Festivales

Guía de críticas de la sección Trayectorias

Por Diego Batlle, Diego Lerer, Fernando E. Juan Lima, Carlota Moseguí, Gonzalo de Pedro Amatria y Toni Junyent
Como su nombre lo indica, se trata de la selección dedicada a los maestros, los directores más consagrados del panorama internacional que, en varios casos, se convirtieron en los grandes éxitos del circuito de festivales. Los nuevos films de Marco Bellocchio, Hong Sang-soo, Mia Hansen-Løve, Johnnie To y Alexander Sokurov serán, sin dudas, citas impostergables para los cinéfilos argentinos. A continuación publicamos las reseñas de 23 de los 26 títulos de esta muestra para esta primera guía que iremos completando antes, durante y después del festival porteño que arranca el 13 de abril.

Publicada el 01/04/2016


-Boris sans Béatrice (Canadá), de Denis Côté

El director canadiense entrega la que tal vez sea su película más “tradicional” en cuanto a lo formal, pero no por eso una menos curiosa o inquietante desde sus planteos. En esta suerte de psicodrama que coquetea con zonas que uno ha visto en el cine de Ingmar Bergman (o, a su manera, en el de Woody Allen) Coté se reserva una serie de sorpresas que alteran la lectura lineal del film, planteándose hasta su propia existencia y realidad.

Si uno la toma desde el realismo psicológico al que parece apuntar, Boris sans Béatrice es la historia de un arrogante, canchero y vanidoso empresario casado con una política. El hombre se topa con la sorpresa de que su mujer ha entrado en una profunda depresión que se parece casi a una catatonia hecha y derecha y, metido en su mundo, trata de arreglar el asunto como puede: llevándola a su casa de campo, contratando a una asistente y a una doctora, dedicándole a medias parte de su tiempo, pero a la vez no deja ni a su amante ni a sus malas costumbres como creerse superior al resto de la raza humana.

Crítica completa de Diego Lerer 





-11 Minutes (Polonia / Irlanda), de Jerzy Skolimowski

Claro que se pueden contar muchas historias, cruzando y administrando con inteligencia la información respecto de cada una de ellas. Y se las puede vincular con ritmo y suspenso. Eso que en la producción de Arriaga y González Iñárritu es impuesto a fuerza de sobreescritura, sentido único y algo de confusión en el revoleo, acá funciona con una elegancia y una velocidad que sorprenden.

Lo que sorprende, en verdad, es la constancia en el riesgo, la búsqueda, la acojonante juventud de la última película del bueno de Jerzy, ya cercano a los 80 años. Fragmentación y descentralización, características de la vida actual y forma en la que 11 Minutes se pasea por hoteles, plazas, calles y oficinas. Una actriz que hace un casting (¿al borde de ser sábana?) para un productor estadounidense, su celoso marido que trata de llegar a esa entrevista, un vendedor de panchos en un parque, un motoquero dispuesto a todo servicio, el calidoscopio parece inconexo pero no lo es. En el aparente caos de la velocidad constante hay algo que une las historias, y ello no es el truco de guión que en realidad re-construye de atrás para adelante para justificar un golpe de efecto, tal como sucede en las malas películas.

Hay una, o varias, historias que nos interesan y muchos momentos inolvidables (el diálogo del panchero con unas monjas; el vibrante final). Pero lo que nos engancha y nos atrapa los compactos 81 minutos de narración es una construcción formal gozosa y festiva que nos habla de un realizador que sabe utilizar en serio las herramientas que el cine posee. Y si no encuentra la herramienta adecuada, tiene el grado de lucidez e inteligencia como para inventarla. FJL



-El vecino (One Floor Below) (Rumania / Francia / Alemania / Suecia), de Radu Muntean

Aunque opacado en la consideración cinéfila por sus compatriotas Corneliu Porumoiu, Cristian Mungiu o Cristi Puiu, Muntean es, sin dudas, uno de los directores más interesantes del nuevo cine rumano. Tanto Boogie (2008) como Aquel martes después de Navidad (2010) ya lo ubicaban como un brillante guionista, puestista y director de actores. Con One Floor Below ratifica todas esas condiciones. El antihéroe del film es Patrascu, padre de un adolescente absolutamente alienado por las nuevas tecnologías (de Facebook a los videojuegos de lucha) que maneja con su esposa un negocio de gestoría dedicado a registrar los dueños de los automóviles.

