Críticas
La comedia de la vida, de Roy Andersson
No sos vos, soy yo
El provocativo y audaz director sueco regresa siete años después de Songs From the Second Floor con otra película coral, episódica y tragicómica que ofrece una mirada despiadada y desesperanzada sobre la existencia moderna.
La comedia de la vida (Du levande, Suecia, Alemania, Francia, Noruega, Dinamarca/2007). Guión y dirección: Roy Andersson. Con Jessika Lundberg, Elisabeth Helander, Björn Englund y Leif Larsson. Fotografía: Gustav Danielsson. Música: Benny Andersson. Edición: Anna Märta Waern. Diseño de producción: Johan Carlsson. Distribuidora: Zeta Films. Duración: 95 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas. Salas: 7. Hace algo más de siete años, mientras me encontraba de viaje en Londres, leí una nota laudatoria sobre Songs From the Second Floor, film del sueco Roy Andersson que acababa de estrenarse allí. Con la avidez y la curiosidad cinéfila de entonces, resigné un par de horas de paseo por la capital inglesa y fui a una de las tantas salas de arte y ensayo para ver una película que, aún lo recuerdo nítidamente, me deslumbró por su audacia formal, su espíritu provocativo y contestatario, su humor irreverente y una apuesta estética casi surrealista.
Andersson -todo un director de culto- no volvió a filmar hasta 2007, cuando estrenó en Cannes Du levande, aquí rebautizada como La comedia de la vida. Sin dejar de reconocerle méritos, la visión -en un mucho más modesto microcine de la calle Ayacucho- de su nuevo trabajo no me generó ninguna de las sensaciones que aún conservo de aquel film que aprecié en 2001: fascinación, asombro, entusiasmo.
No sé quién cambió más (probablemente sea yo), pero el efecto ya no fue el mismo. Y digo que el "problema" aquí es el receptor porque el cineasta sueco sigue sosteniendo y hasta redoblando la apuesta por historias corales, episódicas, que ofrecen una visión pesimista, desesperanzada sobre la angustia existencial, sobre la vida más bien gris de los centros urbanos, con sus atascamientos de tránsito, sus moles de hormigón, sus borrachines de bar, sus penosos músicos, sus empresarios despiadados, las pesadillas de sus antihéroes (como un albañil que es ejecutado en la silla eléctrica por romper un juego de porcelana), bombardeos y lluvias bíblicas.
Entre el humor físico, el surrealismo/lo onírico y la tragicomedia negra (una extraña mezcla entre Buster Keaton y Jacques Tati, Delicatessen y Aki Kaurismäki), Andersson construye una fábula que recurre siempre al humor absurdo, al artificio, a la exageración y al desparpajo. Su cine, es innegable, está lleno de ideas, muchas de ellas muy buenas, pero, al menos en el caso de La comedia de la vida, la acumulación abruma y la suma, el resultado final, es menos interesante que cada una de sus partes por separado.
De todas maneras, aunque no es una propuesta que me haya generado un efecto eufórico, la recomiendo. La recomiendo porque es Andersson un autor a contracorriente, dueño de un cine diferente y simpre arriesgado. Y porque es una proeza que se sigan estrenando este tipo de películas, en fílmico, en un mercado tan diezmado como el actual. Ojalá le vaya bien. Se lo merece.
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Un film desgarrante que muestra con un humor vitreo la vida de diferentes clases sociales en los paises nordicos. Sus escenas largas y lacerantes con sus monologos repetitivosen off me recuerdan a escenas de las piezas teatrales de Samuel Beckett.<br /> La desesperanza y la soledad e incomunicacion de estos seres que no pueden demostrar nada mas que suira y su hastio de sus vidas.<br /> <br /> Todo esto nos hace reflexionar respecto a nuestra modalidad latina, con sus pasiones y explosivas reacciones descontroladas pero con mucha intensidad y calidez, elementos ausentes en este film negro, por momentos surrealista, por ejemplo la escena final con la vista panoramica de una ciudad desde aviones quietos en el aire, parecen simbolos de los personajes muertos que miran desde lo alto, pero desde DONDE???
Vi La Comedia de la vida en el último BAFICI, y -humo mediante- si bien disfruté la proyección, también de a ratos la padecí. La fórmula es un poco repetida y mucho mas heterogénea en comparación a Songs From the second floor. La acumulación en esta última, era uno de sus efectos mas poderosos. Las escenas se sucedían y se acumulaban a un ritmo pasmoso y la sonrisa en seguida se transformaba en mueca. Y con La comedia... esto no pasa. La mueca se instala desde el vamos, y su ritmo se me hace mucho mas inestable. De todas formas sigo sin salir de mi asombro, frente a tremenda puesta en escena, humor absurdo y a la vez sutil, "bittersweet" y timing para narrar y finalmente para emocionar.
Efectivamente, la primera película de Andersson, "Historia de un amor sueco" del año 1973 se estrenó en esa época en Argentina. <br /> "Canciones del segundo piso" se dió por ejemplo en el Festival de Mar del Plata en marzo 2001<br /> Saludos
Hola Diego: ¿sabes se estrenó en 1973 una pelicula de él en Argentina? Y la que vos decis ni se estrenó ¡Cómo cambiaron las cosas! ¿no?. La película es buena pero me da la sensación de que a veces no confía en sus potentes imágenes y refuerza demasiado con aclaraciones ¿No te parece? Abrazos
La vi ayer en NUCLEO y me pareció de lo más original exhibido últimamente. Es una auténtica rareza, tiene algo de Tati y Kaurismaki, pero tiene más de Samuel Beckett. El humor entre absurdo y surrealista no da tregua y origina situaciones a la vez desoladoras y desopilantes. Lei que el director tiene 64 años y es el cuarto largometraje que hace en 37 años de carrera. Ojalá que encuentre su público, ya que considero que la película está hecha con un rigor y talento pocas veces visto.<br /> Saludos.