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A los 98 años, murió el mítico actor Eli Wallach
Con seis décadas de trayectoria, trabajó en más de 150 películas y series. Entre sus títulos más conocidos figuran los westerns El bueno, el feo y el malo y Los siete magníficos. En los últimos años se convirtió en un secundario de lujo en Hollywood.
Publicado el 25/6/2014
Il buono, il brutto, il cattivo, dirigida por el genial Sergio Leone en 1966 y titulada en América Latina El bueno, el malo y el feo, deparó a Wallach su papel más recordado, el de Tuco, el perspicaz bandolero mexicano que lucha junto a los personajes de Clint Eastwood y Lee Van Cleef por hacerse con un cargamento de oro en plena Guerra de Secesión.
Wallach decidió presentarse al casting de la película al enterarse de que Leone estaba buscando a alguien "feísimo". Logró el papel y, cuando el realizador italiano le dijo que iba a hacer un spaghetti-western en Almería (España), le respondió que eso le sonaba a "pizza margarita". Se trataba de la tercera parte de la trilogía de Leone, que había rodado previamente Per un pugno di dollari (Por un puñado de dólares) y Per qualche dollaro in più (Por unos dólares más).
Además de ese film, Wallach, con más de medio siglo de profesión a sus espaldas, rodó en el desierto almeriense otras tres películas de ese estilo: Los cuatro truhanes (1968), ¡Viva la muerte... tuya! (1972) y El blanco, el amarillo y el negro (1975), de Sergio Corbucci.
Nacido el 7 de diciembre de 1915 en Nueva York (misma ciudad en la que murió este martes 24 de junio), de padres judíos emigrados desde Polonia, fue uno de los rostros más reconocibles del Actor's Studio, la escuela de interpretación donde se inculcaba la capacidad introspectiva y la creación interna del personaje.
Tras debutar en Broadway en 1945 y ganar el premio Tony en 1951 por The Rose Tattoo, Wallach impresionó en su primer papel en el cine. Tras varias apariciones en series de TV, Elia Kazan le dio la oportunidad en Baby Doll (1956), la versión para la gran pantalla de la obra de Tennessee Williams, donde compartía escenas con Karl Malden y Carroll Baker. Ese papel le dio su única candidatura a los premios Globos de Oro, en la categoría de mejor actor de reparto. Sin embargo, él siempre huyó de los reconocimientos. "Que los críticos elogien tu trabajo es como que el verdugo en la horca te diga que tienes un cuello bonito", dijo al respecto.
Poco después le llegaron tres de sus trabajos más conocidos, el del malvado Calavera a las órdenes de John Sturges en Los siete magníficos (1960); Los inadaptados (1961), de John Huston; y la coral La conquista del Oeste / How the West Was Won (1962), junto a Henry Fonda, Gregory Peck y James Stewart.
Wallach se mantuvo muy activo en la década del ‘60 con títulos como Cómo robar un millón / How to Steal a Million (1966), de William Wyler; o El oro de Mackenna / Mackenna's Gold (1969), de J. Lee Thompson, e incluso apareció en la famosa serie de televisión de Batman, donde encarnó con gran acogida a Mr. Freeze. "Aún recibo muchos más correos electrónicos por aquel papel que por casi todo el resto de mi carrera", reveló hace unos años el propio intérprete.
En la última etapa de su carrera se convirtió en uno de esos secundarios de lujo de Hollywood, con producciones como The Two Jakes (1990), de y con Jack Nicholson, o la tercera parte de El Padrino (1990), de Francis Ford Coppola, en la que dio vida a Don Altobello, aquel mafioso tan aficionado al dulce.
El cine español también contó con su presencia en Two Much (1995), de Fernando Trueba, en la que encarnaba al padre de Antonio Banderas, y -37 años después de El bueno, el malo y el feo- se reencontró con Clint Eastwood en Río Místico (2003), donde dio vida al propietario de una licorería.
En la pasada década también destacan sus apariciones en films como Divinas tentaciones (2000), de Edward Norton; The Hoax (2006), de Lasse Hallstrom; y El descanso – El amor no se toma vacaciones (2006), de Nancy Meyers, junto a Cameron Díaz, Jude Law y Kate Winslet. Además, en 2005 lanzó su autobiografía, The Good, The Bad And Me: In My Anecdotage.
Wallach, cuyas últimas apariciones en la gran pantalla fueron en El escritor oculto, de Roman Polanski; y Wall Street 2: El dinero nunca duerme, de Oliver Stone, ambas de 2010, deja mujer (Anne Jackson, con quien se casó en 1948) y tres hijos. A pesar de ser refractario a los premios y los halagos, Wallach tuvo la satisfacción de recibir aquel mismo año el Óscar honorífico de la Academia de Cine junto a otros "feos" como Francis Ford Coppola y Jean-Luc Godard.
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