos de montaje musicales y a la enunciación total del artificio.
“Suzuki emprende esta divertida, juguetona y deslumbrante reescritura de Marcado para matar, dándole al argumento clásico una vuelta insospechada a partir de la expansión narrativa de una reflexión sobre la demora, la postergación, el desplazamiento”. (Hugo Salas, El Amante/Cine).
“Si Kinji Fukasaku cerraba su trayectoria con un broche de oro como es Battle Royale (2000), que demostraba que seguía manteniendo intacto su espíritu juvenil y sus ansias de seguir al filo de la corriente más iconoclasta, tampoco se quedó atrás Seijun Suzuki en su deslumbrante regreso al cine tras una larga sequía creativa (...) Pistol Opera devolvió al director a los terrenos de la experimentación más extrema justo en el punto en que había dejado sus ensayos metalingüísticos cinematográficos a mediados de los años sesenta. En Suzuki el crimen es necesario y estéticamente bello y, lo más importante, ha de ser representado". (Beatriz Martínez, Japón en negro).
A las 15 y 21 horas (112’; 35 mm).
El tatuaje del dragón blanco
(Irezumi ichidai; Japón, 1965)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Hideki Takahashi, Hiroko Ito, Asako Izumi
Tetsu, un miembro de rango medio de la yakuza, es traicionado por sus superiores y su hermano menor le salva la vida. Juntos huirán a Manchuria, donde intentarán vivir una vida pacífica, pero el pasado, como ese tatuaje oculto debajo de la camisa, volverá para cobrarse las facturas impagas.
Uno de los films más influyentes en la carrera de Suzuki –su secuencia final fue homenajeada por Quentin Tarantino en la primera parte de Kill Bill–, es además el título que prefigura la posterior independencia estilística absoluta del realizador. Para el especialista Tony Rayns se trata de “un film de yakuzas tan estilizado como una obra de teatro kabuki: la acción sin sentido es combinada con una parodia del giri-ninjo (el honor del código mafioso) y la violencia se transforma en un acto de lujoso esteticismo”.
“El hombre que se reinventa a sí mismo o se enfrenta a un mundo que ha cambiado pasarían a ser constantes dentro de la obra de Seijun Suzuki. El vagabundo de Kanto (1963), uno de sus films más importantes, sigue a un yakuza que no puede adaptarse a los nuevos códigos del oficio, donde el honor ha sido dejado de lado. El delincuente de El tatuaje del dragón blanco (1965) tiene otro dilema: ha sido traicionado por los suyos y se refugia en Manchuria, donde intenta reiniciar su vida. En la secuencia final, el protagonista se enfrenta a un ejército de hombres con espadas en medio de un clásico domo japonés, y las cámaras registran la masacre desde distintos ángulos. La batalla continuará de a dos, bajo una melancólica e icónica lluvia oriental". (Andrés Nazarala, Marcado para filmar: El cine rebelde de Seijun Suzuki).
A las 18 horas (87’; 35 mm).
Domingo 14
El tatuaje del dragón blanco
(Irezumi ichidai; Japón, 1965)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Hideki Takahashi, Hiroko Ito, Asako Izumi
A las 15 horas (87’; 35 mm).
Pistol opera
(Pisutoru opera; Japón, 2001)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Makiko Esumi, Sayoko Yamaguchi, Hanae Kan
A las 18 horas (112’; 35 mm).
Marcado para matar
(Koroshi no rakuin; Japón, 1967)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Jo Shishido, Mariko Ogawa, Annu Mari
Se exhibirá la reciente restauración digital 4K de los estudios Nikkatsu.
A las 21 horas (91’; DCP).
Martes 16
El tatuaje del dragón blanco
(Irezumi ichidai; Japón, 1965)
Dirección: Seijun Suzuki
Con Hideki Takahashi, Hiroko Ito, Asako Izumi
A las 21 horas (87’; 35 mm)
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Del miércoles 30 de julio al miércoles 3 de septiembre se llevará a cabo en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530) este ciclo integrado por 12 largometrajes contemporáneos de realizadores como Jafar Panahi, Todd Haynes, John Houston, Mike Leigh, Mathieu Kassovitz y Liv Ullman, en copias 35mm conservadas por Cinemateca Argentina.
Del martes 5 al sábado 16 de agosto se llevará a cabo en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530) este ciclo integrado por 8 largometrajes realizados por el cineasta italiano, con títulos clásicos como El diablo en el cuerpo y Las manos en los bolsillos y films poco vistos como La condena y Salto al vacío. El ciclo está organizado por el Complejo Teatral de Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad, el Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina.