Festivales
Conociendo a los directores argentinos de la Competencia Internacional: Gabriel Medina (La araña vampiro)
Luego de la promisoria Los paranoicos, este director surgido de la FUC "reincide", cuatro años más tarde, en la principal sección del festival con este film encabezado por Martín Piroyansky, Alejandro Awada y Jorge Sesán.
Título original: La araña vampiro
Título en inglés: The Vampire Spider
Director: Gabriel Medina
Año: 2012
Formato: HD
Color
Duración: 97'
Intérpretes: Martín Piroyansky, Alejandro Awada, Jorge Sesán
Guión: Gabriel Medina, Nicolás Gueilburt
Fotografía: Lucio Bonelli
Edición: Nicolás Goldbart, Flor Efron
Producción: Sebastián Perillo, Sebastián Aloi, Omar Jadur
Compañías Productoras: Aeroplano, No Problem Cine
Sinopsis/Reseña: Un joven con su padre. Un viaje a un lugar aislado para buscar tranquilidad porque el joven tiene ataques de pánico. Una cabaña y un aislamiento (y un actor, Alejandro Awada) que remiten a El aura, de Fabián Bielinsky. También la falta de adaptación del joven urbano al lugar “salvaje”. Para peor, y para detonar el viaje dentro del viaje, aparece una araña grande y amenazante. El título del film adelanta que esta araña no es cualquier araña. Y el film de Medina, como ocurría con Los paranoicos, no es cualquier film en el contexto del cine argentino. Medina es un narrador convencido y consumado. Y coherente. Cambia de espacio, pero su héroe permanece. Es, al menos hasta este segundo film, uno clásico, de esos que deben probar su valía, sobreponerse a circunstancias que los superan. Así, el joven de los ataques de pánico deberá luchar contra los efectos de la araña, en un viaje por la montaña con un baqueano en el que tendrá que confiar porque no le queda otra alternativa. Viaje, buddy movie, ciencia ficción, coming of age, aventura. A Medina le gustan los géneros. Bienvenido, otra vez, ese gusto.
Biografía: Nació en Buenos Aires en 1975. Estudió dirección
en la Universidad del Cine. Luego de los cortometrajes Brisa
fresca (1995), Javo no murió (1997) y
Elena (2000), entre otros trabajos, realizó su primer
largometraje, Los paranoicos (BAFICI 2008, Competencia
Internacional).
Entrevista con OtrosCines.com
-¿Cómo definirías tu película
(historia, búsquedas) y cómo fue el proceso artístico y económico para poder
realizarla?
-Me cuesta definir mi película, porque fue un
acontecimiento bastante visceral que aún estoy tratando de procesar. Quise
apartarme de todo lo que sucedió con Los paranoicos, quise
enfrentar un nuevo desafío, proponerme algo nuevo, minimalista, contar un
cuentito chiquito, ahora que pienso, me gustaría poder definirla como un haiku.
El mayor esfuerzo estuvo en poder ser honesto, era más fácil para mí hacer una
comedia romántica, atarme a lo que gustó de Los paranoicos,
pero eso habría sido traicionarme como cineasta, yo quería hacer
poesía y buscar algo nuevo, pensar un mundo nuevo. Y fue muy difícil. Siempre es
mas fácil repetir las formulas. Esta es una película pequeña, de bajo
presupuesto y que evidentemente no se puede pensar en función de la taquilla.
Pude por suerte encontrar productores que apostaran por una propuesta así y
obtuve el corte final, algo invaluable para una película tan personal. Me
gustaría filmar una película mainstream, pero eso es otra cosa, me lo tomaría
como un trabajo de oficio, se aleja de la autoría, hay que trabajar con los
productores, que intervienen en el film pensándolo como un producto, no
está mal y es lógico. Pero a la hora de pensar una película de mi autoría, cuya
premisa es la libertad y la búsqueda artística, necesito plantearme algo nuevo
cada vez, como si cada película fuese una ópera prima.
-¿Qué significa esta nueva selección para la Competencia
Internacional del BAFICI y qué expectativas tenés ante este
estreno?
