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Cómo es “Flee”, el documental animado que es furor en la temporada de premios
Por Diego Batlle
Distinguido en festivales como Sundance, Annecy y Visions du Réel, así como por los críticos de Nueva York y Los Angeles, el film del danés Jonas Poher Rasmussen reconstruye la odisea de un afgano que debió abandonar su país.

Amin -el protagonista de Flee- es amigo del director desde el colegio secundario cuando ambos eran unos quinceañeros. Nacido en Kabul, debió huir con parte de su familia luego de que en 1988 la Unión Soviética abandonara Afganistán. Tras diversas y muy sufridas estadías en Moscú e intentos fallidos por ingresar de forma ilegal a Europa, finalmente pudo radicarse en Copenhague como refugiado.
Con un padre desaparecido (fue detenido por el gobierno afgano cuando Amin era un niño pequeño y luego de tres meses en prisión nunca más se supo de él), el protagonista intenta de a poco recordar su historia marcada por los traumas, a partir de un diario íntimo que fue escribiendo a su llegada a Dinamarca.
Amin (su nombre real es otro) también recuerda que desde los seis años ya tenía fantasias con hombres (soñaba, por ejemplo, con Jean-Claude Van Damme) y otras de las capas del documental tiene que ver precisamente con la posibilidad de armar una pareja e irse a vivir a una nueva casa con un danés llamado Kasper.
Así como Ari Folman en Vals con Bashir, en el que el director israelí trabajó con recursos propios del cine animado sus experiencia en la guerra del Líbano, Rasmussen muestra los testimonios actuales y el doloroso pasado de Amin mediante animaciones, en principio para resguardar la identidad de una persona que jamás quiso convertirse en una persona pública y reconocible. En cambio, a la hora de exponer el contexto sociopolítico de Kabul, de Moscú o de un breve paso por Estonia, sí apela a material de archivo de aquellas épocas.
Más allá de cuestiones ligadas a la corrección política que seguramente potenciaron la buena recepción del documental (desde las visicitudes de los inmigrantes afganos hasta las elecciones sexuales de Amin), Flee -que tiene entre sus productores ejecutivos a los actores Riz Ahmed y Nikolaj Coster-Waldau- consigue una intensidad, intimidad y sensibilidad que la hacen merecedora de los premios que ha conseguido. De hecho, los analistas de Hollywood especulan con que podría recibir una triple nominación al Oscar: Mejor Documental, Mejor Película de Animación y Mejor Película Internacional (representa, claro, a Dinamarca). Sin dudas, una de las revelaciones del año.

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