El protagonista –que parece prestarle más atención a su perro que a sus familiares– escucha unos ruidos violentos en el departamento de una joven vecina, pero cuando ella aparece muerta y tiene la oportunidad de denunciar al casi seguro asesino, opta por callar. La cobardía le sale cara, ya que el sospechoso empieza a aparecer cada vez más seguido entre su círculo íntimo con una conducta amistosa, pero que esconde una veta amenazante ¿Cuándo y cómo explotará esa tensión contenida? Ese es el enigma que maneja con brillantes recursos y herramientas Muntean, aunque –se sabe- en el cine rumano suelen ser más importantes las formas, los climas, los universos personales y los pequeñas detalles que la eficacia y el impacto de las resoluciones (es el reino de los finales abiertos). Más allá de algunos mínimos reparos, se trata de otra notable película de Muntean. DB





-El rey de La Habana (España / República Dominicana), de Agustí Villaronga

Villaronga es un cineasta valioso al que le hemos visto en el pasado films que tratan de la pérdida de la inocencia, de Eros y Tánatos, de la podredumbre, del horror y de cómo este horror es capaz de mudar rostros, de hacerlos envejecer, de hacerlos más descreídos. El rey de La Habana, a priori, se inscribe de pleno en esas constantes, adaptando la novela homónima del escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez, tremebunda crónica de las andanzas de un joven desposeído que, para abrirse paso en la Cuba ruinosa y deprimida de finales de los '90, resolvió confiarse a sus genitales, a un miembro descomunal que vuelve majareta a todo aquél que se topa con él.

Sin embargo, el director de El mar no parece encontrar nunca el tono o el ángulo desde el que convertir el material de partida en algo subyugante: la película discurre envuelta en noche y neón, de antro en antro, de pared descascarada en pared descascarada, con irrupciones ocasionales del sol agotador del Caribe, pero lo que podría o debería ser un viaje a los límites, a los abismos de la desesperación, deviene aventura guarra de cómic para adultos, esporádicamente divertida, histérica o delirante, pero rara vez emocionante. Es curioso, pero cuando el film está por acabarse, cuando le queda apenas media hora, cierto acontecimiento sacude con furia las vidas de sus protagonistas y, entonces sí, emerge, rabiosa e inesperada, la poesía de los escombros que debería haber impregnado todo el metraje. Es inevitable pensar, viendo los hermosos y al mismo tiempo aterradores planos que clausuran El rey de La Habana, en otra película posible, distinta, mejor que la que hemos visto. TJ


-El nome de los árboles (España), de Ramón Lluís Bande

Tras muchos años de trabajo constante en una práctica artística cercana a la militancia política, en campos tan diversos como la poesía o el cine, la obra del asturiano Ramon Lluis Bande parece que alcanza un cierto nivel de reconocimiento. Tras el triunfo de su anterior película, Equí y n’otru tiempu, en el Festival de Sevilla de 2014, el cineasta asturiano presentó una obra que continua la estela de la anterior, y que aborda el rodaje de aquella para plantear una reflexión sobre la manera en que nos relacionamos con la memoria a través de herramientas tan imprecisas, pero tan imprescindibles, como el cine. El nome de los árboles cuenta la historia de un pequeño equipo de rodaje –capitaneado por Bande– que recorre Asturies recogiendo testimonios y buscando los lugares donde se desarrollaron las principales emboscadas contra la guerrilla que plantó cara a la dictadura franquista entre 1937 y 1952, años en los que se sucedieron las luchas, las persecuciones y los asesinatos. GdPA





-Francofonia (Francia / Alemania / Holanda), de Alexander Sokurov

“¿Que sería de Francia sin el Louvre? ¿Y de Rusia sin el Hermitage?”, pregunta la persistente voz en off de Alexander Sokurov mientras nos guía por su nueva y laberíntica película, Francofonia Trece años después de rodar El arca rusa en el Hermitage de San Petersburgo, el cineasta ruso vuelve a mostrar las entrañas de un museo, concretamente el corazón del Louvre.

