Críticas
Fuera de Satán, de Bruno Dumont
Cita con el Diablo
El realizador de La vida de Jesús, La humanidad, Flandres y Entre la vida y la pasión regresa a sus retratos de pueblos grises (en este caso, en la costa norte de Normandía) para describir la relación entre dos seres desesperados y marginales. Ascetismo, religiosidad y elementos sobrenaturales se conjugan en un film árido y potente, minimalista y desgarrador a la vez, que "dialoga" con el cine de Dreyer, con el de Bresson y con el de Malick. Publicamos tres miradas sobre este estreno, otro hallazgo de esta temporada de la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín.
Fuera de Satán (Hors Satan, Francia/2011). Guión y dirección: Bruno Dumont. Con David Dewaele, Alexandra Lemâtre, Christophe Bon y Juliette Bacquet. Fotografía: Yves Cape. Edición: Bruno Dumont y Basile Belkhiri. Distribuidora: Mirada Distribution. Duración: 110 minutos. Apta para mayores de 16 años. En la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Corrientes 1530): del jueves 30/8 al lunes 3/9, a las 22; y del martes 4/9 al domingo 9/9, a las 14.30, 17, 19.30 y 22; y en la Sala Godard - Hotel Elevage.
Reseña #1, por Diego Batlle
El director de La vida de Jesús, La humanidad, Flandres y Entre la vida y la pasión vuelve a sus retratos de pueblos grises y abúlicos (en este caso, uno ubicado en la costa norte de Normandía) para describir la extraña, enfermiza relación entre una atribulada chica (la debutante absoluta Alexandra Lematre) y un homeless (David Dewaele, en su primer papel protagónico), quien -casi sin proponérselo, como si fuera la cosa más normal del mundo- se irá convirtiendo en una suerte de asesino serial (sin una pizca del glamour ni el regodeo sangriento ni la estilización de tanto cine hollywoodense, claro).
Si bien en la propuesta ascética hay algo de déjà vu respecto de sus films anteriores, Bruno Dumont da aquí unas cuantas vueltas de tuerca (hay algo de fantástico / sobrenatural en el relato) y vuelve a demostrar que el peso, la consistencia, la profundidad de cada uno de sus planos vale más que buena parte del cine contemporáneo.
Para destacar, la austeridad absoluta de la puesta en escena, las decisiones estéticas y el acabado técnico (se filmó en pantalla casi cuadrada y con sonido mono, casi no hay diálogos y la música brilla por su ausencia) de este cineasta a la vez minimalista y desgarrado, místico y trascendente, riguroso e inquietante como pocos. Bienvenida su llegada a la Sala Lugones.
Reseña #2, por Luciana Calcagno (realizada durante el Talent Press/Talent Campus del BAFICI 2012)
Si Dumont ha dicho que el poder del cine consiste en hacer que “el hombre vuelva al cuerpo” esta vendría a ser, literalmente, su película más poderosa. Mezcla de Ordet con Entre la vida y la pasión, Fuera de Satán es una contundente prueba de que, a medida que el director se pone más y más místico, sus films se cierran más y más sobre si mismos, volviéndose casi inaccesibles para el público y hasta para los fanáticos (religiosos y los suyos).
En este film se vuelve a la campiña, el territorio de Flandres. También se vuelve a la violencia cruda alternada con planos largos y silenciosos, y a los personajes outsiders. Pero hay algo del orden de lo trascendental que se presenta en Entre la vida y la pasión y que no lo hace del modo que aparecía en Fuera de Satán, sino de una manera maligna y misteriosa, con forma de niña con ojos desorbitados o mujer con espuma en la boca.
El personaje interpretado por David Dewaele (a quien ya vimos en Entre la vida y la pasión) será el encargado de expulsar al diablo de estas mujeres, a la vez que se va convirtiendo en un ser extremadamente cruel y despreocupado, en una especie de psicótico de las praderas.
Así como en Entre la vida y la pasión sólo veíamos amor (a pesar de las escenas extremadamente violentas y potentes de Dumont, que tampoco faltaban) en Fuera de Satán sólo vemos odio y oscuridad, siendo el único acto de amor el final, en el que este outsider devenido exorcista devuelve a su enamorada a la vida, en una resurrección dreyeriana memorable, que tal vez sea lo único emocionante del film.
El minimalismo extremo de la puesta en escena revela una maestría que ya no nos sorprende en Dumont y se encuentra en sintonía con el hermetismo del film; así como también lo hacen los escasos gestos de sus actores/no actores, y los planos perfectamente fotografiados, pero el clima enrarecido y áspero de la película genera una frialdad y una distancia que no puede ser subsanada con una apelación a la “sensorialidad” del mismo, ni a esta espiritualidad todavía inentendible. Estamos, sin dudas, ante la película más difícil de Dumont, pero así y todo decidimos seguir teniéndole paciencia.
Reseña #3, por Diego Lerer
Bruno Dumont sigue sacando (buen) provecho de estos personajes extraños, perdidos, que se relacionan con jóvenes algo inocentes e igualmente perdidas. De alguna manera, el film une las obsesiones de sus primeros trabajos con el tono algo más religioso del último.
En esta etapa, digamos, algo más mística de su filmografía, el director francés adopta a su estilo un relato muy sencillo acerca de la relación entre una chica solitaria y una especie de vagabundo que viven en una zona con muy poca población (llamarlo “pueblo” ya es mucho, me parece) y que atraviesan juntos una serie de complejas situaciones.
Entre Terrence Malick y Carl Dreyer, con la ya inevitable comparación con Robert Bresson en el medio, Dumont logra meternos en otra relación compleja entre un hombre y una mujer y, a la vez, pintar un personaje masculino misterioso, intrigante, que va del “Bien” al “Mal” sin saber muy bien cuál es la diferencia entre ambos. Un personaje extravagante, milagroso, raro, que se suma a la galería de los del director de La humanidad, quien cada vez va más a fondo en su búsqueda visual y que parece cada vez más querer acercarse al “film como experiencia sensorial” que a otra cosa. Muy distinto al Malick actual, pero no tanto, esta vez, al Malick de Badlands, especialmente en el “disparador” narrativo.
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<p>Una película extraordinaria, es demoledora la fuerza de Dumont para sumergirnos como siempre en un relato difícil, duro, minimalista en sus herramientas pero contundente en su espíritu. rnDe paso, aprovecho para preguntar a los presentes si alguien sabe (o tiene) copia subtitulada al castellano de \"La vida de Jesús\".</p>
<p>Fui con un amigo desconocedor de B.D. a la Lugones a ver FUERA DE ..., con muchas expectativas (me habia encantado \"Entre la vida y la pasion\" en su momento, con la yapa de haberlo visto personalmente en el \"Bafici\"), pero desgraciadamente tengo que reconocer que esta vez me encontre con un relato inabordable, arido, frio como un tempano) - Dumont filma muy bien, pero en este caso su \"austeridad\" narrativa me aburrió -</p>
<p>¿Cuánto le pagan al espectador para ver este bodrio?</p>
<p>Excelente tríada de artículos, diferentes en su desarrollo pero cercanos en sus conclusiones. Entonces no nos queda otra cosa que rendirnos a la tierna merced de Bruno (y entrarle con Furia a Satán). Felicitaciones</p>