Festivales
Crítica de “Los ganadores”, de Néstor Frenkel (Competencia Argentina)
El director de Construcción de una ciudad y El gran simulador ratifica que es uno de los más valiosos documentalistas nacionales.
Es muy probable que si alguien dijera que Los ganadores está dirigida por Christopher Guest, más de uno lo creería sin cuestionárselo demasiado. Igual que en Mascots, el flamante trabajo del realizador de Best in Show, A Mighty Wind y For Your Consideration que puede verse en Netflix desde hace algunas semanas, el film de Néstor Frenkel se adentra en una realidad minúscula para explorar la dinámica y desglosar las motivaciones de los protagonistas de, en este caso, una particular premiación. Solo que aquí, a diferencia de la película de Guest, todo es real.
Una voz en off explica los orígenes del proyecto. Mientras filmaba a Jorge Mario, aquel particular superochista de Concordia que protagonizó El amateur, Frenkel escuchó la enunciación de un sinfín de galardones prácticamente desconocidos para él y el gran público. Lo que hizo, entonces, fue proponerse ver qué hay detrás de ellos, quiénes los organizan, por qué y, sobre todo, con qué criterios entregan sus estatuillas. Lo que descubrió es francamente increíble y por momentos graciosísimo. Tanto que a Guest difícilmente podría habérsele ocurrido algo mejor.
Los ganadores va lo de general a lo particular, presentando primero algunas ceremonias por demás curiosas y a varios de sus protagonistas, para después centrarse en los Premios Estampas de Buenos Aires, que entrega centenares de estatuillas para cuanta disciplina exista en una ceremonia que dura, mínimo, tres veces más que la del Oscar y se ameniza con sanguchitos y gaseosa en vasos de plástico. En el interín, discursos emocionados, imprevistos técnicos y agradecimientos francamente insólitos.
Los criterios de premiación en principio parecen regidos por la generosidad, hasta que se evidencia su mecanismo: el que se postula para participar, gana, lo que obliga a los organizadores (una pareja de ancianos que conduce un programa de tango en una radio entrerriana) a serenar a los invitados con la promesa de que el suyo está al caer. Todo esto es mostrado por Frenkel sin intervención directa pero sí desde el montaje.
Consciente de que mueve en el finísimo límite moral y ético entre “reírse con” y “reírse de”, el director de Construcción de una ciudad y El gran simulador apuesta a que sean ellos, los elegidos y los premiadores, los encargados de exponer una serie de sentimientos que el film felizmente respeta, convirtiendo a estas criaturas en seres particulares entrañables.
Nuestra entrevista con el director
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-Actualización: Ganadora del Grand Prix a la Mejor Película.
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Este director radicado en Berlín regresó a Buenos Aires para rodar un film onírico, experimental y extrañamente político que obtuvo una Mención Especial en el festival francés.
El nuevo trabajo del veterano director chileno bucea en recuerdos, sueños y experiencias tanto personales como familiares con un formato de misiva y patchwork visual.
Al igual que con el simulador y reconstrucción de una ciudad, este nuevo documental de Frenkel me pareció fascinante. Me llegó y me impacto. De hecho lo aplaudí casi en solitario en una casi vacía sala del cine gaumont (agradezco que se puede ver este tipo de películas porque el resto de las salas ni bola) Me parece que los personajes sienten todo el tiempo lo que expresan más allá de la cámara muy respetuosa por cierto. Un verdadero hallazgo todo lo que ocurre en este atípico relato. Respeto total a este documentalista que una vez más me hace sentir mejor espectador y hasta mejor persona por permitirme observar otras intercentros realidades. Ojalá pueda ver más documentales d Frenkel. Divertido, interesante y cercano. Felicitaciones Frenkel, te re banco
La película refleja tal cual la vida en la sociedad de fomento de nuestros abuelos... la parte de los premios no estuvo nada mal... reflejaba la realidad... si quizás fue una burla esa toma de minutos del hombre en primer plano.
Hoy pude ver la peli Una mirada increíble , todos ganan!!! Fascinante es ver ...ese premio aspiraciónal ...lo más! El documental es sutil, irónico ,tierno y patético como sus personajes . Una genialidad bien autóctona . Una mirada de lo q somos. Frenkel un grosso Imperdible! Y el Gaumont es justo el lugar.
KOKO: Parece que estamos de acuerdo... Igual, ya hay bastante polémica por la postura de Frenkel que creo supera el SE RIE DE o el SE RIE CON, asi que estó va para largo parece...
Sergio, si empatizás con los personajes a los que SOLO conocés a través de la película será porque... la película te los muestra así!!! Ni siquiera sabés si son de verdad, si existen o qué. LO UNICO QUE SABES respecto a ellos, lo sabés a través de la mirada del director. Lo sorprendente de varios de los que critican la película es como dejan volar su "trumpismo" más puro (aunque disfrazado) suponiendo que los protagonistas de la película son "feos", "poco fashion", tienen "poco glamour" (fueron algunas de las expresiones que oí por ahí). Por el contrario, creo que la película es TAN buena y provoca tantas cosas que la reacción más fácil ante el espejo que Frenkel NOS pone delante a los "habitantes de festivales", es acusar al director de nuestros propios pensamientos.
Que desilusión enorme!! Despues de la gran amateur en donde todo el tiempo nos reimos junto a jorge mario, en esta película frenkel se ríe de los protagonistas. Con un innecesario plano larguisimo de un pobre tipo mirando a camara esperando que alguien le diga "corte" y siendo humillado por el director. poniendolo en el corte final. De ahi en adelante sentí que la película no deja de burlarse de los personajes y nunca entra en complicidad con ellos. Que pena porque hay hallazgos interesantes que podrian haber sido muy graciosos, pero el tono de la película te pone en un lugar incomodo al burlarse de unos pobres ancianos que hacen unos premios en una sociedad de fomento, con todas las dificultades que eso les implica. Ya con varios que lo vimos coincidimos que terminas empatizando con estos señores que a su edad siguen generando cosas positivas para sus vidas y no con la mirada cinica del director quien parece serle graciosisimo el tomarlos para el churrete.
Discrepo totalmente con Esteban. Si la película estuviera armada para burlarse sin muchas vueltas de sus personajes, Frenkel tambien es uno de ellos . Creo que el cinismo, su opuesto y todos los grises entre ellos están no solo en a la vista de quien lo postula...
Ningún finísimo límite moral... Claramente la película esta armada para burlarse sin muchas vueltas de sus personajes que, es verdad, quizás sean un poco ridículos, lamentablemente presa fácil para el cinismo de un director miserable y banal.