Crítica completa de Carlota Moseguí



-Office (Hong Kong / China), de Johnnie To

Si alguna duda cabía a alguien sobre que To es uno de los cineastas más heterodoxos, hábiles e inteligentes de la actualidad, aquí llega este musical sobre la vida corporativa, con sus convicciones y traiciones, sus éxitos y fracasos para despejarla. Filmada en 3D, el realizador utiliza (esta vez de manera pertinente y con elegancia) eso que Lars von Trier había ensayado en Dogville: los espacios y lugares son diseñados sin paredes divisorias, todo está expuesto, desnudo, a la vista. La cámara sobrevuela la acción y atraviesa las paredes imaginarias con una belleza y sobrio lujo que sorprenden, aun tratándose del realizador de Breaking News, Exiled, Mad Detective y Blind Detective.

La llegada de dos nuevos interinos a prueba por un tiempo en una empresa que está a punto de hacer pública una oferta de sus acciones en el mercado por primera vez es el disparador de esta deriva en la que, con mucho humor, se hace foco en el rol de jefes y gerentes, las relaciones sexuales o amorosas al interior de la oficina y la constante circulación del chisme. Algo de eso de "pueblo chico, infierno grande" se aplica a ese grupo de gente que debe convivir en un mismo edificio.

También como siempre, la aguda mirada de To que, así como venía hablando de la anexión de Hong Kong a China en sus películas de mafia (Election), en este musical luminoso no deja de señalar la crisis económica que al momento de la filmación era una previsión o una sospecha y que ahora parece ser una realidad fácilmente constatable. FJL





-Informe general II. El nuevo rapto de Europa (España), de Pere Portabella

El cineasta catalán Pere Portabella, hombre esencial de los últimos cuarenta años de cine en España, ha vuelto al cine con la segunda parte de su fundamental retrato de la por entonces incipiente Transición: Informe general sobre algunas cuestiones de interés para una proyección pública (1976). Titulada Informe General II. El nuevo rapto de Europa (2015), la película recupera la voluntad de fotografiar un momento de cambio histórico en el preciso instante en que se está produciendo: quizás eso explique que hoy la foto que Portabella presenta pueda parecer borrosa, ingenua por momentos, o sencillamente propagandística al decir de algunos.

El crítico Manu Yáñez, pensando sobre la película en una conversación con este cronista, acertaba al sugerir que solo el tiempo devolverá la verdadera dimensión. Sin embargo, hay que reconocerle una verdadera voluntad de retratar un cambio que es mucho mas que un simple relevo político, un recambio de caras en los telediarios, y que supone un auténtico terremoto a gran escala y quizás más sordo de lo que parece. Es por eso que la película se extiende desde el ámbito de la institución museística, como artefacto decimonónico obligado a repensarse a sí mismo y su relación con el mundo, a la política, los movimientos sociales, e incluso la ciencia. Porque el cambio, tal y como lo sugiere Portabella, es horizontal, transversal y global, y se mueve trazando círculos alrededor de las antiguas estructuras de organización del poder y el pensamiento.

Es por eso que la película, que para algunos es deslabazada, recurre de forma inteligente a una cámara que se mueve en círculos, tratando de filmar todos los aspectos de esa nueva realidad. Frente a uno de los primeros planos de la película, un travelling longitudinal con el que Portabella retrata la mesa del Patronato del Museo Reina Sofía (a la sazón, coproductor del film) como un espacio de poder vertical –copado por la oligarquía, los poderes fácticos, económicos, del antiguo orden–, el movimiento que define eso que está por venir es un giro circular que trata de abarcar y entender, de integrar, y acabar con las viejas dicotomías dentro-fuera, arriba-abajo, instituciones vs. ciudadanía, público vs. común, e incluso viejo-nuevo.