-El BAFICI es el espacio más importante que tenemos
para difundir un cine alejado de las fórmulas comerciales, es también un lugar
para reencontrarnos con lo mejor del cine mundial. El cine es, de todas las
artes, el texto artístico más completo, más profundo y más complejo, por eso el
cine tiene que ocupar un lugar privilegiado dentro de la cultura, y la cultura
tiene que ocupar un lugar privilegiado en la sociedad. Estar en este festival
significa que mi película tenga oportunidad de ser difundida, de ser vista y
sobre todo de ser pensada en un ámbito de reflexión, pues para mi el BAFICI se
transformó en un evento cultural que trasciende la cinefilia, es un
acontecimiento donde tenemos la oportunidad de discutir y de pensar a partir del
cine, que es lo maravilloso de este arte. Con La araña vampiro
mi objetivo siempre fue estrenar en el BAFICI, asi que haber ganado el Fondo
Metropolitano de las Artes y encima participar de la selección oficial me
pone muy contento. Respecto a las expectativas, no tengo idea, espero que
guste, espero que llegue la esencia de mi obra a la gente, espero que la
película le haga un bien al mundo.
-¿Cómo ves el panorama del cine argentino independiente a nivel de
financiamiento, calidad técnica y artística, y posibilidades de difusión
comercial?
-La palabra “independiente”, en el cine y en todas
las artes, para mi significa independencia de las fórmulas, de las premisas
impuestas, de las estéticas predominantes. La independencia radica no en cómo
producís tu film sino en la sinceridad y en la libertad con la que pretendés
encarar la obra sin depender de la mirada de los otros. A mi no me importa cómo
se filmó la película, a mi me importa la película en sí misma, lo otro es
anecdótico. El mérito de una película de (Mariano) Llinas, por ejemplo, es la
película en sí y no en cómo la produjo, eso a mí no me importa. Es otra
discusión, que no debe interferir en lo artístico. Lo lamentable es que
películas que fueron producidas por fuera del sistema no puedan ser reconocidas
por el circuito oficial y, por ende, queden relegadas a unas pocas salas sin
poder llegar a las carteleras de las grandes cadenas. En ese sentido hay una
falencia. Y lo otro es la gran dificultad que existe para los operaprimistas que
no cuentan con el dinero para filmar por fuera del INCAA, y que se ven
enfrentados a una serie de exigencias burocráticas que tornan muy difícil filmar
si no te apoya un gran productor. Igual yo siempre digo que todo se puede, basta
con poner voluntad y tener fe en tu obra, la fe mueve montañas y yo lo he
comprobado.
¿Te molestaron los dichos de Thierry Frémaux respecto del “suicidio”
del cine argentino? ¿Coincidís con la idea de una crisis en el cine
nacional?
-“Suicidio” es una palabra fuerte. De todos modos,
interpreto que se refiere a que el cine argentino perdió el espíritu de libertad
y de búsqueda que lo caracterizó hace una década. Hoy hay pocos cineastas
argentinos que buscan la libertad y asumen los riesgos que eso conlleva. Cada
vez hay más películas cuyo objetivo es agradar a los jurados de los circuitos
festivaleros, y por eso se atan a fórmulas y piensan su cine comparándose con
las películas que son premiadas. Directores que se traicionan y terminan
haciendo “productos”, si a eso se refiere Frémaux lo entiendo. También colabora
mucho lo que está ocurriendo con el fomento de un cine con premisas políticas
que responden a un pensamiento único, eso no es arte. El cine tiene que ser
libre, incluso si su propuesta es política, pero debe ser abordada con
sinceridad, no para complacer al establishment. Esto hablando del cine como
arte. El cine como industria requiere ser pensado en otros parámetros, porque es
un negocio.
-¿Coincidís con la idea de una crisis en el cine
nacional?
-Hay una crisis, y creo que la crisis no pasa por la
falta de directores, sino por las elecciones de esos directores. Hay una crisis
de valores en toda la cultura argentina y en el cine se traduce en que hay pocos
realizadores que asumen los riesgos de una verdadera búsqueda artística que
plantee una moral estética independiente y libre, ya sea concibiendo un film de
lenguaje clásico o moderno, falta riesgo y búsqueda. Hay películas que se
piensan en ese contexto, por supuesto, pero son muy poquitas. Parece que la
mayoría de los directores filman para los festivales, o filman para cumplir con
el establishment de turno.
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Bien Medina. Me cae bien. Inteligente y certero al criticar esos "productos" festivaleros intrascendentes. Y consideraciones autorales a parte, tiene las pelotas para decir que quiere hacer una película mainstream. Admirable apertura y honestidad. (Parezco un amigo de Medina ya Je!)
Honesto, se juega, experimenta, sufre y disfruta. Medina va para adelante.
Sos groso Medina
Los paranoicos, gran película.<br /> <br /> Esta pinta muy interesante.<br /> <br /> Y coincido 100% con las opiniones de Medina sobre el estado del cine argentino y el concepto de independencia en el arte.<br /> <br /> Uno de los "must" del BAFICI