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Crítica de “Miss”, de Robert Bonomo
La ópera prima de quien fuera asistente de dirección de Martín Rejtman se anima a la comedia romántica sin prejuicios y con varios logros.
Miss (Argentina/2016). Dirección: Robert Bonomo. Elenco: Roberto L. Makita, Malena Villa, Rigoberto Zárate y Tuchi Rottenberg. Guión: Robert Bonomo, Juan Villegas y Santiago Giralt. Fotografía: Nicolás Trovato. Edición: Eliane D. Katz y Santiago Esteves. Música: Lucas Marti. Dirección de Arte: Fernanda Chali. Sonido: Jerónimo Kohn. Distribuidora: Cinetren. Duración: 70 minutos. Apta para todo público. Salas: 15.
Estrenada en una de secciones paralelas de la última edición del BAFICI, Miss es una simpática fábula centrada en la relación entre un tímido descendiente de chinos y japoneses y una bonita aspirante a modelo. Más allá de sus fallas, es una más que bienvenida aproximación del cine independiente argentino a un género generalmente mirado de reojo como la comedia romántica.
El protagonista de la ópera prima de Robert Bonomo (asistente de dirección de Martín Rejtman en Rapado) es Robert Law Makita, un soñador e inocentón treintañero que sueña con encontrar el amor de su vida mientras trabaja como extra en comerciales y cuidador de casas. Un día conoce a Laura (Malena Villa) y queda prendidamente enamorado. El problema es que ella, al principio, no.
Que Robert tenga características de un típico (anti)héroe de Wes Anderson hay que atribuírselo a que el director de Los excéntricos Tenenbaum y El Gran Hotel Budapest es uno de los referentes que atraviesa el relato. De allí también proviene un diseño cuidado, los colores pastel y cierta propensión a una inocencia innegociable. Hay algo de Rejtman también en esos hombres y mujeres que parecen desajustados respecto al entorno, aunque sin su cinismo ni negrura.
Coguionada por Bonomo, Santiago Giralt y Juan Villegas, este último también productor, la brevísima Miss (70 minutos, créditos incluidos) no revolucionará el cine ni mucho menos, pero construye un mundo amable y ameno, por esos que dan ganas de darse una vuelta de vez en cuando.
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Durante la cuarentena vi Misa, y me pareció excelente. Lo mejor del cine latino. Y arriesgo, esta entre las mejores de los últimos años.
Me pareció tierna y fresca sin el toque yanki, me pareció genuino lo de Robert y sus consejos a Laura!
Yo recorrí 70 km caminé casi una hora para llegar al cine (Village de Rosario) y era yo solo en la sala ... Siento que valio la pena ir a ver la peli y sali reconfortado de la sala ....
Muy refrescante. Esas chombitas metidas adentro del pantalón... Éramos sólo cinco personas en la sala. País inviable.
Diego.......exacta tu línea del tiempo de la poesía cinematográfica. !Cuántos bebedores de liquido existen¡
Hermosa peli para pasar por varias facetas agradables e inolvidables. Recomendable.
Me paso lo mismo, Dufo. Hay puntos en común con Hortensia. Ambas son tiernas e ingenuas. Para verla y recordarla. No creo que tenga solo referencias a Wes Anderson. En esa clave y salvando las distancias primero viene Ozu, Tati y Truffaut , después A.Kaurismaki armo la coctelera y Wes Anderson se tomo el liquido.
Bella y entrañable, con destino de culto por su exacta poesía romántica. Seres impredecibles, obstinados e ingenuos que recuerdan un poco a Rejtman, HORTENSIA o COMO SUCEDEN CASI TODAS LAS COSAS, que existen aunque probablemente no los veamos, encuentran en su director una propia y cálida caligrafía cinematográfica. Se sigue todo el relato con una sonrisa permanente y en su ingenuo y victorioso final hasta se puede escapar un lagrimón. Es una obra pequeña pero grandísima en su posibilidad de disfrute. Si están necesitando un baño de ternura cinematográfica no se la pierdan... la sala 2 del Gaumont tiene una excelente proyección.