La frase de uno de los protagonistas, Daniel Raventós, que cita a Arthur Schopenhauer para decir que cualquier idea nueva pasa siempre por tres fases: la del ataque violento, la de la ridiculización, y la de la aceptación como una obviedad, no parece por azar colocada hacia el final de la película: ¿en qué fase estamos nosotros, espectadores, frente a lo que la película viene a sugerir? ¿En el ataque violento, en la ridiculización, o en la toma de conciencia de un cambio inevitable y además necesario? El tiempo dirá. GdPA





-Journal d'une femme de chambre (Francia / Bélgica), de Benoît Jacquot

¿Hacía falta una nueva versión de Diario de una camarera teniendo una célebre de Luis Buñuel y otra de Jean Renoir, nada menos? ¿Se puede, tiene sentido, salir a competir con esos dos monstruos? En realidad, no. Pero si hay un motivo para hacerlo se llama Léa Seydoux, la protagonista de esta nueva adaptación de la novela de 1900 de Octave Mirbeau. Y es ella la que se luce en esta película de todos modos innecesaria dirigida por Benoit Jacquot que, para ser del todo justos con la historia de la producción, ni siquiera había elegido originalmente a Seydoux como la protagonista. Originalmente era Marion Cotillard, que tuvo que bajarse por problemas de fechas. Y, la verdad, da la impresión de que el problema pudo haber sido una solución para el director de El adiós a la reina

Crítica completa de Diego Lerer



-Between Fences (Francia / Israel), de Avi Mograbi

El documentalista israelí vuelve con otro film que intenta dejar en claro las cruentas políticas de su país en lo que respecta a sus vecinos. En este caso se centra en el modo en el que tratan a refugiados africanos en su mayoría de Sudán y Eritrea que intentan ingresar al país para escapar de situaciones políticas y personales complicadísimas, pero no encuentran la recepción deseada: al llegar son enviados a Holot, un “campo abierto de detención” en el que deben quedarse sin poder entrar a Israel. Supuestamente pueden hacerlo (es un campo “abierto”) pero están obligados a “dar presente” tres veces por día por lo cual es imposible entrar al país sin cometer delito.

Holot es una especie de tierra de nadie y muy pocos en Israel conocen su existencia. Mograbi y el director teatral Chen Alon, además de contar lo que sucede allí, organizan con los refugiados un taller teatral en el que los detenidos sacan a la luz los conflictos y difíciles situaciones que les tocan vivir allí en ejercicios casi terapéuticos que les sirven para lidiar con sus condiciones. Entre duros testimonios, uno muchas veces se queda con la impresión de que la “bienvenida” a Israel es tan desagradable que muchos preferirían volver a sus conflictivos países.

Crítica completa de Diego Lerer





-L'Avenir (Francia / Alemania), de Mia Hansen-Løve

La realizadora francesa Mia Hansen-Love tiene una manera de encarar la narración cinematográfica bastante particular. A diferencia de la mayoría de los cineastas, ella no parece utilizar el equivalente audiovisual a los signos de puntuación. Sus películas son narrativas, si se quiere hasta convencionales en torno a la sucesión de hechos y el realismo psicológico de sus personajes, pero hay algo que falta y que uno nota rápidamente: una acentuación que nos esté diciendo cuáles son los momentos y hechos privilegiados y/o importantes de la historia. Y eso es algo que a muchos puede confundir, pero que termina siendo uno de sus puntos distintivos como realizadora: sus películas son sobre el tiempo que pasa mientras a los personajes les suceden cosas.

Crítica completa de Diego Lerer





-La academia de las musas (España), de José Luis Guerin

Cuando parecía que Guerin iba a hacer un documental “de taquito”, la película comienza a derivar hacia algo muy diferente. La ficción le va ganando terreno y termina desplazando al supuesto “registro puro”; la intimidad de los personajes arrasa con las poses intelectuales y la comedia cede terreno y el tono se torna bastante más melodramático, denso y desgarrador.

