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Festival de Venecia 2025: crítica de “Un cabo suelto”, película de Daniel Hendler con Sergio Prina y Pilar Gamboa (sección Venezia Spotlight)
-Pocos días antes de la première mundial en la apertura del Festival de San Sebastián de 27 noches, film que dirigió para Netflix y en el que también actúa, Hendler estrenó en la Mostra otro largometraje que lo tiene en este caso solo como realizador.
-Luego de su lanzamiento en Venecia, Un cabo suelto se verá en la Competencia Oficial de Toulouse y en la sección Horizontes Latinos, también de San Sebastián.
Un cabo suelto / A Loose End (Uruguay, Argentina, España/2025). Guion y dirección: Daniel Hendler. Elenco: Sergio Prina, Pilar Gamboa, Alberto Wolf, Daniel Elías, Germán De Silva, Néstor Guzzini, César Troncoso y Diego de Paula. Fotografía: Gustavo Biazzi. Edición: Nicolás Goldbart. Música: Matías Singer y Gai Borovich. Producción: Cordón Films (Micaela Solé), Wanka Cine (Ezequiel Borovinsky), Nephilim Producciones (Luis Collar y Jorge Moreno). Duración: 95 minutos. Estreno mundial en la sección Venezia Spotlight.
La filmografía de Daniel Hendler como actor de películas y series es prolífica y ampliamente conocida; sin embargo, como realizador tiene una carrera bastante curiosa: si bien había dirigido solo dos largometrajes en los últimos 15 años, los más que interesantes Norberto apenas tarde (2010) y El candidato (2016), ahora estrenará otros dos con diferencia de... ¡16 días! En efecto, mientras Un cabo suelto se presentó en Venecia este miércoles 3 de septiembre, 27 noches inaugurará San Sebastián (y participará de la Competencia Oficial) el viernes 19 de este mes.
27 noches es, en esencia, una película nacional (el financiamiento es de Netflix pero la producción corrió por cuenta de La Unión de los Ríos que lideran Agustina Llambi Campbell y Santiago Mitre); y Un cabo suelto también iba a ser una coproducción mayoritariamente argentina, aunque la crítica situación en el INCAA obligó a incrementar la parte uruguaya. Y, si bien esta encantadora comedia de enredos transcurre en locaciones del país vecino, buena parte de los protagonistas son argentinos (Sergio Prina, Pilar Gamboa, Daniel Elías, Germán De Silva), así como varias cabezas de equipo, desde el director de fotografía Gustavo Biazzi hasta el editor Nicolás Goldbart.
Pero, más allá de los avatares de las coproducciones y de las nacionalidades de los artistas, lo verdaderamente importante es que Un cabo suelto resulta una experiencia tan simpática como disfrutable. El antihéroe del film, que por momento recuerda a los de Aki Kaurismäki, es Santiago Pallares (el tucumano Prina), un policía argentino del que solo sabemos que ha sido testigo de algo que no debía saber. Se salva de forma milagrosa de que lo maten atropellándolo con un auto y huye con lo puesto al Uruguay con dos “pesados” (Elías y De Silva) siguiéndole los talones. En un free shop de la frontera entre Fray Bentos y Puerto Unzué / Gualeguaychú, conoce a Rocío (Pilar Gamboa) y el flechazo (en él) es inmediato.
Así planteadas las cosas, Un cabo suelto tiene todos los elementos y condimentos de: a) un thriller de persecuciones, y b) una comedia romántica, pero -si bien hay algo de esos y otros géneros en el asunto- el tono, el ritmo y el humor por momentos algo absurdo y en otros más asordinado que le imprime Hendler llevan el relato hacia otras zonas, siempre simpáticas y entrañables.
Un cabo suelto (el título es un juego de palabras con más de un sentido dentro de una película llena de juegos de palabras) tiene algo de road movie (Santiago siempre está huyendo de los dos policías que lo buscan) y hasta de western contemporáneo y musical, pero también habla de la ilusión de cambiar de vida en la madurez, de encontrar nuevos rumbos y destinos, de creer en la posibilidad del amor. Y ese doble viaje interno y externo nos lleva a las “épicas pueblerinas” uruguayas, en este caso con la fabricación de quesos como una de las constantes (el personaje de Américo que interpreta Alberto Wolf, un tipo que tiene un puesto de venta a la vera de una ruta, es desopilante).
Un cabo suelto tiene una estructura virtuosa (está narrada con saltos temporales, yendo y viniendo desde y hacia determinadas situaciones clave), pero escapa por completo del vértigo y el cinismo de tanto cine contemporáneo que ostenta en cada plano su (supuesto) ingenio y maestría formal. De hecho, Hendler es un guionista y realizador con indudable talento para manejar la acción, el humor y las relaciones humanas, pero no necesita regodearse en él. Hay algo modesto en la puesta en escena que nada tiene que ver con la carencia de ambiciones. Es una narración justa, a la medida de la historia que busca contar y de los personajes que quiere retratar.
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Hola Panko (la próxima poné tu nombre completo). Esa información me la dio un tal Daniel Hendler unos días antes de iniciar el rodaje. Estaba previsto que la parte argentina fuese mucho mayor (de hecho, fijate la nacionalidad de los protagonistas) y, como se cayeron los subsidios del INCAA, se decidió continuar con el proyecto pero con una participación menor de la parte argentina. Saludos.
Amigo Batlle: La película no "iba a ser una coproducción mayoritariamente argentina, aunque la crítica situación en el INCAA obligó a incrementar la parte uruguaya" Siempre fue una coproducción mayoritaria Uruguaya junto a argentina. no le des la razón a tu tocayo Jorge, el ex presidente Uruguayo tristemente célebre por su falta de tacto y su juicios tontos.