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Ese genio desconocido llamado Marlen Khutsiev

La 30ª edición del festival programó 8 largometrajes de este maestro ruso (georgiano de nacimiento) y un documental reciente en el que se lo muestra, a los 90 años, filmando su nueva película y reflexionando sobre el cine y su obra.

Publicada el 09/11/2015


Fueron destacables las retrospectivas que ofreció el Festival de Mar del Plata, en las que pudieron apreciarse la mano del su director artístico, el historiador y restaurador Fernando Martín Peña. Además de la revisión de clásicos argentinos, de películas de la era de Hollywood antes de la censura del Código Hays, del cine de Daisuke Ito, de Kidlat Tahimik, de Gustav Deutsch y del gran Aleksandr Dovzhenko, tuvimos la oportunidad de conocer un realizador poco difundido como Marlen Khutsiev.

Nacido en 1925, su primer film es de 1958 y hoy sigue rodando. El reciente Festival de Locarno le dedicó un foco (que contó con su presencia) y que ahora se trasladó a Mar del Plata para luego seguir camino hacia otra muestras.

Khutsiev aborda variados temas a lo largo de su carrera, aunque es permanente su interés por la evocación de la guerra, la construcción de la nación y el rescate del pasado. July Rain / Lluvia de julio (1967) es -junto con la censurada I Am Twenty - Illyich Gate (1965)- su película más ligada al espíritu de la nouvelle vague. Filmado en blanco y negro, constituye un retrato amoroso de Moscú y su gente, en el que la ficción y el documental se combinan sabiamente, anticipando una tendencia de plena actualidad. Cuadro de situación de una sociedad en un primer deshielo, liberada del stalinismo (Khutsiev perdió a su padre en las purgas ordenadas por Stalin), el film constituye una mirada a los jóvenes y no tanto, mezclado con imágenes renacentistas, pero -sobre todo- de la ciudad. La historia, algo menor, de una pareja que no termina de formarse, puede ser emergente de toda una sociedad, poco sincera, egoísta y engañosa, y está contada fragmentariamente, sin intención de linealidad. Kutsiev saca la cámara a la calle y toma su gente, sus plazas, su luz y sonidos de una manera fresca y admirativa. El film está muy cercano al cine italiano de esos años, al Michelangelo Antonioni de entonces, con su cuadro melancólico de un grupo de intelectuales. El film despertó el rechazo de Nikita Kruschev, quien constituyó una permanente amenaza para la carrera del director.

Si July Rain abunda en exteriores, urbanos y campestres, Afterword / Epílogo (1984), en cambio, es una obra de cámara, casi íntegramente filmada dentro de un departamento, y su primer trabajo en color. Basada en el cuento La visita del suegro, de Yuri Pakhomov, es engañosamente simple. Un anciano va a visitar a su hija a Moscú, pero ella (Lena, como la protagonista de July Rain) debe ausentarse por trabajo. De manera que el viejo permanece en el departamento con su yerno, quien pensaba dedicar esos días a redactar su tesis de doctorado. Todo lo que el joven tiene de reconcentrado y silencioso, su suegro lo tiene de extrovertido, bullicioso, vital. El hombre ha viajado mucho, conoce de casi todo, es un viejo sabio, un sibarita, sabe de vinos, de idiomas, de literatura. Es permanente su admiración por Chejov y Tolstoi, dos escritores a los que actualmente Khutsiev les está dedicando un film. El entusiasmo del suegro irrita al yerno, aunque progresivamente lo acepta, incluso llega a extrañarlo cuando no está. Un film delicioso, de un humanismo de total profundidad, que propone los temas caros a Khutsiev: el encuentro de dos generaciones, el recuerdo del pasado de Rusia, la evocación de la guerra, la pasión por la vida.

El film más bello de los que pude ver fue Infinitas (1992), tal vez su obra maestra, premiada en el Festival de Berlín. Un film total, una summa que se extiende por 206 minutos, en la que un hombre revisa su vida, y se prepara para la muerte. Tras una secuencia rayana en el absurdo, el protagonista (Volodya, como el de July Rain) permite que lo despojen de todas sus pertenencias, y se va de Moscú a su pueblo, en un reencuentro con su pasado. En ese descenso cuenta con un acompañante, suerte de alter ego, o él mismo como joven. Atraviesa todas las estaciones del año, todos los climas, todos los colores, en su reencuentro con sus conocidos, en su recorrido por las calles, la iglesia, los edificios agrietados de esa ciudad de provincia. Hay un sentimiento trágico ante la aceptación del final, un desánimo, sin fuerzas para seguir viviendo, pero también está la angustia ante la muerte. “No importa la cantidad de años que vivas, sino la calidad de tus días”, le dice uno de los tantos personajes que reencuentra. El film me recordó en cierta medida a El espejo, de Andrei Tarkovski, aunque el de Khutsiev es menos intelectual, más melancólico y elegíaco.

En cambio, su última obra, el documental People of 1941 / Gente de 1941 (2001), no tiene el nivel de las anteriores. Nuevamente Khutsiev evoca la guerra, con registros documentales de los momentos previos, y las batallas y bombardeos. Film de propaganda, panfletario, que muestra el saludable e inocente pueblo soviético sufriendo la invasión alemana y respondiendo con valentía. Trabajo de montaje, conformado por imágenes de archivo, algunos films de ficción y escenas actuales en paralelo, lo cual podría interpretarse como una continuidad del mensaje político. Sin embargo, de ninguna manera esta última película llega a opacar la obra de un cineasta completo, fresco y lleno de ideas y propuestas.

COMENTARIOS

  • 1/12/2021 16:57

    Hola Diego, tienes noticias de si se está trabajando en el montaje de la película de Khutsiev sobre Tolstoy y Chejov?

  • 9/11/2015 18:34

    Comparto en líneas generales la mirada de Josefina. Copio aquí lo que escribí ayer sobre esta retro dentro del balance general , ya que pude ver también su ópera prima y el documental sobre su obra que es a su vez una suerte de making of de su nuevo largometraje: "A los 90 años, Khutsiev había estado en persona este año en el Festival de Locarno (donde vi su magistral y tarkovskiana Infinitas) y ahora Mar del Plata trajo la retrospectiva completa, de la que disfruté su ópera prima Spring on Zarechnaya Street (un melodrama clásico y muy sólido sobre una maestra de un colegio nocturno para adultos), sus dos películas de los años '60 (las extraordinarias y esenciales I Am Twenty (Iliyich's Gate) y July Rain, con mucho de la nouvelle vague francesa y del existencialismo de Michelangelo Antonioni, ambas odiadas y censuradas por Nikita Kruschev) y su regreso en los '80 con Afterword (valioso retrato sobre las diferencias generacionales). Todo se complementó con las excelentes presentaciones a cargo del joven crítico ruso Boris Nelepo y con el documental Khutsiev. Action Starts!, rodado a fines del año pasado, que es una suerte de making of de su nueva película (sobre Leon Tolstoi) y al mismo tiempo una clase maestra sobre su visión el cine y un repaso de su filmografía. Una experiencia inolvidable."

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