Crítica completa de Diego Batlle





-La calle de la amargura (México / España), de Arturo Ripstein

Estrenada fuera de competición en el Festival de Venecia, la última película del cineasta mexicano Arturo Ripstein, escrita junto a su guionista habitual Paz Alicia Garciadiego, se basa en la historia real de dos prostitutas mayores que matan accidentalmente a dos luchadores enanos. Esa historia extraída de un recorte de periódico da pie a un largometraje que, como en sus anteriores trabajos, Ripstein filma bordeando lo real, lo surreal, lo irreal, en un remedo contemporáneo de aquel realismo mágico del boom latinoamericano de los años '70. La película ahonda en esa visión oscura de la trastienda del México contemporáneo, con personajes sórdidos, al límite, que están siempre al borde del abismo en escenarios lúgubres. GdPA





-Right Now, Wrong Then (Corea del Sur), de Hong Sang-soo

Hong regala dos películas en una. La primera, muy buena; la segunda, excelente. Se trata, en realidad, de dos variaciones de la misma historia, sólo que en la primera prevalece la falsedad y el ocultamiento; y en la segunda, la honestidad y la verdad.

La crítica completa de Diego Batlle



-Grandma (Estados Unidos), de Paul Weitz

Un notable trabajo de Lily Tomlin concentra la atención de esta muy buena comedia dramática de Weitz (Un gran chico) en la cual la veterana comediante interpreta a la misantrópica y ácida abuela que da título al film, un señora de unos 70 años, académica, lesbiana y no particularmente simpática, que tiene facilidad para llevarse mal con casi todo el mundo. Hace un tiempo perdió a su pareja de muchos años y acaba de separarse de una alumna con la que estuvo unos meses (Judy Greer). En medio de esa situación aparece su nieta (de una hija con la que casi no se habla) que está embarazada y quiere abortar. La chica le pide dinero a la abuela, pero como ella no lo tiene ambas se unen en una especie de aventura para conseguirlo que será la manera en la que la señora se verá obligada a lidiar con más de un fantasma de su pasado.

Pese a estar forzada por un disparador dramático bastante poco creíble (necesitan más de 600 dólares en unas horas, como si no se pudiera aplazar un día o dos el turno), la película de todos modos funciona a partir de la creación de un personaje notable como es el de Elle (Tomlin), una mujer muy inteligente pero resentida por una serie de acontecimientos desafortunados a la que curiosamente se le presenta la oportunidad, a partir de la situación de su nieta, de enfrentar y, posiblemente, emparchar, algunas de sus relaciones más complicadas.

Weitz, un veterano de la comedia dramática sobre seres individualistas a los que la vida fuerza a humanizarse un poco, maneja muy bien los resortes de esta dramedy independiente en la que también actúan Sam Neill, Marcia Gay Harden y Laverne Cox, en un estilo de mini road movie que hace acordar a cierto cine de los años ’70, en el que el Tomlin sería Jack Nicholson. Si bien los sucesos dramáticos pueden resultar un tanto forzados por las circunstancias, las emociones que se desplegan a lo largo de la historia son totalmentee genuinas: los errores del pasado, los fracasos familiares, la necesidad de enfrentarlos pero, a la vez, la convicción de que se ha vivido y se seguirá viviendo de acuerdo a una serie de ideas muy claras. Una película feminista, humanista y, por momentos, muy graciosa. DL





-Sangue del mio sangue (Italia / Francia / Suiza), de Marco Bellocchio

El director de I pugni in tasca viene desde entonces (1965) sorprendiéndonos, inquietándonos, proponiéndonos siempre un desafío a nuestra sensibilidad e inteligencia. En este caso, dos historias se entrelazan por suceder en el mismo convento: en la primera, una mujer es sometida a las conocidas pruebas ideadas por la Santa Iglesia para verificar si no se trata de una bruja que ha empujado al suicido a su marido; en la segunda, ya en la actualidad, un vampiro vive oculto en ese monasterio y debe evitar que sea vendido a un inversionista ruso. Pasado y presente, ir y venir hipnótico en el que el ser italiano, la religión y la política, la corrupción y la frivolidad son diseccionados con filo, no exento de humor en el caso de lo que tiene que ver con nuestros días. El diálogo del vampiro con su dentista en el consultorio nos confirma eso de que los argentinos somos italianos que hablamos castellano. FJL



-Sunset Song (Reino Unido / Luxemburgo), de Terence Davies

En un director tan marcado por el universo femenino no es de extrañar la decisión de adaptar la clásica novela de Lewis Grassic Gibbon, que sigue a su heroína (Chris/Agyness Deyn) en un devenir que va de la violencia de un padre despótico que lleva a su madre al suicidio a un marido transformado en algo muy parecido, fruto de su participación en la Primera Guerra Mundial.

