Críticas
Día de la Independencia: Contraataque, de Roland Emmerich
Es un monstruo grande y pisa fuerte...
Esta demorada secuela cumple, para bien y para mal, con lo que promete: poca sutileza y mucha espectacularidad.
Día de la Independencia: Contraataque (Independence Day: Resurgence, Estados Unidos/2016). Dirección: Roland Emmerich. Elenco: Liam Hemsworth, Jeff Goldblum, Bill Pullman, Maika Monroe, Jessie T. Usher, Travis Tope, Judd Hirsch, Angelababy, Charlotte Gainsbourg y William Fichtner. Guión: Roland Emmerich, Dean Devlin, Nicolas Wright, James A. Woods y James Vanderbilt. Fotografía: Markus Förderer. Música: Harald Kloser y Thomas Wanker. Edición: Adam Wolfe. Diseño de producción: Barry Chusid. Distribuidora: Fox. Duración: 119 minutos. Apta para mayores de 13 años. Copias: 281 (180 en 3D y 101 en 2D, tanto doblada comoo subtitulada).
Día de la Independencia fue hace exactamente dos décadas un formidable éxito comercial y, con el tiempo, se convirtió incluso en una película de culto dentro del género catástrofe. Atacada por aspectos ideológicos (un patriotismo exacerbado), por su pirotecnia visual, narrativa y discursiva (se la definió como uno de los máximos exponentes del “cine chatarra”) y por su banalidad e inocencia, el “tanque” del alemán Roland Emmerich resistió ese y otros cuestionamientos para transformarse con el tiempo en uno de los títulos con más repeticiones (y visualizaciones) en la televisión por cable y otras plataformas.
Veinte años han pasado y en un nuevo 4 de Julio el planeta estará otra vez en peligro ante un ataque extraterrestre. Ya no veremos a Will Smith (aunque aparece su hijo, interpretado por Jessie Usher), otros “históricos” de la saga reaparecen (Jeff Goldblum, Bill Pullman, Vivica A. Fox), se suman nuevos héroes (como el galán rebelde que hace Liam Hemsworth) y se incorporan intérpretes asiáticos (Angelababy, Chin Han), franceses (Charlotte Gainsbourg) y de otros orígenes para asegurar el mayor alcance internacional posible e la franquicia. El marketing ante todo.
Día de la Independencia: Contraataque cumple, para bien o para mal, con las expectativas: los cultores de este tipo de películas disfrutarán de un festival de secuencias espectaculares con un festival de efectos visuales diseñado por una decena de compañías como Weta y Digital Domain, así como de unos cuantos gags tan infantiles como eficaces; mientras que sus detractores se indignarán frente a las inconsistencias, ridiculeces e inverosimilitudes de una trama siempre ampulosa, recargada y, si se quiere, efímera.
Emmerich aprendió de ciertos errores o excesos (hay menos discursos aleccionadores con exaltación de valores) y en líneas generales logra sostener el interés del relato con un correcto uso del montaje paralelo entre las distintas líneas narrativas. Como a Transformers u otras sagas de semejantes dimensiones, a esta segunda entrega de Día de la Independencia no se le puede exigir demasiada coherencia, sutilezas ni matices. Es un monstruo grande y pisa fuerte. Ya se sabe: tómelo o déjelo.
(Esta crítica fue pubicada en el diario La Nación del 23/6/2016)
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Esta secuela es muy inferior que la película original y no aporta nada al género, pero podría ser muchísimo peor. Roland Hemmerich no es un gran cineasta y eso acá se nota muchísimo, por eso no le podemos pedir lo mismo que a Steven Spielberg, Christopher Nolan ó James Cameron, pero conoce sus limitaciones y tiene como principal objetivo entretener al espectador. Pero vale la pena rescatar el climax de la película, un combate final con un espíritu clase B que la hace sumamente disfrutable.