Nostalgia y melodrama, la necesidad de perdonar para seguir viviendo, el refugio (pese a todo) en la familia, esos elementos no encuentran su génesis en una visión conservadora (la novela es de 1932, claro está, y no podemos negar que el mundo algo ha cambiado) sino en la cosmovisión del realizador de Distant Voices, Still Lives, The Long Day Closes, The Neon Bible, Del tiempo y la ciudad y The Deep Blue Sea que con los años cada vez más se acerca al pasado para intentar entender el presente.

La deslumbrante belleza de las imágenes resulta más prodigiosa si se atiende a los exiguos fondos de esta realización, filmada en 35 mm en los espacios abiertos (luego pasado a 4K) y en digital (con todos los ambientes creados digitalmente) para los interiores. Son especialmente emocionantes los muchos momentos en los que los protagonistas cantan, habitual refugio del cine clásico (en todos los géneros y aun en las situaciones más dolorosas) y guiño perfecto de este enorme director que ama el musical. FJL





-Últimas conversas (Brasil), de Eduardo Coutinho

Film póstumo del maestro brasileño Eduardo Coutinho, editado por su habitual colaboradora Jordana Berg y completado por João Moreira Salles, Últimas conversas muestra al mítico documentalista en diálogos francos con adolescentes y jóvenes (el final, hermoso, es con una niña de 6 años) intentando comprender sus experiencias para romper con (o atenuar) la brecha generacional. Una película bella y emotiva de un verdadero sabio del cine (y de la vida) del que por suerte nos quedan un puñado de obras maestras. DB



-Schneider vs. Bax (Holanda / Bélgica), de Alex van Warmerdam

El holandés Van Warmerdam no sólo dirigió y escribió sino que también coprotagonizó esta mezcla de western moderno, policial, drama familiar y comedia negra sobre Schneider (Tom Dewispelaere), un asesino a sueldo que en el día de su cumpleaños debe liquidar a Bax (VW), un escritor recluido en una aislada cabaña, y regresar a tiempo para la fiesta que le organiza su esposa. Pero, claro, lo que en principio parecía una asignación sencilla se convertirá en una auténtica odisea a partir de algunas trampas y las inesperadas apariciones de varias mujeres (amantes, hijas, involuntarias testigos). Más allá de la habitual faceta misógina del director de The Dress y Borgman, la película funciona bastante bien durante su primera mitad con un humor corrosivo a-la-Después de hora y Fargo, y una bienvenida precisión narrativa que se diluye un poco en la segunda parte. Un film pequeño, pero con no pocos méritos y concebido con indudable pericia. DB





-Un dia perfecte per volar (España), de Marc Recha

Este film sirve para apreciar qué camino está tomando uno de los directores bandera de aquello que fue cierto cine del vacío a finales del pasado siglo, y a comienzos de este, y que ha ido abriendo sus formas en favor de un cine más relacionado con lo familiar, lo popular, lo paisajistico, y lo terrenal sin dejar de lado su gusto por lo fantasmal y la relación con lo mágico, y lo imprevisible. Un dia perfecte per a volar supuso el regreso al cine de Recha tras una larguísima ausencia (su anterior película, Días de agosto, es de 2009). A través de un formato similar al del cuento infantil, y con un niño como protagonista, la película gira en torno al tránsito entre la luz y la sombra, y una emoción, un hecho, que se instala en nuestra memoria para siempre, sin saber bien cómo ni por qué. La película juega además a la familiaridad y la extrañeza mezclando actores procedentes de la familia de Recha, el hijo es su propio hijo, y el abuelo es su propio padre, junto con actores conocidos como Sergi López, en una familiaridad y complicidad que se transparentan en una película reivindicable. GdPA



-Garoto (Brasil), de Júlio Bressane

El director brasileño fue objeto de una retrospectiva hace tres años y ahora regresa al BAFICI con esta historia de amor trágico libremente inspirada en El asesino desinteresado Bill Harrigan, de Jorge Luis Borges (que a su vez era una relectura del personaje de Billy the Kid). En principio vemos a una mujer (Marjorie Estiano) y un hombre (Gabriel Leone) que se enamoran en una suerte de paraíso terrenal con entorno de bosque. De la felicidad pasan al horror cuando él termina cometiendo un crimen y la película se traslada al árido nordeste. El film tiene todos los elementos del cine de Bressane, ese que divide al público entre fans y detractores: hermético, exagerado, ampuloso, entre literario y filosófico. Lejos del naturalismo y la demagogia, Garoto exige y por momentos expulsa. Eso sí: tiene algunas de las imágenes más bellas (con unas rocas gigantes de fondo) que se verán en esa edición. DB



-Mallory (República Checa), de Helena Trestíková

Notable documentalista -el BAFICI le dedicó un foco allá por 2009-, la checa Trestíková siguió durante más de siete años a la Mallory del título, un mujer que creció entre punks y skinheads, fue adicta a todo tipo de drogas (especialmente la heroína), tuvo muchas parejas tan extremas y precarias como ella, y estuvo demasiado tiempo sin hogar (la vemos durante muchos años viviendo dentro de un auto, situación que remite por momento al documental Vida en Falcon, de Jorge Gaggero). La directora pone la cámara siempre a la distancia justa y trata de no manipular las situaciones cotidianas de una protagonista que es madre en circunstancias caóticas y que trata como puede, como le sale, de dejar la heroína. Pasan los meses, los años, y el rostro de Mallory va mostrando las secuelas de una existencia durísima. Registro seco, preciso, sin alardes, contundente y desgarrador, Mallory es una historia de vida que podría haber caído en la denuncia horrorizada, en la explotación o en la conmiseración paternalista (maternalista). No es nada de eso. Es cine en estado puro. DB



-Le Bois dont les rêves sont faits (Francia / Suiza / Bélgica), de Claire Simon

Bois de Vincennes, un enorme bosque de 995 hectáreas (junto con Bois de Boulogne son los dos pulmones verdes de la región de París), es el eje de este bello documental de la directora británico-francesa. Con su cámara a cuestas la propia Simon recorre la zona boscosa -que tiene ámbitos más urbanos y otros decididamente agrestes- para registrar a (y charlar con) quienes por allí deambulan: desde trabajadores que recogen hojas o basura hasta homosexuales en busca de sexo urgente (este segmento remite a El desconocido lago, de Alain Guiraudie), pasando por prostitutas, pintores, paseadores de perros, expertos en botánica, adolescentes que prenden una fogata, homeless, acampantes, ciclistas o madres con sus bebés. La realizadora de Les Bureaux de Dieu y Gare du Nord muestra los cambios de estaciones (el paso del tiempo) y las celebraciones que allí se hacen (desde comunidades asiáticas hasta de Guinea). Por momentos la voz en off de la directora resulta demasiado pretenciosa y la duración (144 minutos) puede resultar un poco desmedida, pero allí están las imágenes, el talento y la sensibilidad de Simon para llevarnos por un viaje fascinante a este auténtico paraíso y refugio natural. DB


También se exhiben en esta sección:

-Inscripciones (Argentina), de Narcisa Hirsch

-Little Men (Estados Unidos), de Ira Sachs

-Microbe et Gasoil (Francia), de Michel Gondry




COMENTARIOS

  • 15/04/2016 19:21

    Acabo de ver Sunset song, de Terence Davies (de quien tengo la inmensa fortuna de haber visto toda su filmografía) pueden decirse muchas cosas, todas elogiosas. Pero yo me quedaría con ésta: es el único cineasta viviente tocado por la gracia divina. Lamentablemente, la gran mayoría del público no lo conoce ni lo conocerá jamás.

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-En este espacio iremos sumando links a todas las reseñas publicadas durante la cobertura del festival.

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